[Digitalización: Archivo de Historia Social. Chile,
noviembre, 2010. Fuente: Contribuciones Científicas y Tecnológicas, Universidad de Santiago de Chile, Mayo 2001,
nº 127, págs. 17-21.]
Luis Emilio Recabarren
UNA CONFERENCIA
EL MOVIMIENTO OBRERO EN CHILE[1]
(1908)
El viernes 8 del corriente,
explicó en el Centro Obrero su anunciada conferencia nuestro compañero el ex
diputado socialista chileno Luis E. Recabarren, que ha venido a Europa a fin de
estudiar el movimiento obrero.
A la hora anunciada abrió la
sesión el compañero Yacer del Comité de la Agrupación Madrileña, concediendo la
palabra a Iglesias para hacer la presentación del conferenciante.
En breves palabras dijo éste
quien es Recabarren el cual, a pesar de su poca edad - pues sólo tiene 31 años -
ha tomado una parte muy activa en el movimiento obrero chileno, valiéndole esto
persecuciones sin cuento. Recabarren es de oficio tipógrafo, y habiendo sido
elegido en 1906 diputado por el Partido Demócrata de Chile, al ir a la Cámara y
exponer, con motivo de jurar el cargo, que él no creía en Dios, fue tildado de
hereje, llegando un diputado burgués a decir que era imposible ser culto,
inteligente ni honrado si no se creía en Dios. Esta actitud de Recabarren dio
por resultado que la Cámara anulara su acta y admitiera en lugar suyo al
candidato burgués que con él luchara; pero merced a la campaña de otro diputado
que en la Cámara tenía el Partido Obrero se verificaron nuevas elecciones en el
distrito, que dieron otra vez el triunfo a Recabarren. Sin embargo, la Cámara
se hallaba resuelta a no dar asiento en sus escaños al impío y al
revolucionario, y anuló por segunda vez el acta del diputado obrero. No paró
ahí la cosa: decidida la burguesía a inutilizar por mucho tiempo a Recabarren,
hizo que se le condenara por los sucesos ocurridos en una antigua huelga; pero
viendo Recabarren que si se le encerraba entonces no sería útil a su clase, se
expatrió, trasladándose a la República Argentina, cuyo movimiento obrero ha
estudiado. Ahora viene a Europa con el mismo fin, y después que haya realizado
dicho estudio, regresará a su país para continuar la labor revolucionaria que
desde muy joven emprendió.
Terminó Iglesias pidiendo que se
saludara con una salva de aplausos al valiente luchador chileno, saludando en
él a los obreros de su país, y que al terminar la conferencia se le despidiera
con otra manifestación igual de solidaridad y de cariño.
La concurrencia saludó con una
nutrida y prolongada salva de aplausos al compañero Recabarren.
A seguida se levantó éste, y con
palabra correcta, fácil y ajustada siempre al concepto que la guiaba, comenzó a
hablar.
Dijo que Chile, la antigua
colonia española, es un pueblo donde el elemento trabajador lucha por su
emancipación desde hace muchos años, pues su movimiento obrero es contemporáneo
del de Europa.
En 1848 residía en París el
ciudadano chileno Francisco Bilbao, que estudió el movimiento revolucionario
obrero y presenció la caída del rey Luis Felipe y la proclamación de la segunda
República.
Trasladado Bilbao a Chile
concibió la idea de agitar y organizar al
proletariado para la lucha por sus derechos, y fundó el periódico La
Igualdad, que si bien no era socialista defendía la democracia y educó
muchísimo a los trabajadores. La burguesía recibió muy mal esta publicación, y
Bilbao fue procesado por blasfemo y condenado a 1.000 pesos de multa, pues la
ley no podía encarcelarlo por delitos de imprenta. El importe de la multa fue
recogido por suscripción popular en las calles de Chile.
La obra de Bilbao, aunque
iniciadora del movimiento chileno, no fue muy vasta. Sus enemigos le expulsaron
de Chile en 1850 y murió poco después en la República Argentina.
Entonces comenzaron a alcanzar
gran desarrollo las Sociedades obreras de socorro mutuo. La potencia alcanzada
por éstas no ha sido igualada por ningún otro país. Sin embargo, como estas
sociedades intervenían pocas veces en huelgas, los trabajadores no alcanzaron
con ellas grandes ventajas.
En 1887 se inició entre los
obreros que pertenecían al partido radical la idea de crear el Partido
Demócrata, y reunidos en asamblea, verificada en la capital de la República, y
con la adhesión de 60 compañeros, llevaron a cabo su propósito. La burguesía
vio en aquel acto un gran peligro y llegó a pedir a las autoridades que
intervinieran para matar aquel movimiento en flor, que iba extendiéndose
rápidamente por toda la nación. Los organizadores del Partido Demócrata fueron
calumniados y tildados de locos y anarquistas.
En 1888 recibió el Partido
Obrero su bautismo de sangre con motivo de una huelga que surgió a consecuencia
de pretender la Empresa de tranvías elevar los precios de los pasajes
económicos con el fin de perjudicar a la clase trabajadora. A los mitin de
protesta y reclamaciones obreras la Empresa de tranvías no dio satisfacción, y
el pueblo, indignado por esta actitud incendió en 29 de abril todos los coches
y demás material de la Compañía produciéndose un grave motín, que costó la vida
a infinidad de proletarios.
A consecuencia de esto se
procesó a los compañeros que formaban el Directorio del Partido y no existiendo
prueba alguna de culpabilidad contra ellos, fueron absueltos y puestos en
libertad después de quince días.
En 1891 y con motivo del
movimiento revolucionario burgués que estalló en aquella República, el Partido
Demócrata consiguió varios triunfos, pero en esta época se produjeron dos
tendencias dentro del Partido, que ocasionó su división en dos ramas.
El Partido continuó así hasta
1894, preparándose y logrando diversas ventajas y en esta época, al celebrarse
las elecciones generales, mandó a la Cámara Popular un representante, al
compañero Ángel Huarero[2], abogado, que hizo una
excelente campaña.
En 1897 logró el Partido entrar
en los Municipios, alcanzando a la vez el que uno de ellos fuera presidido por
un compañero. En este Municipio se crearon escuelas nocturnas y se hizo una
excelente administración.
En esta época, y debido al gran
avance que dio el Partido con los puestos conquistados políticamente, se fundó
un periódico diario El Pueblo, que fracasó poco después.
En las elecciones generales de
1897 ya se lograron dos puestos en el Congreso, Ángel Huarero, abogado y
Artemio Gutiérrez, sastre, que aunque en una Cámara compuesta de 96 diputados
poco podían realizar, empezaron a exponer la doctrina socialista, que era atentamente
oída por todos y adquiría en la nación una gran preponderancia al ser predicada
desde tal tribuna.
En elecciones sucesivas - cada
tres años - fue ganándose un puesto más, y en 1903 se lograron cuatro actas
para nuestros compañeros. Entonces el compañero Malaquías Concha, con ocasión
de discutirse la ley de servicio militar obligatorio, expuso en plena Cámara el
criterio del Partido acerca de la cuestión militarista y combatió denodadamente
la ley. Los resultados de esta campaña fueron admirables, pues si bien la ley
se aprobó y está vigente, no se cumple, dándose el caso de que en 1904 y 1905,
al hacer el llamamiento de reclutas, no acudieron sino el 2 por 100 de ellos, y
éstos desertaran después, al ver que sus compañeros no se presentaron.
La perfidia burguesa y el robo
de actas es igual en todas partes, y en cada elección se les arrebata el
triunfo a todos cuantos candidatos socialistas es posible.
En 1906 triunfaron seis
diputados, de los cuales sólo tres lograron sentarse en la Cámara. Entonces fue
cuando se anuló por dos veces el acta del conferenciante.
En la actualidad tiene el
Partido Obrero mayoría en siete Municipios. Tocopilla, población de 5.000
habitantes, es uno de los Consejos en que la obra de nuestros compañeros más se
nota. La excelente administración le ha convertido en un pueblo limpio y
hermoso. A la Federación Local se le ha concedido por el Ayuntamiento terreno
para casa social y subvención para construir el edificio.
La organización obrera en esta
villa es muy importante, pues publica un bisemanario titulado El Proletario y
tiene dos Cooperativas de panadería, que reciben subsidios del Municipio,
porque los representantes obreros procuran ayudar a sus organizaciones con
subvenciones de los fondos generales, ya sean del Estado, ya del Ayuntamiento.
La ley electoral de Chile
concede iguales derechos a todos los ciudadanos, por lo que resulta que el
elemento obrero forma el 80 por 100 del Censo. Sin embargo, allí ha logrado la
burguesía introducir la corrupción del sufragio por medio de la compra del
voto, que no pocos trabajadores se prestan a vender, desgraciadamente. Más a
pesar de esto, el Partido va creando un excelente estado de conciencia y ha
logrado tener ya 30.000 votos en toda la nación.
Chile no ha tenido nunca establecidos
impuestos sobre los artículos de primera necesidad. Sin embargo, existía un
arbitrio sobre la carne, a causa de tener que importarla de la Argentina. En
1903, comprendiendo el proletariado chileno que era inicuo que pesase sobre
alimento tan indispensable un impuesto que era verdaderamente una excepción,
procuró que desapareciera, y al efecto organizó una gran campaña de agitación.
Esta agitación dio por resultado la celebración en la capital del país de un
mitin monstruo, al que asistieron 200.000 personas, cosa nunca vista hasta
entonces en aquella República.
Era tan general la protesta y
tal la indignación del pueblo chileno, que al día siguiente de la celebración
del mitin se produjo una sangrienta revuelta que duró los días 23 y 24 de
octubre de 1904, y fue una verdadera batalla en las calles, que costó la vida a
centenares de ciudadanos.
Pasado el estupor y la
indignación producidos por tan horrible matanza, el elemento obrero persistió
en su obra para la derogación del impuesto, y a fines de 1907 lograba del
Gobierno chileno la promesa de que así se haría.
Pero estas promesas tardaron en
cumplirse y entre el elemento obrero despertaron fundadas sospechas de que las
palabras del Gobierno no iban a alcanzar una positiva realidad, y volvieron a
la lucha organizando nuevamente mitins y manifestaciones.
Entonces el presidente de la
República mandó llamar al Directorio del Partido que era quien organizaba todo
este movimiento, le rogó suspendiera la agitación con la nueva promesa de que
las Cortes dejarían sin efecto el impuesto sobre la carne. Efectivamente, el
Congreso discutió la cuestión y derogó dicha ley pero al llegar a la Alta
Cámara se abstuvo. En vista de tanto trámite dilatorio ó injustificado, el
Directorio del Partido decidió definitivamente conceder un plazo de ocho días
al Gobierno para que dejase sin efecto la ley, ó, de lo contrario, volver a la
protesta y a la agitación enérgica y vigorosamente. El presidente de la
República protestó ante tal ultimátum de los trabajadores, alegando que
en dicho plazo no había tiempo suficiente, y la Prensa burguesa, demostrando
claramente cual es su misión, lanzó censuras y acusaciones a los que dirigían
el movimiento. Pero era tal la organización, tan generales las protestas y tan
decidido el movimiento, que el presidente de la República llamó de nuevo a los
representantes de los obreros para que le concedieran un nuevo plazo, que le
fue negado, y ante tan valiente actitud, el Senado se reunió, se ocupó
activamente del asunto y derogó el impuesto sobre la carne un día antes de
terminar el plazo concedido por los trabajadores.
Otro punto importante del
movimiento obrero chileno ha sido la horrible matanza de Iquique a fines del
año anterior, acto infame de aquel Gobierno, que produjo más de 2.000 muertos y
otros tantos heridos.
El papel moneda había llegado a
sufrir tal depreciación en el mercado, que el obrero tenía en su salario una
merma del 50 por 100, pues le pagaban en papel y tenía que hacer los pagos en
oro.
Entonces los trabajadores
empezaron un movimiento reclamando que sus salarios fueran satisfechos en oro,
que era como ellos tenían que pagar las mercancías. En algunas localidades
triunfaron los obreros al iniciar la reclamación; pero en Iquique, en las minas
de salitre que allí existen, el movimiento adquirió grandes proporciones y se
hizo general el paro, alcanzando una extensión de más de 60 kilómetros . Los
obreros, para poder reunirse y organizarse, tuvieron necesidad de usar de los
trenes, que manejaron y dirigieron ellos mismos, porque los trabajos estaban
paralizados.
Las autoridades, en el primer
momento, concedieron permiso y local para celebrar el acto que los trabajadores
tenían preparado; pero al ver el Gobierno el inmenso número de obreros que se
reunieron, quiso suspender el mitin y pretendió echar a los reunidos, que se
negaron a retirarse. Puso en práctica los medios de que disponía para disolver
a los manifestantes, y no consiguiéndolo, realizó un esfuerzo supremo,
criminal, monstruoso, haciendo llevar al puerto tres buques de guerra y desembarcar
de cada uno de ellos dos ametralladoras de tipo moderno, que colocó frente al
local en que los trabajadores estaban reunidos. Intimados éstos para que se
retirase, se negaron a ello, convencidos de la justicia de sus reclamaciones, y
entonces el general que mandaba las piezas de artillería, Silva Renard, mandó
hacer fuego dirigiendo la puntería al grueso de la multitud, y en particular
donde se encontraban los directores del movimiento. Que lo que digo es cierto
lo prueba el hecho de que había cadáveres que aparecían atravesados por más de
50 balazos. Después de producida tan horrible matanza, aún se pusieron en
movimiento fuerzas de infantería y de caballería, por si resurgía el
movimiento, que se dio por fracasado ante tan feroz y criminal proceder de las
autoridades.
No siempre las fuerzas del
ejército chileno han obedecido las órdenes de sus jefes en este sentido, pues
en 1903, cuando los obreros del mar en Valparaíso luchaban por conseguir el
establecimiento de un mínimo en el salario, llegando a la huelga, también
intervino el ejército, pero al recibir orden de hacer fuego contra los
huelguistas, se negó a cumplirla. Entonces los patrones pidieron el arbitraje y
los obreros obtuvieron algunas mejoras.
Después se ocupó el
conferenciante de la fuerza que va adquiriendo la Fiesta del 1º de
mayo en Chile y adujo varios datos publicados por la prensa burguesa, de los
que resultan que la Fiesta del Trabajo se celebra desde 1900, pero hasta 1904
no tuvo otra importancia que la de irse aclimatando, pues sólo se reunían
algunos centenares de trabajadores; más en 1905 en la capital de la República
ya se manifestaron 5.000 personas; en 1906, 10.000 y en 1907, 60.000, entre los
cuales había más de 5.000 compañeras.
En Valparaíso también ha
adquirido gran importancia, pues en 1905 se reunieron el 1º de
mayo 3.000 obreros; en 1906, 10.000, y en 1907, 30.000.
Habló a continuación de la
Prensa obrera y dijo que actualmente se publican tres diarios: La Reforma,
La Voz del Obrero y otro, y que, además, cuentan con otras 30
publicaciones, pues cada Federación Local tiene la suya. Todos los periódicos
obreros cuentan con imprenta de su propiedad, pues entendiendo que para estar
asegurada la publicación es preciso disponer de elementos propios, lo primero que
procuran los trabajadores chilenos, una vez vista la necesidad de comenzar la
publicación, es adquirir el material preciso para su confección.
Dijo que la prensa era el más
eficaz procedimiento de propaganda, pues mientras la conferencia, el mitin, la
conversación, son elementos que tienen reducido radio de acción y duran un
momento, el escrito puede llegar a todas partes y perdura.
También proclamó la acción
política como arma poderosa para los trabajadores, pues la conquista del
Estado es la que ha de dar el triunfo a nuestra causa, e hizo constar que la
intervención del Partido Obrero de Chile en el Parlamento y en los Municipios
se ha hecho sentir, logrando establecer más de 60 escuelas para obreros, que
cuenta cada una con la subvención de 1.000 pesos anuales que les concede el
Estado, aparte de alguna otra concedida por los Municipios.
Pasó después a relatar el
desarrollo de la cooperación de los trabajadores y expuso que en la minas de
sal de Antofagasta existían, y aún quedan algunas, cantinas establecidas por
los mismos patronos, que obligaban a sus obreros a comprar en las mismas; pero
gracias a la organización obrera se ha logrado el establecimiento de una
Cooperativa de consumo en el propio desierto, sitio donde están enclavadas las
minas, lo cual costó grandes trabajos y sacrificios a los obreros, porque las
autoridades, de acuerdo con los patronos, prendían a las Comisiones de obreros
que iban a establecer la Cooperativa; sin embargo, a cada Comisión detenida
sustituía otra, y otra, hasta que un día abandonaron el trabajo de las minas
salitrosas 6.000 obreros, que se dedicaron a levantar el edificio de la
Cooperativa, lográndolo en poco tiempo.
El orador terminó su notable
conferencia haciendo una breve síntesis sobre la organización obrera en la
República Argentina, diciendo que allí el movimiento está atravesando una gran
crisis, de la que acusa en mucha parte a los anarquistas, que, con su
descabellados procedimientos, dificultan la labor encaminada a crear una sólida
organización, que es la que da fuerza a los trabajadores. Sus últimas palabras
fueron estas:
- Es indudable que la táctica
socialista, la que hemos seguido los trabajadores chilenos, es más eficaz que
la de los anarquistas, que creen que sin una potente organización se pueden lograr
nuestras reivindicaciones. Nosotros tenemos, además, todos los elementos de
lucha de que disponen los anarquistas, y de todos hacemos el perfecto y debido
uso; Pero tenemos uno que ellos rechazan: el voto, arma electoral; y ya habéis
visto el excelente resultado que nos ha dado a los trabajadores chilenos la
intervención directa en la política, y es indudable que, de haber tenido mayor
número de representantes, no se hubieran consumado las horribles matanzas de
obreros de que ya os he hablado.
Después de cariñosas frases de
saludo a los trabajadores españoles, hizo votos por que nuestro Partido alcance
pronto una fuerte representación en el Parlamento, a fin de que la clase obrera
haga sentir el peso de la justicia de nuestra causa.
Al terminar el compañero
Recabarren, una nutrida salva de aplausos, demostró el interés con que se oyó
su notable conferencia por todos los compañeros que llenaban el salón.
[1] Versión publicada en El Socialista, Madrid, 15 de mayo de 1908;
Órgano Central del Partido Obrero. Redacción y administración: Espíritu Santo, 18, segundo
a la izquierda. La correspondencia de Redacción dirigirse a Pablo Iglesias; la
de administración a Felipe Peña Cruz.
Compa, como puedo entrar en contacto con usted. Yo mire que tu miraste el blobue memoria vermelha y gustaria de hablar sobre un projecto de digitalizacion de los materiales de la IC en la America Latina. Que piensas?
ResponderEliminarSe interesas mande un email para felipedeveza@gmail.com