sábado, 5 de febrero de 2011

Federación Obrera de Chile (Región Salitrera)


El Socialista, Antofagasta 09/04/1920
FEDERACION OBRERA DE CHILE
(REGION SALITRERA)
Junta Provincial de Antofagasta
Casilla 327 - Covadonga Nueva - Nº 339
Esta Junta está constituida con las delegaciones de los siguientes Consejos Federales:
Antofagasta, Luis E. Recabarren S., y Alberto Abarca.
Yungay, Humberto Dianderas y Juan B. Contreras.
Calama, Ricardo Mondaca.
Chuquicamata, Juan F. Céspedes.
Boquete, Juan Díaz y Ernesto Carrasco.
Gatico, Laureano Castro y Francisco Mazurett.
Tocopilla, Julio Molina.
Artes Mecánicas, Antofagasta, Hernán Cortés y Pedro Gaitan.
Mejillones, Carlos G arcía y Pedro Elgueta.
Unión, Gremio de Cargadores, Joaquín Cerda y Juan Ramos.
Mejillones, Consejo Femenino, Enriqueta Rivera.
Unión, Consejo Femenino, Angela Castro.
Antofagasta, Consejo Femenino, María Gelvez y Emeteria v. de Molina.
La siguiente nota ha mandado la Junta Provincial, a todos los consejos adheridos a ella y que seguramente será acogida con entusiasmo:
“Antofagasta, marzo 31 de 1920, Secretario del Consejo Federal de...
El Congreso Departamental de la Federación recientemente realizado, entre otros acuerdos, resolvió lo siguiente:
Enviar anticipadamente una cuota que votará cada Consejo, a la Junta Ejecutiva Federal de Santiago para que pueda hacer y remitirnos las libretas que acordó la Convención de Concep­ción y que la Junta E. F. no puede enviarnos anticipadamente, porque carece de fondos para atender las necesidades de toda la organización. Espera pues esta Junta Provincial que ustedes no retarden el envió de la cuota que ustedes resuelvan, tomando en cuenta que cada libreta valdrá 50 centavos de costo.
También acordó contribuir con 10 pesos por Consejo cada vez que la Junta E. F. solicite solidaridad para alguna huelga y como ya hemos remitido una cuota para los huelguistas de Curanilahue, ese Consejo nos adeuda la suma de 10 pesos.
Compañeros, como el éxito de la organización consiste en la mejor disciplina de nuestros actos, esperamos que ustedes nos ayuden con la mejor puntualidad en todos nuestros compro­misos a mantener esa disciplina.
Esperamos pues, pronta resolución.
Luis R. Recabarren S.

Cómo se hace hoy un allanamiento


El Socialista, Antofagasta 18/04/1920
COMO SE HACE HOY UN ALLANAMIENTO
La odisea de Recabarren relatada por él mismo
Hace dos días, tuvimos el agrado de recibir la carta que reproducimos a continuación, y que es la primera llegada directamente de nuestro compañero:
“Viña del Mar, abril 10 de 1920.
“Compañeros de la Junta Provincial de Antofagasta:
“Cumplo con el deber de comunicar, inmediatamente que me ha sido posible, lo que ha ocurrido conmigo desde el lunes 5 de abril:
“El lunes 5 de abril, como a las 3 de la tarde, el Mayor Leiva, caballerosamente, me sacó de la cárcel y me llevó al cuartel de carabineros, de donde fui embarcado en un automóvil del ferrocarril y escoltado de 4 carabineros, hasta Mejillones, en donde me entregaron a dos misé­rrimos “pacos”, los cuales me embarcaron en una lancha a gasolina y de allí me llevaron a Toco­pilla amarrado con esposas de fierro, durante todo el viaje de la lancha.
“En Tocopilla fui recibido por el Prefecto de Policía, muy amablemente. Una hora y media después fui presentado ante el juez, quien me hace leer una resolución del juzgado que sobre­seía, y daba por terminado el proceso, ordenando la libertad de Muñoz y demás compañeros, y dejando sin efecto la orden de prisión en mi contra y de Cortez. Con la admiración que es de comprender oí leer esa contraorden. ¿Qué había pasado? Que un juez interino, Rosamel Ramos, amigo de los demócratas nos hacía esta jugada, iniciándonos un proceso por sedición y estafa. Deducían la sedición de una conferencia y la estafa, porque Muñoz tenía en su poder una libreta de la Caja de Ahorros con más de doce mil pesos, que son los fondos de la Federa­ción de la pampa de Tocopilla.
“Pero el juez titular, señor Barros Castañón, impuesto de tamaña barbaridad, deshace lo obrado por el juez interino, haciendo acto de justicia.
“Terminado el asunto, el juez me invita a irme a Iquique, porque allí podré encontrar más luego vapor para regresar a Antofagasta. Yo quiero excusarme, pero me veo obligado a aceptar la invitación del juez y me voy a Iquique en la Condell, cuyo Comandante se porta gentilmente.
“Llegando a Iquique en la mañana del miércoles, el Comandante me dijo que antes de desem­barcarme iría a darle cuenta a sus superiores. De regreso, el comandante me dice: 'Hay orden de las autoridades de Iquique de no dejarlo bajar a tierra bajo ningún pretexto'.
“¡Las garantías constitucionales han muerto en Chile, me dije silenciosamente! Un chileno no puede desembarcar donde lo necesite.
“Bien. El comandante me dice: 'después de almorzar veremos en qué vapor se puede regresar a Antofagasta'.
“Así fue. Fuimos a ver al 'Bologna' y como este vapor no tocaba en Antofagasta, porque partía directamente a Valparaíso, nos fuimos al 'América'. Esta nave iba a Antofagasta, pero con escala en Caleta Buena. Aquí me dejó el comandante. Saqué mi boleto con dinero que pedí prestado en la Federación de Tocopilla.
“Al rato que estaba allí instalado, llegan tres agentes a decirme que el Intendente señor Morales, y el comandante de la Condell señor Arturo Huland, deseaban conversar conmigo a bordo del 'Bologna'.
“Pensando que se trataría de una nueva 'travesura' de las autoridades, exigí la devolución del dinero del pasaje y tomé mi equipaje —un poncho que generosamente me prestó el mayor señor Leiva— y seguí a los agentes.
“Una vez a bordo del 'Bologna' le dijeron al contador: 'este es el pasajero' y se retiraron. El cobrador me dice: 'El gobierno le paga a Ud. el pasaje, pero de tercera'. Yo saqué mi pasaje en segunda clase.
“Y aquí he llegado después de toda esa odisea de tonterías de nuestras 'formales' autori­dades.
“Mañana voy a exponer estos hechos en Santiago, ante la Junta Ejecutiva de la Federación.
“Oportunamente avisaré cuando regrese.
“Salud”.
Luis E. Recabarren S.

Todavía preso


El Socialista, Antofagasta 08/05/1920
TODAVIA PRESO
Hemos recibido de nuestro compañero Luis E. Recabarren, de paso para Tocopilla, a donde va a comparecer a la presencia del Ministro que lo procesa nuevamente, las líneas que siguen:
“A mis compañeros y amigos:
“Desde la rada de Antofagasta y a bordo del vapor 'Mapocho', porque no puedo bajar a tierra, ya que nuevamente tengo la suerte de viajar, con regia escolta, y en calidad de reo porque así lo disponen inteligentes personajes y dirigentes de nuestra política, desde aquí quiero envia­ros mi alegre y cordial saludo.
“No había escrito antes porque he pasado 16 días incomunicado en un calabozo de la cárcel de Santiago y sólo se me ha suspendido la incomunicación la noche del 30 de abril en el mo­mento que fui embarcado para traerme, donde está instalado el tribunal nombrado especial­mente para juzgar mi 'tenebrosa' conducta, según lo debe haber dispuesto la honorable 'mafia' de estas tierras.
“Nada puedo decirles de las causas de este nuevo proceso. En el exhorto que se me leyó después que me tomaron preso en Santiago, dice el Ministro Sepúlveda que me procesa 'por propagar ideas subversivas' y pidió que se me incomunicara y que se me negara excarcelación bajo fianza.
“Por dos telegramas posteriores exigía la misma situación y el pronto envío de tan terrible reo. Desgraciadamente el gobierno no se dio prisa en remitirme.
“Ya saben Uds. mis queridos compañeros, voy a asistir al Tribunal que me juzga 'por propa­gar ideas subversivas' y a repetirles que seré eternamente propagador de ideas subversivas, por lo cual, si quieren, pueden preferir condenarme desde ya a prisión perpetua, o al patíbulo, si así les parece mejor a los señores 'de horca y cuchillo' que ahora y hasta hoy todo lo pueden en Antofagasta, menos encarcelar nuestras ideas, nuestras sublimes ideas, nuestras subversivas ideas.
“Con este nuevo atentado a nuestros derechos, cometido por el radicalismo roñoso de esta región, (pues hay un radicalismo joven que no acepta estos atentados) ya lo han visto Uds., hemos ganado otro ciento por ciento, como en el 'estado de sitio' del año pasado.
“La prisión para nosotros tiene la virtud de robustecer nuestra moral y nuestra voluntad para continuar con más bríos la obra redentora en que estamos empeñados.
“Como siempre, con el mismo empeño prosigamos nuestra obra, compañeros y compañeras, y que nada nos detenga en nuestro glorioso impulso que nos va llevando al más seguro triunfo para nuestros ideales.
“Vuelva yo, o no vuelva; me dejen preso o libre, mi pensamiento y mis palabras escritas llegarán siempre hasta ustedes con el mismo tono, pues la cárcel jamás podrá encarcelar los frutos del pensamiento; puesto que jamás pudo evitar las grandes revoluciones cumplidas en la historia.
“La revolución chilena de 1810, la revolución francesa y la revolución rusa, triunfaron a pesar de la cárcel y del patíbulo.
“ ¡Salud y fuerzas, pues hermanos y hermanas!”.
Luis E. Recabarren S.

En la prisión I


El Socialista, Antofagasta 03/06/1920
EN LA PRISION
ALEGRIA BREVE
Nuestros “pobres” enemigos, (ricos en dinero, o adulones de lo ricos o aspirantes a ricos, pero pobres de inteligencia), están que no caben de alegría, porque, ellos, han metido a todos los agitadores a la “capacha”, de donde no saldrán más, según los deseos de ellos.
¡Pobres gentes! y se hacen llamar en Chile, radicales, los elementos más liberales de la República, y hablan contra los “retrógrados”... y ellos hacen el triste papel de retrógrados y peor, si se quiere, puesto que han tenido que inventar delitos y recurrir a falsedades de todas clases para hacerlas figurar como elementos de juicio en este insensato proceso que “están fabricando”.
Y están alegres y contentos porque nos tienen “presos”, porque al fin encontraron “un juez” que se “prestara” para tomar en serio las ridiculeces que van acumulando en el sumario.
Con estas prisiones:
¡Se morirán de miedo los obreros...!
¡Ya no saldrá más nuestro diario El Socialista (aunque lo sentí gritar a grandes voces por los contornos de la cárcel y la policía), que era la voz vibrante y honrada de los federados!...
¡Ya no habrá más conferencias!...
¡Ya no habrá más federaciones!...
¡Han triunfado! ¡Han conseguido su objetivo!
¡Pobres ilusos, ignorantes de la Historia Humana!
Pobres ignorantes pretensiosos que no se dan cuenta de la hora porque atraviesa la Humani­dad. Hora de renovación de valores, de triunfo de ideas nuevas, de revolución definitiva para hacer vivir la vida sobre las bases de la Naturaleza, que la ignorancia alteró o desvió, pero que ahora existe la conciencia y las fuerzas que se necesitan para hacer cumplir las leyes de la Naturaleza Sabia y Justa.
¿Qué otra cosa queremos nosotros, sino que se cumplan las leyes de la Naturaleza?
¡Y se creen triunfantes porque nos tienen presos! cuando están en dolorosa derrota, en necesaria derrota.
Suprimir de las actividades revolucionarias a unos cuantos de nosotros, es darle más vigoroso impulso a la revolución que agita sus pasos vencedores con mayor fuerza, cuando pretende enseñorearse la injusticia y la represión ilegal.
Allí está por ejemplo, Rusia; miles de fusilados, miles y cientos de miles masacrados; cientos de miles en las horribles prisiones: ¿detuvieron la Revolución? La precipitaron. ¡Esa es la Histo­ria inmutable!
Así, ahora, en Chile. Persiguen. Encarcelan. Deportan. Flagelan. Saquean. Destrozan impren­tas. Asesinan. Pero no hacen otra cosa que robustecer la revolución. ¡Que acercar la Hora decisiva!
Pueden seguir riendo los ilusos, los ciegos, los ignorantes. Nosotros también reímos con verdadera alegría en nuestras prisiones porque la hora feliz de la Redención ya está sonando en el reloj de la Historia.
Luis E. Recabarren S.
Policía de Tocopilla, mayo de 1920.

En la prisión II


El Socialista, Antofagasta 04/06/1920
EN LA PRISION
COSAS DEL TIEMPO
Donde resplandece la legalidad y justicia de nuestra causa
¡Ya puedo morir tranquilo y feliz!
No creeréis, pero es cierto, nunca me he sentido más satisfecho que en estos momentos que un nuevo proceso me priva de la libertad...
Y, ¿por qué? diréis.
Porque este proceso, en lo muy poco que ya le conozco, veo qué es la más hermosa prueba de la moral, de la justicia y de la razón que nos rodea en nuestras aspiraciones.
Nuestros perseguidores no nos pueden procesar con la verdad en la mano.
Tienen que recurrir a la mentira.
Esta es la prueba fatal de que carecen de razón y de justicia para encarcelarnos.
Hay en el proceso una parte que me acusa haber hecho un discurso, donde jamás nunca lo he hecho. Y de seguro se habrá hecho declarar a algunas personas que afirmen que oyeron mi discurso.
Y si así es todo el proceso. Si habrá más falsedades declaradas para decir que hemos cometi­do un delito donde hemos hecho un acto generoso, no cabe duda que nuestros perseguidores, y ellos mismos lo reconocerán, están perdidos en sus propósitos de anular nuestra justa acción de progreso y de perfeccionamiento social.
Ellos saciarán sus bajas pasiones, encarcelando a unos cuantos de nosotros y nos darán por vencidos, aún muertos, y, pobres insensatos que no se dan cuenta que ellos son los únicos vencidos aun con la apariencia de sus supuestos triunfos.
Para encarcelarnos necesitan mentir, porque la verdad es nuestra.
Entonces, ¿no están vencidos?
No tienen razón porque la razón es nuestra.
¿Qué habrán ganado con encarcelarnos? Un abismo de desprecios.
Sí, eso, un abismo de desprecios, es su única ganancia.
Su propósito de mantenernos en la esclavitud, de anular nuestra organización que marcha a conquistar bienestar y libertad correcta y definitiva, ese propósito de acabar con nuestra acción redentora, aun de ellos mismos; eso, no lo conseguirán jamás, y por eso es que ellos son los únicos vencidos aun cuando nos dejen encerrados en las prisiones.
Que este proceso es un complot de vencidos lo dice claramente el siguiente párrafo de un diario de Tocopilla, en que al defender al juez que el 6 de abril me puso en libertad, dice lo siguiente:
“Nosotros que creemos que se nos puede tildar de amparadores de revoltosos, puesto que sin ambages de ningún género hemos combatido la obra de los agitadores, no sólo ahora sino desde mucho tiempo atrás, hemos comprendido que el ataque injusto que el corresponsal de Antofa­gasta hace al juez de Tocopilla, NO ES OTRA COSA QUE LA MANIFESTACION ELOCUEN­TE DE QUE EN LA CABECERA DE LA PROVINCIA SE DESEA A TODA COSTA SACAR LA CASTAÑA CON LA MANO DEL GATO, ES DECIR, QUE SEA AQUI EN TOCOPILLA DONDE APAREZCA.
El que ha de quitarles
DE EN MEDIO AL PREDICADOR SUBVERSIVO que opera como señor absoluto en la capital de la provincia, y NO SE ATREVEN A HACERLE NADA.
Allí publica un diario que más perjuicios ha causado y sigue causando a los obreros y TODA­VIA NO HAN ENCONTRADO la manera de ANULAR esa publicación ni la obra del agitador y sus satélites.
Antes de desprestigiar las autoridades y hablar sin conocer los hechos, SE DEBE OBRAR DE COMUN ACUERDO que es lo que se necesita en la época porque atravesamos”.
Así habló el San Pablo de Tocopilla.
Por eso repito, compañeros y compañeras. ¡Ya puedo morir tranquilo y feliz!
Nuestros enemigos nos reconocen sanos, honrados, tranquilos, respetuosos a la ley y ven que por eso no pueden impedir nuestra patriótica obra ni atajar nuestra perseverante acción.
Como ellos no quieren que el pueblo progrese y creen que necesitan anular nuestra obra, no pudiendo hacerlo a la buena, lo hacen a la mala, y recurren a fabricar discursos y quien sabe qué otras declaraciones.
Seguimos triunfando, porque la verdad es lo único que triunfa.
¡Lo falso es siempre vencido!
La sinrazón de nuestros perseguidores se desploma estrepitosamente en este proceso.
Ya puedo morir feliz y tranquilo, porque mis gratuitos enemigos me confiesan mi honestidad intachable.
Luis E. Recabarren S.
Tocopilla, mayo de 1920

La prisión del Director de nuestro diario...


El Socialista, Antofagasta 19/05/1920
LA PRISION DEL DIRECTOR DE NUESTRO DIARIO COMPAÑERO RECABARREN
Escrito pidiendo sobreseimiento del proceso que se le sigue
Damos a la publicidad el texto de un escrito presentado por nuestro compañero Luis E. Recabarren, a su llegada a Tocopilla, al Ministro Visitador.
Omitimos comentarios pues de la lectura del escrito fluye con absoluta claridad la prueba de que nuestro amigo permanece aún preso, por la acción malévola y sombría de ciertos elemen­tos reaccionarios, enemigos de nuestras organizaciones obreras.
Por las consideraciones que expone, pide se sobresea:
“Señor Ministro:
“Luis E. Recabarren S., en el proceso que se le sigue a V.S. digo:
“Que he sido notificado de la disposición que me encarga reo, en virtud de existir, a su juicio, fundadas presunciones de haber tenido participación en 'delitos perpetrados' que castigan los artículos citados del Código Penal, en el auto que me encarga reo.
“Me permitirá V.S., afirmar (aunque no conozca el sumario) que considero que no puede existir en autos “hechos establecidos” que demuestren plenariamente la existencia, no diré de delitos consumados, pero ni siquiera de la intención de cometerlos, en los cuales yo pueda haber ejercido alguna participación.
“Estoy completamente seguro de que jamás, por ningún medio consciente o inconsciente, he participado en delitos que castigue el Art. 125 del Código Penal, y me atrevo a creer que en autos no puede haber establecido, con hechos fidedignos (salvo informes tendenciosos, faltos de verdad y aconsejados por la pasión de las luchas sociales que se desarrollan en el momento presente), que nadie y menos con mi participación demostrada en ninguna forma haya tenido la intención de cometer semejante delito.
“Para que yo aparezca participando en el delito debe haber autor o autores de culpabilidad ya establecida en autos.
“¿Será posible que V.S. pueda haber encontrado entre los trabajadores, alguien capaz del delito, aun cuando informes ad-hoc pretendieran establecerlo? Encontrar la imposibilidad del delito es cuestión que la seria penetración de V.S. puede establecer.
“Entiendo que el Código Penal establece delito cuando un hecho se verifique o cuando fracasa la intención de realizarlo.
“El Art. 125 del Código Penal castiga los hechos demostrados en los Arts. 121, 122, 123 y 124 del mismo Código.
“No tengo conocimiento ni sé que nadie lo haya tenido, de que alguien se haya alzado a mano armada contra el gobierno, constituido con el objeto de promover la guerra civil, ni pretendido cambiar la Constitución del Estado, o su forma de gobierno, ni tratado de impedir que ejerzan o entren en el ejercicio de sus funciones el Presidente de la República, o los miem­bros del Congreso Nacional, o de los tribunales superiores de justicia. Siendo éstas las únicas circunstancias que establece delito y pena el Art. 125 del Código Penal.
“Evidentemente, señor Ministro, la visual más modesta permite establecer que en Tocopilla se haya podido cometer semejantes circunstancias que concurren en el Art. 125 del Código Penal.
“Ni el Presidente de la República, ni los miembros del Congreso Nacional, ni de los tribuna­les superiores de justicia pueden ser privados de ejercer sus funciones desde ningún punto de Tocopilla.
“¿Cómo, entonces, señor Ministro, podrá haberse establecido en autos un delito de esa naturaleza?
“Considero que el elevado criterio con que V.S. debe mirar los hechos, después de esta exposición, habrá de considerar y establecer que en autos no puede haberse comprobado la comisión o el intento de cometer ese delito que lo pueda facultar para determinar que tengo complicidad en delito alguno. Esto es concreto y no cabe lugar a duda.
“Para mí y para la Federación Obrera, ha sido y será el honrado ejercicio del voto electo­ral, la única fuerza con la cual pretendemos perfeccionar la organización del Estado.
“También dice V.S. que en autos hay mérito para establecer que se ha cometido el delito penado por el Art. 202 del Código Penal, que castiga las sociedades ilícitas por el hecho sólo de su existencia.
“La Federación Obrera de Chile es una Sociedad nacional compuesta de cerca de 200 seccio­nes, establecidas entre Arica y Puerto Montt.
“No hay en Chile y menos en la provincia de Antofagasta un solo hecho concreto y verídico que pudiera permitir a V.S., ni a Tribunal de Justicia alguno, establecer la ilicitud de esta vasta asociación nacional, cuyos estatutos, ley interna que rige a sus asociados, y que acompaño, no pueden caer bajó sanción penal alguna, porque todos los actos que se derivan del estatuto se realizan absolutamente dentro de las garantías que establece la Constitución chilena. La Federación Obrera de Chile realiza acciones que perfeccionan la moral, la educación y la cultura de la clase trabajadora de Chile y una asociación que estos hechos realiza, no puede jamás hacerse ilícita porque la moral y la cultura no conducen nunca a la comisión de actos ilícitos.
“No podrá, tampoco, V.S. derivar de una huelga, acto no penado por ley alguna, en nuestro país, ilicitud para la Federación.
“Hace pocos días ha terminado la huelga en la región carbonífera, sostenida por la Federa­ción y cuya mesa directiva de Santiago conferenciaba con el propio Gobierno para determinar medidas de conciliación.
“Señalar a la Federación Obrera como sociedad ilícita, es transformar la verdad con la inten­ción de atentar contra el derecho de asociación de los trabajadores, que no tienen otro medio para mejorar sus condiciones de vida.
“Ante estas explicaciones y con un nuevo examen razonable de los autos, descartando de ellos la filtración de pasiones propias de los hombres que luchan, pero que la justicia tiene el deber de descartar, me permito confiar que V.S. llegará a establecer que en autos no está lógicamente establecido ningún principio de ilicitud de la Federación Obrera de Chile, y por lo tanto ninguno de sus miembros afectado como delincuente.
“El Art. 467 del Código Penal que castiga la estafa es absolutamente inaplicable en el caso presente.
“La Federación Obrera de Chile está dividida en Asambleas, quienes eligen a pluralidad de votos sus tesoreros y administradores, personal que administra por el máximo de tiempo de un año o que puede removerse a voluntad de la asamblea.
“Cada asamblea es constituida por numerosos socios, que voluntariamente se han congrega­do, y se han obligado a pagar las cuotas que los estatutos y las asambleas establecen.
“El tesorero autorizado por una asamblea para percibir las cuotas e invertirlas conforme al Estatuto, ¿podrá señor Ministro calificarse de estafador por este hecho? Ese es el único caso que se contempla en este proceso.
'El derecho de asociarse sin permiso previo, (Art. 10 (12) de la Constitución chilena), garan­tiza la forma de administración que tiene la Federación Obrera.
Conforme a este derecho constitucional existe la Federación Obrera de Chile, cuyos fines patrióticos puesto que elevan la moral del pueblo, no pueden ponerse en duda por ninguna per­sona que mire con honradez su existencia y su desarrollo.
Imposible será que en autos exista establecido que algún tesorero o administrador de la Federación Obrera haya invertido fondos contraviniendo acuerdos legales de las asambleas o del Estado, único caso que merecería la pena, y digo imposible porque no he tenido conocimiento que ninguna asamblea de la Federación Obrera haya hecho cargos a algún tesorero, de lo cual pueda desprenderse la sanción del art. 467 del Código Penal.
En la forma que he prestado mi declaración ante las preguntas de V.S. veo que la investigación sobre la administración de los fondos sociales penetra en el terreno que a mi juicio lesiona el derecho constitucional de asociarse sin permiso previo.
Si yo como administrador de la imprenta de El Socialista administro los fondos que a ella corresponden, lo hago en virtud de un acuerdo de asamblea de representantes de todas las secciones que constituyen la Federación Obrera en Antofagasta, y esa asamblea me ha autoriza­do para invertir los fondos en la forma que mensualmente he explicado en Balances publicados en el diario El Socialista propiedad de dicha Federación. Mis actos de administrador fueron aprobados recientemente, en marzo pasado por dicha asamblea.
¿Cómo podrá V.S. establecer que existe en autos que se haya cometido este delito y que yo pueda tener participación en él? Creo que V.S. después de un maduro examen podrá ver que detrás de las piezas o instrumentos que figuren en autos, pretendiendo establecer delitos donde no los hay, podrá advertir que es el espíritu contrario a nuestros sentimientos quien levanta una montaña donde sólo existe un oasis.
Señor Ministro: la hora presente en la cual la Fuerza de la Historia, ha embarcado a la Huma­nidad, quizás contra su voluntad, en una sacudida de renovación de sus bases sociales agita a los hombres en un mar de pasiones que los obliga a luchar unos contra otros. Chile es teatro de una parte de esa agitación, porque es parte integrante de la Humanidad y las fuerzas psíquicas que nadie puede evitar lo adhieren al movimiento universal de perfeccionamiento de las institucio­nes. Tan es así que esta fuerza existe, que por primera vez en Chile un candidato a la presiden­cia de la República, el Sr. Arturo Alessandri, nos presenta un programa que es el más grande conjunto de aspiraciones a renovar fundamentalmente las instituciones de Chile. ¿Podrá alguien acusar judicialmente al Sr. Alessandri de subversivo por exponer un programa igual que lo hace­mos nosotros, declarando que lo realizará si alcanza el triunfo?
Este sumario en que me ha envuelto V.S. es parte de esa lucha inevitable.
Los representantes de una tradición pasada se alarman ante el porvenir de renovación y no concibiéndolo con claridad lo atacan.
La Justicia, aunque esté representada por hombres que sienten las influencias de las pasiones que agitan este momento histórico, cumplirá honestamente su misión si logra constituirse como una fuerza directora que eleve las pasiones a la altura en que los hombres puedan conciliar sus encontrados anhelos.
No tomar en cuenta los factores morales al lado de la fuerza honesta de la ley es dejar sin solución el problema que nos agita.
Prolongar este proceso que V.S. puede considerar terminado en cualquier momento, prolon­gar las prisiones que él ha motivado, indudablemente no producirá los fines que se persiguen y en cambio retardará la hora en que se borren definitivamente las asperezas que surjan en toda sociedad que no ha completado su cultura.
¿Podría colocarse el señor Ministro en el caso de que los informes que en autos hayan como antecedentes, sean falsos o deformados por la pasión —que siempre acompaña a los hombres—, hasta colocar como delito lo que es una aspiración lícita? Si así resultara, ¿no sería un error continuar este proceso y prolongar indebidamente prisiones que no tienen razón de ser?
En nombre de estos elevados principios; en nombre de la más honesta interpretación de las leyes, que no están en pugna con la acción judicial severa y generosa, que debe consagrar el santo principio de la armonía social, es que invito a V.S. que logrando alejar de los autos la pasión innoble que haya, con el más elevado criterio que requiere la hora presente, considero legal y digno sobreseer definitivamente este proceso.
Una gran parte del país, por lo menos las familias que constituyen la Federación Obrera, —me lo figuro—, tienen sus miradas puestas en los actos de V.S. esperando surja de ellos el más generoso procedimiento de justicia. Un espíritu de bien entendida nobleza aconseja en la hora actual no prolongar el momento de hacer justicia.
Por tanto:
No pudiendo estar comprobado en autos la comisión de los delitos que pena el Art. 125 del Código Penal, porque es ilógico a la simple vista, que en Tocopilla se pueda cometer esos delitos;
No existiendo hecho concreto alguno que establezca evidentemente la ilicitud que pena el Art. 292 del mismo Código;
No pudiendo establecerse, por las razones expuestas, que pueda aplicarse el Art. 467 del Código Penal, a V.S. pido se digne sobreseer definitivamente este proceso por no haber mérito evidente para continuarlo.
Luis E. Recabarren S.

Fragmento


El Socialista, Punta Arenas, 05/12/1919
FRAGMENTO
De L. E. Recabarren
Las fuerzas inevitables que conducirán la transformación de la sociedad, han nacido ya: Son las organizaciones proletarias que de todo género se constituyen todos los días, en todos los pueblos del mundo, sin que nadie pueda impedirlo.
Organizaciones gremiales, que buscan mejoras en el salario, en las horas y costumbres de trabajo y que sirven de escuelas para los afiliados;
Organizaciones y cooperativas, que determinan una nueva modalidad industrial y sirven de escuelas económicas del proletatariado;
Organización política de clase, que va creando nuevos conceptos jurídicos y legales basados sobre una nueva moral, de tal manera que cuando hasta hace pocos años un hombre era consi­derado igual que un animal y se vendía en los mercados, hoy es un ciudadano con derecho a elegir y a ser elegido.
Al lado de estas tres formas de organización, van las organizaciones educadoras de todo género.

Apretemos filas


APRETEMOS FILAS
RECA
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La situación por demás angustiosa porque atraviesa esta provincia, a consecuencia de la carencia de trabajos, obstaculiza en parte, los deseos que sienten los trabajadores por organi­zarse y sacudir el yugo de tan inicua explotación, que los capitalistas aprovechan en estos momentos de crisis, la plétora de brazos existentes que la paralización de oficinas ha creado, para pagar irrisorios jornales que de ningún modo compensan con las largas jornadas de trabajo y la carestía de la vida.
Por otra parte, la cobardía engendrada por las últimas represiones, no extinguidas aún del todo, tiene también su influencia poderosa en la vacilación que se deja ver en el proletariado de esta región, que oscila entre los deseos de organizarse, la cobardía y la indiferencia que existe, causales que aumentan la avaricia capitalista y la tiranía estatal.
Pero ni lo uno ni lo otro puede servir de excusa a todos aquellos que se sientan hombres, hambrientos de pan, sedientos de justicia y ávidos de libertad, para no organizarse y luchar por su mejoramiento económico, moral e intelectual.
Ni la falta de trabajo, ni las represiones ejercidas hace poco, son fundamentos poderosos para que los trabajadores no se organicen o rehuyan su concurso de las organizaciones. Hoy, más que nunca, la organización se impone como medida salvadora de los intereses de la clase asalariada, como dique a la desenfrenada explotación de comerciantes y capitalistas, y como freno a las brutalidades gubernativas.
Está completamente comprobado, porque así lo han demostrado nuestras pasadas luchas, que los obreros sin organización son algo así como frágiles barquillas que se vuelcan al más leve soplo de viento o se hunden al menor oleaje; y está igualmente comprobado que los obreros organizados tienen una similitud con esos block de roca que no ceden ante la fuerza salvaje del huracán, ni por recia que sea la tempestad. Y la organización tiene ese objetivo: hacer de los trabajadores un block, capaz de resistir la fuerza salvaje del poder y de terminar con la explotación y tiranía imperante.
Es menester, pues, que cada obrero ocupe su puesto en su respectiva organización. Llegado es el momento que apretemos nuestras filas.

¿Igualdad anarquista?


¿IGUALDAD ANARQUISTA?
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Hay seres, que no sabríamos con exactitud, en qué escala clasificarlos: si en la de los rema­tadamente imbéciles o en la de los cínicamente malos. Imbéciles o malos, que alardean de sabiduría y no son más que pedantes, que mirados por cualquier lado resultan unos topos del intelecto.
Esta gente, cada vez que la ocasión se les presenta, repite con una voz doctoral: la Anarquía es imposible, porque la igualdad que preconizan es imposible. Y dicho esto, creen haber des­baratado por completo las bases de la Anarquía.
Yo no se de dónde se les ha ocurrido poner en boca de los anarquistas, que la igualdad que nosotros queremos, es la igualdad física, moral, intelectual y fisiológica. De aquí que digan que la igualdad es imposible.
Y es claro que esta clase de igualdad es imposible, anti-natural. Igualdad que ningún anar­quista ha podido concebir ni menos sostener.
Sabemos que no hay dos fisonomías enteramente iguales, ni dos gotas de igual volumen, ni dos criterios que piensen igual, ni dos hombres de la misma estatura. El aire que corre en las alturas no es igual al que corre en las profundidades; ni las capas terrestres son iguales. La variedad, la desigualdad, es lo que caracteriza a la naturaleza.
Sí, esta igualdad es imposible; pero no es imposible la igualdad económica, de la que no se acuerdan nunca los sociólogos de marras.
La igualdad económica, sépanlo los topos del intelecto, es la que nosotros queremos.
La igualdad económica no es imposible, y mal que les pese a los parásitos, ha de implantarse por la fuerza de la revolución.

El Surco, Iquique, 04/10/1919

El trabajo es capital II


El Socialista, Punta Arenas, 29/07/1919
EL TRABAJO ES CAPITAL
Cada obrero es un accionista
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Cosas necesarias que debe saber todo obrero y obrera, para que comprenda el valor de su trabajo
El obrero deber ser un hombre y no una bestia de trabajo
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Conclusión
Contemplemos todavía otros factores. Las máquinas son hechas "por trabajo humano", aunque se ayude para ello con otras máquinas. Todo material que entre en la composición de cualquier producto "viene" de la tierra y en todo el proceso de su preparación interviene forzosamente "trabajo humano".
Ahora debemos establecer fehaciente y fundamentalmente otra verdad absolutamente exacta: La máquina no es "otra cosa" que la prolongación del brazo humano; la máquina no es "más" que la prolongación de la fuerza humana; la máquina no es otra cosa que un instrumento del cual se vale el cerebro para multiplicar la capacidad y la actividad de su brazo la máquina, que no es "otra cosa" en resumen que concepción de esa inteligencia, por esta razón no puede ser, ni es un valor separado ni del brazo ni de la inteligencia del obrero.
Siendo la máquina prolongación de la actividad del brazo humano, que sólo se valoriza por la asociación mutua, no puede el capitalista suponerle más valor que al brazo. Entonces, en el trabajo, es decir, en la producción, el factor de mayor valor que entra en juego es el trabajo del operario, que es el factor de valor más noble. Con esta base, con esta razón es que establecemos que cada obrero, cualquiera que sea su condición, siendo productor de valores, es el único dueño del valor producido.
Por si se alegara que la división del trabajo hace que el obrero produzca sólo fracciones de una obra, diremos: "Todo el producto de una fábrica, taller o faena es propiedad, en igualdad de proporciones, del total de obreros o empleados que hayan intervenido".
Esto, contemplando las cosas en el actual aspecto de la sociedad.
Si el trabajo es el elemento o factor más noble que entra en una empresa, véase claro, el trabajo es la parte más importante del capital que opera en cualquier clase de empresas.
Si el trabajo representa esta clase de capital el obrero es incuestionablemente el capitalista más importante.
Esta es una de las razones más fundamentales que argumentan para sostener que, de cual­quier empresa de trabajo, con uno o muchos patrones o accionistas, los obreros son los accio­nistas más importantes de ella.
Cuando una empresa reparte utilidades a los que hasta hoy son los únicos considerados como accionistas, ¿por qué no son considerados con iguales derechos de accionistas todos los obreros y no participan de las utilidades?
¿Por qué "antes" se aseguraba que la tierra era inmóvil y sé mataba al que afírmase que se movía, y "ahora" nadie duda que se mueve?
Porque antes era lógica la ignorancia; era el estado natural de la humanidad. Así, "antes'' era lógico, debido a la ignorancia, que la clase obrera, además de recibir un mezquino salario, fuera y sea privada de "participar" de las utilidades que resultan de su trabajo y de su inteli­gencia.
Pero "ahora" ya no debiéramos ocultar la verdad; ya no debiéramos admitir que se nos siga usurpando nuestro derecho a la utilidad del trabajo, no sólo porque ello nos reduce a la escla­vitud y a la miseria, no sólo porque ello "rebaja" hasta lo indigno e infame la condición del explotador que se reserva tan vil profesión, si no también porque este sistema, además de indigno, de anti-natural, es criminal, porque de él se derivan el acortamiento de la vida y la muerte prematura, y en suma, porque es la causa preponderante que produce la mayor cantidad de desgracia.
El sindicato, y todo grupo dedicado a multiplicar la cultura, tiene el deber de dedicar a este "renglón" quizás mayor preferencia, pero a la vez señalar y proponer los "medios" más posi­bles, más conducentes, para hacer desaparecer ese estado de cosas y para establecer "nuevas maneras" para realizar la producción y para gozar de sus productos.
Luis E. Recabarren S.

El trabajo es capital I


El Socialista, Punta Arenas, 26/07/1919
EL TRABAJO ES CAPITAL
Cada obrero es un accionista
Cosas necesarias que debe saber todo obrero y obrera, para que comprenda el valor de su trabajo
El obrero debe ser un hombre y no una bestia de trabajo
Todas las verdades demoran en reconocerse. La razón es sencilla. Un niño a medida que va creciendo o desarrollándose, que va viviendo y conociendo las cosas, poco a poco va conocién­dolas y comprendiendo la exactitud y verdad de su valor respectivo. Lo mismo pasa con la humanidad. Tarda en conocer la verdad y en conocer lo exacto, que sólo la experiencia, que sólo el buen juicio y la honradez enseñan. La clase capitalista, empedernida en su egoísmo here­ditario, aunque comprenda la verdad no quiere hoy reconocerla, y mucho menos lo hará mientras vea la debilidad proletaria.
Que el trabajo es un capital, y por lo tanto, cada obrero es un accionista, en toda clase de trabajos que se verifiquen, para muchos de nosotros es, cosa bien clara, indudable e indiscutible. Fatalmente, ningún patrón lo acepta, y muchos obreros no quieren comprenderlo por falta de inteligencia.
Que el trabajo es "el capital" de más valor e importancia es tan exacto, en verdad, que no costará mucho probarlo y comprenderlo. La máquina más prodigiosa que se haya inventado o que no pueda inventarse no producirá productos jamás "sin" la asociación del brazo humano. Debemos tomar en cuenta que para "toda" producción que pueda elaborar la máquina más prodigiosa que requiera el minimum de fuerza humana, para el máximum de producción ha de demostrar que "todos" los materiales que entran en esa elaboración "provienen" de la tierra, en cuya preparación intervienen e intervendrán fuerzas humanas.
Como "el trabajo" humano es insubstituible, irreemplazable, el trabajo humano tiene "un valor" especial que debemos caracterizar ¿Puede producir la máquina sola? No. ¿Puede produ­cir el brazo solo? Sí. No puede haber vacilación en las respuestas. El trabajo no solamente es "un valor", sino que es todavía el único factor en la producción que "valoriza" lo que produce, puesto que sin el trabajo del brazo humano —la acción más noble de la vida— es "imposible" la existencia de ninguna "cosa" sobre la superficie de la tierra. Ninguna maravilla del genio inven­tivo, del arte, ningún producto eficaz y exacto de las ciencias, ninguna concepción de la menta­lidad humana, podrá "ser", podrá adquirir forma, convertirse en hecho sin el trabajo humano, sin la indispensable acción del brazo, cuyo movimiento, desde lo más sensible y delicado a lo más potente, "dirige" indispensablemente el cerebro, por lo tanto, en toda operación que se realice van unidos talento y fuerza, cerebro y músculo.
La máquina más cara, la que cuesta más dinero, la que exija más capital, no valdrá "nada" si no la pone en movimiento la mano humana, que hace andar el motor y que trasmite el movimiento a la máquina. Esto es, para ponerla en movimiento. La máquina en movimiento no producirá "nada" si la mano humana no introduce en la máquina los materiales que se requieren para la producción que deba realizarse. ¿Es esto la verdad? ¿Podrá la máquina "elaborar" un producto sin la asociación del brazo humano? ¿Podrá el brazo humano, así sea el de un niño, dirigir o conducir el material [que] se elabora si la "inteligencia" —ese producto noble del cerebro— no entra en actividad para conducir la mano?
Ninguna máquina "produce", ni fabrica "nada" si para ello no intervienen el "músculo" y el "cerebro" del ser humano. La inteligencia más rudimentaria o atrofiada necesitará poco esfuerzo para comprender "esta exacta verdad" si se sabe explicarla. Bien. Siendo esto así, la clase capitalista no puede invocar ningún valor al capital empleado, ni atribuirle ninguna supe­rioridad sobre el valor del "trabajo", aunque sea el de un solo niño.
Comprobemos con la mayor exactitud posible esta verdad, de que solo "el trabajo humano", sea desempeñado por una niña, un hombre, una mujer o un anciano, cualquiera que sea la condición del que realiza el trabajo es esta sola fuerza es esta sola acción la que "valoriza" la máquina que se mueve y que trabaja y el producto que realiza. Ni máquina ni producto consti­tuyen "valor" sino cuando interviene el trabajo del ser humano. Una máquina ideal la más perfecta, por ejemplo, para hacer sombreros o zapatos, póngasela en movimiento y a su lado déjese los materiales necesarios, sin acompañar a la actividad de la máquina el "trabajo" del brazo y del cerebro humano y no se producirá nada.
Entonces, repetimos, es estrictamente exacto que sólo "el trabajo humano" da valor apreciable a la máquina, al material y al producto que resulta.
(Concluirá)

El trabajo es capital I


El Socialista, Punta Arenas, 26/07/1919
EL TRABAJO ES CAPITAL
Cada obrero es un accionista
Cosas necesarias que debe saber todo obrero y obrera, para que comprenda el valor de su trabajo
El obrero debe ser un hombre y no una bestia de trabajo
Todas las verdades demoran en reconocerse. La razón es sencilla. Un niño a medida que va creciendo o desarrollándose, que va viviendo y conociendo las cosas, poco a poco va conocién­dolas y comprendiendo la exactitud y verdad de su valor respectivo. Lo mismo pasa con la humanidad. Tarda en conocer la verdad y en conocer lo exacto, que sólo la experiencia, que sólo el buen juicio y la honradez enseñan. La clase capitalista, empedernida en su egoísmo here­ditario, aunque comprenda la verdad no quiere hoy reconocerla, y mucho menos lo hará mientras vea la debilidad proletaria.
Que el trabajo es un capital, y por lo tanto, cada obrero es un accionista, en toda clase de trabajos que se verifiquen, para muchos de nosotros es, cosa bien clara, indudable e indiscutible. Fatalmente, ningún patrón lo acepta, y muchos obreros no quieren comprenderlo por falta de inteligencia.
Que el trabajo es "el capital" de más valor e importancia es tan exacto, en verdad, que no costará mucho probarlo y comprenderlo. La máquina más prodigiosa que se haya inventado o que no pueda inventarse no producirá productos jamás "sin" la asociación del brazo humano. Debemos tomar en cuenta que para "toda" producción que pueda elaborar la máquina más prodigiosa que requiera el minimum de fuerza humana, para el máximum de producción ha de demostrar que "todos" los materiales que entran en esa elaboración "provienen" de la tierra, en cuya preparación intervienen e intervendrán fuerzas humanas.
Como "el trabajo" humano es insubstituible, irreemplazable, el trabajo humano tiene "un valor" especial que debemos caracterizar ¿Puede producir la máquina sola? No. ¿Puede produ­cir el brazo solo? Sí. No puede haber vacilación en las respuestas. El trabajo no solamente es "un valor", sino que es todavía el único factor en la producción que "valoriza" lo que produce, puesto que sin el trabajo del brazo humano —la acción más noble de la vida— es "imposible" la existencia de ninguna "cosa" sobre la superficie de la tierra. Ninguna maravilla del genio inven­tivo, del arte, ningún producto eficaz y exacto de las ciencias, ninguna concepción de la menta­lidad humana, podrá "ser", podrá adquirir forma, convertirse en hecho sin el trabajo humano, sin la indispensable acción del brazo, cuyo movimiento, desde lo más sensible y delicado a lo más potente, "dirige" indispensablemente el cerebro, por lo tanto, en toda operación que se realice van unidos talento y fuerza, cerebro y músculo.
La máquina más cara, la que cuesta más dinero, la que exija más capital, no valdrá "nada" si no la pone en movimiento la mano humana, que hace andar el motor y que trasmite el movimiento a la máquina. Esto es, para ponerla en movimiento. La máquina en movimiento no producirá "nada" si la mano humana no introduce en la máquina los materiales que se requieren para la producción que deba realizarse. ¿Es esto la verdad? ¿Podrá la máquina "elaborar" un producto sin la asociación del brazo humano? ¿Podrá el brazo humano, así sea el de un niño, dirigir o conducir el material [que] se elabora si la "inteligencia" —ese producto noble del cerebro— no entra en actividad para conducir la mano?
Ninguna máquina "produce", ni fabrica "nada" si para ello no intervienen el "músculo" y el "cerebro" del ser humano. La inteligencia más rudimentaria o atrofiada necesitará poco esfuerzo para comprender "esta exacta verdad" si se sabe explicarla. Bien. Siendo esto así, la clase capitalista no puede invocar ningún valor al capital empleado, ni atribuirle ninguna supe­rioridad sobre el valor del "trabajo", aunque sea el de un solo niño.
Comprobemos con la mayor exactitud posible esta verdad, de que solo "el trabajo humano", sea desempeñado por una niña, un hombre, una mujer o un anciano, cualquiera que sea la condición del que realiza el trabajo es esta sola fuerza es esta sola acción la que "valoriza" la máquina que se mueve y que trabaja y el producto que realiza. Ni máquina ni producto consti­tuyen "valor" sino cuando interviene el trabajo del ser humano. Una máquina ideal la más perfecta, por ejemplo, para hacer sombreros o zapatos, póngasela en movimiento y a su lado déjese los materiales necesarios, sin acompañar a la actividad de la máquina el "trabajo" del brazo y del cerebro humano y no se producirá nada.
Entonces, repetimos, es estrictamente exacto que sólo "el trabajo humano" da valor apreciable a la máquina, al material y al producto que resulta.
(Concluirá)

Federación Obrera de Chile


El Socialista. Antofagasta 29/03/1920
FEDERACION OBRERA DE CHILE
La Secretaría provisoria de la Junta Provincial de Antofagasta, por encargo del Congreso recién reunido dirige a todos los Consejos la siguiente circular:
“Antofagasta, 27 de marzo de 1920:
Compañeros del Consejo Federal de....................................
Mientras se recopila en un cuaderno impreso, los acuerdos y resoluciones del Congreso que acaba de realizar la Federación, al que concurrieron las secciones de Chuquicamata, Calama, Unión, Yungay, Antofagasta de la Federación Obrera de Chile, y también acudió representación de los grupos femeninos: de Unión, de Prat y otro de Antofagasta, una representación del gremio de cargadores y gremio de máquina de Unión y el secretario del Consejo Federal de Gatico, quiero comunicar a Uds. las resoluciones de más importancia, como ser:
Aceptar por completo las resoluciones del Congreso de Concepción y en consecuencia, ajustándose a ellas, cada Consejo deberá remitir a la tesorería de la Junta Provincial el 17 por ciento de su respectiva cotización destinada a cumplir las siguientes obligaciones establecidas por la Convención de Concepción:
Remitir 20 centavos a la Junta Ejecutiva Federal en Santiago, para el sostén de la secretaría central y la publicación del periódico quincenal “LA FEDERACION OBRERA”, órgano de nuestra institución;
Destinar 10 centavos para el funcionamiento de la Junta Provincial de Antofagasta, y el resto de ese 17 por ciento partirlo en proporción para la adquisición de nuevos materiales de trabajo para la imprenta y para avanzar la construcción de la casa.
La Administración de la imprenta y de la Casa fue encomendada al suscrito bajo el control de la Junta Provincial formada por delegados de todos los Consejos.
El 17 por ciento, como podrán verlo, no aumenta las obligaciones económicas de cada Consejo, pues los cotizantes de las secciones de la pampa contribuían antes con 70 centavos mensuales distribuidos entre el Comité Central, que ha dejado de existir al organizarse la Junta Provincial y 50 centavos destinados para el aumento de maquinarias y materiales de la imprenta, en cambio ahora esa contribución sólo resultará de 68 centavos en vez de 70. Los consejos que por distintas razones, no cotizaban en la misma forma que los de la pampa, tienen que colocarse ahora en igualdad de contribución, es decir contribuir con el 17 por ciento cualquiera que sea el monto de su cuota.
Esta disposición es obligatoria para todo Consejo que esté adherido a la Junta Provincial de la F.O.Ch. o que se adhiera más adelante, sin cuyo requisito no puede formar parte de nuestra organización. Además es obligatoria la cotización de 50 centavos mensuales para adultos y 25 para mujeres y niños destinada a establecer una imprenta y diario en Santiago que defienda los intereses de todos los trabajadores del país. Los recibos para esta cotización se remitirán en el mes entrante.
Esperamos que ese Consejo conteste cuanto antes su conformidad con todas estas resolucio­nes y que a partir del mes de abril haga regir la cotización del 17 por ciento para los fines ya citados.
La Junta Ejecutiva Federal de Santiago ha pedido que cada Consejo remita un anticipo para la adquisición de las libretas que debe usar cada asociado, por ser su costo bastante elevado y no tener la Junta Ejecutiva suficientes fondos para atender un trabajo de tanta magnitud para toda la república, de modo que cada Consejo debe disponer una cantidad anticipada para adquirir la libreta que todos los socios deben tener conforme a los acuerdos de la Convención de Concepción.
Esperamos pues una pronta respuesta.
Luis E. Recabarren S.
Secretario General, provisorio

Nuestro mayo de hoy


El Socialista, Antofagasta 17/02/1920
NUESTRO MAYO DE HOY
Con más razón que antes;
Con más fuerzas que antes;
Hoy, el proletariado ambicioso de bienestar, habrá de realizar la Grandiosa Manifestación Universal del Primero de Mayo; no ya solamente como un símbolo, cual lo hiciera antes sino que ahora en su doble carácter de símbolo y de realidad hermosa y viviente!
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Mayo es, en los pueblos europeos el mes en que entra la Primavera, la hermosa estación de las flores, de los brotes verdes que renuevan la vida de la Naturaleza y visten y adornan la tierra de mil colores y perfumes...
Los obreros, al escoger Mayo para hacer la demostración universal de la Fraternidad de los trabajadores, que luchan por romper todos los yugos y libertarse de la esclavitud, han querido simbolizar la fecha como anunciadora de una Nueva Vida Social para los pueblos de toda la tierra.
Y, lo que ayer fuera un símbolo, o una ilusión, o si se quiere solo un sueño utópico, ahora es la más viviente, la más querida realidad humana.
¡Ha empezado ya a terminar para siempre la esclavitud de la humanidad!
Rusia primero;
Hungría, enseguida;
Alemania, después;
Y poco a poco, por todas partes, van surgiendo los cimientos indestructibles de la Nueva Vida, soñada por nosotros, los llamados ''ilusos criminales”.
¡La Nueva Primavera de la Vida! ¿Quién detendrá ahora la marcha triunfante, impetuosa, irresistible, de las únicas fuerzas efectivas de la vida — ¡las fuerzas del trabajo!— la unión de los trabajadores, que van marchando, ¡que van marchando! sin que nada pueda detenerlas hacia la conquista definitiva, absoluta, real, palpable, de la Libertad, de la Justicia, de la Fraternidad PARA TODOS los seres humanos? ¿Quién detendrá esa marcha obrera?
¡Felices los obreros que marchan a la cúspide del Ideal!
Ellos son los que van transformando el mundo de malo que es, en bueno y agradable que será.
Tengamos confianza en los idealistas que están haciendo un mundo bueno; prestémosles nuestro concurso, ayudémosles a triunfar, porque el triunfo de los idealistas, de los soñadores, será el triunfo de TODA LA HUMANIDAD que quiere vivir una vida hermosa, y no sufrir una vida de miserias.
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El Primero de Mayo era antes el símbolo, o la aspiración a vivir una vida mejor;
¡Ya hemos triunfado!
Ya se vive esa vida mejor en los pueblos de oriente;
Ahora el Primero de Mayo será la manifestación del deseo de que esa vida mejor llegue a todos los pueblos de la tierra.
Trabajadores, proletarios, todos, TODOS los que de un modo o de otro sienten la esclavitud, el yugo de fuerzas del que deseamos librarnos, TODOS, venid con amor, a hacer la unión, cada día más poderosa: porque así solamente la vida será buena.
Luis E. Recabarren S.
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Este es llamado propagandistas del odio, de la subversión, según la pobre mentalidad de los radicales en bancarrota.

El día que no haya agitadores


El Socialista, Antofagasta 31/01/1920
EL DIA QUE NO HAYA AGITADORES
Ya que así se califica a los propagandistas y educadores de un ideal, adoptamos el mismo calificativo.
Cuando no haya agitadores, ¡qué gloria para los explotadores y pulmoneros! ¡Qué gloria para taberneros y embaucadores del pueblo!
Cuando no haya agitadores, los obreros, ciudadanos chilenos, tendrán que trabajar más explotados que hoy, con “guasqueros” a su lado y cargados de opresión y de andrajos.
Cuando no haya agitadores, reinará la llamada paz varsoviana, porque cada pulmonero se habrá asegurado la sumisión y mansedumbre de sus pobres víctimas sometidas a su cruel explo­tación.
¿Qué decir esto es una exageración? Ahí está el pasado y aun el presente de los presidios industriales que no nos dejará exagerar.
Mientras el pueblo no despertó, por la acción de los agitadores, el pueblo obrero vivió some­tido a una horrible abyección, víctima de esclavitudes que ya han narrado con horror los mismos historiadores burgueses y conservadores.
Cuando la prensa burguesa, y los capitalistas-industriales que gobiernan, trabajan por la extir­pación de los agitadores, lo hacen para volver sobre el pueblo obrero y productor todos los vicios y condiciones de la vieja esclavitud a fin de amontonar millones, amasados vergonzosa­mente, con el despojo de la felicidad de las multitudes obreras.
Los capitalistas y su prensa son incapaces de concebir una clase obrera elevada y digna, participando en la administración industrial.
Sólo admiten una multitud harapienta y degradada, trabajando para enriquecer bribones.
Pero la civilización quiere otra cosa.
El espíritu de civilización se ha apoderado de muchos trabajadores esclavos del capital gobernante y esa nueva cultura, que el tiempo, fuerza natural de acción inevitable, se ha encar­gado de inculcar en el cerebro, viene a determinar la acción consiguiente.
Los trabajadores que perciben las bondades de la civilización, se enamoran de ella y anhelan que llegue a ser ley de los pueblos.
Cuando se compara el concepto de civilización con las costumbres del régimen capitalista imperante, una mueca de horror nos domina.
Son incompatibles la civilización con el modo esclavizador de todos los capitalistas.
Los trabajadores aman la civilización y marchan a perfeccionarla y a imponerla.
Los capitalistas la desprecian, la combaten y la obstruyen, porque son groseros como perfec­tos y natos herederos de la tradición salvaje de los siglos pasados.
Y de esto surge la lucha impetuosa y brutal.
Las fuerzas de la civilización empujadas por los explotados y oprimidos contra las fuerzas de la barbarie defendidas por los explotadores y opresores.
Y en esta lucha surgen y se destacan aquellos obreros, aquellos trabajadores que primero conciben las bellezas de la civilización. A estos se les califica de agitadores, de subversivos, de peligrosos.
Obra del tiempo, no de los hombres, es el brote espontáneo en todas partes, aquí por las pampas y las minas, de los obreros enamorados de la civilización y de la cultura.
A su paso salen los bárbaros.
A su paso aparecen los groseros, los salvajes del tiempo a oponerse a la civilización.
Las cosas deben continuar como están.
El obrero andrajoso, mugriento y borracho.
El degenerado delincuente y carne de presidio.
La juventud femenina, agobiada por el hambre y el deseo de vivir mejor, arrastrada a la prostitución, en vez de convertirse en madres fecundas de una humanidad superior.
El esclavo de la pampa y de las minas sometido a la esclavitud abyecta.
Esto es lo que quieren nuestros honorables burgueses.
Pero nosotros no lo queremos y como nosotros somos la fuerza, hoy ya en parte organizada y mañana seremos una inevitable potencia, será inútil detener la civilización, porque absorberá la pequeña fuerza salvaje que aún domina sólo gracia a artificios que pronto caerán.
El pueblo es la fuerza. El pueblo es el poder y es la ley. Dentro de poco, por obra de la civili­zación el pueblo soberano de verdad impondrá la ley de la humanidad y de la justicia, en cuyo reinado nadie sufrirá ni la esclavitud ni la miseria.
Y sujetar esta civilización es todo el empeño presente de la burguesía y de sus lacayos y para ello recurren a la calumnia, a la persecución, a la violación de las leyes, el crimen mismo.
Todo será inútil. El pueblo es más sabio y más poderoso. El pueblo triunfará. El pueblo es eterno. Los lacayos perecerán.
Luis E. Recabarren S.