[Digitalización: Archivo de Historia Social. Chile,
diciembre, 2010. Fuente: El Pensamiento de Luis Emilio Recabarren, Tomo II, págs. 137-249. Editorial Austral.
Santiago de Chile, diciembre 1971. Salvo la primera parte que fue tomada del
archivo pdf (imagen digital del texto) localizado en: http://www.memoriachilena.cl/temas/documento_detalle.asp?id=MC0000123 ]
Luis Emilio Recabarren
RUSIA OBRERA Y CAMPESINA
(Publicado en Santiago de Chile,
en marzo de 1923 con sus impresiones del viaje a la Unión Soviética).
LA RUSIA OBRERA Y CAMPESINA
Existen ya muchas publicaciones
sobre la Rusia de los Trabajadores, ya sean escritas con pesimismo o con
optimismo, a favor y en contra, según el modo de pensar y el estado de ánimo de
cada escritor. Algunos han escrito después de haber visitado aquel país. Por
cierto algunos escritores fueron a Rusia a ver el comunismo establecido por los
comunistas y como no lo encontraron en la forma y manera que su imaginación
caprichosa se trazara, declararon después que los comunistas habían fracasado.
Yo fui a Rusia, enviado delegado
al 4º
Congreso de la Internacional Comunista y al 2º Congreso de la Internacional de los
Sindicatos Rojos. Y fui a Rusia llevando en mi convicción de que los comunistas
no habían podido construir todavía la sociedad comunista en Rusia, por las
razones que se leerán en el transcurso de estas páginas, y que con el poder
político y económico en sus manos se ocupaban desde el 7 de Noviembre de 1917,
en acumular los elementos para la construcción de la sociedad comunista que
tenemos trazada en nuestros programas y aspiraciones. Este modo de apreciar la
situación de Rusia, durante los cinco años transcurridos, y predicados durante
el mismo tiempo en Chile, es lo que ha formado en la masa trabajadora
organizada de este país una idea clara y sin equívocos de la verdadera
condición en que se desenvuelve la creación de la sociedad comunista en Rusia.
Con este criterio, con la
constante información que nos proporcionábamos sobre la marcha de los
acontecimientos de Rusia, yo fui a aquel país a ver el trabajo realizado hasta
la fecha que habrá de conducir al proletariado a la edificación del comunismo;
no iba, pues, a ver funcionando el comunismo como muchos, ingenuamente o
malévolamente se lo quieren imaginar. Repito, yo iba anheloso a ver cuanto
trabajo se había avanzado ya en la preparación de la sociedad comunista.
Sobre lo que vi y constaté durante los cuarenta y tres días
que estuve en Moscú, he escrito algunos artículos, cinco de los cuales se
publicaron en "La
Nación" de Santiago. Esos artículos y las
conferencias que he dado, después de mi llegada, de regreso de Rusia,
coleccionados y con agregados que completan las informaciones, son el material
que hoy ofrezco en este modesto folletito, con la intención de llevar a los
lectores una información real de lo que hasta la fecha lleva construido el
proletariado que en Rusia tiene hoy en su poder la suma del poder político y
económico; después de haber destruido despiadadamente todo el mecanismo de la
sociedad capitalista explotadora.
Se me podrá observar que
cuarenta y tres días no son suficientes para reconocer e informarse de todo lo
que es necesario en un país que ha cambiado tan fundamentalmente su régimen
social, político y económico. Pero yo responderé a eso que yo no fui a Rusia a
buscar detalles, que para este objetivo no los necesito, fui solamente a
constatar lo más fundamental, con lo cual se construirá el porvenir.
Fui a ver si la clase
trabajadora tenía en sus manos efectivamente el poder político, con el cual
garantice la conservación en sus manos el poder económico. Fui a ver si la
clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del poder económico, con el
cual irá construyendo su bienestar. Fui a ver si la clase trabajadora había
abolido ya definitivamente todo el estado de explotación capitalista y de
tiranía. Fui a ver si la expropiación de los explotadores estaba ya
completamente consumada en Rusia. Fui a ver si habría posibilidad de
restauración del sistema capitalista. No fui en busca de menudencias y
detalles. Para recoger lo fundamental me alcanzó el tiempo. Y pude ver con
alegría, que los trabajadores de Rusia, tenían efectivamente en sus manos toda
la fuerza del poder político y económico, y que parece imposible que haya en el
mundo una fuerza capaz de despojar al proletariado de Rusia de aquel poder ya
conquistado.
Pude constatar además que la
expropiación de los explotadores es completa, de tal manera que jamás volverá a
Rusia un régimen de explotación y tiranía, como el que todavía soportamos en
Chile. Pude convencerme, que no me había engañado anteriormente, cuando he
predicado en este país, que el proletariado de Rusia tiene en sus manos todo el
poder para realizar su felicidad futura y va reuniendo los elementos para
construir la sociedad comunista, como verdadero reinado de justicia social.
También pude saber cómo la clase trabajadora tomó en sus manos todo el poder y
las responsabilidades del caso, y cómo por medio de la dictadura proletaria, lo
conservará en su poder impidiendo que la burguesía derrumbada pretenda
reconquistarlo. Y el detalle de eso, que es lo fundamentalmente interesante, es
lo que relato en este folleto.
El proletariado de Chile,
recogerá de la lectura de este folleto, muchas enseñanzas para sus actividades
futuras, que le permitan avanzar con éxito hacia el derrumbe del estado
capitalista, que es la causa del estado de tiranía y de explotación que nos
vemos obligados a soportar.
No creo haber mirado la nueva
organización de Rusia, con ojos optimistas y benévolos, lo cual no lo
consideraba de utilidad para mis propias convicciones. He examinado si los
fundamentos establecidos ya en Rusia, son los fundamentos que se necesitan para
la construcción de la sociedad comunista. Y es ese examen el que me ha
convencido de que el pueblo de Rusia tiene en sus manos los elementos que se
necesitan para la construcción de la sociedad comunista.
También quise convencerme si las
condiciones del pueblo ruso eran más propicias para la revolución y para el
comunismo que las condiciones en que se encuentra el proletariado de Chile para
acometer la misma empresa y creo no engañarme si aseguro que al proletariado de
Chile sólo le falta disciplinar un poco más su organización política y
económica, para encontrarse en capacidad de realizar la Revolución Social que
expropiará todo el sistema de explotación capitalista y que termine
definitivamente con el caos capitalista incapaz de producir el bienestar social
que reclama la población de Chile.
Es de esperar que después de la
lectura reposada de este corto folleto, cada proletario sepa tomar el sitio que
le corresponde para encaminar sus actividades hacia la realización del programa
de combate del comunismo que destruya este sistema capitalista que ya ha
probado de sobra su total incapacidad para dar al país ningún bienestar.
Continuar en la inactividad o a
la espera de ilusorias promesas que se renuevan sin cesar, para mantener la
esperanza de los crédulos que desgraciadamente son siempre los incapaces;
continuar en esa condición, es mantener el malestar permanente para todos,
malestar que desde hace treinta años se hace sufrir al pueblo de Chile,
engañándolo con promesas que no han tenido otro objeto que prolongar el estado
de explotación capitalista que permite a unos pocos hacerse millonarios en poco
tiempo, mientras la mayoría de la población permanece en la más vil miseria.
Dar al pueblo los medios para
terminar con su malestar es, entre otros, el objetivo de este folleto.
LUIS E. RECABARREN S.
Marzo de 1923.
Una ojeada panorámica a la
antigua capital de los zares.— La ciudad bajo la nieve.— Muchas iglesias.—
Ausencia de aparato exhibicionista en los mercados.
Se mantiene en toda libertad la
vida religiosa bajo el nuevo régimen.— El clero ruso tolera el comunismo,
aunque no comulga con él.
La transformación espiritual e
ideológica del pueblo ruso.— Las nuevas condiciones del trabajo.— Visitando las
fábricas moscovitas.— Esto no es todavía el bolchevismo.
Moscú, noviembre 29 de 1922.
En verdad no es mucha la
sorpresa que hoy día pueda recibir un extranjero al llegar a Moscú. Por cierto
que es una gran ciudad, de muchos palacios y sobre todo con muchas iglesias.
Mirada la ciudad desde el Kremlin, que está en alto, ofrece un espectáculo
encantador, blanqueada por la nieve, de donde entresalen los grandes
monumentos, los palacios, las iglesias de múltiples torres doradas o de colores
vivos, y el entornado blanco de la nieve de las avenidas que parecen cintas
plateadas que circundan la gran ciudad. Sólo se ve descuidada un poco la
pintura de los edificios, cuya atención, desde 1914, ha sido un problema.
No tiene hoy Moscú, ni presenta
huellas de que lo haya tenido nunca, el aspecto imponente que ofrecen Berlín o
París, por ejemplo, del desenvolvimiento industrial y comercial. No se ve en
este sentido ostentación ni esas exposiciones permanentes que en sus ventanas
ofrece generalmente el comercio de las grandes ciudades capitalistas del mundo.
Las calles, las avenidas, las
plazas, los mercados ofrecen el espectáculo habitual de cualquiera gran ciudad,
con una sola diferencia: el modo de vestir de las gentes, un tanto diferente de
nuestras costumbres a causa de los fríos casi permanentes.
A propósito de vestuario, no se
ve en las calles esa inmensa diferencia de vestir entre el elegante y el
andrajoso. Domina un vestir modesto que demuestra un nivel de mayor justicia
social en la posición de las gentes y que hace desaparecer los sentimientos de
envidia e irritación.
El hecho de que Moscú no tenga
ese espectáculo comercial de las grandes capitales, no quiere decir que no
exista un movimiento intenso de producción y de intercambio de los productos.
Hay actualmente un trabajo intenso que daré a conocer en próximos artículos,
cuando haya recogido los datos necesarios para evidenciarlos. Y es precisamente
ese trabajo activo el que da a la capital sovietista ese aspecto peculiar que
impresiona agradablemente al viajero.
Una nota sobresaliente llama la
atención en Moscú y es un inmenso número de librerías grandes y pequeñas,
establecidas y ambulantes, ventas de diarios y revistas, lo que posiblemente
acusa un alto nivel de cultura y un mayor buen gusto por la lectura en la
población.
También he visto algo muy
curioso, que no lo he notado en otras capitales: ciertas costumbres religiosas
del pueblo. Yo he quedado alojado en el hotel Gran París, que está situado
frente a una gran plaza, en la esquina de una de las calles que va hasta el
Kremlin, con dirección a la iglesia donde residía el Patriarca de Moscú. En
esta esquina he visto que algunas personas mirando hacia la iglesia se inclinan
reverentes y hacen la señal de la cruz; los hombres además se descubren. ¿No
han desaparecido entonces las costumbres religiosas? Existen y nadie molesta a
quien las profesa.
Visité la gran Catedral de
Moscú, a la hora de un sermón. Había unas doscientas personas. Pero durante una
media hora, contemplando los paisajes que entornan la Catedral, pude ver entrar
y salir a muchas personas. He visitado otras iglesias y he visto el mismo
movimiento.
¿Se tolera la existencia de las
iglesias en la capital de la primera República Comunista? ¿Y el clero será
comunista? ¡No! El clero no acepta el comunismo de los soviets, se somete
solamente a las leyes nuevas como se ha sometido en Francia después de la
revolución, como se ha sometido después de la inquisición y de la expulsión de
los jesuitas, amoldándose a las nuevas condiciones de vida. Pero me dicen que
empieza la descomposición moral y mental en el clero de Rusia, pues ya van
apareciendo sacerdotes que se dicen partidarios del nuevo régimen político,
social y económico de Rusia y que discuten con los no partidarios.
Un extranjero desprovisto de
pasiones e indiferente al nuevo orden de cosas establecido en Rusia, después de
haber leído todo lo que la prensa ha publicado, podría reflexionar seriamente:
¿Dónde está el comunismo? ¿En que consiste? ¿Que es lo que ha destruido y
creado el bolchevismo?
Eso no se ve en las calles ni en
el aspecto de las gentes.
Eso hay que verlo en el
funcionamiento del nuevo mecanismo del estado ruso. En su sistema de Gobierno y
de legislación; en el sistema de la producción industrial, en el desarrollo del
comercio, en la creación de los nuevos órganos sociales, y más que todo, en el
alma, o mejor dicho, en el nuevo modo de sentir, de pensar y de razonar del
pueblo ruso.
¿Puede haber un alma nueva?
¿Pueden renovarse los sentimientos espirituales? ¿La renovación del espíritu
influirá en los actos materiales? No es necesario venir a Rusia para responder
afirmativamente. Ello es la obra de los tiempos.
El alma, el espíritu o la
inteligencia, que se manifiesta en el momento actual en el pueblo de Chile, no
tiene ningún punto de contacto con lo que era en los años 1800 y 1700, por
ejemplo.
Es un hecho evidente que los
tiempos son el riego y el abono maravilloso que fundan y desarrollan los nuevos
pensamientos de todas las épocas.
El campesino que por primera vez
ve trillar a máquina, revoluciona bruscamente, totalmente sus pensamientos y
podríamos decir que hasta renueva desde los cimientos, su alma, su espíritu, si
así puede decirse.
El ciudadano que habiendo vivido
un régimen monárquico absoluto, pase a vivir a una república democrática, tiene
que experimentar una completa revolución moral en su modo de ser.
Rusia era una monarquía
constitucional en apariencia, absoluta en la realidad.
Un buen día amanece convertida
en república de trabajadores, campesinos y soldados. La novedad va marchando
como el eco de un sonido, de montaña en montaña, de aldea en aldea, de hogar en
hogar, de ser en ser.
Marchan los acontecimientos y
consolidan el nuevo modo de desarrollar la vida.
El alma y el espíritu amoldados
a los viejos moldes, inquietos por renovarse, en la agitación de un siglo, se
liberan y se alinean a nuevas modalidades desconocidas hasta ese momento. Se
empieza a vivir otra vida de costumbres diferentes.
Quien iba antes al trabajo a dar
una ración diaria de energía a cambio de una mala ración de pan, sin otra
esperanza y sin derecho a contratar las condiciones del cambio de su esfuerzo,
hoy va lo mismo que ayer, en cuanto va a trabajar, pero tiene el derecho no
sólo a contratar las condiciones del cambio de su esfuerzo por la ración de pan
y vida, sino que también a participar, en la acción creadora que perfecciona y
desarrolla la fuente productiva, que le alimenta su existencia y que habrá de
ser mañana la garantía permanente del pan de todos los tiempos del presente y
del porvenir.
Ahora el obrero no marcha al
taller con su espíritu mudo, silencioso, inactivo. Ahora no lo anima sólo el
propósito de cambiar su fuerza por una escasa ración de pan. Hay un alma nueva
en cada productor. Sabe que de su esfuerzo unido al de sus demás hermanos
depende el perfeccionamiento de su existencia y de las condiciones de la vida
que produzcan progresiva felicidad. Va al trabajo con un laboratorio en su
cerebro.
En los quince días que llevo
vividos en esta capital, visitando muchas fábricas, conversando con distintos
obreros, en muchos casos, por medio de intérpretes, he podido recibir la
impresión perfecta de que la mayoría de los obreros ha cesado de ser un
mecanismo irreflexivo de la producción, ha cesado de ser una fuerza bruta para
convertirse en un pensamiento creador, que desarrolla su inteligencia, que
quiere contribuir al perfeccionamiento de las condiciones en que trabaja para
obtener un alivio personal, del que disfrutarán los demás, y para gozarse en la
satisfacción de haber contribuido a aumentar el bienestar social, a simplificar
el sistema de trabajo, a elevar los conceptos de la vida.
¿Es en este aspecto nuevo, que
lleva sólo cinco años de desarrollo donde está el comunismo, donde está el
bolchevismo?
No. No está allí todavía. Allí
sólo existe el germen del comunismo colocado en el terreno donde ha de fructificar,
con el abono y con el riego necesario para su crecimiento lozano y exuberante,
abono y riego de que se preocupan cuidadosamente los nuevos dirigentes de esta
gran nación.
El actual régimen social de
Rusia.— La indispensable "breve reseña retrospectiva".— El
absolutismo.— La creación de la "Duma" no cambió sino en la forma las
condiciones políticas y administrativas.— "Es a Dios a quien yo debo dar
cuenta".
La crisis industrial y económica
de la guerra precipitó la revolución.— La abdicación de Nicolás II.— El nuevo Gobierno y sus hombres.— Se mantienen las instituciones de
la monarquía.
El Soviet de retrogrado.—
Intervención de Trotsky y los bolcheviques.— El golpe revolucionario
"sovietista" del 6 de noviembre.— La defensa del nuevo régimen y la
transformación de sus métodos y programas.— Las dificultades de la hora actual.
Todo el mundo sabe hoy que
Rusia, con el mismo derecho que los demás países, está regida por un nuevo
sistema de gobierno. Pero todo el mundo no conoce bien las condiciones de este gobierno
ni cómo se organiza. Útil es, pues, para la historia de los acontecimientos
humanos, escribir sobre el terreno de esta nueva organización social que
comprende cerca de 140 millones de habitantes. Pero antes de describir el modo
presente de esta nueva organización social, es indispensable hacer una pequeña
reseña retrospectiva.
Hasta el año 1905 en Rusia
existía un gobierno monárquico absoluto, sin parlamento que le diera un control
democrático. Las agitaciones populares de aquella época dieron por resultado la
creación de la Duma, nombre dado a la Cámara de Diputados. Con la existencia de
la Duma las condiciones políticas y administrativas no cambiaron en el fondo
sino en la forma.
El Zar Nicolás Romanoff, cuya
debilidad de carácter era conocida por todos los políticos de la época,
sometido en absoluto a las influencias de los mezquinos intereses creados bajo
la presión de los acontecimientos del año 1905, prometió no dictar ninguna ley
sin el pronunciamiento de la Duma. Sin embargo, dos meses después solamente, él
mismo declaró en un discurso estas palabras: "Yo asumiré solo el peso de
las responsabilidades del gobierno, pues es a Dios a quien debo yo dar
cuenta".
Siendo Rusia un país sin gran
desarrollo industrial, la guerra de los años 1914-1918 produjo mayores y
desastrosas consecuencias que en ningún otro país.
La desorganización industrial
causada por la guerra, el hambre, el cansancio, unidos a la desorganización
administrativa produjeron el estallido de la revolución popular cuyo desarrollo
corre desde el 9 de marzo de 1917, habiéndose producido la huelga general en
Petrogrado el día 10, a
la cual se unió la mayor parte de la guarnición militar.
Los elementos políticos
dirigentes hacen grandes esfuerzos para impedir las desastrosas consecuencias
que pueda traer un movimiento de la gravedad, con que aparecía, en medio de la
guerra en que estaba empeñada Rusia, el comienzo de la revolución y con la
visión de los hábiles políticos telegrafiaron al Zar que se encontraba en el
cuartel general, lo siguiente: "La situación es grave. Es urgente encargar
a una persona que merezca la confianza del país, para organizar un nuevo
gobierno. Todo retardo significaría la muerte. Rogad a Dios que esta
responsabilidad, que es la vuestra, no recaiga sobre la corona".
La revolución entretanto, sigue
su curso arrastrando en su vorágine desencadenada nuevas fuerzas que la
engrandecen.
El día 13 de marzo, el Zar,
perfectamente al corriente del desarrollo de los acontecimientos, abandona el
cuartel general para dirigirse a TzarskoieSelo, donde se encontraba la familia
imperial. En la estación de Bologé se encuentra con la noticia de que las
estaciones siguientes están ya en poder de los revolucionarios.
El Zar resuelve quedarse en
Pskov, en donde se encuentra con una comisión de diputados y el general
Rousski, quien había recibido de Rodzianko, Presidente de la Duma, el encargo
de pedir al Zar, en nombre de la Duma y del gobierno provisorio que se había
establecido, que diera su abdicación, pues, consideraban los políticos la única
medida que podía salvar al país de un desarrollo más peligroso de la
revolución.
El Zar Nicolás, frente a la
gravedad de los acontecimientos de la revolución y de la guerra, comprende su
situación y redacta su abdicación conocida de todos, declinando sus derechos en
su tío, el Gran Duque Miguel, quien declaró no aceptar el trono si una asamblea
popular no lo elegía en votación directa.
La abdicación del Zar y la
renuncia del Gran Duque Miguel, significaban la muerte de la monarquía. La
revolución política se había cumplido por la acción de los obreros y soldados
de Petrogrado, sin haber producido víctimas importantes.
El gobierno del país, si podía
considerarse que había algún gobierno, en esos momentos estaba en manos de la
Duma, que dirigida con habilidad se había declarado desde el primer instante de
parte de la revolución (después de haber hecho todos los esfuerzos posibles
para salvar la monarquía) y de haber formado un gobierno provisorio que hasta
ese momento asumía las responsabilidades.
Lo curioso de este momento
histórico es que no aparece en ninguna parte
resistencia al nuevo régimen que se inicia. El movimiento revolucionario, de
los obreros y soldados, hasta ese momento aparece sin jefes. Es el
levantamiento de las masas, cuya fuerza imponente avanza sin plan preciso, lo
que excita la inteligencia de los grandes políticos para salvar la barca del
estado social del naufragio en aquella tempestad inmensa que se desata en el
interior del país, mientras en las fronteras los ejércitos alemanes destrozan
los frentes rusos.
La abdicación del Zar y la
renuncia del Gran Duque Miguel parecen producir la calma y la confianza.
Se ha organizado un nuevo
gobierno. Examinemos las condiciones sociales de su personal, para que se pueda
juzgar la razón de los acontecimientos posteriores de la revolución rusa.
El Príncipe Lvov, Presidente del
gobierno provisorio, es propietario rural de haciendas y es francamente
contrario a la ley agraria, en favor de la cual se pronunciaron más tarde los
congresos de campesinos de Rusia.
Goutchkov, Ministro de la
Defensa Nacional, es rico comerciante e industrial, miembro del Consejo del
Imperio.
Rodzianko, Presidente de la
Duma, es hacendado, propietario de 1,323 deciatines[1]
de tierra.
Konotalov, Ministro de Comercio,
es un gran fabricante y hacendado, propietario del Gobierno de Kostroma, posee
6,880 deciatines de tierra y una inmensa hilandería.
Nekrassov, Ministro de Vías y
Comunicaciones, es ingeniero, antiguo profesor del Instituto Politécnico de
Tomsk y es propietario de inmuebles de esta localidad.
Godniev, ex notario del Imperio
y hacendado propietario de 525 deciatines de tierra y de inmuebles.
Teretschenko, Ministro de
Finanzas, hombre joven, completamente desconocido, pero archimillonario.
Kerenski, era el único Ministro
partidario de la República y de la neutralización de Constantinopla y de los
Estrechos; sin embargo formaba parte del Gobierno, en el cual, el Ministro de
Negocios Extranjeros, acababa de declarar intangibles los derechos de Rusia
sobre los Estrechos y Constantinopla.
Mientras la revolución parecía
haber demolido el pasado al destrozar la monarquía, los nuevos gobernantes eran
los representantes auténticos y genuinos de aquel pasado, que el pueblo, en ese
momento, no parecía preocuparse de que pudiera ser reconstruido.
El Gobierno procura demostrar el
deseo de satisfacer las aspiraciones de la revolución, pero nada llega a la
práctica. Sólo Kerenski desarrolla alguna labor.
Los meses van pasando, las
viejas instituciones de la monarquía se conservan y funciona hasta el Senado.
Sólo ha cambiado el aspecto del Gobierno. Los partidos políticos no pueden
orientar su acción.
Frente a los partidos de la
burguesía estaba el Soviet de Petrogrado, demasiado numeroso, pues constaba de
1.200 delegados militares y de 800 obreros. Su labor hasta ese momento parecía
limitarse al control y a la crítica. Algunos de sus miembros alimentaban la
ilusión de creer que había sido suficiente hacer la revolución para dictar su
voluntad al mundo entero y realizar el ideal de la fraternidad humana.
Mientras las fuerzas obreras
representadas en el Soviets habían hecho la revolución, el nuevo Gobierno no
era la representación de esa fuerza ni de esa voluntad.
Pero el Soviet de Petrogrado
hasta septiembre de 1917 aparece como un pequeño ejército turbulento y sin
jefes ni organización, cuya mayoría carece aún de un plan de trabajo.
Los bolcheviques, que eran un
pequeño número de jefes sin soldados, de una temeridad probada, resueltos y con
una fe inquebrantable en sus ideas y en su táctica, venían procurando desde
algunos meses atrás ganarse la voluntad de aquella fuerza representada en el
Soviet, para dirigirla hacia la realización de sus aspiraciones.
En el mismo mes de septiembre
hacia los días 16, 17 y 18 en la conferencia reunida en Petrogrado, Trotsky
reclama la formación de un Gobierno fuerte, verdaderamente revolucionario.
"Cuando el pueblo nos ofrezca el poder, dijo Trotsky, nosotros no
acobardaremos ni iremos a mendigar por las puertas de la burguesía
liberal".
Se ve de un lado en este momento
la sombra de un Gobierno provisorio y del otro lado un partido —el de los
bolcheviques— listo a tomar el poder por la fuerza, y esta actitud valiente
despertaba el entusiasmo de las masas. A pesar de todo el desconcierto
producido por la imposibilidad de encarrilar el nuevo Gobierno y por la
continuación de la guerra, nadie cree en Rusia en la posibilidad del
advenimiento al poder de los bolcheviques.
Mientras en esas incertidumbres
transcurrían los días, los bolcheviques desarrollaban una inmensa labor privada
y pública. En los primeros días de octubre pasean por las calles, en grandes
manifestaciones, letreros rojos que decían: "Todo el poder para los
Soviets". Es la voz de orden de una nueva faz de la revolución que se
grita en las calles, sin que nadie se atreva a restringir esa propaganda en ese
momento de excitación publica.
El 24 de octubre (6 de noviembre
de nuestro calendario), a las 7 de la tarde el Gobierno provisorio sesionaba en
el Palacio de Invierno de Petrogrado y discutía la organización de la defensa
de esta capital contra los ejércitos alemanes que se aproximaban. Mientras el
Gobierno sesionaba ocupándose de asuntos tan graves, el comité militar
revolucionario, compuesto de bolcheviques asalta y ocupa el Banco del Estado, la
central de telégrafos y teléfonos, el Tribunal de Comercio, la Corte de
Justicia, el Senado, la fortaleza de Pedro y Pablo.
A las once de la noche las
fuerzas revolucionarias invaden el Palacio de Invierno, dando a los Ministros
20 minutos para rendirse, y advirtiéndoles que los cañones de la fortaleza y los
del acorazado "Aurora" están abocados sobre el palacio. Los Ministros
son arrestados y conducidos a la fortaleza, menos Kerenski que desapareció con
una rapidez sorprendente.
Cumplida esta tarea, que no
produce víctimas, Lenin declara el Gobierno provisorio de hecho y proclama:
"El triunfo de la República obrera y campesina".
Al amanecer del 7 de noviembre
la población despierta bajo el nuevo régimen del "Comité Militar
Revolucionario", dirigido por Lenin y Trotsky. El golpe de Estado no
provocó ninguna resistencia, por la sencilla razón de que la guarnición de
Petrogrado simpatizaba con Lenin y su programa de acción.
Los socialistas demuestran su
descontento por el golpe de Estado y prometen combatir a los bolcheviques con
el mismo vigor con que combatieron al zarismo.
El mismo 7 de noviembre, Lenin
en un discurso pronunciado en el Soviet de Petrogrado, dice: "La
Revolución Obrera y Campesina se ha realizado. Se trata ahora de organizar el
Estado Socialista proletario".
Desde este momento empieza el
trabajo en todas partes para crear las instituciones del nuevo orden social;
trabajo que va desarrollándose en medio de la guerra mundial, que en esos
momentos arreciaba con fuerzas brutales y en seguida en medio de una serie de
revoluciones que distintos generales y almirantes del caído régimen zarista:
Yudenieh, Denikine, Kolchack, Wrangel y otros, iban desencadenando de día en
día para recuperar el estado, lo cual creaba dificultades insubsanables a la
nueva labor a que se entregaban los Soviets y los nuevos gobernantes de Rusia.
Los sindicatos obreros y el
partido bolchevique, organizados anteriormente para defenderse de la
explotación capitalista, se encuentran ahora frente a una situación distinta
que les obliga a cambiar sus programas y sus métodos de acción en forma
totalmente diversa de la anterior.
Es en medio de esta situación,
preñada de dificultades y amenazada de un sombrío porvenir, que se orienta y
cimenta el nuevo orden social, cuya nueva construcción explicaré en otro
artículo.
¿Qué es un Soviet?— Los Soviets locales y los provinciales.— Cómo se
constituye el Congreso Pan-Ruso de los Soviets.— Generación del Poder
Ejecutivo.— La organización de los partidos políticos y los obreros.— Clases de
la población que no tienen derechos electorales.
Duración ilimitada de los mandatos populares.— La remoción de los
elegidos puede hacerse en cualquier momento.— Funciones de los diversos Soviets
que se distribuyen el manejo de los negocios públicos.
Los Congresos internacionales que se celebran en Rusia.— Hay mil
obreros llegados de todo el mundo, estudiando en este "laboratorio de
experiencias sociales".
Después de esta necesaria reseña
retrospectiva de los acontecimientos que pusieron en el Poder a los bolcheviques,
veamos ahora cómo, en los cinco años transcurridos se desenvuelven los
acontecimientos y se consolida el nuevo Poder obrero.
¿Qué es un Soviet? Un Soviet es
una comisión de personas elegidas por el pueblo (como si dijéramos en Chile,
una Municipalidad elegida libremente por el voto popular). Su número es
variable según las condiciones de la población. En Rusia tienen derecho a votar
todos los que trabajan. Las votaciones se hacen en los sitios del trabajo:
fábricas, talleres, puertos, cuarteles, naves, campos, almacenes, etc. Los
soldados son considerados trabajadores del Estado y están libres de toda
presión.
Aparte de que cada población
elige un Soviet local, existe un Soviet Provincial, en cada provincia,
compuesto de delegados de cada Soviet Local.
Cada Soviet Provincial (que
reúne en su seno la representación directa y genuina de todos los pueblos,
aldeas y localidades de la provincia) envía delegados al Congreso Pan-Ruso
Nacional de los Soviets, que se reúne periódicamente según sus necesidades.
Esta corporación, el Congreso Pan-Ruso de los Soviets de toda Rusia, es la
autoridad suprema del país y elige los Comisarios del Pueblo, que, reunidos,
constituyen el Gobierno Nacional, y que, separados, atiende cada uno un
Ministerio.
El Congreso Pan-Ruso elige
también una Junta Ejecutiva, llamada "Presidium", que funciona entre
el intervalo entre una reunión y otra del Congreso Pan-Ruso.
En cada pueblo, en cada aldea o
campo, etc., existe además del Soviet, la organización política y obrera como
la conocemos en todas partes. Los sindicatos obreros y los grupos políticos,
siendo el comunista el de mayor importancia en todas partes, colectivamente no
participan en las elecciones de los miembros del Soviet, pero es comprensible
que los nuevos intereses dirijan el curso de los actos electorales.
En las industrias socializadas o
nacionalizadas, que representan el 90 por ciento de la capacidad productiva de
las ciudades o de los campos, el personal, pertenezca o no a la organización
(cosa que es voluntaria para todos), no sufre ninguna presión para el ejercicio
de su derecho electoral, pues los jefes que dirigen la técnica industrial son
elegidos por el propio personal y carecen de influencia política. Además, en
cada establecimiento el personal reunido en asamblea es el poder soberano y
omnímodo del taller.
En las industrias o comercios
llamados de propiedad privada, los empresarios, que tienen que obedecer como en
todas partes a las leyes del país, no tienen influencia alguna sobre los
obreros que, especialmente en estos casos, cuentan con una mejor organización.
Además, los empresarios no tienen derechos electorales ni pueden ser elegidos
para cargo alguno.
Se ha objetado mucho, fuera de
Rusia, esto de negar el derecho electoral a esta parte de la población: pero si
se considera que el número de esta población es muy pequeño en Rusia frente al
inmenso número de la población trabajadora que tiene derechos electorales, se
comprenderá que aun cuando tuvieran esos derechos, no serían los empresarios
fuerza considerable ni en las grandes capitales.
Estas son, en líneas generales,
las condiciones en que se forma cada Soviet. No tiene limitación el tiempo de
duración de los elegidos para el Soviet. Pueden renunciar en cualquier momento.
Pueden ser removidos por sus electores cuando su conducta no consulte los
intereses respectivos.
Las funciones del Soviet son a
la vez legislativas y administrativas. Cada localidad, sea una ciudad, una
aldea o una villa que tenga un Soviet (como en Chile una Municipalidad) puede
desenvolver sus actividades para realizar todos los progresos que sea posible
con los elementos de que vaya disponiendo.
Los Soviets Provinciales en la
legislación y en la administración provincial desenvuelven una labor de
cooperación para todo lo concerniente a la provincia.
El Consejo de los Comisarios del
Pueblo, que es el Gobierno Central, desenvuelve su labor de manera de dar a
cada pueblo, a cada Soviet, la potencia y los elementos necesarios para el
mejor desarrollo de sus actividades progresistas, creando los órganos que van
siendo indispensables para la conquista del progreso en todo sentido. Así, el
Gobierno Central es el proveedor de los elementos indispensables a la nueva
vida, que los va distribuyendo hacia todas las poblaciones.
Este Gobierno, generado en una
base real y tangible de todo un pueblo, que desenvuelve su labor en estrecha y
verdadera cooperación con todas las fuerzas vivas del pueblo, que debido a esta
labor cooperadora ha cimentado un cariñoso prestigio en el transcurso de los
cinco años pasados; este Gobierno, digo, que ha consolidado el nuevo sistema de
organización social, aunque mirado con recelo por los gobernantes de los demás
países, es hoy el ejemplo viviente que observan de cerca los trabajadores de
todo el mundo.
En este momento hay aquí cerca
de mil trabajadores venidos de casi todos los países del mundo; de las
Américas, del África, de la Oceanía y del Asia, están representados casi todos
los pueblos. La Europa está representada totalmente.
Hemos venido a Rusia, como quien
viene a visitar un laboratorio de experiencias, y la mirada ávida de todos,
desconfiada y pesimista de algunos, optimista de otros, procura penetrar hasta
lo más hondo de esta nueva alma nacional, para descubrirlo todo, para
analizarlo y para comprenderlo.
Se celebran en este momento dos
Congresos: el IV de
la Internacional Comunista, que sesiona en el Kremlin, y el II de la Internacional Sindical
Roja, que sesiona en el palacio de Monjovaia, que fue de la nobleza rusa. Los
obreros venidos a estos dos Congresos lo miran y lo investigan todo: modo de
funcionamiento del Gobierno y de los Soviets; modo de funcionamiento de las
industrias y comercios sovietizados y de los que funcionan con capital privado.
A pesar de las diferencias del
idioma, todo se descubre ante el análisis de la fuerza investigadora.
Al lado de los órganos de
Gobierno de este gran país, está la organización sindical proletaria, que es
una fuerza viva de control y de crítica y a la vez de fuerza hacedora del
Gobierno. Los sindicatos son los que fijan los salarios de todos los
trabajadores o empleados de la Nación, cualquiera que sea el sitio de trabajo
que ocupe. Y los salarios se han venido fijando y subiendo a medida del
desenvolvimiento industrial del país y de las fluctuaciones del valor adquisitivo
de la moneda.
Cada Soviet legisla y administra
en su radio de acción. Generalmente las Uniones profesionales o Sindicatos son
los centros creadores de las nuevas leyes que, una vez discutidas y aprobadas
en el seno del Sindicato, pasan al Soviet para su aprobación y promulgación
como ley.
El Soviet local o sea el poder
legislador y administrador de cada localidad, puede ser removido, en parte o
totalmente, en cuanto la población no esté satisfecha de su labor o
competencia.
El Soviet provincial que es
formado por delegados de cada Soviet local, está en las mismas condiciones de
poder ser removido total o parcialmente en cualquier momento.
El Congreso Pan-Ruso Nacional de
los Soviets, que se constituye por los delegados nombrados por cada Soviet
provincial, no podrá ser nunca una corporación de elementos permanentes. Cada
reunión lleva una cantidad de delegados nuevos que manifiestan la opinión, el
sentir, la experiencia y la esperanza de los grupos de obreros a quienes
representan. Sus resoluciones, sus orientaciones, sus mandatos, estudiados,
discutidos desde el Soviet local, son la expresión del deseo de las masas que
constituyen la nación.
No habiendo legislación fija o
permanente que entrabe la voluntad del país, el Congreso Pan-Ruso Nacional de
los Soviets, con la experiencia anterior va desarrollando una labor progresiva
que señala rumbos a todos los Soviets de la nación.
Instituciones que se
desenvuelven entre esta fuerza de renovación, es muy difícil que degeneren en
fuerzas conservadoras o en sostenes de intereses creados contrarios al programa
del comunismo.
Las leyes de este país no se
envejecen, porque por los procedimientos en vigencia van renovándose
continuamente.
Los cinco años transcurridos,
han sido cinco años de labor creadora sin interrupción, de la labor de
experimentos realizados sin un ejemplo anterior que imitar.
Esta nueva forma de organización
social, de legislación, de administración y de dirección, debe contar con la
opinión nacional desde el momento que todo el conjunto de esta obra creadora se
va realizando con la intervención de toda la clase trabajadora o proletaria que
constituye el 95 por ciento del país, intervención directa que empieza en el
Soviet local, donde participan todos los habitantes, hombres y mujeres, en el sindicato
y sigue en el Soviet provincial para llegar al Congreso Pan-Ruso Nacional de
los Soviets.
La renovación incesante de los
elementos que constituyen y participan en todo este sencillo engranaje de
organización social, es también la renovación incesante de las ideas que
intervienen en las leyes o acuerdos que van dando forma a la nueva estructura
social, económica y política de Rusia. Y esto constituye una garantía de que un
espíritu también incesante de renovación y de perfección anima y mueve todos los
propósitos de esta nación de trabajadores.
La República Socialista Federal
de los Soviets Rusos, está dividida en las siguientes Repúblicas:
Nombre
|
Kilómetros cuadrados en extensión
|
Población
|
Rusia
|
3.796,000
|
66.400,000
|
Cáucaso
|
297,000
|
6.850,000
|
Crimea
|
38,000
|
761,000
|
Kirghize
|
2.164,000
|
5.059,000
|
Siberia
|
10.800,000
|
9.258,000
|
Rusia Blanca
|
60,000
|
1.634,000
|
Ukrania
|
448,000
|
26.002,000
|
Turquestán
|
1.481,000
|
7.202,000
|
Daghestán
|
35.000
|
795,000
|
Azerbaidjan
|
87,010
|
2.097,000
|
Armenia
|
39,000
|
1.214,000
|
Georgia
|
66,000
|
2.472,000
|
Extremo Oriente
|
1.674,000
|
1.802,000
|
Totales
|
20.958,000
|
134.456,000
|
Y todas estas Repúblicas
participan en la labor del Congreso Pan-Ruso de los Soviets.
Para nadie es desconocido el
gigantesco esfuerzo hecho por los Generales rusos del caído régimen zarista:
Yundenich, Denikine, Kolchak y Wrangel, financiados por el oro de distintas
potencias interesadas en la desaparición del régimen obrero de Rusia. Nadie
desconoce tampoco la intención de las guerras de Polonia y Ukrania, ni los efectos
del largo bloqueo que contra Rusia se estableció como cerco destinado a ahogar
a 140 millones de habitantes obligándolos a rendirse.
Por la guerra, por las
contrarrevoluciones y por el bloqueo, Rusia carece de materias primas, de
herramientas, de transportes y de dinero para su reconstrucción económica. En
1918 hacen esfuerzos inmensos y reúnen 25 millones de rublos oro que son
enviados a Dinamarca para comprar semillas, especialmente de betarragas. La
flota aliada se apoderó de todo el cargamento. Se hizo otra tentativa en Suecia
para adquirir material agrícola con el mismo resultado. En octubre de 1919, un
barco cargado de productos farmacéuticos, para aliviar las epidemias
desencadenadas en Rusia, es obligado a volver a su punto de partida.
¿Acaso el ataque en esta forma a
una inmensa nación, a la que se expone a morir de hambre lentamente, a la que
se priva de comer y de medicinarse, cuando dispone de los elementos para ello,
puede ser una acción menos cruel que todo el supuesto terrorismo rojo de que
tanto se ha hablado? ¿Acaso contra ese bloqueo no se puede justificar ninguna
clase de defensa?
Es en medio del desarrollo de
toda esa acción de las pasiones humanas, como los obreros, campesinos y
soldados organizan el nuevo estado social, constituyen el nuevo poder político,
nacionalizando lo que es necesario al nuevo Estado, orientan la reconstrucción
industrial, fomentan el crecimiento de la producción con los escasos recursos
de que van disponiendo, frente al mundo entero en su contra, y van creando los
órganos necesarios al funcionamiento de este nuevo y desconocido mecanismo que
hoy, puede decirse, va funcionando cada día en mejores condiciones.
Lo que se ignora de Rusia.— El desarrollo del poder industrial.—
Actividades que se organizan para el fomento de la producción.— Perspectivas
industriales que se cifran en el aumento de la extracción mineral.— La
producción algodonera del Turquestán.
Dificultades que plantea la falta de capitales para el desarrollo de
la política de fomento económico del Soviet.— Cómo ha sido encarado el problema
del combustible.— Relatividad del atraso industrial de Rusia.
Siempre habíamos oído hablar que
Rusia era el país más atrasado, tanto en sus industrias como en su cultura. Nos
imaginábamos un país de campesinos, pero sí un país inmenso, que, la mitad a lo
menos de su población se dedica a los trabajos del campo y carece de cultura.
Esta creencia difundida durante muchos años se cree, con pesimismo, todavía en
muchas partes.
Tomando en cuenta su gran
población: cerca de 140 millones de habitantes, desde que se le han separado
diversas pequeñas nacionalidades como Polonia, Letonia, Finlandia, Estonia;
tomando en cuenta su posición geográfica muy cercana a los grandes centros de
desarrollo industrial, como Alemania y Francia, puede decirse que Rusia estaba
capitalistamente atrasada, pero en realidad el desarrollo de sus industrias
venía tomando los más modernos caracteres, como ser la instalación de grandes
fábricas destinadas a la gran producción.
Claro que a pesar de ser grande
este desarrollo no estaba ni está todavía en relación con su población ni a la
altura de las grandes industrias de los países cercanos. Pero eso no le quita
la importancia y grandeza efectiva que le corresponde.
Cuenta Rusia con grandes
fabricas metalúrgicas, una de las industrias más importantes para cualquier
país. Fabrica sus propias locomotoras, contando para ello con establecimientos
de inmensa importancia. Uno solo de ellos tiene proyectado entregar en 1923
unas 400 locomotoras.
Se asegura que el rendimiento de
la producción de metales para 1923 será superior en 30 millones de puds, (un
pud es igual a 16 kilos), y el rendimiento mínimo para 1925 será de 90 a 100 millones de puds.
Estas cifras pueden dar una idea
de la magnitud del desarrollo que adquirirá el trabajo en Rusia en pocos años y
de lo que ello significa para la economía individual y nacional de esta
República de trabajadores.
La importación de maquinaria
agrícola, que a causa de la guerra imperialista fue bajando hasta 1920, empieza
a mejorarse en 1921, fecha en que los campesinos rusos pueden recibir arados y
rastrillas por valor de 12 millones de rublos oro. Esta cifra se equipara ya
con la de 1916.
El suministro de maquinaria
agrícola, para la Rusia campesina, tiene un amplio campo para los capitalistas
extranjeros, ya que por varios años Rusia no podrá producir toda la maquinaria
que necesita para sus industrias.
En el ramo de fundición cuenta
con fábricas que tienen hornos con capacidad para fundir 40 toneladas de una
vez.
La industria textil se encuentra
montada en las mejores condiciones que es posible imaginarse. Si bien es cierto
que hasta hoy no ha podido desarrollar toda su potencialidad efectiva a causa
de la falta de materias primas por una parte y del natural retroceso sufrido
por las revoluciones por otra parte.
Sin embargo, los pocos datos
siguientes darán una idea de las esperanzas que se cifran para el porvenir.
La siembra de algodón en el
Turquestán alcanzó hasta 1916,
a 714,300 deciatines de tierra. En 1920 bajó a 109.000.
Para 1920-1922 se trazó un plan
que proveía una superficie de 237.000 deciatinas. Conviene recordar que el
Turquestán estuvo separado de la Rusia por las fuerzas contrarrevolucionarias,
hecho que, por cierto, fue la causa del retraso de la producción algodonera.
En cuanto a la producción del
lino, se puede decir que de la cantidad de 33 millones de puds cultivados antes
de la guerra 7 1/2 a 9 millones consumían las industrias nacionales del lino; 5
millones ocupaba la industria casera y 20 millones de puds iban a los mercados
extranjeros.
Se estima ahora que en dos o
tres años la producción del lino habrá llegado a un 75 por ciento de la
producción máxima anterior, lo que significa más o menos esperar una producción
de unos 24 millones de puds que permitirá enviar cerca de la mitad a los
mercados extranjeros.
El programa de producción de
1922, proyectaba emplear 260.000 husos de los 400,000 existentes y unos 7,800
telares de los 13,500 que hay en Rusia.
En el ramo de imprenta, sus
grandes fábricas cuentan con todos los elementos modernos y aun con
procedimientos propios y secretos que aumentan su potencialidad.
Las imprentas y fábricas de
papel en poder del Estado Obrero, no sólo representan un poder industrial
inmenso sino que algo mucho más valioso todavía; es el poder para desarrollar
la capacidad y la cultura del pueblo. Las imprentas imprimen todos los días
millones de hojas de papel que al ser leídas por el pueblo le conducen a
perfeccionar las condiciones de su organización como Estado Obrero y reducen a
la impotencia todas las intenciones contra el nuevo régimen.
La electrificación de toda la
Rusia, que es el gran programa del nuevo régimen y que será por muchos años un
problema difícil pero nunca imposible, es en la actualidad una gran industria en
camino de un vastísimo desarrollo. Sus fábricas son admirables, tanto las
antiguas como las modernas. Los dirigentes de esta nueva República procuran
allanar cuanto antes todas las dificultades que les ha dejado la
desorganización producida por la guerra y las revoluciones a fin de ir
extendiendo, todos los días, el radio de acción de los servicios eléctricos que
aumente la comodidad general y que contribuya al desarrollo de las industrias
que necesitan de la electricidad.
Una de las dificultades más graves
en todos los demás países, aquí ha desaparecido completamente. Los
inconvenientes derivados de la propiedad privada y sus pretendidos derechos,
que en los demás países sólo sirven para detener muchos progresos y para
encarecer la vida, en Rusia no existen, puesto que han sido totalmente
abolidos. En estas condiciones, las líneas eléctricas se podrán extender sobre
todo el territorio sin ninguna dificultad, la captación de aguas, la
construcción de canales, la construcción de estaciones, etc., que en todos los
demás países ofrece mil inconvenientes, hasta insubsanables muchas veces,
debido a las trabas que oponen los propietarios interesados siempre en
beneficiarse lo más posible a costa del Estado, en Rusia ya no existen y no hay
fuerza alguna que se oponga al desarrollo de esta importante industria.
El único factor que
momentáneamente, que transitoriamente diremos mejor, ofrece algunas
dificultades graves es la falta de capitales para el incremento de las
industrias, que pueden desarrollarse colosalmente en este gran país. Pero este
factor será vencido por la acción del tiempo, a medida que algunos capitalistas
vayan comprendiendo que la estabilidad del régimen soviético les ofrece
garantías para la inversión de sus capitales.
Para apreciar bien esta situación,
veamos lo que dice a este respecto una relación dada a la prensa inglesa por el
profesor Dr. A. Dolgreff (miembro de la comisión de planes económicos rusos),
refiriéndose a los combustibles:
"Los combustibles
constituyen una de las bases principales del desarrollo de la industria y los
transportes. Según cálculos hechos recientemente por el profesor Dr. Ramzon, la
cantidad mínima de combustibles que consumieron la industria, el ramo de
transportes y las casas particulares en 1921, fue de 3.07 millares de millones
de puds (cada puds 16 kilos), cantidad que en 1925 ascenderá seguramente a 4.01
millares de millones. Nuestras instituciones técnicas permiten suministrar 3.19
millares de millones de puds de combustibles para 1922 y 4.05 millares de
millones para 1925. Si no nos limitamos únicamente al aprovechamiento de la
maquinaria existente, sino que pasamos a nuestra debida modernización,
tendremos la posibilidad de colocar, con buen éxito, un capital de 928 millones
de rublos oro, de los cuales 522 serán fondos sociales y el resto hará las
veces de capital en circulación.
Que la industria de los
combustibles ofrece un campo muy favorable para la inversión de capitales, se
desprende de las cifras siguientes: durante los años 1921 y 1922, cuando se
habían agotado todos los recursos posibles en beneficio de nuestra defensa, la
producción media de un leñador bajó de 3.300 puds por obrero antes de la
guerra, a más de 1.500 puds después de ella: más, tan pronto como el Estado
estuvo en condición de invertir algún capital, volvió la producción de los
mineros, sin embargo, de no poder trabajar en las mismas favorables condiciones
en que lo hacían antes de 1914,
a 3,300 puds. aumentando aún más en los últimos meses de
noviembre y diciembre. "Y esto únicamente con las máquinas y las
instalaciones con que se había trabajado hasta entonces y, como es natural,
habían sufrido aquí y allá algunos desperfectos de consideración.
La industria carbonera de
Donetz, Kusnets, Kiselov y los distritos del sud-Moscú, citando por el orden de
su importancia, podría aumentar su producción de 670 a 1.700 millones de puds
en el corto período de tres años 1922—1925, con un capital insignificante.
Un examen realizado
detenidamente en el distrito de Donetz por una comisión especial dirigida por
el ingeniero señor Danchich, dio resultados aún mucho más favorables. La
nacionalización de las minas en la cuenca de Donetz ha dado ya resultados
positivos. La República está ya en poder de ricas informaciones técnicas y
económicas que se refieren a todo el distrito, informaciones imposibles de
obtener en tal forma y magnitud antes de 1914. Estamos ahora en condición de
rendir cuentas acerca de las condiciones de todas las unidades económicas de la
cuenca del Donetz, de obtener informes que difieren esencialmente de los dados
antiguamente por entidades industriales y geológicas, y levantar el velo del
secreto comercial que las ha tapado hasta nuestros días. Durante los trabajos
emprendidos por la comisión, pudo llegar ésta a conclusiones muy diferentes de
las que esperaba al dar principio a su labor. ¡Tan buenos han sido los
resultados obtenidos en tan poco tiempo! Uno de los principales si no el más
importante, es el que mediante la reducción de las antiguas empresas mineras y
la contratación del trabajo de la cuenca, podrá aumentar de una manera
considerable la producción de dicho distrito, subiendo a 4 millares de millones
y más de puds y poniendo al Estado en la favorable condición de cubrir el
consumo propio y exportar grandes cantidades a otros países de Europa y América
en buenas condiciones de economía y rapidez".
Como hemos dicho, el atraso
industrial de que se habla es sólo en relación comparativa y la postración
económica que se supone, como consecuencia del cambio de régimen, también debe
colocarse en esa situación de relación comparativa, pues la realidad nos
muestra en estos momentos una acción gigantesca en el movimiento industrial.
Quien visite unas pocas fábricas
recogerá esta impresión, pues tiene que encontrarse en presencia de un trabajo
verdaderamente colosal.
Precisamente, quizás porque esta
gigantesca industria puede tomar un radio de acción incomparablemente mayor, ya
que tiene superficie para ello, es que aparece insignificante.
Durante el régimen zarista había
factores que retardaban este desarrollo industrial. La revolución de marzo de
1917, guiada por Kerensky y Rodzianko, parece ser dirigida en el sentido de
colocar el régimen político de Rusia en un plano capaz de imprimirle el
desarrollo industrial que permitiera al capitalismo obtener una fuente de
gigantescas explotaciones.
Los acontecimientos cuyas
fuerzas son superiores a la voluntad de los hombres, colocaron la industria
rusa fuera de la acción capitalista y en un plano inexperimentado, con la
agravante de pasar cerca de siete años bajo un régimen de violencias y de
guerras desde 1914 hasta 1921, sin contar las trabas creadas hasta la fecha por
los más grandes países capitalistas.
Iniciado a fines de 1917 el
régimen sovietista, tomando las industrias en completa desorganización, recogía
del pasado una herencia en estado miserable, destinada a empeorarse por las
condiciones que le deparaba el bloqueo internacional y el asedio de la guerra
civil en el interior, alimentados por las potencias capitalistas que
defendieron así los intereses de las capitales expropiados y emigrados.
No es, pues, Rusia, un país de
una pequeña industria, ni las bases principales de su régimen industrial se
encuentran en el atraso que generalmente se cree.
El desarrollo del poder industrial.— La agricultura.— Superficie
cultivada antes de la guerra y en la época actual.— La modernización de los
métodos de explotación de la tierra.— Lo que dice Strumilin, de la Comisión
Pública del Orden General.— Las pérdidas humanas experimentadas por Rusia desde
1914.— Expectativas de rápido desarrollo y organización.
Después de la exposición
anterior, veamos lo que nos dicen los datos que siguen, que mostrarán
elocuentemente la formidable capacidad de este país.
"Antes de estallar la
guerra mundial, era Rusia una de las grandes potencias de la agricultura, dice
Osinsky, asistente del Comisario de Agricultura, en una información dada a la
prensa inglesa. Bastarán seguramente unos cuantos datos para demostrarlo.
El terreno cultivado en la
antigua Rusia, haciendo caso omiso de Polonia y de Finlandia, era de 100
millones de deciatinas más que en las provincias británicas de la
India, y menos que en los Estados Unidos de América. Los otros países estaban mucho
más atrás. En ese terreno se producía (según cifras oficiales publicadas en
1913), la mitad de la cosecha mundial de centeno, la tercera parte de la
cosecha universal de cebada y la cuarta parte aproximadamente del trigo, avena
y patatas que producían todos los países del mundo. Casi la tercera parte de
los caballos de trabajo con que contaba el mundo entero (34 millones), le
correspondía a Rusia, la cual disponía de 52 millones de ganado vacuno, y era
por consiguiente, la primera nación del mundo en este sentido, después de la
India y los Estados Unidos de América. En cuanto al ganado lanar sólo Austria y
la República Argentina eran superiores al antiguo Imperio moscovita, que
contaba con 80 millones de cabezas.
La cosecha de granos de Rusia
Europea, cinco años antes de estallar la guerra universal, de 1909 a 1913, ascendía a
3,172 millones de puds al año, que representaban un valor de 2,500 millones de
rublos. La de lino fue de 23 millones de puds de semilla y de 29 de fibras; la
del cáñamo, de 17 millones de simiente y de 18 de fibras. El importe total
anual procedente de ambas cosechas, llegó a 220 millones de rublos. Los
ingenios de azúcar llegaron a producir más de 600 millones de puds (cada puds
16 kilos), de remolacha roja, por valor de 100 millones de rublos; la
producción de azúcar iba aumentando cada vez más a despecho de las muchas y
grandes dificultades que entorpecían su desarrollo. Según datos facilitados por
Prokopovich, la producción neta de las 50 provincias de la Rusia europea de
explotación agrícola fue, últimamente, de 3,500 millones de rublos oro.
Es el país de esta capacidad
agrícola desarrollada con sistemas antiguos y deficientes el que, bajo una
administración de trabajadores, va desarrollando sus energías y utilizando su
capacidad natural, el que en un porvenir cercano desenvolverá asombrosamente todos
sus esfuerzos para bien del mundo entero.
Libre ya la tierra
y los brazos de todas las cargas de la explotación que la gravaron en el
período del Gobierno de los zares, la producción va subiendo de año en año y no
se duda ya que antes de unos diez años sobrepasará a los mejores tiempos de
antes de la guerra imperialista.
La guerra mundial, como factor
determinante, en primer lugar, la revolución y la contrarrevolución después, y
el bloqueo internacional contra Rusia, como el sabotaje en el interior de los
elementos enemigos al nuevo régimen político destruyeron la potencialidad
productiva de este país, potencialidad, que, como hemos venido demostrando, se
va recuperando de día en día, mediante un trabajo inteligentemente aportado por
muchos elementos conscientes de este país.
Según datos que poseen en el
Comisariado de Agricultura, las cosechas para 1922 y 1923, ofrecen una
expectativa superior a los cálculos hechos que colocarán la economía nacional
de la República soviética en condiciones de disponer de un poderoso excedente
que constituirá un fondo de reserva importante para el desarrollo de los años
siguientes.
Si no se olvida que el Gobierno
soviético es el único comerciante exportador de este país, se podrá apreciar
debidamente lo que significará ésta clase de negociaciones ante las
expectativas de cosechas que dejan un excedente apreciable.
Strumilin, miembro de la
presidencia de la Comisión Pública del Orden General, publica un cálculo del
desarrollo de la Economía Rusa en diez años. Haciendo un prolijo estudio de las
condiciones de la población, deja establecido que la pérdida total de Rusia,
durante la guerra, alcanzó a 21 millones en una población de 154 millones, o
sea, un 13,6 por 100%. Para los aptos para el trabajo de 16 a 40 años, esta relación
sube a 20% y por la edad masculina a 28%.
Estima asimismo Strumilin que la
productibilidad del bracero en la Rusia de los Soviets, que puede calcularse en
2.640 millones de libras esterlinas al año, ha sufrido a causa de la guerra y
del bloqueo una baja de 690 millones de y para la edad masculina a 28%.
*****
"Convencido estoy de que
también las otras naciones han sufrido perdidas considerables durante la guerra
universal, sigue diciendo Strumilin, pero ninguna de ellas, ni la propia
Alemania, puede haberlas tenido tan grandes entre sus obreros como la
desventurada Rusia.
A pesar de ello, el balance de
la fuerza de trabajo ruso no muestra para los próximos años el cuadro aterrador
que parece tener a primera vista.
"Junto a los profundos
surcos abiertos durante la guerra en las filas de los obreros aptos para el
trabajo, vemos diez filas completas de miembros jóvenes de la población que
entran ahora en la edad del trabajo.
"En esta sucesión de
generaciones de trabajadores con las más diversas capacidades de trabajo, está
contenido todo lo necesario para avaluar el futuro campo de la economía rusa, a
lo menos para una década entera.
"Podríamos hacer el
siguiente cálculo hipotético. Supongamos que estamos en condición de
restablecer, digamos para el año entrante (1923), las mismas condiciones de
vida que reinaban antes de que estallara la guerra mundial en 1914. Para ello
bastaría un gasto de 12
libras esterlinas al año por cada miembro de la
población, y obtendríamos el contravalor de la productividad de antes de la
guerra, es decir, 37
libras esterlinas por obrero. Supongamos, además, que no
disponemos más que de cinco a seis millones de hombres para un trabajo nada
productivo, en el ejército, servicios personales, trabajos de oficina, etc.
Sobre la base de este cálculo y suponiendo que el número de defunciones y
nacimientos se mueve dentro de límites normales, y que hay, por término medio,
unos 10,4 millones de inválidos y obreros incapaces para un trabajo productivo
y conveniente, obtendríamos el siguiente cuadro demostrativo del Balance de
trabajo de la Rusia de los Soviets:
Balance de trabajo aproximado para los añosde 1921 a 1931
RENTAS.—
Año
|
Nº de obreros (en millones)
|
Su producción (en
millares de millones
de libras esterlinas)
|
1921
|
48,0
|
1.70
|
1922
|
49,6
|
1.83
|
1923
|
51,4
|
1.90
|
1924
|
53,8
|
1.99
|
1925
|
55,0
|
2.02
|
1926
|
57,3
|
2.12
|
1927
|
59,0
|
2.13
|
1928
|
61,2
|
2.26
|
1929
|
63,2
|
2.34
|
1930
|
65,2
|
2.41
|
1931
|
66,6
|
2.46
|
Suma:
|
|
23.16
|
GASTOS.—
Año
|
Cifra de la población (en millones)
|
Gastos de mantención (en millones de libras
esterlinas)
|
1921
|
124.0
|
1.61
|
1922
|
135.6
|
1.63
|
1923
|
137.2
|
1.65
|
1924
|
139.4
|
1.68
|
1925
|
141.5
|
1.70
|
1926
|
143.7
|
1.72
|
1927
|
145.8
|
1.75
|
1928
|
148.7
|
4.78
|
1929
|
151.0
|
1.82
|
1930
|
153.4
|
1.84
|
1931
|
155.3
|
1.86
|
Suma:
|
|
22.04
|
EXCEDENTE EN MILLONES DE LIBRAS ESTERLINAS:
1921
|
170
|
1922
|
200
|
1923
|
250
|
1924
|
310
|
1925
|
330
|
1926
|
400
|
1927
|
430
|
1928
|
480
|
1929
|
520
|
1930
|
570
|
1931
|
600
|
Suma:
|
4.260
|
Según se desprende de estas
cifras, las fuentes auxiliares del trabajo en Rusia, sin embargo, de las
pérdidas sufridas durante la guerra, ascienden aún a millones y millones de
libras esterlinas, aun más de lo que el culto lector puede creer a primera
vista".
Estos cálculos progresivos están
hechos tomando en cuenta las condiciones que ha creado la nueva política
económica establecida desde el año 1921 y que cada día va dando más excelentes
resultados.
Como quiera que sean las
condiciones en que se desenvuelva la Rusia obrera y campesina, sea que no
cuente con otros recursos que los que le son propios y los que le proporcionan
su inteligente acción y trabajo, sea que en poco tiempo más cuente con mayor
cooperación extranjera, de todos modos irá anotando de año en año un progreso
vertiginoso en el conjunto de su trabajo, así en su inmensa agricultura como en
todas sus grandes empresas industriales.
LA CONDICION ACTUAL DE LA MUJER
EN RUSIA Y SUS EXPECTATIVAS PARA EL PORVENIR
Asunto de muchas discusiones y
comentarios fue siempre el tema sobre emancipación de la mujer. Pero con la
revolución rusa el tema degeneró, pues los comentarios llegaron a límites
ridículos y grotescos que no pocas personas tomaron en serio.
Mirar desde afuera lo que ocurre
dentro de un país, y sobre todo de un gran país, oír y recoger lo que se habla
sin procurarse medios de establecer la verdad, conducir la falsedad de boca en
boca, no podrá ser nunca acción juiciosa, y después condenar las falsedades
creyéndolas verdaderas, no producirá jamás ninguna acción de progreso y de
bienestar.
"Que la mujer ha sido
nacionalizada en Rusia y convertida, como los instrumentos necesarios al
hombre, en propiedad común", fue una expresión de fuego que cruzó por
todas las direcciones del mundo, provocando el horror de las víctimas de esta
grotesca falsedad.
Aun cuando muchas personas
pudieran reflexionar sobre las condiciones en que la Revolución Rusa haya
podido transformar la posición de la mujer en el medio de vida actual, muy
pocas se habrán colocado en el terreno de la realidad.
Un viejo pesimismo irreflexivo e
ilógico ha querido colocar siempre a la mujer fuera de la realidad presente. Si
bien es indiscutible que la Naturaleza ha dado a la mujer una misión
procreadora y maternal (aunque no a todas), no podemos apartarnos de la acción
de la sociedad actual que ha obligado a la mujer a buscarse medios de vida,
violando las leyes naturales, apartándola de la misión que la Naturaleza le ha
dado, y entonces la mujer colocada en esta condición en todo el mundo, por la
acción despiadada de la sociedad capitalista, se ha visto lanzada al azar y
obligada a buscarse los medios honestos de vivir.
A medida que la sociedad
capitalista ha venido desarrollándose, mayor ha sido el número de mujeres
llamadas al trabajo, y más que llamadas, obligadas a buscar el trabajó para
poder comer y vestirse. Pero el trabajo dado a la mujer era y es pagado con
salarios ridículos que no le permitían costearse su mínimo de necesidades. Esta
cruel situación económica deparada a la mujer, le ha abierto las puertas, a las
más débiles, para que se buscaran los medios de subsistencia por otros caminos
que la sociedad ha condenado, pero que no ha creado los medios de evitarlo.
Y el número de mujeres obligadas
a buscarse los medios de vida fuera de las esferas del trabajo, aumenta
paralelamente junto con el desarrollo de la sociedad capitalista. Esta situación
creada a la mujer, —(tan idealizada por la poesía y la literatura sentimental)—
provocó en algunos círculos cierta alarma, y surgió la acción feminista, —(que
decreció después de la guerra)— que organizó a las mujeres para combatir en pro
de su progreso y bienestar, y hasta los partidos políticos más liberales
dedicaron en sus programas párrafos que reclamaban alguna emancipación o que
establecían reivindicaciones femeninas.
Conocida es de todas las
personas cultas la altisonancia que tomó la acción feminista hasta 1914, y que
durante el período de la guerra mundial parece que encontró en parte la
satisfacción de algunos de sus anhelos más sentidos. Las condiciones de la
guerra obligaron a la sociedad capitalista a llamar a la mujer y ocuparla en
muchas funciones, para las cuales antes se le había considerado incapaz o
inadecuada o antinatural.
Los que siempre gritaron que la
mujer estaba destinada por la Naturaleza a una misión maternal que era
incompatible con el programa feminista, aplaudían la nueva vía que la guerra,
la destrucción y la incultura, abría a las mujeres, haciéndoles hasta en filas
del ejército combatiente, un sitio de combate, que violaba su misión natural.
En la mitad del período de la
guerra, Rusia vibró el clarín de paz, poniendo por su parte, con su Gran
Revolución, término a la guerra y llamando a todos los beligerantes a la paz,
pero en aquel momento era tan grande el estruendo de los cañones que no fue
escuchada.
—Mientras la guerra continuaba
en el resto del mundo, mientras la contrarrevolución pretendió durante cerca de
cuatro años, ahogar la nueva sociedad que surgía en Rusia, como del seno del
resplandor siniestro que envolvía al mundo, la Nueva Rusia de la Revolución iba
estableciendo sobre bases honestas y naturales los nuevos derechos de la mujer,
que la liberaban de la mayor parte de las esclavitudes a que la condenaba la
sociedad capitalista.
Y a la par que Rusia emancipaba
a la mujer y le abría hermosos horizontes para el porvenir, al mismo tiempo que
la Revolución ponía en manos de la mujer las armas con que ella misma
continuara cimentando su emancipación, en el resto del mundo cruzaba la
calumnia como en un vehículo siniestro, proclamando la falsedad, con el interés
de detener en todas partes la acción bellamente emancipadora de la mayor parte
de la Humanidad, puesto que la mujer es casi el sesenta por ciento de la raza
humana.
Si hacía más de medio siglo que
la mujer rusa, —de todas las clases sociales— ocupaba sitios expectables en la
acción revolucionaria, que por tanto tiempo socavó el poder del zarismo y del
capitalismo, era natural que a la hora de la Revolución estuviera en el puesto
que ocupaba a la víspera.
La Revolución Rusa declaró a la
mujer igual al hombre en cuanto a los derechos de que quisiera disfrutar, y con
acceso a todos los sitios donde ella quiera y sea capaz de llegar. Puso en sus
manos delicadas, las armas necesarias para que continúe abriéndose camino, pues
la Revolución reconocía el fracaso de los programas sentimentales, que sólo
daban a la mujer derechos teóricos. La Revolución Rusa se los daba prácticos y
reales.
La mujer está, pues hoy,
colocada en igualdad de condición al hombre en todas partes de Rusia. Rusia es
el germen de la Nueva Sociedad Humana, en medio de la sociedad capitalista que
vive llena de errores, por lo tanto, la mujer no puede volver todavía a vivir
la misión de su naturaleza. Entonces participará en todas las luchas y acciones
para que su poder la coloque en el sitio que verdaderamente le haya confiado la
Naturaleza y su vocación.
El sistema electoral de Rusia
otorga derechos solamente a los que trabajan. No pueden elegir las autoridades
e instituciones constitucionales, sino las gentes que trabajan. Las elecciones
se hacen en los sitios de trabajo: fábricas, talleres, almacenes, escuelas,
faenas, oficinas, etc. La mujer admitida a todas las faenas, ejerce sus
derechos de propaganda y de voto, en donde quiera que se encuentre.
Hay fábricas en donde la mujer
es el sesenta o el setenta por ciento y hay establecimientos donde son poderosas
minorías. Tiene, pues, la mujer, una influencia importante en las acciones
electorales. Tiene derecho a elegir y a ser elegida, y por esto se le puede ver
tomando parte en los consejos de fábricas, en la dirección o administración de
fábricas, en la dirección o administración de instituciones y fábricas, en las
Escuelas o Universidades, en los Soviets, en las oficinas, en la diplomacia, en
el ejército, en la propaganda, en la agitación, etc. En una palabra, quien
visite Rusia, convertida hoy en un inmenso laboratorio de actividades, habrá de
ver a la mujer, participando al lado del hombre, en todas las labores que la
vida ofrece en los momentos presentes. Y habrá de contemplar, por cierto, un
hermoso espectáculo, condenado teóricamente y desconocido enteramente en muchos
países.
En la Escuela, (como en la
fábrica), la instrucción se desarrolla en conjunto, niños y niñas, todos juntos
desde la escuela primaria a la Universidad, van viviendo la Nueva Vida. Visité
la Universidad Oriental, donde entre unos mil alumnos hay unas trescientas
mujeres, que habitan todos un mismo edificio. Si bien es cierto que tienen
dormitorios separados todo el resto de la vida universitaria, se hace en común.
Y en esa situación considerada delicada por los timoratos, toda esa esplendorosa
juventud soñadora, con la imaginación puesta en la nueva sociedad del amor que
se va forjando desde la escuela, aprende desde allí a amar realmente la vida
basándose en el respeto y en el derecho mutuos.
No se ve que la nueva situación
de la mujer la haya desviado más de su misión; al contrario, se puede pensar
justificadamente que armada de derechos iguales al hombre, en una sociedad
desviada, podrá encaminarse a reconquistar su situación natural y a contribuir
a normalizar las condiciones verdaderas de la vida.
¿Con qué antecedentes, con qué
hechos se podría decir fuera de Rusia, que esta nueva situación empeora la
condición de la mujer?
Cinco años lleva recorridos la
mujer rusa en su nueva condición. Cinco años de experiencias que la alientan
para continuar su labor revolucionaria contra todos los errores y prejuicios.
La Revolución Rusa no sólo ha
revolucionado las condiciones de gobierno de los países afectados modificando
los órganos de gobierno, no ha transformado además la economía social,
modificando la estructura económica de las industrias y de los impuestos, sino
que esa revolución ha sido más profunda, ha penetrado en el alma de toda la
nación, ha modificado los sentimientos, los pensamientos, las costumbres, la
idiosincrasia, la sicología personal.
Una revolución que transforma el
ambiente, que crea las fuerzas para mantener en progreso la transformación
realizada facilita, por cierto, de una manera efectiva el desarrollo del nuevo
ambiente que alimentará las nuevas costumbres y sentimientos.
Así también, esta revolución ha
modificado fundamental y sustancialmente la sicología de la mujer. La ha
modificado fundamentalmente cuando coloca a la mujer en la práctica en igualdad
de condiciones que el hombre, y le garantiza esa situación con su participación
en todos los actos públicos. La ha modificado sustancialmente cuando ha
convertido en realidad lo que todavía es un programa de aspiraciones en el
resto del mundo y cuando ha despertado el interés de la mujer por gozar de su
emancipación y cuando ha convencido al hombre de esta realidad.
Hoy la mujer en Rusia lleva en
sus manos iguales armas que el hombre para conquistar su definitiva liberación.
Luis E. RECABARREN S.
CONFERENCIA SOBRE LA ACTUAL SITUACION DE RUSIA
El compañero Recabarren ha
concretado sus impresiones sobre el estado actual de población de Rusia, en
diversas conferencias, cuya sustanciación va en seguida:
NUEVAS FUNCIONES EN LA ORGANIZACION OBRERA
El Partido Comunista.—Ayer en el pasado reciente, en Rusia, el
Partido Comunista tenía un programa que proclamaba la abolición del régimen
capitalista y la expropiación de los explotadores, (como se mantiene en el
resto del mundo por los demás Partidos Comunistas). Pero hoy, cuando el Partido
Comunista tiene el gobierno, tiene todo el poder político en sus manos, después
de haber expropiado y abolido todo el sistema de explotación capitalista y de
haber puesto en manos de los sindicatos la mayor parte del poder económico, no
puede ya mantener su programa de ayer, programa de aspiraciones. Ahora su
programa es aplicar y realizar lo que hasta ayer sostuvo en su programa. Han
cambiado, pues, las condiciones de su acción,
El Partido Comunista es hoy en
Rusia el único Partido de Gobierno, pues no hay otros partidos en aquel país.
Los grupos demócratas, llamados mencheviques, son tan insignificantes que no
pueden ser tomados en cuenta para las labores del Gobierno. No hay partidos
burgueses. Sería un absurdo incomprensible, tolerar la existencia de partidos
burgueses que reclamarán el retorno de la explotación y de la tiranía
capitalista. Un pueblo que ha abolido la esclavitud económica y política, y que
está construyendo una nueva organización social basada en la libertad y en la
justicia, no revelaría inteligencia si tolerara la organización de una acción
encaminada a restaurar esa esclavitud y esa tiranía que acababa de abolir por
medio de la Revolución.
Siendo el Partido Comunista el
único partido de Gobierno en Rusia, asume sólo, ante la historia las
responsabilidades de su acción. En los cinco años transcurridos ha dedicado su
acción a establecer los fundamentos que garanticen el desarrollo progresivo de
la economía nacional, bajo el poder absoluto de la clase trabajadora
organizada. Ha entregado a los Sindicatos el poder de legislar sobre todo lo
que se relaciona con la organización del trabajo y para controlar la
producción. Con el poder político en sus manos, el Partido Comunista ha abolido
el sistema de explotación capitalista y ha dado a la clase trabajadora todos
los derechos para intervenir en la construcción de los poderes político y
económico, con lo cual el proletariado de Rusia construirá la sociedad
comunista trazada en nuestros programas.
Organizar el poder de la clase
trabajadora, el poder político y el poder económico, capacitar a la clase
trabajadora para el ejercicio de esos poderes, porque no tenía esa capacidad,
ésta ha sido la tarea de mayor importancia del Partido Comunista que ha
realizado hasta el presente y que continúa realizando. Si el Partido Comunista
ha podido realizar esta tarea, ha sido en razón de que se trata de un partido
fuertemente disciplinado y capaz de realizar esa acción que nadie ha podido
disputarle.
Por eso es que la Internacional
Comunista, ante el resultado de esta experiencia, recomienda la formación de
Partidos Comunistas, reducidos si se quiere en número, pero fuertemente
disciplinados, cuya disciplina los capacite tanto para arrancar el poder a la
burguesía como para organizar el Estado Proletario después.
La experiencia, también, ha
dejado establecido que no es posible confiar esta labor a los sindicatos, que
en razón de la composición de sus elementos es difícil construir la disciplina
que se requiere para asegurar el triunfo de la revolución proletaria, que
coloque a la clase trabajadora en posesión de todos los poderes para abolir la
explotación capitalista y establecer el comunismo.
El Partido Comunista consciente
de estas realidades, ha asumido sin vacilación en Rusia, la responsabilidad de
ejercer el poder. Como he dejado establecido, las funciones del Partido
Comunista cambian de método, pues una vez en posesión del poder encaminan su
acción a la implantación de su programa, que antes era una aspiración. De
Partido revolucionario pasa a ser Partido de Gobierno.
A los Sindicatos obreros les
pasa lo mismo, de organismos revolucionarios, cuya existencia tiene por objeto
arrancar a la clase capitalista algunas mejoras económicas para la clase
trabajadora, mientras llega el momento de abolir el sistema de explotación
capitalista, se transforman, una vez conquistado el poder político, en
organismos constructores de la nueva estructura económica que hasta antes de la
revolución sólo ha sido un programa de aspiraciones.
Este camino ya lo han recorrido
los sindicatos rusos. Hasta 1917 eran sindicatos revolucionarios que reunían a
la clase trabajadora para disputar a los capitalistas algunas mejoras y hoy
organismos del Estado Obrero, constructores de la sociedad comunista.
La vida de los sindicatos rusos
está llena de acciones interesantes, dignas de ser conocidas aunque sea en
pequeña proporción por nuestros compañeros. Veamos algunas de sus páginas:
En el informe del camarada
Andreef, de la C. G. del T. de Rusia, en el 2º Congreso de la Internacional Sindical Roja,
encontramos las siguientes declaraciones:
"Ante todo es necesario que
los camaradas extranjeros sepan que los Sindicatos rusos no fueron jamás
reformistas.
Los sindicatos de la Europa
Occidental y de América tienen que pasar del reformismo a los métodos
revolucionarlos de lucha, pero los Sindicatos rusos no han sido jamás afectados
por la plaga de la clase obrera que se llama reformismo. Desde la época en que
el capitalismo no hacía más que comenzar entre nosotros, hasta el momento en
que nacían los primeros gérmenes de la lucha y organización obreras, nuestros
Sindicatos fueron organismos revolucionarios. Aun antes de la Revolución de
Octubre (Noviembre) nuestros Sindicatos han llenado siempre no solamente su rol
económico, sino también su rol de combate, caminando la mano en la mano, con
el partido político del proletariado, el Partido Comunista: Al principio en
la lucha contra el Zarismo y mas tarde en la lucha contra el capital.
Por ello nuestros Sindicatos no han debido pasar por la etapa dolorosa del
reformismo que deben pasar los Sindicatos de los otros países.
Es útil que el proletariado sepa
apreciar el valor de esta experiencia. Si los sindicatos rusos debido al uso de
los métodos revolucionarios y al desprecio de los métodos reformistas o
democráticos, si debido al uso de esa táctica es que han podido abolir el
sistema de explotación capitalista, razonable debe ser para todos los
trabajadores tomar debidamente en cuenta que han sido los métodos
revolucionarios los que han dado a la clase obrera de Rusia la victoria
definitiva contra la explotación capitalista".
Los sindicatos rusos ni creyeron
ni se confiaron jamás de las falsas promesas y de los engaños de que siempre se
hace víctima a la clase obrera de los demás países. Los sindicatos rusos
confiaron solamente en sus fuerzas y en su acción revolucionaria. Es cierto que
tuvieron que sufrir una tras otra persecución, pero es más cierto que al fin
triunfaron.
Doy en seguida una noticia
ligera de los accidentes sufridos por los sindicatos de Rusia. Dice Losovsky:
Grandes huelgas y conflictos
sociales aparecen después de 1880; en 1890 asistimos a una huelga general en
Petrogrado y en la región de Moscú y desde el siglo XX aparece un desarrollo impetuoso
del movimiento obrero con huelgas de masas y demostraciones que terminaban en
colisiones sangrientas.
Este movimiento huelguista
espontáneo hace nacer entre los trabajadores una necesidad de organización.
Pero las organizaciones obreras no pueden existir legalmente, ellas son
implacablemente destruidas por el zarismo. Nosotros asistimos a este
estado de cosas durante muchos años; al estallido de las grandes huelgas
aparece la necesidad de los Comités clandestinos, de la circulación clandestina
de volantes, y los mejores militantes a la cabeza de los movimientos, son
encarcelados, deportados a la Siberia o asesinados.
Desde 1905 aparece de nuevo una
rápida organización de los sindicatos. En 1907 había cerca de 200.000 obreros
organizados, pero este mismo año la represión los destruye de nuevo hasta 1917.
Las organizaciones obreras de
masas no surgen hasta Febrero de 1917, cuando la muchedumbre obrera se abalanza
como un incontenible torrente al seno de los sindicatos.
La Revolución del 7 de Noviembre
que es una Revolución de la clase obrera, es al mismo tiempo la obra de un
partido, de Soviets y de Sindicatos. Esta revolución ha puesto al frente de los
sindicatos nuevas tareas, puesto que una nueva situación fue creada, en la cual
las formas sociales sufrieron un desplazamiento radical.
La transformación de los
Sindicatos en Rusia se opera como sigue: Hasta Febrero de 1917, son organismos
contra la explotación patronal y contra la tiranía gubernamental zarista; en
Febrero de 1917 se constituyen en órganos de revolución; después de la
revolución de Octubre de 1917, son los órganos de la edificación económica de
Rusia que deben afrontar tanto la organización del trabajo como la organización
de la producción. En 1921 la introducción de la nueva política económica obliga
a los sindicatos a revisar sus métodos y su táctica.
Dice Losovsky, en uno de sus
folletos y sobre la formación actual de los sindicatos:
"Es evidente que antes de
hacer una huelga, los sindicatos hacen uso de otros métodos para liquidar el
conflicto. Con este objeto se constituyen órganos de conciliación. jurados de
arbitraje, jurados de entente amigable, etc. Pero si todos estos medios
pacíficos fracasan, la suspensión del trabajo se hace inevitable. Se
comprenderá que una huelga en Rusia se desarrollará en condiciones muy
distintas que en la Europa Occidental. Este no es un país donde la legislación
proclama la libertad de trabajo, es decir, la libertad para los rompe-huelgas.
Este no es un país tampoco, donde todo el aparato del Estado: policías,
gendarmería sea puesto al servicio de la clase patronal, para protegerlos
contra las huelgas, y donde los rompe huelgas trabajan bajo la protección de
las bayonetas policiales. El proletariado ruso esta garantido contra esa clase
política del Estado, y sabe que el poder de los Soviets no asegurará jamás una
tal libertad de trabajo, que no ayudará jamás a los rompe-huelgas a sabotear
las huelgas dirigidas contra los empresarios privados o colectivos. Por
consecuencia las circunstancias en las cuales estallan los conflictos en Rusia
son muy distintas que en los otros países. El proletariado ruso posee un
arsenal más abundante para la acción contra la clase patronal.
Es así que en el curso del
último año, en varias villas, han estallado algunos conflictos entre obreros y
patrones. Es en Vitebsk
donde los patrones panaderos quisieron declarar un lock-out y se encontraron
frente a la resistencia no solamente de los sindicatos sino también con la del
Soviet local de los diputados obreros y el lock-out tuvo que fracasar. Cuando
las empresarios ávidos de ganancias comenzaron una explotación cínica de mujeres
y de niños, cincuenta empresarios fueron juzgados en Moscú por el tribunal
revolucionario, por el tribunal de la clase obrera. En presencia de miles de
obreros, los negocios más o menos propios de estos empresarios fueron
examinados y el tribunal condenó a una fuerte multa a todos los inculpados por
infracción a las leyes sobre protección al trabajo. Estas circunstancias en
medio de las cuales se desarrolla la lucha de los sindicatos rusos difieren
radicalmente de las condiciones de la lucha de los obreros de la Europa
Occidental donde funcionan tribunales de clase de la burguesía".
En las pocas expresiones
transcritas de Losovsky podemos ver los dos períodos de acción de los
sindicatos rusos de que he hablado antes.
El primer período, durante el
régimen capitalista, en su lucha terrible contra la explotación y la tiranía,
afrontando todos los sufrimientos que todavía tenemos que afrontar los
trabajadores que no tenemos la suerte de vivir en Rusia.
El segundo período, el actual,
en su labor de reconstrucción económica y de construcción comunista del nuevo
estado en poder de los trabajadores.
Voy a enumerar en seguida todo
lo más fundamental, que en el transcurso de los cinco años pasados ha ido
estableciendo la clase trabajadora de Rusia.
Tiene todo el poder político y
económico en sus manos. Los órganos del poder político son los Soviets elegidos
solamente por la clase trabajadora, pues las leyes electorales de Rusia sólo
dan derecho a voto y a ser elegidos solamente a los que trabajan, negando esos
derechos a los que no trabajan y a los comerciantes y patrones, cuyo número es
ya muy insignificante en Rusia.
Los órganos del poder económico
son los sindicatos, que hoy tienen en su poder la tarea de la construcción
económica de la sociedad comunista, y mientras dure el período de transición,
en su camino hacia el establecimiento del comunismo, tiene también a su cargo
la tarea de la defensa de los intereses de la clase obrera.
Con el poder en sus manos, la
clase obrera de Rusia, por el órgano de sus sindicatos, tiene ya establecido,
en condiciones inamovibles, lo siguiente:
—El derecho a legislar sobre la
organización del trabajo, con lo cual tiene ya establecido:
LOS COMITES DE FABRICA, que son comisiones de obreros elegidos por el mismo personal de cada
establecimiento, para fiscalizar la administración; además el personal elige de
acuerdo con el Consejo de Economía Nacional, el director del establecimiento y
demás jefes que sean necesarios en un establecimiento. Con estos derechos, los
obreros, se evitan y se libran de todos los abusos de que actualmente son
víctimas en los países donde se trabaja todavía bajo el sistema de explotación
capitalista.
SALARIOS Y HORAS DE TRABAJO. Los salarios y horas de trabajo no son
señalados por el personal de cada establecimiento, sino que es derecho del
sindicato de la respectiva industria. Cada sindicato de acuerdo con el Consejo
de Economía Nacional, que es también un organismo obrero, de funciones
técnicas, determina y legisla o mejor dicho fija las categorías de salarios,
que actualmente están divididas en 17, siendo la categoría lª la del salario de los
aprendices y la categoría 17 la del salario de los técnicos y directores. El
salario está fijado en rublos oro, lo cual coloca al obrero o empleado a salvo
del encarecimiento de la vida que se produce en razón de la baja del precio del
rublo papel. (Es decir, más claro, el proletariado ruso está hoy en la misma
situación en que estuvieron los obreros ferroviarios de Chile, cuando se les
pagaba sus sueldos a razón de 16 peniques por peso).
El hecho de que el proletariado
tenga garantido su salario en oro es una conquista de bienestar, que no la
tienen los obreros del resto del mundo. Es por esto que pude constatar que en
una de las grandes fábricas metalúrgicas de Moscú, se había pagado, durante
tres meses, sumas diferentes, a un mismo personal sin alterar sus salarios, en
la forma que sigue:
En septiembre, 295.105.270.000
de rublos papel. En octubre, 484.532.900.000 de rublos papel. En noviembre,
871.960.220.000 de rublos papel.
Como se ve esa enorme diferencia
en rublos papel no es sino una misma cantidad en rublos oro. Esta ventaja que
tiene la clase trabajadora de Rusia no la tiene la clase trabajadora de ningún
otro país, salvo la de aquellos países donde el cambio se mantiene casi
inalterable, que no produce oscilaciones importantes en el mercado, como por
ejemplo en nuestros vecinos del Uruguay, de la Argentina, del Perú y Bolivia,
que tienen mucho menos especuladores del salario que en Chile, donde tan
mansamente se soporta toda la miseria.
Los sindicatos también fijan las
horas de trabajo, y la jornada máxima establecida es de ocho horas, siendo de
seis horas las jornadas de los mineros y trabajos insalubres y está casi
abolida la mala costumbre de trabajar horas extraordinarias. Los obreros que
trabajan seis horas en trabajos insalubres tienen además un salario mejorado y
ración preferida de leche.
Hombres y mujeres trabajan en
igualdad de condiciones.
Es un hecho bien establecido,
que los sindicatos, son la autoridad encargada de establecer los salarios y los
honorarios y que las Fuerzas del Estado Obrero cumple y hace cumplir.
La clase obrera en el seno de
los sindicatos dicta sus condiciones de trabajo. La clase obrera en el seno de
los Soviets, con la fuerza de los Soviets en su peder cumple sus resoluciones.
En ningún otro país la clase obrera dispone de la facultad de organizar y
mejorar sus condiciones de trabajo.
Es el PARTIDO COMUNISTA quien
tomando el poder en sus manos, con el apoyo de los sindicatos, y por medio de
los SOVIETS elegidos por el mismo pueblo, quien garantiza a la clase
trabajadora el ejercicio del poder para mejorarse ella misma.
Los partidos demócratas y
socialistas, llamados mencheviques, fueron y son contrarios a que la clase
trabajadora disfrutara de ese justo bienestar, pues fueron contrarios a la
expropiación de la clase explotadora y gobernante.
El PARTIDO COMUNISTA tomó el
poder por medio de la violencia. No esperó el Partido Comunista, conquistar el
poder por medio del voto electoral, por medio de la legalidad como nos
aconsejan siempre los partidos demócratas, llamados partidos de orden, porque
el Partido Comunista está convencido, por los hechos ya vividos, que por medio
del ejercicio legal del voto, de la elección de parlamentarios, JAMAS
conseguirá la clase trabajadora tener el poder para abolir el sistema de
explotación y opresión capitalista, que le permita vivir en un estado de
justicia y libertad. El Partido Comunista convencido de esta verdad histórica
recurrió a la violencia para tomar el poder en sus manos, después de haber
organizado y disciplinado bien sus filas, escogió el momento de mayor desorden
porque atravesara la clase capitalista.
Así es como hoy día la clase
obrera tiene en sus manos los elementos para ir construyendo la sociedad
comunista del porvenir.
Todavía después de las ventajas
ya enumeradas anteriormente, los trabajadores se proporcionan con su poder, las
otras ventajas que siguen:
LA HABITACION: En Rusia se proclamó el siguiente principio: "Nadie debe tener
dos habitaciones mientras haya alguien que no tenga una". Pero una gran
parte de los trabajadores viven vecinos a los establecimientos donde trabajan,
sin pagar arriendos por las viviendas, y los que pagan, en su mayor parte tal
vez no deben disponer de más de un día de salario al mes para el arriendo de su
habitación. Hay quien solamente emplea un medio día y quienes dispondrán de más
según sean sus condiciones de salario. El que está cesante por falta de trabajo
no paga arriendo y tiene además alimentación gratuita en los hoteles de la
Comuna.
LA EDUCACION, está en gran parte bajo la vigilancia de la clase obrera, pues cada
fábrica tiene sus escuelas, donde los hijos de los obreros reciben la educación
y donde los obreros pueden vigilar y administrar esa educación. Casi en todas
las grandes fábricas hay una escuela para los hijos de los obreros y empleados
y una escuela técnica para el perfeccionamiento de la capacidad profesional de
los obreros. La educación se hace en conjunto para niños y niñas. El programa de
enseñanza, naturalmente, se hace por los métodos comunistas elaborados por el
Comisariado de Instrucción.
La canción nacional que se canta
en todas las Escuelas y Universidades de Rusia es LA INTERNACIONAL, canción que
llama a todos los hombres de la tierra a vivir como hermanos.
LA SALUD DE LOS OBREROS. En cada establecimiento existe un servicio médico, bajo la
vigilancia de los obreros, para el cuidado de la salud de todo el personal y
sus familias. La excelente organización de estos servicios médicos no existen
en otros países. Los obreros, ellos mismos, con el poder absoluto de sus manos,
cuidan su salud y se dan todo el bienestar que pueden ir estableciendo con los
recursos de que van disponiendo a medida que van progresando. La previsión
social no está pues abandonada. Algunos chalets que fueron de los burgueses se
han convertido en casas de salud y para la convalecencia de obreros enfermos en
donde pueden ir a pasar alguna temporada con sus familias.
Los vicios, que tanto
esclavizaban antes a los obreros, van desapareciendo en la misma rápida
proporción con que progresa la cultura. La represión a los vicios cuenta con
las fuerzas del Estado y de toda la organización obrera interesada en su
extinción. Es al revés de nuestros gobernantes y capitalistas que se enriquecen
a costa del vicio de la clase trabajadora.
LA DICTADURA PROLETARIA en pleno vigor todavía existe y se mantiene por la voluntad de toda
la organización de la clase proletaria y ella es la fuerza que garantiza la
estabilidad del poder obrero contra la intención de restaurar el sistema de
explotación capitalista con todo su conocido cortejo de esclavitud y opresión
que es la condición de la clase burguesa.
¿Quiénes son los que protestan
de la dictadura proletaria? Todos los enemigos de la abolición de la
explotación capitalista, llamados demócratas, socialistas revolucionarios y
algunos anarquistas o supuestos anarquistas.
Ningún obrero consciente concibe
que después de derrocado el sistema de explotación capitalista y después de
destrozado su sistema de tiranía, se pudiera permitir, a pretexto del derecho y
la libertad, que esa clase capitalista volviera a organizarse en partidos que
pretendieran reconquistar el poder para restablecer el imperio de su sistema de
explotación y de tiranía. Una vez destrozada la organización burguesa, patronal
o capitalista, como quiera que se llame, no puede permitirse que vuelva a
organizarse, parque su organización significaría la amenaza de volver a tomar
el poder para volver a establecer la explotación despiadada de los
trabajadores.
La organización patronal,
capitalista o burguesa consiste en la posesión del poder político, con todos
los órganos de gobierno, policías, ejércitos, jueces, cámaras, etc., con lo
cual se asegura el derecho de explotar el trabajo de la clase proletaria.
Cuando la clase trabajadora, con
el sacrificio de sus héroes, ha logrado destrozar esa terrible organización
patronal o capitalista, cuya crueldad está sufriendo en el resto del mundo la
clase obrera, NO ES POSIBLE BAJO EL PRETEXTO DE NINGUNA LIBERTAD permitir que
la fiera capitalista vuelva a organizarse.
NO HAY DERECHO A EXPLOTAR EL
TRABAJO DE LOS OBREROS, y por lo tanto no puede reconocerse derecho a las
clases capitalistas vencidas para volver a su sistema de explotación.
¿Qué libertad y qué derecho
reclaman las clases burguesas vencidas por la revolución en Rusia? ¿Puede
concebirse que se les vaya a reconocer derecho a publicar diarios o revistas?
¿Qué objeto tendría esto?
Los reformistas, los demócratas,
los socialistas revolucionarios que antes opinaban que no era tiempo todavía
para hacer la revolución y que una vez producida siguen empecinados en sostener
que aún no es tiempo para realizar la expropiación capitalista, etc., ¿qué
derecho reclaman esos elementos? El derecho de defender los intereses de la
clase capitalista vencida por la revolución? ¿El derecho de restablecer las
instituciones burguesas? No es posible otorgar derechos para la reconstrucción
del régimen capitalista destrozado por la revolución. Y tampoco puede ser
juicioso otorgar derechos para defender ese régimen bajo ningún pretexto.
LA DICTADURA PROLETARIA es la
fuerza inteligente que garantiza a los trabajadores la muerte definitiva del
sistema de tiranía y de explotación capitalista. La dictadura proletaria desaparecerá
por sí sola cuando las raíces del sistema capitalista hayan desaparecido
completamente.
Los que hoy gritan en contra de
la dictadura proletaria, ¿defienden los intereses del proletariado o de la
burguesía?
La dictadura del proletariado no
va dirigida contra el proletariado. Es creación del proletariado, es fuerza del
proletariado ideada y construida exclusivamente para cimentar el estado
proletario contra las pretensiones de restablecimiento de los sistemas de
esclavitud de la clase capitalista. No puede, pues, el proletariado protestar
contra la fuerza que le asegura perpetuamente su bienestar.
Después de haber explicado las
condiciones en que desenvuelve actualmente sus actividades la clase obrera,
dueña del poder en Rusia, creo conveniente tratar algo de lo que la prensa
burguesa ha llamado el fracaso del comunismo en Rusia y la vuelta al
capitalismo, hechos que son de gran importancia y que en realidad, lejos de
significar una vuelta al capitalismo significan una mayor seguridad para el
establecimiento del comunismo.
Bajo la denominación de LA NUEVA
POLITICA ECONOMICA, vulgarmente llamada en Rusia con la abreviación de la
"NEP", se restablecieron en Rusia algunos métodos capitalistas, como
ser:
—Arrendamiento de algunas
fábricas, a capitalistas;
—Comercio libre; y
—Restablecimiento de los
salarios en moneda, como consecuencia de las dos circunstancias anteriores.
Pero también es cierto que, si
por una parte se volvió al uso de estos métodos, que bajo ningún concepto puede
llamarse fracaso del comunismo, TAMBIEN ES MUCHO MAS VERDADERO Y REAL que,
junto con el restablecimiento de esas medidas, se verificó LA EXPROPIACION MAS
COMPLETA Y DEFINITIVA de toda la burguesía, cosa que hasta ese momento no se
había completado. Es decir, la adopción de la "Nueva Política
Económica", que significa el restablecimiento de algunos métodos
capitalistas, impuso como una medida indispensable LA ABOLICION COMPLETA Y
DEFINITIVA DE LA PROPIEDAD PRIVADA, que hasta ese momento no se había
completado.
Hasta el establecimiento de la
Nueva Política Económica, el comercio se hacía solamente por los órganos del
Soviets. Una vez aplicada la "NEP", se restableció, la libertad de
comercio, hecho que trajo la circulación de capitales y que por lo tanto,
produjo mucho más desarrollo a todas las industrias. Es decir, con capital
burgués se fortifica la potencia industrial sovietista de hoy, base del
industrialismo comunista de mañana.
La Rusia acosada por las
contra-revoluciones, que pagaban el oro de los aliados, bloqueada por los aliados,
con el desastre del Volga que produjo el hambre en esa región, y soportando
todavía las consecuencias de la guerra europea que habían destrozado toda su
economía, tuvo que recurrir a la adopción de la Nueva Política Económica, con
mayor razón cuando no se veía la posibilidad de que la revolución se
desarrollase en otros países que hubieran podido servir de apoyo a la
Revolución Rusa.
Para comprender mejor los hechos
desarrollados a este respecto en Rusia, veamos lo que dice Trotsky informando
al 2º Congreso
Mundial de la Internacional Comunista.
LA REPUBLICA RUSA
SU SITUACION ECONOMICA
Los siguientes puntos de vista
constituyen los fundamentos del informe presentado por mí al 4º Congreso de la 3ª Internacional, sobre la situación económica del
Soviet en Rusia.
León Trotsky.
1. La cuestión de la dirección
tomada por el desarrollo económico del Soviet en Rusia debe ser comprendida y
valorada desde dos puntos de vista por la clase de los trabajadores conscientes
de todo el mundo: primero, desde el punto de vista del interés en el bienestar
de la primera república de los trabajadores del mundo, su permanencia, su
fortaleza, su progresivo mejoramiento y su evolución hacia el socialismo, y
segundo, desde el punto de vista de las lecciones y conclusiones que pueden
sacarse de la experiencia rusa por el proletariado de otros países para la
aplicación a la actividad constructiva después de la conquista del poder del
estado.
2. Los métodos y la rapidez de
la actividad económica constructiva del proletariado triunfante son
determinados: a) por el estado de desarrollo al cual han llegado las fuerzas
productivas, no sólo en la economía general sino también en sus ramas separadas
y muy especialmente en las relaciones entre la industria y la agricultura; b)
por el nivel de cultura y organización del proletariado como clase dirigente;
c) por la situación política subsiguiente a la conquista del poder por el
proletariado (resistencia de las clases burguesas derrocadas, actitud de la
pequeña burguesía y de los campesinos, extensión de la guerra civil y sus
consecuencias, intervenciones militares del exterior, etc.).
Cuando más desarrolladas son las
fuerzas productivas de un país, mayor es el nivel de cultura, y de organización
del proletariado y menor la resistencia de las clases derrocadas, de modo que
la transición de la economía capitalista a la socialista puede acometerse más
rápida, sistemática y regularmente por el proletariado triunfante.
Una coincidencia significativa
de circunstancias históricas ha querido que fuera Rusia el primer país que
forzara el paso a la evolución socialista y esto aun cuando Rusia, a pesar de
la extrema concentración en las ramas principales de su industria, está
económicamente retrasada y sus masas de trabajadores y campesinos, a pesar de sus
cualidades políticas extraordinariamente revolucionarias como vanguardia del
proletariado, están igualmente retrasadas en cultura y organización.
Estas contradicciones en la
estructura económica, social y política de Rusia y el hecho de que la república
de los soviets haya sido y continúe siendo asediada por el capitalismo, es lo
que determina la orientación del trabajo económico constructivo del gobierno de
los trabajadores y campesinos, y es lo que determina los cambios hechos en esta
obra constructiva y las razones para adoptar la así llamada "Nueva
política económica".
3. La completa expropiación no
sólo de la grande y mediana burguesía, sino también de la pequeña burguesía de
la ciudad y del campo, fue una medida impuesta tanto por las necesidades económicas
como por las circunstancias políticas. La continuación del dominio capitalista
en todo el resto del mundo tuvo por consecuencia que tanto la grande como la
pequeña burguesía no creyeran en que pudiera mantenerse el Estado de los
trabajadores. Y esta incredulidad determinó la formación de reservas para la
contrarrevolución de la burguesía terrateniente. Bajo tales circunstancias la
resistencia de la burguesía debe ser quebrantada y el poder del Soviet
confirmado, únicamente por la completa expropiación de la burguesía y de la
capa superior de explotadores de la población de la ciudad. La victoria del
estado de los trabajadores fue entonces asegurada por esta política firme y
decidida, la cual obligó a las masas vacilantes de los campesinos a escoger entre
la restauración de los terratenientes y el estado de los trabajadores.
4. De esta manera el estado de
los trabajadores tomó posesión, inmediatamente después de su ascensión al poder
de todas las grandes y pequeñas industrias. Las relaciones mutuas entre las
distintas ramas de la industria habían sido completamente desquiciadas mucho
antes de la revolución, por la reconstrucción de la industria durante y para la
guerra. El personal del principal mecanismo de la administración económica
había emigrado o estaba ocupado en los frentes blancos. Y por lo que respecta a
los que quedaron en Rusia hacían todo el sabotaje que les era posible.
La conquista y la conservación
del poder por la clase trabajadora fueron logradas al precio de la rápida y
despiadada destrucción de todo el mecanismo de la administración económica
burguesa en todas sus ramas y a través de todo el país. Tales fueron las
condiciones que originaron la llamada "guerra comunista".
5. La tarea más urgente del
nuevo régimen consistió en asegurar la provisión de alimentos para las ciudades
y el ejército. La guerra imperialista había ya realizado la transición del
libre comercio de los cereales al monopolio. Al estado de los trabajadores que
había destruido bajo la presión de la guerra civil todas las organizaciones del
capital comercial, le fue naturalmente imposible iniciarse restableciendo el
libre cambio para los cereales. Se vio entonces en el caso de reemplazar el
mecanismo comercial que había destruido por un mecanismo de estado que operara
sobre la base de la requisa obligatoria del excedente del producido de las
empresas agrícolas. La distribución de los alimentos y de otros artículos de
consumo tomó entonces la forma de dar una ración uniforme sin tener para nada
en cuenta la calificación y productividad de quienes la recibían. Este "comunismo"
fue con razón llamado "comunismo de guerra", no sólo porque
reemplazaba los métodos económicos por métodos de guerra, sino porque servía
principalmente propósitos militares. No era cuestión de asegurar un desarrollo
sistemático de la economía bajo las condiciones existentes, sino obtener la
alimentación necesaria para los ejércitos que se hallaban en el frente y evitar
la muerte de la población trabajadora. El comunismo de guerra fue el régimen de
una fortaleza sitiada.
6. En la esfera industrial se
creó un sistema altamente centralizado basado sobre las uniones obreras. Este
sistema tenía por objeto inmediato obtener el mínimo de la producción necesaria
para continuar la guerra civil poniendo en movimiento las empresas industriales
totalmente arruinadas por la guerra, la revolución y el sabotaje. Se obtuvo así
algo parecido a un plan uniforme utilizando las fuerzas productivas existentes
en un grado insignificante.
7. Si la victoria del
proletariado ruso hubiera sido seguida rápidamente por la victoria del
proletariado en la Europa occidental, ello no sólo hubiera contribuido
poderosamente a acortar la guerra civil en Rusia, sino que las relaciones más
estrechas de la economía del Soviet de Rusia con aquellas de los países
proletarios altamente desarrolladas hubiera abierto nuevas posibilidades de
organización y de técnica para el proletariado ruso. En este caso la transición
del "comunismo de guerra" al socialismo real hubiera podido realizarse,
sin duda, en un período mucho más breve y sin las convulsiones y retrocesos que
la Rusia proletaria ha debido sufrir durante estos cinco años.
8. La retirada económica —o
hablando con mayor corrección, la retirada política al frente económico— fue
absolutamente inevitable tan pronto como quedó definido el hecho de que la
Rusia del Soviet tenía por delante la tarea de construir su economía, auxiliada
únicamente por su propia organización y sus propios recursos técnicos, hasta
tanto transcurriera el período indefinido que se necesita para preparar al
proletariado de Europa para la conquista del poder.
Los sucesos originados en
febrero de 1921 por la contrarrevolución evidenciaron que era completamente
imposible posponer la mejor adaptación de los métodos económicos del trabajo
socialista constructivo a las necesidades de los campesinos. Por otra parte,
los hechos revolucionarios ocurridos en Alemania en marzo de 1921 mostraron que
era totalmente imposible demorar por mayor tiempo una "retirada"
política, en el sentido de una lucha preparatoria para conquistar la mayoría de
la clase trabajadora. Estos dos movimientos de retroceso fueron contemporáneos,
y tienen, según hemos visto, una íntima relación. Pueden ser considerados como
retrocesos en un sentido dado, pues lo que en verdad demostraron fue que tanto
en Alemania como en Rusia era necesario un período de preparación: un nuevo
curso económico en Rusia y una lucha para plantear exigencias favorables a la
transición y el frente único en occidente.
9. El soviet dejó entonces los
métodos del comunismo de guerra y volvió a los del mercado. La requisa de los
excedentes agrícolas fue reemplazada por los impuestos en especies, con lo cual
los campesinos quedaban en libertad para vender su excedente en el mercado; se
restableció el tráfico monetario, tomándose una serie de medidas para
estabilizar los cambios; se reintrodujo el cálculo comercial en las empresas
industriales del Estado y los salarios pasaron otra vez a depender de la
capacidad y producción de los trabajadores y un número grande de industrias
pequeñas y medianas fueron entregadas a la explotación privada. La
característica esencial de la "Nueva política económica" reside en la
reanudación del mercado con sus métodos y sistemas.
10. Después de cinco años de
existencia de la República del Soviet, su economía puede, en líneas generales,
resumirse así:
a) Toda la tierra y el suelo, pertenecen al Estado. Alrededor
de un 95% de la tierra arable se halla a disposición de los campesinos para el
cultivo; los impuestos en especies pagados por los campesinos en el curso del
último año pasaron de 300 millones de puds de centeno de una cosecha,
aproximadamente las tres cuartas partes de una cosecha media de antes de la
guerra.
b) Todo el sistema ferroviario
(más de 63.000 verstas) es de propiedad del Estado. Los empleados y obreros que
ascienden a más de 800.000, realizan actualmente más o menos una tercera parte
del trabajo que se hacía antes de la guerra.
c) Todas las empresas
industriales pertenecen al Estado. Las más importantes de ellas (más de 4.000
empresas ocupan a más de un millón de obreros y son dirigidas por el propio
Estado. Alrededor de cuatro mil empresas de segunda y tercera categorías, que
emplean más de 80.000 obreros, trabajan sobre la base de arrendamientos. Cada
empresa del Estado emplea un promedio de 207 trabajadores y cada una de las
arrendadas un promedio de 17. Pero de las industrias arrendadas sólo la mitad
está en manos de los particulares; la otra mitad ha sido arrendada por
organizaciones independientes del mismo Estado o por organizaciones
cooperativas.
d) El capital privado opera hoy
principalmente en la esfera del comercio. De acuerdo con los primeros cálculos
hechos —pero que son sólo aproximados— más o menos el 30% del movimiento
comercial se hace con capital privado y el 70% restante consiste en sumas de
propiedad de las organizaciones independientes y de las cooperativas que
mantienen estrecha relación con el estado.
e) El comercio exterior, que
alcanzó en el último año en las importaciones a la cuarta parte de antes de la
guerra y en las exportaciones a una veinteava parte, está completamente
concentrado en manos del Estado.
11. Los métodos del comunismo de
guerra, esto es, los métodos de un registro y una distribución toscamente
centralizados, han cedido el lugar a la nueva política: los métodos del
mercado; la compra y venta, el cálculo comercial y la competencia. Pero en este
mercado el estado desempeña una función directiva, en su condición de más
poderoso propietario, comprador y vendedor. La abrumadora mayoría de las
fuerzas productivas de la industria, así como todos los medios de tráfico
ferroviario, están directamente concentrados en manos del Estado. De esta
suerte la actividad de los órganos económicos del Estado se ven controlados por
el mercado y, en una extensión considerable, también regidos por él. El cálculo
comercial y la competencia sirven para discernir si las diferentes empresas
trabajan con beneficio. El mercado sirve de eslabón entre la agricultura y la
industria, la ciudad y el campo.
12. En tanto exista un mercado
libre, es inevitable que el capital privado funcione en él y que entre en
competencia con el capital de Estado, al principio en el comercio solamente,
para luego intentar penetrar en la industria. La guerra civil entre el
proletariado y la burguesía se sustituye por la competencia entre la industria
proletaria y la industria burguesa. Y así como uno de los principales objetivos
de la contienda, en la lucha civil es la conquista política de los campesinos,
en la misma forma la lucha actual se libra alrededor del control del mercado
agrícola. En esta lucha el proletariado tiene enormes ventajas de su parte: las
fuerzas productivas de más alto desarrollo en el país, y el poder del Estado.
La burguesía, por su parte, posee la ventaja de su mayor pericia y, hasta
cierto punto, sus relaciones con el capital extranjero, especialmente el de los
emigrados.
13. Debe recalcarse la
importancia de la política impositiva del Estado obrero y la de la reunión de
las instituciones de crédito en manos del Estado, siendo estos los más
poderosos medios para asegurar el ascendiente de las formas de la economía de
Estado, esto es, las formas de tendencia socialista, sobre las formas del
capitalismo privado. La política impositiva permite utilizar para los fines del
Estado obrero porciones siempre mayores de las rentas del capital privado, no
solamente en la agricultura (el impuesto en especies), sino también en el
comercio y la industria. De este modo aún el capital privado (¡las concesiones!)
es compelido por la dictadura proletaria a pagar tributo a la acumulación
socialista que actualmente se inicia.
Por otra parte, el crédito
comercial-industrial concentrado en manos del Estado proporciona (como lo
prueban los datos estadísticos de los últimos meses) el 75% a las empresas de
Estado, el 20% a las cooperativas, y el 5% a lo sumo a las empresas privadas.
14. El aserto de los
socialdemócratas, quienes declaran que el Estado sovietista ha
"capitulado" frente al capitalismo, es pues una obvia y torpe
desfiguración de hechos concretos. En realidad el Estado sovietista sigue el
camino económico que sin duda hubiera seguido en los años 1918-1919, de no
haberse visto obligado por las exigencias imperativas de la guerra civil a
expropiar completamente a la burguesía de un golpe, a destruir el aparato
económico burgués y reemplazarlo por el aparato del comunismo de guerra.
15. El más importante resultado
político y económico de la NEP es la comprensión real y permanente establecida
por los campesinos que se sienten estimulados a extender e intensificar sus
operaciones al ser admitidos al mercado libre. La experiencia de los últimos
años, especialmente el aumento de las cosechas de invierno, asegura toda clase
de razones para esperar un mejoramiento continuo y sistemático de la
agricultura. Esto significa no sólo la creación de una reserva alimenticia para
el desarrollo industrial de Rusia, sino una muy importante reserva de
mercancías para el comercio exterior. De hoy en más, los cereales rusos
aparecerán en cantidades siempre crecientes en el mercado de Europa. El
significado de este factor para la revolución socialista de Occidente, se puede
ver claro.
16. Las ramas de industria que
trabajan para el consumo inmediato, y especialmente para el mercado rural, han
hecho indiscutidos y muy notables progresos durante el primer año de la NEP. Se
reconoce, en cambio, que la situación de la industria pesada es aún
extremadamente difícil, pero este atraso de la industria pesada, debido solo a
las condiciones producidas durante los últimos pocos años, se atenuará en
proporción al progreso realizado en la reconstrucción del cambio de mercancías;
podrá darse un impulso real a la construcción de máquinas, a la explotación
metalúrgica y a la producción de combustible, que naturalmente es seguro que
recibirán la mayor atención del Estado, únicamente después que se hayan
obtenido los primeros éxitos en la agricultura y en la industria liviana. El
estado extenderá su esfera económica, concentrará un capital rodante cada vez mayor
en sus manos, y renovará entonces por medio del Estado el capital fundamental
(acumulación original socialista). No hay absolutamente razones que permitan
asegurar que la acumulación de Estado procederá en forma más lenta que la
acumulación capitalista privada y que el capital privado saldrá vencedor de la
lucha.
17. En lo que concierne al
capital extranjero (compañías mixtas; concesiones, etc.), el papel desempeñado
por él en Rusia, aparte de su política propia extremadamente vacilante y cauta,
está determinado por las consideraciones y cálculos del Estado obrero, el cual
se conserva invariablemente dentro de los límites requeridos para el
mantenimiento de la economía de Estado cuando confiera inversiones industriales
o cuando entra en contratos comerciales. El monopolio del comercio exterior es
en este respecto una seguridad extraordinariamente importante para el
desarrollo socialista.
19. La inclusión de los
campesinos en el plan sistematizado de economía de Estado, vale decir, de la
economía socialista, es una tarea todavía más fastidiosa y complicada. Las
organizaciones cooperativas, controladas y dirigidas por el Estado, allanan las
dificultades de esta labor satisfaciendo las más imperativas necesidades del
campesino y de sus haciendas. Este proceso será conducido con tanta mayor
rapidez económica en proporción al acrecentamiento de la cantidad de productos
de la industria que puedan ser destinados a las villas por intermedio de las
cooperativas. Pero el principio socialista habrá triunfado completamente en el
dominio de la agricultura una vez que la electrificación se haya realizado,
poniendo fin a la separación bárbara de la producción agraria. El plan de
electrificación forma así un elemento importante del plan económico del Estado
colectivista, y como su importancia aumentará en proporción al acrecentamiento
del poder productivo, de la agricultura, ganará ascendiente en el futuro,
convirtiéndola en el fundamento de toda la economía socialista.
20. La organización económica
consiste en la correcta distribución de fuerzas y medios con un propósito
determinado entre las varias ramas y empresas, y en la racional, vale decir,
más económica utilización de estas fuerzas y medios en cada empresa. El
capitalismo obtiene este fin por la oferta y la demanda, la competencia, los
mercados favorables y las crisis. El socialismo alcanzará el mismo objeto por
la elaboración consciente de la economía nacional primero y mundial luego, con
un todo uniforme, sobre un plan general fundado en los medios de producción y
exigencias existentes y por consecuencia comprensivo y al mismo tiempo
notablemente elástico. Semejante plan no puede hacerse a priori; ha de
elaborarse de acuerdo con la herencia económica legada al
proletariado por el pasado, y en su elaboración han de introducirse
alteraciones y reconstrucciones sistemáticas, con creciente ánimo y decisión,
en armonía con el aumento de la experiencia económica y del poder técnico
logrado por la clase obrera.
21. Está completamente claro que
ha de transcurrir una larga época entre el régimen capitalista y el socialismo,
y que durante esta época el proletariado debe hacer uso de los métodos y formas
de organización del intercambio capitalista (dinero, cambio, bancos, cálculo
comercial), con el propósito de ganar un creciente control del mercado, y a fin
de que éste llegue a ser tan centralizado y unificado que permita abolirlo
finalmente y reemplazarlo por un plan centralizado cuyo fundamento fuera toda
la evolución económica anterior, constituyendo así el requisito previo para un
ulterior desarrollo de la economía. La República sovietista recorre hoy este
camino; pero sólo se halla en su comienzo y muy lejos aún de la meta. El hecho
de que la República sovietista fue obligada por las condiciones objetivas a adoptar
el comunismo de guerra, y forzada por la de mora de la revolución en Occidente
a efectuar cierta retirada —retirada, sin embargo, más formal que material— ha
velado el cuadro real, ofreciendo a los pequeños burgueses adversarios del
Estado obrero la oportunidad de hablar de capitulación al capitalismo. En
realidad, sin embargo, el curso de la evolución en la Rusia sovietista no es
del socialismo al capitalismo, sino del capitalismo —temporariamente apretado
por los métodos del llamado comunismo de guerra— al socialismo.
22. La afirmación según la cual
la disminución de la producción en Rusia es el resultado de los métodos
económicos socialistas o comunistas, es completamente insostenible e
históricamente absurda. En realidad, ella resultó principalmente como
consecuencia de la guerra, y después, de la revolución, que postró a Rusia por
la guerra civil. La revolución francesa, que echó las bases para el formidable
capitalista de Francia y del resto de Europa, tuvo por resultado inmediato la
mayor devastación y la ruina económica.
Diez años más tarde de la
revolución, Francia era mucho más pobre que antes de ella. La circunstancia de
que en la república del Soviet la industria no produjera en el año último más
que una cuarta parte de la producción de antes de la guerra, no prueba el
fracaso de los métodos socialistas, que aún no han podido ser aplicados, sino
la magnitud de la ruina económica, consecuencia inevitable de una revolución
como la sufrida.
Pero mientras exista la sociedad
humana basada en las clases, todo gran adelanto deberá ser pagado con el
sacrificio de las vidas humanas y de materiales, sea ya para la transición del
feudalismo al capitalismo, o para la transición mucho más trascendental del
capitalismo al socialismo.
23. Lo que antecede basta por sí
solo para contestar en qué grado la política económica designada como nueva en
Rusia forma un estado necesario de toda revolución proletaria. Deben
distinguirse dos elementos en la nueva política económica: a) el momento de la
"retirada", ya caracterizado más arriba, y b), el manejo económico
del estado proletario sobre la base del mercado con todos sus métodos,
procedimientos y combinaciones.
a) En cuanto a la
"retirada", ella puede también ocurrir en otros países como resultado
de acontecimientos políticos provocados por la necesidad, en el trajín de la
guerra civil, de despojar al enemigo del mayor número de empresas de las que el
proletariado es capaz de organizar económicamente.
Las retiradas parciales que
resulten de esto pueden ocurrir en cualquier país, pero en ninguno tendrán el
carácter y la gravedad que tuvieron en la Rusia agraria, donde la guerra civil
comenzó recién cuando el proletariado conquistó el poder. Hoy no podemos dudar
que en la mayoría de los países capitalistas el proletariado llegará únicamente
al poder después de una obstinada, severa y larga guerra civil; en otras
palabras, el proletariado de Europa tendrá que atacar a los cimientos del poder
enemigo antes de llegar al poder, y no después de su conquista. Y en cualquier
caso la resistencia de la burguesía —militar, política y económica— será cada
vez más débil, en relación al número de países en que el proletariado haya
conquistado el poder. Esto significa que el momento de la conquista armada de
la industria y el momento subsiguiente de la retirada económica tendrán un rol
incomparablemente menor en otras partes que el que tuvieron en Rusia.
b) Por lo que respecta a la
utilización de los métodos y organizaciones creados por los capitalistas para
regular nuestra economía, todos los estados de trabajadores tendrán que pasar
por ese período en mayor o menor grado en su marcha desde el capitalismo al
socialismo. En otras palabras, todo nuevo gobierno obrero después de haber
destruido inevitablemente todas las organizaciones económicas capitalistas en
mayor o menor grado durante la guerra civil (intercambio, bancos, truts,
sindicatos), los restaurará de nuevo, subordinándolos políticamente y después
de haberlos dispuesto la organización del mecanismo colectivo de la dictadura
del proletariado, tendrán que apoderarse de ellos por el trabajo constructivo
para ir gradualmente con su ayuda realizando la reconstrucción de la economía
sobre la base socialista.
Cuanto mayor sea el número de
los países en que el proletariado esté en el gobierno, y cuanto más fuerte sean
los proletarios al subir al poder, más difícil será al capital y aun a los
capitalistas el emigrar y más débil será el apoyo que puedan prestar para
realizar el sabotaje en la parte administrativa y de los técnicos
intelectuales. Con ello será mucho menor la destrucción de los materiales y
organizaciones capitalistas, y más fácil la tarea de la reconstrucción.
24. La rapidez con que el estado
de los trabajadores pase este período, durante el cual el socialismo naciente
se encuentra aún envuelto y se desarrolla dentro de su crisálida el
capitalismo, dependerá, según se ha indicado, de la situación política y
militar y también del nivel de organización y cultura que haya alcanzado la
clase trabajadora y del grado de desarrollo y de las condiciones de las fuerzas
productoras existentes en el momento de llegar los trabajadores a ocupar el
poder.
Cuanto más avanzado sea el grado
de evolución de estos factores, con mucha mayor celeridad pasarán evidentemente
los estados proletarios por transición a la economía socialista y de aquí el
comunismo perfecto.
L. TROTSKY
PARTE DEL INFORME DE LENIN
Después de este claro y concreto
informe de Trotsky, veamos lo que dice Lenin:
"Para explicar cómo hemos
comenzado esta nueva política económica" debo decir que a principios de
1918, he tenido una corta polémica referente a la cuestión de nuestra actitud
al respecto del capitalismo de Estado. Decía entonces: "En relación a la
política económica actual de la República Federal Socialista de los Soviets, es
decir en relación a la situación económica de 1918, el capitalismo de Estado
constituye un progreso. Si por ejemplo podríamos en seis meses introducir
el capitalismo de Estado entre nosotros sería un gran éxito y la mejor garantía
que en el intervalo de un año el socialismo estaría firme e inconmoviblemente
estable en Rusia.
Esto puede parecer extraño,
asimismo insensato, puesto que nuestra República era una República Socialista y
todas las medidas que tomábamos, incluso las medidas económicas no podían ser
calificadas de otra manera que de socialistas. Pero en relación a la situación
económica, de la República en esa fecha, yo sostenía la opinión que el
capitalismo de Estado constituía un paso adelante e ilustraba este
pensamiento por la simple enumeración de los diversos elementos de nuestra estructura
económica. Estos elementos eran los siguientes:
1º Una forma patriarcal, (la agricultura en su
forma más primitiva);
2º La pequeña producción, (comprendo en ella la
mayoría de los campesinos que trafican con sus cereales);
3º El capitalismo privado;
4º El capitalismo de Estado;
5º El socialismo.
Todas estas clases estaban
representadas en Rusia en 1918. Me daba por tarea entonces buscar las
relaciones recíprocas existentes entre ellas, y de estas relaciones surgía lo
que a todo el mundo pueda parecer tan extraño, que una forma no socialista, en
una República que se proclama socialista, sea reconocida como superior al
socialismo.
Veíamos claramente que el
elemento pequeñoburgués prevalecía y no podíamos hacernos una idea exagerada de
las posibilidades existentes para una obra de construcción socialista.
Habiendo demostrado que desde
1918 habíamos previsto el capitalismo de Estado como una línea de retirada
posible, paso ahora a los resultados de nuestra nueva política económica. En
1921, después de pasada la etapa más difícil de la guerra civil, estalla una
grave crisis interior, la más grave según creo desde el nacimiento de la
República. Grandes masas campesinas y no solamente campesinas sino también
algunos obreros manifestaban su descontento. Era la primera vez y espero que
será la última en la vida de la República Sovietista, que teníamos las masas
campesinas contra nosotros, si no en forma consciente, al menos
instintivamente, y por el estado de su espíritu.
¿Cuál era la causa?
La causa consistía en que en
nuestro avance económico fuimos muy lejos sin asegurar nuestras bases: si no
estábamos en condiciones de darnos esas bases y de limitarnos a tareas más
fáciles, estábamos perdidos. Por ello desde la primavera del mismo año
decidimos por unanimidad la nueva política económica.
Esta posición, ¿nos ha salvado?
o bien los resultados ¿no han sido decisivos? Creo que con toda conciencia
podemos responder afirmativamente. El año y medio transcurrido, prueba positiva
y absolutamente que podemos soportar el examen con éxito.
Tomemos por ejemplo el sistema
financiero, el famoso rublo ruso. Si conseguimos estabilizar el rublo al
principio por un cierto tiempo, después para siempre nuestra economía podrá
desarrollarse sobre bases sólidas. En 1921, el período de estabilización del
curso del rublo papel duró menos de tres meses; en 1922, aun cuando no ha
terminado este período ha durado cinco meses. Este hecho prueba que después de
iniciada la nueva política económica, estamos progresando. La estabilidad del rublo
tiene una gran importancia para los campesinos y la masa enorme de los pequeños
productores, y los campesinos se encuentran ahora en una situación tal que no
podemos temer de su parte ningún movimiento hostil.
En la pequeña industria notamos
un progreso general que trae aparejado un mejoramiento relativo de la situación
de la clase obrera tanto en Petrogrado como en Moscú.
En la gran industria la
situación es aún difícil. La historia económica capitalista nos demuestra que
para los países atrasados los empréstitos a largos plazos podrían ser muy
útiles al progreso de la gran industria, pero no los hemos obtenido y todo
lo que se ha escrito sobre concesiones y otras operaciones análogas no existen
más que sobre el papel. La gran industria representa, pues, un problema
difícil, pero a pesar de ello notamos una mejora en su situación. Igualmente
nuestra actividad comercial que nos ha proporcionado un cierto capital, alrededor
de veinte millones de rublos oro. Son recursos que podemos emplear para
facilitar el desarrollo de la gran industria. Tenemos absoluta necesidad de la
gran industria, pero para poder colocarla en estado normal hace falta años. La
gran industria necesita de subsidios del Estado. Si no pudiéramos acordárselos
estaríamos perdidos como país civilizado y sobre todo como país socialista.
Hemos hecho un paso decisivo puesto que comenzamos a encontrar los recursos
necesarios para volver su actividad a la gran industria.
La cuestión más importante para
nosotros es la preparación económica del régimen socialista. No podíamos
preparar ese régimen por la vía directa, fue necesario accionar por vía
indirecta. El capitalismo de Estado que hemos instituido es de una especie
particular. No corresponde a la definición ordinaria de capitalismo de Estado. Tenemos
todos los puestos de dirección, el suelo, las partes más importantes de las
industrias, hemos arrendado cierta parte de la pequeña y de la
mediana industria, QUEDANDO TODO EL RESTO EN NUESTRAS MANOS. En el comercio hemos
fundado sociedades mixtas, es decir sociedades en que una fracción del
capital pertenece a capitalistas privados extranjeros y la otra parte NOS
PERTENECE. Aprendemos a hacer el comercio y además, si algún día lo
consideramos necesario tenemos siempre la posibilidad de disolver esas sociedades
en que la mayoría del capital nos pertenece. Aprendemos y no arriesgamos
nada.
Sin duda hemos cometido muchas
faltas: somos un país atrasado, nuestra cultura es mínima, estamos sin ayuda.
Nuestro organismo de Estado tiene muchas deficiencias; los antiguos
funcionarios nos han saboteado, y debemos trabajar mucho para transformar el
aparato administrativo, para perfeccionarlo y atraerle nuevas fuerzas;
procuramos hacerlo y hasta tal vez demasiado rápidamente con nuestras escuelas
de administración sovietista, con nuestras facultades obreras, donde docenas de
millares de jóvenes aprenden y trabajan. Nuestra tarea está comenzada y
esperamos que dará sus frutos cuando tengamos dentro de algunos años una masa
de jóvenes instruidos en la medida necesaria para transformar radicalmente
nuestra deficiente organización de Estado".
Estas claras y precisas
declaraciones de Trotsky y de Lenin, dejan establecido, sin lugar a dudas, los
siguientes hechos:
Toda la tierra es propiedad del
Estado;
Todos los ferrocarriles, todas
las industrias grandes, medianas y pequeñas son, como la tierra, propiedad del
Estado Obrero.
Esto es fundamental. El llamado
derecho a la propiedad privada ha sido abolido en Rusia. Nadie es propietario
de tierras, casas o fábricas en Rusia.
Abolido el derecho a la
propiedad que significaba la terrible esclavitud de las masas de la población,
la organización obrera: el Partido Comunista y las Federaciones Obreras por
industrias toman a su cargo la tarea de organizar la administración de la producción
y de los servicios públicos.
En la tarea de organizar la
administración de la producción y los servicios públicos, se tropieza con
dificultades que impiden el rápido progreso a que aspiran los comunistas,
dificultades creadas por los daños causados por siete años de guerra y
contrarrevoluciones, que destrozaron las industrias, por la sequía del Volga, y
por el bloqueo que los países llamados civilizados han mantenido contra Rusia.
En esta situación los gobernantes de Rusia resuelven arrendar algunas partes de
las industrias y volver a la libertad de comercio con cuyas medidas el gobierno
adquiere los recursos para reconstruir la gran industria.
Estas medidas de arrendar
algunas partes de la industria y facilitar el comercio libre —que darán grandes
recursos al Estado Obrero— no anulan el hecho fundamental ya inamovible de la
abolición de todo derecho a la propiedad privada, es decir por sobre el
arrendamiento de algunas fábricas a capitalistas privados, y el
restablecimiento de la libertad de comercio, que hasta diciembre de 1922 sólo
abarca un 30 por ciento del movimiento comercial, por sobre todo eso se
mantiene en pie que:
—Toda la tierra es propiedad del
Estado;
—Todos los ferrocarriles, todas
las industrias siguen siendo propiedad del Estado Obrero.
Agreguemos a esto las
declaraciones de Lenin, cuando dice más o menos:
—Está en nuestras manos abolir
cuando queramos cualquier acuerdo celebrado con los capitalistas privados.
"Aprendemos y no arriesgamos nada".
Es inútil, pues, que los agentes
del capitalismo pretendan desprestigiar las actividades de los nuevos
gobernantes de Rusia. Ellos saben lo que hacen.
Las nuevas fuerzas que dirigen
la organización social de Rusia, marchan de una manera segura a la construcción
de la sociedad comunista, aun cuando para ello tengan que afirmarse, en
determinados casos, en algunos métodos del sistema capitalista.
Sobre mantener intacta la
abolición del sistema capitalista de propiedad privada; sobre mantener intacta,
en poder del Estado Obrero, toda la tierra, todos los ferrocarriles, todas las
industrias, etc., sobre conservar este hecho fundamental, conquistado con la
Revolución proletaria del 7 de noviembre, se mantienen en pie, invariables
estos otros hechos:
—El gobierno en manos del
Partido Comunista;
—Los Soviets, órganos del nuevo
sistema de gobierno, siguen siendo elegidos por la masa trabajadora;
—Las Federaciones Obreras
conservan sus derechos, como órganos del Estado Obrero, que intervienen en la
producción y en la organización del Trabajo;
—Los obreros en las fábricas
conservan sus derechos de seguir interviniendo en el control del trabajo.
A los enemigos del comunismo no
les falta motivo para demostrar sus falsos razonamientos con que combaten el
sistema sovietista de Rusia y su actual situación industrial. Han combatido a
Rusia desde el primer momento, protestando que no es aceptable la dictadura
proletaria y la siguen combatiendo por la misma razón y además por la
introducción de la Nueva Política Económica.
Combaten la dictadura proletaria
sin conocer las necesidades de su aplicación allá. Fingen ignorar que un país
tan inmenso necesita de muchos elementos para defender su nuevo estado de
cosas, o se quieren figurar que la burguesía derrotada está ya definitivamente
conforme con el nuevo estado de cosas y no hay peligro ninguno de que pretenda
volver a conquistar el poder para restablecer su sistema de explotación.
Combaten la Nueva Política
Económica, pretendiendo hacer creer a los incapaces de reflexionar, que eso es
una vuelta al sistema capitalista, con lo cual los actuales gobernantes de
Rusia demostrarían una complicidad con el capitalismo. Valiéndose de estos
pretextos y ocultando su odio al comunismo, quieren hacer creer a los que no
comprenden bien lo que se está haciendo en Rusia, de que es imposible el
establecimiento de un sistema comunista.
Los que se hacen llamar
anarquistas hablan de que es inaceptable que haya un sistema de gobierno en
Rusia, porque dicen que derrotado ya el régimen capitalista, no hay necesidad
de gobiernos ni de ejércitos, demostrando con estas teorías o que son unos
perfectos imbéciles o que son agentes del capitalismo que se valen de este
pretexto para desprestigiar el nuevo régimen que se está organizando en Rusia.
No puede suprimirse la actual
forma de gobierno, porque significaría la más grande traición al pueblo, pues
sería abrir el camino para que la burguesía aprovechara semejante situación y
restaurara su régimen de explotación y de tiranías.
Pero por el hecho de que exista,
en Rusia, la dictadura proletaria, que es la obra y la acción del mismo
proletariado; pero aun suponiendo que esa dictadura sea sólo la obra del
Partido Comunista, por este hecho se niega que la clase trabajadora de Rusia
tenga en sus manos el poder económico y que por medio de sus Federaciones establece
los salarios, los horarios, las condiciones de trabajo, fiscaliza la
administración, interviene en la administración, en la educación, en la salud,
en la vivienda, etc. Efectivamente la mayoría de los que se hacen llamar
anarquistas, opinan en más pesimistas condiciones que los mismos capitalistas,
cuando niegan que existan todas las ventajas ya conquistadas.
La clase capitalista ha
reconocido que el sistema capitalista esta abolido en Rusia. Este
reconocimiento puede significar dos cosas:
Que la clase obrera al
apoderarse de las industrias capitalistas se ha constituido a la vez en clase
capitalista, lo que es un absurdo suponer, o que la clase obrera al expropiar a
la clase capitalista ha socializado en realidad todos los medios de producción
y de cambio.
La intervención en todos los
movimientos del Estado Obrero, de los Sindicatos o Federaciones Obreras de
Rusia, es tan efectiva, que bien podríamos afirmar que el Estado Obrero no
puede desenvolverse sin la cooperación de las Federaciones Obreras.
Leamos lo que a este respecto
nos dice el camarada Andreef, delegado al Congreso Internacional de los
Sindicatos Rojos por la Confederación General del Trabajo de Rusia, la
Confederación Obrera más grande del mundo que cuenta en la actualidad con más
de cinco millones de cotizantes, y cuya palabra merece fe a toda la clase
trabajadora organizada del mundo: (Andreef dice en su informe al 2º Congreso de la Sindical
Internacional Roja):
"Antes de la nueva política
económica, 1921, los sindicatos habían llegado a ser el brazo principal de la
dictadura del proletariado, puesto que el Partido y los Soviets eran
insuficientemente fuertes para edificar con sus manos el nuevo Estado Obrero.
En consecuencia, las tareas de la lucha de clases, de la lucha para el mejoramiento
de las condiciones de vida fueron reemplazadas en gran parte por esa tarea de
edificación económica. Ese rol de construcción económica los sindicatos lo
conservaron hasta el momento en que fue puesta en vigor la nueva política económica. Los métodos esenciales
del sistema económico aplicado por la clase obrera en el curso de este primer
período fueron los siguientes:
1) Nacionalización casi absoluta
de la industria grande, mediana y pequeña; 2) Requisiciones de alimentos
suprimiendo la libertad de comercio; 3) El reemplazo del sistema de cambio por
una repartición metódica (sistema de cartas de alimentación); 4) Centralización
de la gestión directiva entre las manos de organismos nacionales, llamados
Comités Generales. El sistema de estos Comités Generales ha degenerado con el
tiempo, en su propia antítesis, pero no es por ello menos cierto que la marcha
natural del desenvolvimiento de los hechos, nos empujaba hacia una
centralización cada vez mayor de la industria. Y, por fin, como punto 5) La
rectificación de los salarios y el pago de los mismos en mercancía sobre un
plan nacional.
Es el camino que hemos seguido
en el curso de los años 1918, 1919 y 1920. Si las condiciones particularmente
difíciles no nos hubieran desviado, hubiéramos continuado este camino todavía.
Parece que tendremos más tarde que rehacer esta etapa una vez más en las
vicisitudes de la revolución internacional, cuando la clase obrera haya podido
vencer definitivamente.
Es evidente que en esas
condiciones los sindicatos debían revisar radicalmente sus relaciones con el
Estado. En lugar de guardar la actitud hostil de antes, tratábase ahora de
reforzar por todos los medios el aparato del Estado. Las antiguas tareas de la
lucha de clases debían ser reemplazadas por la organización de la economía, la
preparación de los militantes mejores dotados a las funciones directivas, la
realización metódica y la normalización de la jornada del trabajo. Paso por
alto el trabajo educativo de las masas que ha quedado, como en el pasado, entre
las manos de los sindicatos, que solamente no lo han abandonado en este primer
período de la dictadura proletaria, sino que lo han ensanchado.
Fijando esas tareas sindicales
estábamos en desacuerdo con los adversarios de la revolución proletaria, los
mencheviques y los socialistas revolucionarios, que habían ensayado después de
la disolución de la Constituyente, de transformar los sindicatos en base de su
acción contrarrevolucionaria. De otra parte cierta tendencia en el seno del
Partido Comunista mismo, se oponía igualmente a ese punto de vista.
Los mencheviques discutían la
utilidad de la estabilización de los sindicatos. En efecto, los mencheviques
sostienen que los sindicatos, aún bajo el régimen sovietista, deben atenerse a
sus antiguas tareas, a sus antiguas relaciones con el Estado. En cuanto a
nosotros, sosteníamos que, a medida que la dictadura proletaria se reforzaba,
los sindicatos debían incorporarse de más en más al sistema general del Estado
Proletario. Eramos nosotros los que teníamos razón; prácticamente los
mencheviques y los socialistas revolucionarios perdían día a día su importancia
en el movimiento sindical ruso; el número de sus representantes en los
Congresos Sindicales disminuía de año en año y en el último Congreso Nacional
de los sindicatos no tenían ni un solo mandato, y sólo habían logrado una
tarjeta de invitación; los hechos han demostrado quién tenía razón y quién no
la tenía.
La nueva política económica ha
obligado nuevamente a los sindicatos a revisar sus prácticas. Esta revisión se
ha efectuado desde febrero de 1922, y ella fue aprobada por el 5º Congreso Nacional de los
Sindicatos Rusos. En relación con los rasgos esenciales de la nueva política
económica, (reemplazo del aprovisionamiento por el Estado, por el sistema de
los cambios libres, restablecimiento del mercado libre, empresas privadas y
arrendadas, desenvolvimiento de la autonomía de los órganos locales del
Estado), los cambios sufridos por la práctica del movimiento sindical ruso, se
han manifestado en primer lugar, por el reforzamiento del rol de los
sindicatos, desde el punto de vista de los intereses materiales y morales del
proletariado; 2º
Reducción de la participación de los sindicatos en la dirección de la
industria; 3º
Abandono de la fijación de los salarios por el Estado, regularización libre de
los salarios por contratos colectivos basados en un mínimo de salarios fijados
por el Estado. Además las modalidades de admisión en los sindicatos fueron
modificados, así como el carácter de las relaciones recíprocas en la organización
sindical.
Como se ve, la cuestión de las
relaciones esenciales entre el Estado Proletario y los Sindicatos no ha sido
modificada. En el fondo, los sindicatos han guardado su lugar en el sistema del
Estado Proletario, lo mismo que en el primer período de la revolución.
Las relaciones de los sindicatos
y del Estado Proletario podían ser cambiadas: 1º En el dominio de la participación de los
sindicatos en la producción; 2º En el dominio de los contratos colectivos; 3º En el dominio de las huelgas y
conflictos. Aquí todavía, debemos notar, que aun cuando la participación de los
sindicatos a la producción haya sido reducida en cierta medida, ella fue
mantenida en su forma reducida y sometida a una importante regularización.
Otrora, los sindicatos dispersaban sus esfuerzos en ese dominio. Ahora,
concentran toda su actitud sobre las cuestiones fundamentales, dirigen sus
esfuerzos a la participación en los órganos administrativos fundamentales de la
economía nacional. Y debemos reconocer, nosotros, miembros del Comité Central
de la C. del T. Ruso basándonos en una práctica de varios meses, que sobre todo
la importancia de los sindicatos desde el punto de vista de la participación en
la producción no ha sido disminuido. Como en el pasado, los sindicatos permanecen
estrechamente ligados a los órganos económicos del Estado, y el carácter de las
relaciones de los sindicatos con el Estado permanece el mismo en su esencia.
En cuanto a los contratos
colectivos, nuestros contratos no reflejan, como bajo un régimen capitalista,
la relación de fuerza de clases en lucha, ellos son la expresión estrictamente
técnica de deberes recíprocos, de partes contratantes, puesto que los órganos
económicos que establecen contratos colectivos con los sindicatos son ellos
mismos, también, representantes de la clase obrera, tanto como los asociados.
Esos contratos son la expresión fiel de los recursos materiales que pueden ser
puestos por el Estado a disposición de los obreros bajo formas de salarios.
Una última cuestión práctica, la
del trabajo educativo de los sindicatos se desarrolla por todos los medios. La
práctica que poseemos consiste en primer lugar en ayudar al Estado en sus
actividades de instrucción pública desde el punto de vista de la organización
de Escuelas, etc.
Los sindicatos rusos han jugado
un rol importante en la "obrerización" de los establecimientos de
instrucción pública. Desde ahora el 50 por ciento de los estudiantes de
Escuelas Superiores está constituido por proletarios calificados, designados
por los sindicatos de su seno y que en tres años se transforman en técnicos de
valor para nuestras industrias.
Camaradas: Quisiera terminar mi
Informe haciendo referencia a la cuestión de la influencia de partidos no
comunistas sobre nuestro movimiento sindical. He dicho ya que los mencheviques
y socialistas revolucionarios pierden cada año terreno en nuestro movimiento
sindical. Los sindicatos rusos se unen de más en más al único partido
revolucionario del proletariado, al comunismo revolucionario. Puede objetarse
que esta situación se explica por el hecho de que el gobierno sovietista no
deja a los mencheviques tomar parte en el trabajo, que el gobierno sovietista
pone en prisión a los mencheviques.
No tengo ninguna intención de
discutir la justicia de la actividad de los órganos del poder de los Soviets,
puesto que los enemigos de la clase obrera que son los mencheviques y los
socialistas revolucionarios, no merecen ser tratados de otra manera; pero las
persecuciones no conciernen a todos los socialistas revolucionarios ni a todos
los mencheviques. Son muy numerosos los que de entre ellos pueden trabajar en
las organizaciones económicas.
Pues bien, la influencia
menchevique decae cada vez más. Las persecuciones políticas no entran para
nada, puesto que es imposible destruir con la ayuda de las persecuciones, la
influencia de un partido que responde a los intereses del proletariado, a pesar
de las persecuciones de los comunistas en el extranjero, la influencia
comunista se desarrolla y se refuerza en los sindicatos occidentales, pero
entre nosotros la influencia menchevique baja de día en día, pues los
socialistas revolucionarios y los mencheviques se matan ellos mismos por su
pobre ideología. Podemos decir que en la hora actual del movimiento sindical
ruso es ideológicamente uno y está fuertemente vinculado al partido del
proletariado, al Partido Comunista. Las líneas de las dos organizaciones
esenciales coinciden.
Camaradas: El solo ruego que me
permitiré formular terminando mi informe consistirá en pedirles a ustedes los
representantes de la clase obrera del occidente y de oriente, de ayudarnos a
nosotros los sindicatos rusos, a probar al proletariado internacional la
falsedad de todas las acusaciones lanzadas más allá de las fronteras contra los
sindicatos rusos. Burocratismo, dependencia, frente a frente al gobierno,
ausencia de vinculaciones con las masas, etc. Ustedes pueden ayudarnos haciendo
conocer a los camaradas de occidente el movimiento sindical ruso, tal como es
en realidad, en las condiciones reales de la vida de la clase obrera rusa. Es
necesario que los camaradas occidentales sepan que los obreros rusos, habiendo
derrumbado el poder del capitalismo en Rusia han instaurado en lugar de ese
poder, el poder del proletariado. Es necesario que nuestros camaradas
extranjeros conozcan los sacrificios enormes soportados por el proletariado
ruso durante la guerra civil, en el hambre y en el frío. En esas condiciones
extremadamente difíciles que la clase obrera rusa marcha hacia la victoria no
sólo a nombre de la Revolución Rusa sino de la Revolución Mundial. Nuestra
Revolución no es más que el prólogo de la Revolución Mundial.
Es preciso que la clase obrera
del occidente sepa que actualmente la guerra civil terminada, nos encaminamos
por el largo camino de la edificación económica de nuestro país. Hemos
conseguido no solamente contener la destrucción de nuestra economía sino
también de mejorar cada vez más en forma importante las condiciones materiales
del proletariado ruso.
Pruebas evidentes que demuestran
la disminución de las fuerzas mencheviques (demócratas), son las cifras
siguientes que indican la creciente disminución de delegados a las conferencias
y congresos nacionales realizados en Rusia, como sigue:
|
Número
de
delegados
|
Mencheviques y simpatizantes
|
Porcentaje representado
|
3ª Conferencia, junio 1917
|
220
|
120
|
55.5
|
Conferencia, sept. de 1917
|
117
|
15
|
38.4
|
l.er Congreso de las Uniones Profesionales,
enero 1918
|
416
|
90
|
21.4
|
2º Congreso de las Uniones Profesionales,
enero 1919
|
748
|
70
|
9.4
|
3.er Congreso de las Uniones Profesionales,
abril 1920
|
1.229
|
78
|
6.3
|
En el Congreso del año 1922, los
mencheviques no tuvieron ni un solo delegado.
Ahora veamos el otro aspecto, es
decir, el crecimiento constante de las fuerzas bolcheviques y comunistas cuya
influencia crecía, precisamente, por agradar más al pueblo y a la organización
su táctica claramente revolucionaria y su concepto sobre la lucha de clases de
una manera clara e intransigente.
Las cifras del crecimiento de
las fuerzas comunistas en el seno de los sindicatos es como sigue:
|
Número de delegados
|
Comunistas y simpatizantes
|
Porcentaje representado
|
3ª Conferencia, junio 1917
|
220
|
80
|
36.4
|
Conferencia, sept. 1917
|
117
|
67
|
58.
|
l.er Congreso, enero 1918
|
416
|
273
|
65.
|
2º Congreso, enero 1919
|
748
|
494
|
60
|
3.er Congreso, abril 1920
|
1.229
|
940
|
78.1
|
Estas cifras son tomadas de
datos oficiales publicados por Losovsky en 1921.
De modo que las afirmaciones del
camarada Andreef, respecto al término de la influencia de los mencheviques
(demócratas) quedó confirmada con las cifras citadas.
EL HAMBRE EN RUSIA
La prensa burguesa no ha cesado
de hablar del hambre de Rusia atribuyéndola siempre a producto del mal gobierno
de los comunistas y al supuesto desorden o incapacidad de los obreros.
La realidad, sin embargo, es
conocida del mundo entero, la falta de lluvias en la región del Volga dejó esa
región sin cosechas el año 1921, y afectó a 40 millones de personas. A la falta
de cosechas de esa región, había que agregar el cerco de bayonetas que
Inglaterra, Francia, Bélgica, Italia, Japón y Estados Unidos habían colocado,
cercando la Rusia, para impedir que entrara alimentos de ninguna parte, aun
cuando Rusia los comprara.
Estos dos hechos más
importantes: la falta de cosechas en el Volga y el bloqueo de Inglaterra y
demás países aliados, eran bastantes para mantener el hambre. Sin embargo hay
que agregar a eso las revoluciones fomentadas por Inglaterra y Francia contra
Rusia, y las consecuencias de la guerra, cuyo período abarca cerca de siete
años, desde 1914 a
1921, situación por cierto ajena a la voluntad de los comunistas y de los
obreros.
En Chile se repite muy a menudo,
tanto por la prensa burguesa como por los gobernantes y parlamentarios que
nuestro malestar económico es producto o consecuencia de la guerra europea. Así
vemos que cuando les conviene a los burgueses el malestar de nuestro país
proviene como consecuencia de la guerra europea, pero ese mismo criterio no lo
quieren aplicar a Rusia.
El desastre económico de Rusia,
para los burgueses, no puede ser consecuencia de la guerra europea; con mayor
razón ese país que soporto el mayor peso del conflicto, y en cambio lo aplican
a Chile que estuvo muy lejos de la guerra y que al contrario vendió toda su
producción a muy buen precio durante los cuatro años que duró la contienda. ¡Es
la lógica burguesa!
El hambre en Rusia fue
consecuencia de las causas que dejo anotadas, todas muy ajenas a la voluntad de
los comunistas, de manera que la calumnia que continuamente siembran los
burgueses no es bastante para obscurecer la verdad al que sabe buscarla.
Quiero darles a conocer, ahora,
el informe presentado a los delegados al cuarto Congreso de la Internacional
Comunista, sobre esta misma cuestión, que es como sigue:
Munzenberg informa sobre el
COMITE PRO HAMBRIENTOS. Divide su informe en dos puntos: 1º— La obra de socorro hasta el
presente; y 2º— La
obra a realizar en la actualidad y en el porvenir.
Para indicar la importancia de
este problema bastará recordar que alrededor de 40 millones de seres humanos
han sido expuestos directamente al hambre y que alrededor de tres millones han
muerto. La ayuda a los hambrientos ha provocado una demostración de solidaridad
obrera desconocida hasta el presente. En todos los países, desde el Japón hasta
las Indias, las Américas del Norte y Sur, además de Europa, se han organizado
campañas en favor de los hambrientos afectados por el desastre del Volga. Sin
embargo, los resultados obtenidos no son todo lo que puede aportar el
proletariado. Hasta el 1º de agosto de 1922 todas las organizaciones extranjeras, gobiernos,
destacamentos de Cruz Roja, A. R. A. (Internacional de Seguros Americanos),
Nanzen, Croker, junto con los seguros obreros han llevado a Rusia 33 millones
de puds de cereales, mientras que Rusia sola ha transportado 165 millones de
puds de víveres, y 31 millones de puds de semillas. Todos los países
extranjeros no han hecho más que la sexta parte de lo que la Rusia hambrienta
para combatir el hambre del Volga. Señala como en el primer momento los
gobiernos burgueses quisieron ejercer un verdadero "chantaje" contra
la Rusia con la cuestión del hambre. Y en esos momentos sólo la presión de la
clase obrera y especialmente de los obreros ingleses pudo evitar la alianza
militar que se proyectaba aprovechando la situación. Esta presión se fue
haciendo tan intensa que hasta gobiernos tan reaccionarios como el francés, se
vieron obligados a votar sumas para los hambrientos. Igualmente la 2ª y 2 1/2ª Internacionales quisieron
aprovechar la situación.
En el primer momento bajo la
presión de esas masas se pronunciaron en favor de una gran acción por los
hambrientos, luego, cuando esa presión disminuyó tentaron explotar la
catástrofe contra la Rusia y especialmente contra su sistema de organización,
(contra el sistema de los Soviets). A pesar de lo dicho antes, el resultado de
esta campaña ha sido mejor de lo que esperábamos. En este contributo, toda la
Federación Sindical de Amsterdam, no ha reunido más que 1.400.000 gulden
holandeses. El Partido Comunista Holandés sólo que tiene alrededor de 2 ó 3 mil
miembros y no los 20 millones de Amsterdam, había contribuido con 500 mil
gulden holandeses. Con otros detalles demuestra toda la importancia de la
contribución de los Comités formados por los Partidos Comunistas, para luego
pasar a la segunda parte de su informe.
Respecto a la nueva misión del
Comité pro hambrientos transformado en COMITE DE AYUDA ECONOMICA PARA RUSIA,
indica los orígenes de esa iniciativa que hacen posibles la ayuda económica por
medio de Empréstitos para financiar las empresas industriales de Rusia,
facilitarles máquinas, materias primas, etc., para contribuir a su obra de
reconstrucción económica en forma útil y en la medida de la capacidad de cada
país.
No es una acción filantrópica la
que el Comité se propone. Debe continuar siendo una acción complementaria de
las aspiraciones políticas de los Partidos Comunistas y si tomamos en
consideración la situación política actual y las condiciones rusas, tenemos la
esperanza que este concurso puede ser un buen apoyo para la causa de Rusia y de
la Revolución Mundial.
Es preciso remarcar bien la
condición como se socorrió a los hambrientos del Volga. Fíjense bien nuestros
lectores:
El mundo entero en su grandioso
esfuerzo de solidaridad llevó a los hambrientos del Volga: treinta y tres
millones de puds de alimentos y la Rusia sola reunió ciento noventa y seis
millones de puds de alimentos y de semillas para alimentos.
El mundo entero, como dice el
informante, apenas sí reunió la sexta parte de lo que pudo reunir la Rusia
sola, cercada, bloqueada, asediada por las contrarrevoluciones y en medio del
desastre económico que le traspasaban como herencia el zarismo y la guerra.
Esto demuestra que la Rusia en
manos de los comunistas, aún en medio del desastre que le legaba el pasado, era
más potente, mucho más que todo el resto del mundo para salvar su propia
situación en sus horas de angustia. No era, pues, Rusia, aquel país
absolutamente miserable que nos presentaba la prensa burguesa, cuando
demostraba ante el mundo su gran potencia para vencer el hambre y al mismo
tiempo las contrarrevoluciones pagadas con el oro de Inglaterra y demás países
aliados contra el naciente comunismo de Rusia.
Eso revela, a quien tenga buenos
ojos para ver, que Rusia muy a pesar de la desastrosa situación en que la dejó
el zarismo y la guerra, es una fuerza colosal en manos de los comunistas y de
los sindicatos revolucionarios, cuya potencia va creciendo cada minuto que
transcurre al mismo tiempo que la potencia del capitalismo se va derrumbando
precipitadamente en el resto del mundo para felicidad de la Humanidad.
Que la Rusia obrera y comunista
es hoy una gran potencia económica, que va creciendo gigantescamente minuto por
minuto a la vez que el poder capitalista se debilita y se arruina, es cosa que
muy bien lo sabe y lo conoce la clase capitalista y no disimula el temor que le
produce el crecimiento de la potencialidad de la Rusia obrera y comunista.
Veamos lo que dice el escritor
burgués Joaquín Edwards Bello, en "LA NACION" de Santiago, del
domingo 4 de marzo de 1923:
A pesar de todo lo que se escribe,
de los horrores del hambre, las ejecuciones, etc., el régimen ruso se
solidifica y cada día las naciones del Occidente europeo se ven obligadas a
llamar nuevos funcionarios de la Rusia soviética para tratar familiarmente con
ellos. Las noticias que llegan de Moscú, de viajeros formales, y las
fotografías que exhiben algunos periódicos no producen horror ni mucho menos. A
lo más alguna estatua derribada y una fisonomía nueva de iglesia. Trotsky que
vivió algún tiempo en España y que ha escrito cosas muy picantes sobre este
país, ha hecho poner un gran letrero en todas las iglesias: "La Religión
es el opio del pueblo"...
Últimamente la R. S. F. S. R.
Rusia soviética federativa socialista rusa, acaba de proclamar los Estados
Unidos Soviéticos o comunistas. Esta Federación de naciones sovietistas
incorporará a todas aquellas otras naciones que así lo pidan, formando un gran
Estado obrero. Se cree que muchas naciones agrupadas alrededor de la Entente se
dejarán incorporar en este nuevo Estado; nos referimos a aquellas que son
limítrofes de Rusia y que han sido incorporadas a otros Estados sin consulta
popular.
Estos inmensos Estados Unidos
que se extenderán desde el Mar Negro hasta el Pacífico, sin más emblema que la
bandera roja, harán competencia en el futuro a los Estados Unidos capitalistas
de América con la bandera de Stars and stripes.
Nadie sabe lo que nos reserva el
futuro. Pero echando una mirada al mapamundi no deja de causar escalofríos la
grandeza territorial de la Rusia Roja, capaz de los más audaces sueños
espirituales. Rusia produjo los más poderosos cerebros literarios de esta
época. No hay novelistas como Tolstoi y Gorki, ni cuentistas comparables con
Leonidas Andreiev. Toda la literatura moderna sigue la estela rusa. Una nación
tan formidable, que produjo tales cerebros, no se dejará arrollar fácilmente.
Y en esa lucha de los Estados
Unidos capitalistas contra los Estados Unidos Rojos, semiasiáticos, ¿qué
posición tomará nuestra América, donde el autóctono semiasiático tiende a subir
cada día más?
Eso lo responderán los siglos:
la respuesta la dará el año dos mil.
Indudablemente y esto es lo
interesante por ahora. Rusia se repone y fortifica su régimen. A principios del
año pasado parecía irremediablemente perdida y ahora da pruebas de vitalidad y
firmeza. Tchitcherín ha sido la figura más interesante en la Conferencia de
Lausanne.
Entre paréntesis de la situación
viven miserablemente en Inglaterra un millón y medio de obreros desocupados. Es
una tragedia acoté de la Conferencia y los programas de engrandecimiento
nacional. Esta inmensa masa de desocupados va en movimiento convergente sobre
Londres. En cuanto llegan a Londres se les coloca en las llamadas poor houses,
mucho peores que los albergues de don Arturo, donde duermen en una especie de cajón
de muerto y son sometidos al régimen de agua y pan seco.
Los pobres de Londres han sido
siempre impresionantes, y ahora más que nunca. Bonar Law no ha querido recibir
jamás una delegación de esos desocupados que la ley inglesa considera
simplemente como vagabundos, sin tomarlos en serio para nada. Son vencidos,
detritus, desperdicios del régimen capitalista. Esa miseria invade la gran
metrópoli inglesa, se cuela donde menos se piensa haciendo extraordinarios
contrastes. Cada día aumenta y el gobierno se muestra impotente para
socorrerlos. Este es el verdadero y más arduo problema nacional británico,
consecuencia de la guerra.
El día de Navidad, cuando los
ricos estaban entregados a las delicias del Pudding y el Mistle toe, los
desocupados invadieron la plaza de San Pablo e hicieron una parodia de
banquete, simulando brindis y bailes y tortas imaginarias que comían de memoria
... Esto formaba un triste contraste en Londres, donde hay tanta opulencia, en
ese día de expansiones familiares, cuando de los hogares calientes llega un
rumor de risas y bailes. Pensando en eso viene a mi mente el cuento de Leonidas
Andreiev, "El Angelito", ese angelito de cera de un árbol de pascua
aristocrático, que se deshace en el hogar miserable, mientras el niño duerme
con su padre, obrero vencido... Al día siguiente, el hermoso angelito de
materia sebosa, negruzca, encima del jergón miserable. El calor pobre lo ha
disuelto...
Rusia está latente con sus
sueños locos y sus quimeras de nieve encima de esta Europa desquiciada. Los desocupados
de Londres, por primera vez, cantan la Internacional y llevan banderas rojas.
Inglaterra está en el petróleo,
hoy mismo, domingo, 7 de enero, mientras mítines monstruosos de desocupados
tienen lugar en todo el país; hablarán 1.000 oradores. Trafalgar Square
temblará en este domingo histórico.
¿A dónde vamos?
J. E. B.
LA DIPLOMACIA Y EL EJERCITO EN
RUSIA
Todavía hay más: Una prueba más
no solamente para establecer la verdad acerca del inmenso poder de Rusia, sino
también del indiscutible talento de sus hombres, lo ha explicado al público
lector de Chile, uno de los escritores burgueses más conocidos: Víctor Noir, en
"La Nación" del 20 de enero de 1923, en las siguientes expresiones:
"Es la Rusia la que ha
armado a Kemal Pachá y al gobierno de Angora, en nombre de la libertad de
Turquía.
Es ella la que ha despertado el
pensamiento del Asia y removido el corazón de la India.
Moscú es el observatorio que ha
lanzado la voz de rebelión a todos los pueblos del Oriente.
En 1920, Raskolnikow desaloja a
los ingleses del Mar Caspio y Tchitcherin firma en Angora la alianza con la
Turquía.
Zinoview reúne en Bakou, en
noviembre del mismo año, el Congreso de los Pueblos Oprimidos del Oriente.
Los delegados rusos van en 1921
al Congreso Nacional de la India que se celebra en Nagpur para proclamar la
lucha por la Independencia de esa raza.
Los delegados bolcheviques
organizan en Tchita la República del Extremo Oriente, que va desde el lago
Baikal al Pacífico. El nuevo Estado exige y obtiene de los japoneses la evacuación
de Vladivostock. Luego se deja absorber por la gran Rusia.
Desde los campamentos turcos, el
pensamiento ruso se dirige, como antaño los Czares, sobre el Afghanistán que
domina las fronteras de la India.
Desde la base de Tchita, la
diplomacia moscovita inquieta con su propaganda la Corea entera, reanuda
relaciones con la China y hace renacer el mismo problema que provocó la guerra
de 1904 entre Rusia y el Japón.
Mientras llega la hora de entrar
en acción sobre el tapete de la Europa, la Rusia sovietista convulsiona al
Asia. Abre en Samarkanda, la ciudad sagrada de los tártaros, en medio de las
trescientas mezquitas, la Universidad bolchevique que ha de darle reservas
inmensas de adeptos.
Luego invade la Persia. Y opone
en todas partes tan formidable valla a la influencia británica, como no la
soñaron los cancilleres czaristas del siglo XIX. El Occidente ha despertado un poco tarde a la
realidad de esta política y al verdadero significado de la tregua firmada en
1919 sobre los campos de Polonia.
Y llego al ejército. (Dice
Víctor Noir):
El 28 de diciembre de 1921, el
ejército ruso, compuesto de 5.000,300 veteranos, fue reducido a 1.370,000
hombres escogidos, comprendiéndose en este efectivo a la flota y los institutos
de instrucción militar.
Los cuadros de oficiales y de
suboficiales formados en la guerra civil, se han completado en un 57% con los
jefes y oficiales de los ejércitos imperiales.
A fines de ese año. Trotsky, que
se ha dedicado incansablemente a organizar la potencia militar de la Rusia,
pasaba una de esas grandes revistas a que es tan aficionado, en la plaza mayor
de Moscú, con motivo de la promoción de los oficiales de estado mayor salidos
de la Academia Roja de Guerra.
Pronunció un discurso lleno de
fuego y de entusiasmo contra la Entente y contra Polonia. El instructor alemán
Pik que le siguió en el uso de la palabra, habló del día no lejano en que los
ejércitos de soldados y de obreros cruzarían como una tromba de un extremo a
otro del globo.
Trotsky ha obligado a los
pueblos a encargarse del bienestar de los soldados. Ha llegado hasta invitar
compulsivamente a las obreras para cuidar de la ropa y para adornar las
habitaciones de los guardias rojos.
Ordena, al mismo tiempo, que
todo soldado sepa leer. Dispone que todo desertor sea fusilado. Y en julio de
1922, los tribunales revolucionarios debieron juzgar a treinta y seis alumnos
de las escuelas militares que habían rehusado seguir los cursos de aplicación.
Se fusiló a cinco de ellos,
declarados culpables de haber violado el "juramento rojo" de los
militares.
El uniforme ha cambiado poco. Es
siempre el capote gris con adornos rojos, el cinturón sin hebilla, el casco
estilo mongólico. El aspecto de la tropa es marcial y los regimientos se
presentan admirablemente.
La tropa obedece ciegamente a sus
oficiales. No hay galones ni presillas. Los signos del mando consisten en
estrellas y cuadrados rojos bordados en las mangas.
El saludo y el paso de marcha
son siempre germánicos. Cada regimiento de infantería tiene dos mil hombres,
con sus grupos de ametralladoras y de granaderos, sus exploradores montados y
sus secciones de telegrafistas y artificieros.
Cada soldado presta el juramento
revolucionario, fijado en tabletas muy visibles en todas las paredes de los
cuarteles. La vieja disciplina zarista rige con más fuerza que nunca en el
servicio. Los reglamentos son los mismos del ejército alemán.
Cada regimiento tiene su club y
su gran sala de lectura con diez mil volúmenes de dotación.
La oficialidad está dominada por
el espíritu de hacer colaborar al ejército en la reconstrucción de la unidad
nacional y en la educación del espíritu cívico.
El programa es formar los
ciudadanos para la lucha por la producción. Se inculca al soldado las nociones
fundamentales de marxismo. Se le enseña historia. Se le dan nociones de
agricultura y de oficios varios.
En cada cuartel hay un teatro
con guardarropa, lleno de espejos y gran fóyer. En las horas de descanso las
orquestas ejecutan la Marsellesa y los himnos revolucionarios.
Por todas partes se ven los
retratos de Marx y de Lunacharsky.
El ejército ruso es el más
instruido del mundo.
Sus soldados leen sin cesar una
prensa numerosísima y entusiasta.
Los colaboradores de Trotsky
siguen diariamente los resultados de esta experiencia. La tropa demuestra
grande entusiasmo por los sports y por el teatro. Cultiva también artes como
la escultura y la pintura, en talleres especiales, donde las siluetas de Lenin
y de Trotsky son los modelos favoritos.
Incesantemente se invita a los
Guardias Rojos a escribir a sus familias para contarles cómo viven, lo que ven
y lo que aprenden.
De este modo, el ejército es la
creación más original y poderosa de la democracia rusa. Vive en la fraternidad.
Su alimentación es igual a la de los jefes que residen en los palacios
revolucionarios. Y los soldados socorren entusiastamente a los muchachos
hambrientos que pululan en torno a los cuarteles.
Pero hay algo más todavía.
Faltaba un estímulo para oficiales y soldados y Trotsky ha creado una
condecoración: ¡La Orden de la Bandera Roja!
El Napoleón Sovietista sabe a
donde va...
V. N.
Podríamos hacer muchas citas
para probar lo que nosotros hemos afirmado durante los cinco años
transcurridos: que la Rusia a pesar de la situación miserable legada por el
zarismo, se desenvuelve progresivamente, venciendo los obstáculos que le sigue
creando el régimen capitalista. Pero es bastante con lo expuesto. De esa
exposición de opiniones burguesas resulta confirmada nuestra opinión.
Rusia es una potencia en todos
sus aspectos.
Que tiene un gran ejército, lo
que significa una contradicción a las ideas comunistas, gritan los burgueses y
le hacen coro los anarquistas. Víctor Noir, bien informado nos ha contado lo
que es el GRAN EJERCITO ROJO, que no es solamente un gran ejército para Rusia,
sino que es la VANGUARDIA DE LA REVOLUCION MUNDIAL, QUE HABRA DE CONCLUIR EN
TODA LA TIERRA CON LA ESCLAVITUD MANTENIDA POR EL SISTEMA CAPITALISTA.
¿Es que los anarquistas creen
que se va a vencer a la burguesía con las manos vacías?
Cuando los anarquistas sostienen
la teoría de que no debe haber ejército en Rusia, hacen una traición a la clase
obrera, porque pretenden que se desarme cuando la burguesía continúa armada en
el resto del mundo, y dispuesta a seguir manteniendo en la esclavitud al
proletariado.
Cuando en Rusia se disuelva el
ejército rojo, sus soldados se esparramarán por todo el país como elementos de
cultura y civilización, cosa que no se puede decir en ningún otro país de la
tierra.
Será inútil que, escritores de
cualquier polo, se sacien escribiendo y desprestigiando a Rusia, presentándola
como un país de raza inferior, pues al fin y al cabo algún escritor burgués
también, y con mayor razón nosotros, escriben la verdad, es decir, que el
pueblo de Rusia va desarrollando una cultura y una civilización superiores.
LOS SUBTERFUGIOS DE LA BURGUESIA
La burguesía y sus agentes, lo
mismo que los ignorantes se empeñan y trabajan por desnaturalizar la verdad de
lo que pasa en el desarrollo de la organización social en Rusia.
Así por ejemplo niegan que el
poder económico esté en manos de la clase trabajadora, por la circunstancia de
que el poder económico de los capitalistas, en el resto del mundo sea todavía
una fuerza de control mucho mayor que el poder económico de Rusia.
Eso no es una razón.
Si en una casa hay una docena de
naranjos cargados de flores, se puede decir con toda exactitud: estos árboles
tendrán muchas naranjas, o bien, este año tenemos muchas naranjas.
Así los obreros de Rusia: tienen
en su manos todas las fábricas, todos los elementos de transporte, toda la
tierra que produce los materiales que las fábricas utilizaran para
manufacturarlas, todas las minas, etc.
Tienen, pues, en sus manos todo
el poder productor que es la esencia del poder económico.
Nadie niega que la organización
capitalista del resto del mundo sea un estorbo que mientras exista, retardará
la implantación de un sistema comunista perfecto y por lo tanto controlará en
parte el poder productor y económico de Rusia obrera y campesina.
Pero frente a este factor
económico de la burguesía está en todos los países el proletariado
revolucionario que en su lucha permanente, tanto por las mejoras inmediatas
como por las aspiraciones hacia el comunismo ayuda poderosamente al
proletariado de Rusia en su lucha por el comunismo integral.
La lucha y la acción inevitable
que sostiene el proletariado de todos los países, por pequeños que sean sus
triunfos, constituyen diariamente un debilitamiento del poder burgués, y por lo
tanto un progreso y un reforzamiento del poder obrero dentro y fuera de Rusia.
El movimiento en este sentido
marcha hacia el reforzamiento del poder obrero que significa el reforzamiento
de su poder económico.
Los obreros de Rusia tienen en
sus manos el poder económico de su país.
Dentro de Rusia ese poder no
puede ser abatido por ninguna clase de fuerzas y sólo recibe el control
exterior en cuanto sale a luchar fuera de Rusia.
Cuando Rusia lleve trigo u otros
productos al mercado extranjero, venderá con más ventajas que cualquier otro
país porque el trigo de Rusia no necesita percibir la utilidad que el
capitalista reclama en todos los demás países. De esta manera, a medida que se
desarrolla la capacidad productora de Rusia, crecerá su potencia económica
sobre los demás países. Esto prueba que Rusia tiene un poder económico.
LOS RECURSOS DEL ESTADO
En todos los países gobernados
por los capitalistas explotadores sin piedad del trabajo humano, los fondos o
dinero fiscales nacionales para atender los gastos y obras públicas de la
Nación, se reúnen por medio de impuestos o contribuciones que se cobran directa
e indirectamente a todos los habitantes. Este sistema de impuesto es cada día
más odioso en todos los países.
En Chile quienquiera que revise
la labor de las Cámaras, no verá otra cosa que proyectos y leyes que gravan y
gravan la población con nuevos impuestos.
En Rusia no se grava al pueblo
con impuestos.
Los fondos fiscales, en Rusia,
para atender todos los gastos generales de la nación, se reúnen con las
utilidades que dejan todas las empresas industriales, ferrocarriles, correos,
telégrafos y otros servicios; con el producido de los arrendamientos de algunas
fábricas o concesiones, con el impuesto en especies que deben pagar los
campesinos como único aporte al Estado.
Los campesinos contribuyen a
formar el fondo del Estado Obrero, entregando una parte de sus cosechas, en
productos que no llega al 15 por ciento. No tienen la obligación de pagar
impuestos en dinero. De manera que el campesino que algún año no haya podido
cosechar, tampoco tiene obligación de pagar ningún impuesto.
En todos los demás países los
campesinos deberán pagar los muchos impuestos que pesan sobre ellos, aunque no
cosechen nada.
Cuando un año es seco y arruina
a los campesinos, el Estado cobra implacablemente sus impuestos y los grandes
propietarios sus arriendos en cualquier país que no sea Rusia.
En Rusia el campesino es libre.
El único propietario de la
tierra es el Estado Obrero y Campesino.
En estas condiciones el
trabajador del campo solamente paga una contribución proporcional cuando tiene
una cosecha. Es decir entrega una parte de su cosecha y es dueño absoluto del
resto de su cosecha.
De esta manera, el campesino que
tenga una pequeña cosecha contribuirá con menor cantidad que aquel campesino
que haya logrado una cosecha más grande.
En Chile los campesinos gozarán
de la misma suerte, desde el día en que el poder político pase a manos de los
obreros de las ciudades y de los campos. Cuando los campesinos dejen de
obedecer a sus explotadores y sepan unirse con todos sus hermanos de miseria,
entonces quitaremos a los explotadores el poder político y el poder económico.
Si la tierra es la fuente de
producción de todos los alimentos y cosas necesarias para poder vivir, nadie
tiene derecho a llamarse dueño de la tierra. Porque adueñarse de la tierra es
lo mismo que adueñarse de los alimentos indispensables para vivir. Debido a la
ignorancia del pueblo, algunos hombres se han hecho dueños de la tierra y de
sus productos y de esta manera se han hecho dueños de la vida de todas las
personas.
Esto no es justo ni es honrado.
Por eso los comunistas gritamos
al mundo entero, que hay que abolir el mal llamado derecho a la propiedad, de
la tierra y de los instrumentos de producción.
El día que toda la tierra sea
del Estado, desde ese día no habrá más pobres y miserables.
El día que toda la tierra sea
del Estado, desde ese día no habrá más pobres y miserables, porque antes de
mandar las cosechas a países extranjeros atenderemos primeramente nuestras
propias necesidades y cuando así obremos el pueblo de Chile andará bien
vestido, tendrá buena habitación y comerá en abundancia.
Si necesitamos traer de otros
pueblos, productos que no produce nuestra tierra, entonces sembraremos más
extensiones de tierra a fin de tener mayor cosecha para vender al extranjero,
sin necesidad de reducirnos nosotros al hambre.
Esto haremos cuando los
campesinos y los obreros estemos unidos para abolir y hacer terminar el poder
de los ricos, pues, siendo los pobres la gran mayoría, necesitamos tener
nosotros todo el poder en nuestras manos, como pasa actualmente en Rusia.
No hay que confundirse cuando
hablamos de abolir todo derecho de propiedad, porque el que hoy sea propietario
de una casita o un pedacito de tierra no será molestado para nada, pues la
pequeña propiedad que apenas sirve a una familia, no es lo que produce el
malestar.
Es la gran propiedad,
generalmente improductiva, la que produce el malestar y la pobreza y es esa
gran propiedad la que vamos a abolir cuando seamos capaces de derribar del
poder a los actuales explotadores, no tampoco, para condenarlos a la miseria y
al hambre, sino para quitarles el poder que hoy tienen y con el cual nos
oprimen y nos mantienen en la miseria por su egoísmo, por su ambición y por su
falta de honradez.
La condición en que hoy está
organizado el trabajo de Rusia, tanto en el campo como en las ciudades, no es
todavía el comunismo, pues no se puede pasar directamente, de un golpe, en un
poco tiempo desde el sistema capitalista al comunismo.
Desgraciadamente dada la forma
actual como está organizado el mundo, con los poderosos engranajes establecidos
por las burguesías, es preciso pasar por un período transitorio durante el cual
se van preparando los órganos necesarios para el desarrollo y establecimiento
de una organización comunista.
Pero si no se puede organizar
inmediatamente un sistema comunista, eso no quiere decir que sea preferible
continuar viviendo bajo el sistema de la explotación actual que degenera la
raza, que la reduce a la miseria, a la prostitución y a la delincuencia.
Tampoco es posible conformarse
con las promesas que jamás se cumplen.
Por eso, aunque sea poco a poco,
iremos marchando a organizar el comunismo.
Principiaremos por tomar todo el
poder de manera que la clase trabajadora, con el poder en sus manos, una vez
desarmada la clase explotadora y gobernante, vaya organizando la nueva
sociedad.
Hemos dicho que en Rusia no hay
impuestos en la manera de los demás países. Las utilidades que dejan las
fábricas, en vez de que pasen al bolsillo de los capitalistas como en todos los
países, en Rusia pasan a ser el fondo público, el tesoro nacional.
De esta manera, la clase obrera
y campesina siente un doble interés en producir.
Primero: para alcanzar el más
alto salario (mientras se mantenga el sistema de salario, pues, habrá de
abolirse a medida que se perfeccione la organización);
En seguida: para dejar al Estado
la más alta utilidad para el desarrollo de todos los servicios generales y para
el engrandecimiento de todas las industrias.
Así pues, la tarea económica de
cada personal de fábrica es producir para mejorar directamente su propia
situación, pues con lo producido por cada fábrica deben atenderse las
siguientes necesidades:
—El salario de todo el personal;
—La reducción de la jornada de
trabajo;
—La compra de las materias
primas o materiales;
—La educación elemental y la
técnica;
—El servicio médico para toda la
familia;
—Biblioteca y cultura;
—Previsión social, (invalidez,
vejez, etc.);
—Reparaciones;
—Reservas;
—Alquiler de los edificios y
habitaciones pagadas a los Soviets locales, como rentas para los servicios
municipales (higiene pública, limpieza, alumbrado, etc.);
El saldo o utilidad, después de
atendidos todos esos servicios, constituyen el fondo público para los
presupuestos nacionales o regionales. Así más o menos, trabaja cada fábrica,
cada industria, cada servicio publico.
Existen los organismos
necesarios y competentes para el desarrollo de esta manera de trabajar.
Se irán creando nuevos
organismos según las necesidades que se vayan notando. Podrán desaparecer
también algunos organismos cuando se comprendan que son inútiles.
El salario habrá de desaparecer
un día cuando la capacidad, la competencia y la cultura lo impongan, pues, la
supresión del salario significa un gran progreso en la organización de la
distribución y administración de toda producción. Cuando las fábricas tengan
hoteles donde todo el personal y sus familias puedan alimentarse; cuando tengan
sus cooperativas o almacenes de aprovisionamiento de los demás elementos para
vivir; diversiones, etc.; podrá ser llegado el momento de suprimir parcialmente
el salario que quedaría reemplazado por servicios de distribución de los
elementos necesarios a la vida. Pero hay que comprender que todo esto
requiere competencia y cultura cada vez más perfectas.
ALGUNAS OTRAS OBSERVACIONES
El alcoholismo como plaga social
o como industria no existe en Rusia. Va desapareciendo por diversas razones:
1º No se fabrica alcohol, sino en proporciones
pequeñas;
2º El Estado de Rusia, al revés de los demás
países, tiene interés en que el alcoholismo desaparezca completamente; y
3º Todos los sindicatos, todos los centros
comunistas, todas las instituciones culturales, se encargan de la tarea de
elevar la cultura para llegar a la completa extirpación de todos los vicios
creados, fomentados y protegidos por los Estados capitalistas.
Así como el alcoholismo marcha a
su desaparición así también va desapareciendo la prostitución.
La fuente creadora de la
prostitución, que es producto del sistema capitalista, por la miseria, por el
mal salario, por la desocupación, por los vicios por la ignorancia, por la
carestía de la vida, por las dificultades para vivir con decencia, por la
opresión, y demás causas que produce el estado capitalista, van
desapareciendo en Rusia a medida que va progresando la condición económica
y por la razón de que en este país la mujer puede desenvolverse en igualdad de
condiciones que el hombre.
Respecto a la constitución de la
familia existe en Rusia un Código Civil que declara libre y en estado de
casarse al hombre y a la mujer a los 18 años. También existe un Derecho a
divorcio bastante amplio. La situación de los hijos no es un grave problema en
Rusia para el caso de la disolución del matrimonio, pues el Estado cuida
preferentemente del los niños.
La iglesia en Rusia tiene
libertad para sus misiones religiosas, pero son debidamente vigiladas, pues
todos saben que el clero es en realidad un verdadero instrumento del
capitalismo.
Las objeciones que se hacen
acerca de que Rusia no ha podido todavía establecer un régimen comunista, son
totalmente desprovista de razón y de seriedad. Quien lea detenidamente el
informe de Trotsky que corre desde la página 52 adelante de este libro, podrá
darse cuenta de lo que significa edificar un Estado Obrero sobre las ruinas de
un régimen capitalista que desaparece entre el torbellino de la mas inmensa de
las guerras que han azotado a la humanidad, como fue la guerra europea que
asoló al mundo durante los años 1914
a 1918; es sobre el montón de ruinas que acumuló el
régimen capitalista durante la guerra; es venciendo las contrarrevoluciones de
los capitalistas que lucharon por reconquistar el poder hasta 1922, es por
encima de todos los inconvenientes de la guerra, de las contrarrevoluciones,
del hambre, de la incultura del pueblo, y de la falta de cooperación obrera de
los demás países, es por encima de todo que la Rusia Obrera y Campesina se
desenvuelve y triunfa victoriosamente. El párrafo 7 del informe de Trotsky,
dice:
1. Si la victoria del
proletariado ruso hubiera sido seguida rápidamente por la victoria del
proletariado en la Europa occidental, ello no sólo hubiera contribuido
poderosamente a acortar la guerra civil en Rusia, sino que las relaciones más
estrechas de la economía del soviet de Rusia con aquellas de los países
proletarios altamente desarrolladas hubiera abierto nuevas posibilidades de
organización y de técnica para el proletariado ruso. En este caso la transición
del "comunismo de guerra" al socialismo real, hubiera podido
realizarse, sin duda, en un período mucho más breve y sin las convulsiones y
retrocesos que la Rusia proletaria ha debido sufrir durante estos cinco años.
Estas razones y las demás
contenidas en diversas páginas de este libro, demostrarán al lector lo
irrazonable que es exigir a los comunistas la construcción o edificación rápida
de un régimen nuevo sobre las ruinas y el caos dejados por un régimen que
desaparece y sobre los inconvenientes creados después por el capitalismo desde
fuera de Rusia.
No querer creer todas estas
cosas ni querer apreciar estas razones es colocarse fuera de toda realidad.
Pero quién se detenga a admirar
con honradez y detención cada uno de los hechos construidos, durante los cinco
años pasados, tomando en cuenta todos los inconvenientes que obstruían la obra
creadora de los comunistas, quien así discierna tendrá que colocarse en el
mismo terreno que nosotros que el pueblo de Rusia después de deshacerse de
todos los inconvenientes, marcha ahora hacia la construcción de la sociedad
comunista; si bien es cierto que todavía existen obstáculos por destruir.
Uno de los factores de más
importancia que facilitarán la marcha de los comunistas hacia el comunismo es
el progreso de la educación.
La tarea de la educación y de la
cultura es en Rusia una preocupación constante de todas las personas que
comprenden que sólo un pueblo instruido y culto puede ser capaz de establecer
un sistema social donde la felicidad y la perfección se desarrollen
progresivamente.
Lo que más ha admirado al mundo
burgués, ha sido la grandiosa organización de la educación en Rusia, bajo un
sistema y condiciones que ningún otro país ha podido establecer, ni se han
preocupado de ello por cuanto en los países capitalitas no tienen interés los
gobernantes en la verdadera instrucción popular. Los países gobernados por un
sistema capitalista sólo tienen interés en mantener la esclavitud de las
grandes masas del pueblo, para realizar fácilmente la explotación, cosa que no
es fácil hacer con un pueblo instruido.
Como el Gobierno de Rusia está
en manos de los trabajadores, la tarea de la educación y de la cultura está
preferentemente protegida por la acción de todo el Estado y de todas las
instituciones obreras, que actualmente no tienen ninguna traba para su labor de
cultura.
Este hecho de encontrarse Rusia
en condiciones de poder desarrollar progresivamente la educación y la
instrucción de las masas populares, es una garantía y una promesa de que siendo
una realidad el progreso de la educación y por lo tanto de la inteligencia de
la población, todo presentimiento de degeneración desaparece y toda idea de la
aparición de un nuevo sistema de tiranía no puede tener consistencia, toda
suposición de que la incapacidad popular pudiera ser consecutiva resulta
absurda e inaceptable, pues, si el ensanche de la acción educacional es cada
día más una verdadera realidad, a la que se abrazan entusiasmadas y deseosas de
saber multitudes de personas de ambos sexos, si esto es una verdad innegable en
toda Rusia, reconocida por distintos visitantes burgueses, en esto se basa
perfectamente la esperanza de que el pueblo de Rusia cada día que transcurra
será más capaz y por lo tanto no admitirá ninguna acción que tienda a
menoscabar los derechos generales, ni mucho menos al olvido del programa por el
cual se hizo la revolución, ni al establecimiento de ninguna clase de tiranías
ni efectivas ni disimuladas. Un pueblo que no detiene su perfeccionamiento
cultural no estará nunca en peligro de esclavizarse ni de caer en esclavitudes.
Y en esa condición se encuentra únicamente en el mundo el feliz pueblo de
Rusia, que tuvo la suerte y la fuerza y la inteligencia para derrotar el
sistema de explotación capitalista. En las páginas 17 y 18 de este libro hemos
dicho cómo se hacen las elecciones de los poderes constitucionales de Rusia.
Queda demostrado que toda la
población trabajadora es la dueña del poder desde el momento que en sus manos
está elegir los elementos del poder, y en sus manos también está anular el
poder. Si es en los sitios del trabajo donde se hacen las elecciones, si es en
verdaderas asambleas donde se eligen los miembros de los Soviets, estamos en
presencia de actos electorales totalmente diferentes de los demás países. En
Rusia es una realidad, UNA VERDADERA REALIDAD que el pueblo elige sus
administradores, en Rusia es UNA VERDADERA REALIDAD que el pueblo tiene
derechos electorales.
En Chile carecemos de derechos
electorales, desde el momento en que desde la inscripción en los registros se
empieza por molestar a los ciudadanos que no vienen recomendados por los
políticos de influencia y de que las inscripciones se hacen al capricho de los
mayores contribuyentes y en horas en que la mayoría de los ciudadanos están
trabajando.
La inscripción en masa de los
inquilinos de los fundos se opone como una fuerza que contrarresta
efectivamente toda influencia de inteligencia que pudiera haber en el
electorado de las ciudades. Pero todavía en las ciudades se recurre a comprar
el derecho a voto de los ciudadanos, o se suplantan los electores ausentes o
muertos, o se falsifican las actas o los verdaderos resultados de las
elecciones como lo necesiten los dirigentes políticos de las clases
capitalistas.
Esto es UNA VIEJA REALIDAD EN
CHILE QUE NADIE PUEDE NEGAR, y estas costumbres anulan todos los derechos que
se han escrito en las leyes y así resulta una mentira todo lo que se dice de
que existan derechos o libertades. Cuando se dice que Chile es un país donde la
DEMOCRACIA es una costumbre establecida, se dice una mentira exacta.
En Chile no hay democracia.
El gobierno se hace para servir
los intereses de los grandes capitalistas sin tomar en cuenta para nada los
intereses de los demás habitantes de la nación. Quien examine honradamente los
actos del gobierno, tendrá que reconocer esta verdad.
Para engañar al pueblo se dice:
¿No es una verdad que los obreros demócratas están en el gobierno?
Y nosotros preguntamos: ¿En
compañía de quiénes gobiernan los demócratas? Y todo el pueblo verá y
reconocerá que los demócratas gobiernan juntos y de acuerdo con los grandes
capitalistas del país o con los representantes de esos grandes capitalistas. Y
gobernando en compañía de esos grandes capitalistas tendrán que servirse
preferentemente los intereses de ellos y por lo tanto abandonar los intereses
de la clase trabajadora, pues en el gobierno de un país no se pueden servir
JAMAS los dos intereses al mismo tiempo.
Esta es la VERDAD.
Los capitalistas que son muy
hábiles han permitido que pasen hasta el Congreso y hasta el Gobierno algunos
demócratas, pero a condición de que sirvan solamente sus intereses, pero de
esta manera al llevar a los demócratas al gobierno, mantienen la ilusión del
pueblo a quién hacen esperar y creer que así algún día vendrá algún
mejoramiento, y mientras los trabajadores mantienen sus esperanzas NO LUCHAN,
SE CRUZAN DE BRAZOS ESPERANDO EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROMESAS, y así sigue
tranquila la clase capitalista explotando y oprimiendo la población.
Eso es lo que se ha conseguido
con la democracia: adormecer a las clases trabajadoras bajo la influencia de
una esperanza.
La DEMOCRACIA es algo así como
un juguete con que el explotador capitalismo ilusiona y entretiene al pueblo
para calmar sus furores y para desviar su atención.
¿Qué abuso se ha suprimido en el
país desde que están en el Gobierno los demócratas?...
¿Ha terminado la tiranía y los
abusos de los carabineros?
¿Ha desaparecido el sistema de
fichas y las supresión del comercio libre en los minerales?
¿Han desaparecido los procesos
calumniosos contra los obreros organizados?
¿Ha desaparecido la persecución
a la prensa obrera y a los obreros federados?
¿Ha desaparecido la violación a
las leyes del descanso dominical, de accidentes del trabajo, la que reprime el
alcoholismo?
¿Ha desaparecido la costumbre de
los capitalistas de arrojar violentamente y sin desahucio a los obreros de las
faenas?
¿Ha desaparecido la prohibición
de que los obreros de las minas y del salitre puedan recibir visitas en sus
habitaciones?
¿Qué es lo que han conseguido
los demócratas mientras gobiernan en compañía de los capitalistas y a cambio de
su concurso?
SERIA BUENO SABERLO.
Sólo han conseguido unos cuantos
empleos para unos cuantos amigos y la VANIDAD de sentirse gobernantes cuando en
realidad sólo están para servir los intereses de los capitalistas y nunca los
intereses del pueblo.
Pero mientras tanto la burguesía
consigue entretener al pueblo y desviarlo de sus aspiraciones.
En Rusia los trabajadores no
creyeron JAMAS en las mentiras de la democracia y fueron derechamente por el
camino de la REVOLUCIÓN que es más corto y MAS SEGURO, y eso les ha dado la
victoria que nosotros los comunistas celebramos.
PARA TERMINAR
Todo lo que queda dicho en este
libro es un terminante desmentido a cuanto, antojadiza y malévolamente ha dicho
alguna prensa y propagandistas oficiosos de que yo estuviera convencido de un
fracaso del comunismo en Rusia.
Desde hace cinco años hemos repetido
en Chile: En Rusia no existe todavía el comunismo. Lo que hay en Rusia es el
poder en manos de los comunistas y con el poder se está, primero, preparando
los elementos y los órganos para la organización de una vida comunista o de una
sociedad comunista.
Si no se ha organizado todavía
una vida comunista, no quiere decir eso que sea un fracaso, porque jamás nadie
ha pensado que el comunismo sea un sistema social posible de establecerse en
pocos días.
He vuelto de Rusia más
convencido que antes que urge apresurar la Revolución Social que ponga en manos
del pueblo todos los poderes para la construcción de la sociedad comunista.
He vuelto de Rusia más dispuesto
que antes para que el pueblo se disponga pronto a tomar en sus manos todas las
fuerzas del poder, porque su incultura no será nunca motivo serio para retardar
la Revolución. Al contrario, el retardo de la revolución significa mantener la
incultura y todas sus consecuencias. Urge, pues, apresurar la Revolución para
acabar con la incultura y sus consecuencias.
Finalmente pido excusas por no
haber podido escribir más ordenadamente estas crónicas, pues las exigencias de
la organización no me han dejado tiempo para redactarlas tranquilamente.
Luis E. Recabarren S.
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