[Digitalización: Archivo de Historia Social. Chile,
noviembre, 2010. Fuente: El Pensamiento de Luis Emilio Recabarren, Tomo I, págs. 7-86. Editorial Austral.
Santiago de Chile, diciembre 1971]
Luis Emilio Recabarren
EL SOCIALISMO
¿Qué es y cómo se realizará?
(Publicado como folletín en el Diario "El Despertar de los trabajadores" de
Iquique, entre los días 8 de octubre y 21 de noviembre de 1912).
Los enemigos del socialismo presentan siempre esta doctrina distinta
de lo que en verdad, es, para de ese modo aumentar más sus enemigos y
presentarlo de más difícil realización.
Es necesario no confundir la doctrina socialista con parte del
movimiento obrero en el cual participan los socialistas.
En el movimiento obrero hacia la emancipación, suelen verificarse
actos que hieren el sentimiento de justicia y que los socialistas a veces no pueden ni
prever, ni evitar.
I
¿QUE ES EL SOCIALISMO?
El socialismo es una doctrina de
estructura precisa y definida, que tiene por objeto modificar las defectuosas
costumbres actuales proponiendo costumbres más perfectas.
La base social del socialismo
consiste en la abolición o transformación de lo que actualmente se llama
propiedad privada proponiendo en su reemplazo la constitución de la propiedad
colectiva o común.
Se entiende por propiedad
privada la posesión y usufructo individual sobre la tierra y sus productos,
sobre las herramientas, máquinas y medios de producción, de cambio y
transporte.
La consecuencia de la propiedad
privada es la coexistencia de patrones y obreros y la explotación que hacen los
patrones del trabajo de los obreros.
Como consecuencia de la
existencia de patrones y obreros, existe también el gobierno político de los
países con todo su cortejo de opresiones y tiranías.
El socialismo, por su nombre
solo, tiene muchos enemigos, así como tiene también apasionados defensores y
propagandistas.
Al hacer este trabajo queremos
servir a los socialistas y a nuestros enemigos.
Creemos que toda persona que
llegue a comprender completamente el socialismo no podrá rechazarlo y concluirá
por ser su abnegado defensor, en la convicción de que esta doctrina es la única
que, llevada a la práctica, realizará realmente la felicidad humana.
Por esta convicción queremos
expresar, elementalmente, lo que es socialismo.
Con esta explicación nuestros
amigos completarán sus conocimientos y tomarán argumentos suficientes para
propagar la doctrina y para defenderla de los ataques injustificados del
enemigo.
Con esta explicación creemos
servir también a los que desconocen el socialismo. Los que crean inaceptables
nuestras doctrinas tomarán en este librito el conocimiento de ella y podrán
atacarla en donde encuentren sus defectos.
Queremos, pues, que
especialmente lean este librito, los enemigos del socialismo.
La presentación de la doctrina
la hacemos metódica y ordenadamente para facilitar su comprensión y su
desarrollo.
Solicitamos, pues, un poquito de
atención sobre las páginas siguientes.
PROPIEDAD COLECTIVA
Se entiende por propiedad
colectiva o común, la abolición de la propiedad individual o privada, de manera
que la tierra, los edificios, las maquinarias, herramientas y todo cuanto
existe producido por el trabajo del hombre sea utilizado por todos y para
todos, repartido en la justa proporción que cada cual necesita según sus gustos.
La transformación de la
propiedad privada en colectiva, no significa en ningún caso un despojo de los
bienes necesarios al individuo en beneficio de la colectividad.
No se piense que con esta
transformación los ricos de hoy vayan a ser pobres mañana.
Eso no sería socialismo, sería
solamente cambio de posesión de la riqueza.
La existencia de la propiedad
privada y su consagración presente es la causa matriz de todos los males
existentes. Por eso es que el socialismo ha nacido como remedio ineludible para
ese mal social.
Si el socialismo es la abolición
de los imaginarios derechos sobre la propiedad privada, el socialismo se
presenta entonces como una doctrina de la más perfecta justicia, de verdadero
amor, y de progresivo perfeccionamiento individual y moral.
El socialismo es, pues, desde el
punto de vista científico una doctrina económica que tiene por objeto aumentar
los goces humanos.
El socialismo es, pues, desde el
punto de vista social, una doctrina de sentimientos de justicia y de moral, que
tiene por objeto suprimir todas las desgracias ocasionadas por la mala
organización [de la actual sociedad], para que la vida sea vivida en medio de goces perpetuos.
Para probar que todo esto es
justo y de fácil realización continuaremos con explicaciones detalladas y
precisas.
DEFECTOS ACTUALES EN LA ORGANIZACION DE LOS PUEBLOS
En el presente, como en el
pasado, los pueblos viven oprimidos bajo el yugo de una constitución defectuosa
que produce inmensos males.
Todos los vicios, todos los
delitos, todos los crímenes, el inmenso desarrollo de la prostitución, son
consecuencias de la mala constitución de los pueblos y de su tolerancia por los
individuos que sufren las consecuencias.
En medio de esta presente mala
organización social, muchos individuos luchan por vivir lo mejor posible, sin
preocuparse de que los medios sean honrosos o deshonestos.
Así, unos viven comerciando con
la prostitución de la mujer; otros viven robando por medio del garito o de
comercios ilícitos; otros, explotando inicuamente la ignorancia y el hambre.
¿Cómo podremos llamar honroso el
medio de fortuna que muchos funcionarios (empleados fiscales) se buscan, dando
libre progreso a la prostitución, al juego, a la borrachera, con tal que esto
les produzca una renta permanente y segura que les permita acumular una fortuna
para vivir holgadamente? Ese medio de vida es indigno.
Dentro de la doctrina socialista
se considera que la naturaleza, ayudada por el hombre y la máquina, produce de
sobre todo lo que se necesita, y entonces todos pueden vivir a sus anchas con
el fruto de su trabajo honrado y aliviado.
El pauperismo o miseria.— Consecuencia de la mala
organización social, como hemos dicho, es la miseria repugnante que domina
sobre el mayor número de los habitantes de todos los pueblos.
Podríamos asegurar que de cada
100 habitantes, en el mundo, 80 viven mal, sufriendo la miseria.
Las clases más incultas de la
sociedad soportan la peor parte de la miseria, porque carecen de todo. No
tienen mobiliario ni el más necesario, no tienen ropa; viven con unos asquerosos
andrajos que medio cubren sus carnes. Entre las clases obreras y empleados de
negocios minoristas, la miseria es un poco menos, por tratarse de clases que
tienen un poquito de más cultura. Entre las clases de empleados superiores y
pequeños propietarios de talleres o comercios, hay siempre miseria, puesto que
viven de rentas inseguras que en cualquier momento pueden desaparecer.
La miseria produce desgracias y
dolores atroces que hacen tan amarga la vida que llevan a muchos a la
desesperación.
El dolor es muy diferente según
la cultura.
Un peón que ha nacido durmiendo
sobre la tierra y que ha crecido rodeado de desnudeces y miserias, sufre cuando
reconoce su miseria y sospecha que podría vivir mejor.
Pero un individuo que ha nacido
rodeado de algunas comodidades, cuando comprende y ve que sobre el mundo hay
muchas cosas de que gozar y sus recursos y esperanzas no se lo permiten, sus
sufrimientos son mayores porque hay más capacidad.
La doctrina socialista propone
medidas fáciles y hacederas para hacer desaparecer todas esas desgracias y esas
medidas se verán más adelante.
La miseria moral.— El estado actual
de las poblaciones nos muestra toda su miseria moral, que es motivo de retardo
de todo progreso. Tenemos como consecuencia de esto que hay muchos individuos
que no conciben una condición superior.
El alcohol desempeña una grande
y funesta labor contribuyendo a embrutecer los individuos.
Entre los seres más incultos, la
degradación es tan inmensa que entristece, pues hay muchos hombres menos
inteligentes que muchos animales.
Entre individuos más cultos
existe depravación que los conduce a comerciar y explotar indignamente con sus
propios semejantes.
La miseria moral es muy
repugnante y aparte de que causa desgracias a toda la sociedad, es deber humano
contribuir a la disminución y desaparición de todas las causas que producen la
miseria.
La causa de estas miserias y sus efectos.— Las
causas de las miserias son muchas y muy antiguas. La humanidad arranca desde un
momento oscuro e inconsciente. Animal, primero salvaje; en seguida, durante un
inmenso período, conservándose hasta la época presente una gran cuota de
salvajismo.
La cultura y la civilización
datan desde muy antiguo, es verdad, pero en dosis muy pronunciadas de egoísmo y
privilegio. La civilización se ha ido desarrollando en medio de ciertos
círculos sociales, no alcanzando a la mayor parte.
Las primeras civilizaciones
nacidas en un ambiente de mucha ignorancia aún, contribuyeron por egoísmo y
ambición a envilecer más las clases salvajes, porque fueron sometidas al
servicio de los primeros que concebían un grado de progreso civil.
Los primeros hombres más
civilizados, ambiciosos de aumentar sus goces, esclavizaron a sus semejantes,
incapaces todavía de comprender las consecuencias de esa esclavitud.
La esclavitud ha viajado a
través de la historia transformándose periódicamente, hasta llegar al momento
actual en que en los países más civilizados se llama al productor asalariado,
pues, la mayoría de los hombres o mujeres está sometida a otros, bajo el nombre
de salario o sueldo.
La constitución política.— A medida que la cultura ha
progresado en ciertas clases, se han ido formando los pueblos o naciones,
adoptando una ley o constitución escrita que les sirviera de norma de vida.
La constitución actual de las
naciones data de muchos años atrás. Los pueblos más jóvenes de Sudamérica
cuentan casi todos con más de cien años de vida nacional orgánica.
Organizados los pueblos en
épocas muy antiguas, sus Constituciones fueron hechas bajo el espíritu atrasado
dominante en aquella época y por un reducido número de personas.
Esas Constituciones defectuosas
imperan todavía, constituyendo una verdadera tiranía para los pueblos modernos.
Sin embargo, esas
Constituciones, se han modificado, se modifican, (también se violan), y
continuarán modificándose por la intervención de los socialistas en los
Congresos.
A influencia de las
modificaciones que los socialistas logran introducir en las Constituciones, se
aumentarán las comodidades de que carecen los pueblos.
La constitución industrial.— La vida industrial es el
poder económico de los pueblos.
La industria es el producto
natural del desenvolvimiento y del progreso de los pueblos.
En el presente momento histórico
la industria influye en la marcha política y social de los pueblos.
La industria ha nacido
defectuosa e incompleta, mientras más atrás en la historia, más atrasada. La
inteligencia del hombre y la necesidad de hacer más aliviados los trabajos,
fueron dando lugar a creaciones e inventos hasta llegar al momento presente en
que la industria si es el verdadero progreso, es también el sitio donde reside
todo el problema social que ha dado vida al socialismo.
La industria es hoy el arma de
la más cruel explotación y opresión que da a los audaces la riqueza, arrancada
con el trabajo de los pobres.
La industria es hoy el principal
factor de la propiedad privada o individual y es en ella donde la acción
socialista se hace sentir con más intensidad, para modificarla hasta que deje
de ser fuente de explotación.
La modificación del modo de ser
industrial, ha venido realizándose por la fuerza propia del progreso
industrial.
A medida que el progreso
mecánico se ha demostrado en la industria, el obrero ha sentido también la
necesidad de su progreso. Y como el obrero no podrá separarse de la industria,
los progresos serán comunes.
La explotación.— El mundo actual vive montado
sobre el régimen de la explotación del hombre.
Unos hombres explotan a otros.
En la época más remota de la
humanidad no hubo explotación, porque no había trabajo organizado.
Desde que se inició la
organización del trabajo comenzó la era de la explotación, hasta haber llegado
al grado de la mayor iniquidad y tan monstruosa se ha presentado la explotación
que, en repetidas ocasiones, los esclavos del salario han realizado verdaderas
sublevaciones.
En el momento presente, entre
los burgueses, no se concibe fortuna ni progreso económico sin explotación.
Desde el punto de vista humano y
moral, el hombre no debe realizar esa obra de explotación.
El socialismo propone medios
honrosos para aumentar los goces humanos de todos, aboliendo el sistema de la
explotación, y esos medios quedarán señalados más adelante.
La opresión y los impuestos.— A consecuencia de asegurar la
estabilidad de la explotación ha tenido que establecerse la opresión,
organizándose los gobiernos, con su conjunto de leyes egoístas y dictadas por
la clase que gobierna para someter a las poblaciones al cumplimiento de esas
leyes, especialmente de aquellas que producen dinero, como los impuestos y contribuciones.
Las leyes forman una verdadera
cadena de opresiones y los impuestos que gravitan todos sobre el pueblo
contribuyen a hacer más odiosa esa opresión.
Aparte de las contribuciones
legales que se cobran para formar la renta fiscal, en todos los pueblos hay
otra inmensa cantidad de contribuciones que se cobran indebidamente por las
autoridades para aumentar sus rentas particulares, aumentando así el costo de
la vida del pueblo y haciendo más odiosa la opresión.
Este estado moral de los pueblos
es indigno.— La
existencia de los seres humanos debe tener un objeto, y ese no puede ser otro
que hacer de la vida una idealidad, fuente de goces verdaderos, donde los seres
humanos perfectos disfruten de las creaciones de la inteligencia.
Para llegar a ese objetivo, la
humanidad debe encaminarse gradualmente hacia su más completa perfección.
No puede ser más indigno que
unos pocos hombres, se deleiten esclavizando al mayor número y haciéndolos
trabajar a sabiendas de que les explotan.
Los socialistas queremos perfeccionar
la vida para que llegue un momento que no seamos opresores, explotadores ni
verdugos; ni víctimas, ni explotados, ni miserables.
¿Se dirá que hay cosas
irremediables en la vida?
Nosotros negamos esa afirmación.
Todas las cosas que existen
pueden perfeccionarse, todas.
Todo el pasado de la humanidad
es una cadena de pruebas, de que todas las cosas han venido perfeccionándose
paso a paso y continuarán perfeccionándose, hoy con más rapidez que antes, por
razón de que hoy se dispone de medios más perfectos que en el pasado.
Por eso el socialismo tiene la
absoluta certidumbre de su victoria, puesto que el socialismo no es otra cosa que
la perfección en progreso incesante para multiplicar los goces de todos los
seres humanos o sea, la abolición de todas las causas que producen
desgracias y miserias.
La transformación de la
propiedad no es otra cosa que el perfeccionamiento del derecho.
Todos tienen derecho a vivir
bien.
La forma de la actual propiedad
limita y hasta suprime el derecho a vivir bien; por esa razón la base del
socialismo está en la transformación radical del derecho a la propiedad.
RAZONES DE EXISTENCIA DEL SOCIALISMO
Todo cuanto existe debe tener
una razón de su existencia.
La palabra socialismo es la
derivación de los fenómenos y problemas sociales condensados en la palabra
socialismo.
La doctrina socialista es el
producto filosófico de esos problemas sociales.
El socialismo tiene diversas
razones de existencia que explicaremos en capítulos separados para cada razón.
Lo expresado en los capítulos
anteriores ya serían bastantes razones constituyentes de la necesidad del
socialismo.
Los capítulos anteriores
representan los defectos de la sociedad actual y con su conjunto de
desigualdades sociales, políticas y económicas, que tantos daños causan a la
humanidad.
Pero todos esos defectos que
demuestran la necesidad de corregirlos no bastan todavía, puesto que muchos
defienden todo lo existente y sólo admiten mejorar por caridad la mala vida de
los desgraciados y quieren que cada cual busque su mejoramiento por medios
ilícitos, habiendo medios honrosos.
En medio de tantos defectos que
causan miserias dolorosas, el socialismo nace como un remedio único y
necesario.
El socialismo surge, entonces,
exponiendo su sublime doctrina de justicia, de amor, de derecho estrictamente
legal y natural.
Para justificar el derecho del
socialismo, explicaremos en varios capítulos las distintas razones que
constituyen su base de acción.
RAZONES HISTORICAS
Para combatir al socialismo se
invocan argumentos de todas clases, y, entre ellos muchos históricos.
Se llega a decir que el
socialismo es irrealizable sólo porque va a transformar todo lo que se ha hecho
con el trabajo de tantos siglos.
Otros dicen que si el socialismo
llega a realizarse será después de muchos siglos.
También el presente es obra de
muchos siglos.
Penetremos, pues, en la historia
y constatemos sus acciones.
Las transformaciones sucesivas
de los pueblos.— Casi
todos los pueblos del mundo se han transformado cambiando sus costumbres
sociales y políticas.
La Francia era una monarquía
constitucional, con su gobierno aristocrático ayudado por el clero. El pueblo y
las clases media e intelectual vivían en el ambiente propio de la monarquía y,
sin embargo, concibieron y ejecutaron la transformación adoptando el sistema
republicano.
Abolieron la monarquía de
derecho hereditario y establecieron la república con presidente elegido y
renovado.
Se abolió la propiedad feudal y
confiscó muchos de los frutos del feudalismo. Podríamos decir que se creó la
propiedad industrial y desarrolló la propiedad privada o individual, al abolir
la propiedad feudal.
Si se aceptó que la revolución
francesa transformara la forma de la propiedad, ¿por qué el socialismo no podrá
transformarla en forma más progresista todavía?
Una buena parte del mundo
aplaudió y aceptó la acción de Francia.
La Revolución Francesa no sólo
produjo efectos en Francia, sino que su ejemplo repercutió en el resto del
mundo y en los países Sudamericanos, transformó la propiedad por medio de la
revolución.
¿Cómo se constituyó la propiedad
en Chile, Argentina, Perú, etc.?
Por medio de la revolución
violenta y de la expropiación con las armas en la mano.
Producidas en estos países las
revoluciones tendientes a constituirse en naciones independientes, confiscaron
la propiedad de derecho español y expropiaron a todos los que no aceptaban el
nuevo régimen o que no eran nativos.
Estas transformaciones de la
propiedad han sido y son aplaudidas y consagradas hasta el presente, porque se
trata de actos realizados ya por la clase rica, pero cuando se supone que el
socialismo dirigido por el proletariado pudiera realizar confiscaciones o
expropiaciones en beneficio de la colectividad, entonces se alzan irrazonables
griterías contra el socialismo.
En las revoluciones de 1810, Argentina,
Chile, Perú, etc., transformaron los Estados y expropiaron la propiedad
aboliendo todos los derechos monárquicos y feudales en estos suelos.
Todos esos actos se realizaron
en el nombre del pueblo.
Si la razón que obró entonces ha
sido aceptada, con mayor lógica se aceptará la razón socialista.
En Chile, como en los demás
países, existe una ley que autoriza al gobierno para declarar de utilidad
nacional los terrenos que sean necesarios para los servicios públicos o
comodidades locales.
Ese mismo criterio, ampliado a
un grado superior de justicia, podría aplicarse dentro de la acción socialista:
Declarar todo de utilidad nacional y para la explotación colectiva.
La Gran China, vieja
nacionalidad con tradiciones carcomidas y antiquísimas, ha entrado a la vida
moderna presente, realizando muchos actos de transformación, tanto en la vida
pública como privada.
Organizó su régimen político de
gobierno pasando al estado republicano democrático, desde la monarquía absoluta
y despótica.
¿No es esto una prueba de que
todo se puede transformar y es modificable?
Si el socialismo es una doctrina
que, introducida en la vida social, política y económica aumenta los goces y
felicidades, con sólo ir modificando paso a paso las costumbres, tiene en el
pasado una razón de su evolución. El mundo ha sido en su carrera hasta el
presente una cadena de transformaciones. El socialismo será una
transformación inevitable. Lo que hoy hacemos los socialistas es guiar a
esa transformación para que no se desvíe del espíritu de amor y justicia que
debe serle inseparable.
La acción revolucionaria
violenta.— En
el pasado, casi todos los progresos políticos, sociales y económicos de los
pueblos se han realizado por medio de la violencia sangrienta.
Pero felizmente, a medida que ha
avanzado el tiempo, la violencia ha disminuido.
Si Francia derramó tanta sangre
para convertirse en República, casi en la misma época los Estados Unidos de
Norteamérica realizaban su transformación en condiciones menos cruentas.
Turquía, Portugal y China han
realizado sus transformaciones con menos violencia.
Así, las acciones socialistas ya
realizadas han llevado muchas el sello de la violencia sangrienta, pero, poco a
poco, a medida que se organizan los socialistas, en sus actos va disminuyendo
la violencia sangrienta.
Todas las acciones del presente
tienden pues, a suprimir toda violencia.
La acción revolucionaria legal.— El socialismo cada día se
acoge más a la acción revolucionaria legal, obrando directamente, como puede,
sobre la legislación, la fiscalización y la administración desde las ya
numerosas bancas que ocupa en los diferentes países, en el Parlamento y en los
municipios.
Si llamamos revolucionario al
socialismo es porque no admiten otra palabra el pensamiento y la acción que se
realizan para transformar este mundo lleno de miserias y desgracias en un
verdadero paraíso de felicidad y goce.
La acción revolucionaria legal
del socialismo quedará ampliamente tratada más adelante, en los capítulos que
describen los medios de acción del socialismo.
La tendencia perenne hacia la
transformación.— En
apoyo de nuestros pensamientos podemos invocar los hechos de la historia.
La historia del mundo es la
historia de las transformaciones y del progreso.
Un descubrimiento o invento han
motivado el nacimiento de otro descubrimiento o invento, y así, en una cadena
sucesiva de hechos jamás interrumpidos, se han modificado las cosas, los seres
y sus leyes. El hecho de que la humanidad siga su camino ya empezado de
continuar modificando las cosas, los seres y las leyes, ese hecho sólo
constituirá el camino hacia la realización del socialismo, que ninguna fuerza
puede evitar, puesto que nada ha podido detener el progreso hasta su grado
presente.
Estos hechos de la vida ya
vivida por el mundo son la prueba más formidable que el socialismo llegará a su
completo triunfo.
La acción presente de los
socialistas no sólo se limita a destruir los obstáculos señalando la historia
como prueba y justificando la doctrina, sino que también avanza construyendo
todo lo que puede con su acción creadora como lo expresaremos en otros
capítulos.
Desde el pasado hasta hoy.— En el momento presente la
generalidad de los individuos no medita sobre el espacio y tiempo que habrá
necesitado cada progreso para realizarse.
Por ejemplo, el ferrocarril no
cuenta con más de 150 años de existencia y no cabe duda que los vehículos de
transporte cuentan cerca de dos mil años de existencia.
Ha sido menester ese largo
período para llegar a esa hermosa perfección presente que aún no se detiene.
¿Cuántos millones de días han
sido menester para llegar a obtener la radiotelegrafía?
Es triste reconocer que en el
momento presente se celebra y se goza de todo lo que hoy existe sin pensar que a
cada progreso los egoístas de todos los tiempos ponían mil obstáculos de todas
clases.
Ponían obstáculos los que creían
que sólo del cielo podrían venir los inventos.
Los empresarios de carretas
pusieron mil obstáculos al ferrocarril.
Así hoy, la carreta de las
costumbres burguesas pretende impedir que avance por la vía de la conciencia
humana la fuerza imponderable de la justicia socialista.
Desde hoy hacia el futuro.— La acción socialista desde hoy
hacia el futuro se presentará, cada momento, más fácil y su marcha será de más
en más rápida, porque los medios de que dispone el socialismo de hoy hacia el
futuro son como todas las cosas más perfectos.
Por ejemplo, si en el pasado
para transportar cien sacos de trigo se necesitaba cinco carretas con varias
yuntas de bueyes y diez horas para recorrer 60 kilómetros , hoy
esa operación se puede hacer en una hora y en una bodega por ferrocarril.
Resulta un trabajo mil veces más simple y rápido.
Así también, el socialismo
dispone hoy de medios poderosos para realizar sus propósitos. El libro, la
tribuna, el periódico, el diario, el folleto, la conferencia, el teatro, la
organización, su representación en congresos y municipios, todos esos medios
cada día más poderosos acercan la era de la vida socialista, porque todos esos
medios irán convenciendo a los burgueses que se vivirá mucho mejor dentro del
régimen socialista que con la organización actual de la sociedad y también irán
haciendo desaparecer todas las ignorancias y groserías actuales del pueblo para
convertirlo en un elemento regenerado, instruido, pensador y progresista. Los
niños de hoy, instruidos en el ambiente socialista, harán ya, tan cerca,
inmensa labor sobre sus hijos que más adelante formarán la modalidad socialista
dominante.
Razones económicas y
científicas.— A
las razones de carácter histórico que prueban que el socialismo es una
circunstancia normal de la vida e inherente al progreso, que no puede
desconsiderarse, presentaremos en este capítulo razones que completan las
anteriores.
La economía y la ciencia se
encargan de colocar al socialismo en el sitio preponderante que le corresponde.
Solo seres degenerados pueden
negar el socialismo o mirarle como despreciable e insignificante.
A las razones históricas
agregamos ahora razones económicas y científicas que están más estrechamente
ligadas a la vida presente.
Factores que producen la
riqueza.— La
riqueza no es producto de un individuo ni de una sociedad. La riqueza es
producto común.
Cuantas riquezas posee el mundo
repartidas en todas sus naciones, son el producto del trabajo y de la
inteligencia de la humanidad realizado en miles de años.
La riqueza no puede producirse
sino con el concurso común y en la época presente la encontramos reducida a dos
factores: el capital y el trabajo que explicaremos en párrafos
siguientes.
Para explotar y gozar de las
riquezas minerales de Sudamérica, los españoles tuvieron que traer herramientas
compradas en Inglaterra y en transportes construidos con elementos diferentes,
en lo cual tomaron parte muchas razas.
Hoy día, como antes, para muchas
industrias se necesita reunir elementos de las distintas partes del mundo, en
las cuales trabajan obreros de distintas razas y condiciones y capitales
internacionales.
Todo esto es dicho en prueba de
que por mucho que se individualice la propiedad del producto, éste no puede
dejar de ser fruto del trabajo de comunidades de trabajadores.
Por esto si hay una ley que
compele al trabajo común, el socialismo deriva su doctrina de una lógica
estrictamente vinculada a la naturaleza de la vida.
El Capital.— La sociedad presente alega
que sus comodidades son frutos de su capital, olvidando, intencionalmente, que
el capital no ha podido existir sin un trabajo previo, que después de
convertido en capital ha sido disfrutado por los que no han realizado el
trabajo.
El capital se formó en el pasado
con el trabajo realizado por millones de esclavos a quienes no se pagaba
salario.
El capital continúa formándose
en el presente y aumentándose incesantemente con el fruto del trabajo que no se
paga a los obreros, puesto que hoy día a un obrero que produce diez, le dan
como salario dos. El resto pasa a ser capital (plusvalía).
El capital así formado en el
pasado y en el presente, forma, por hoy un factor de riqueza y con el se
realizan gigantescos negocios para la felicidad de unos pocos, con el
sacrificio y el dolor de muchos.
En la región salitrera se ha
constatado que cada trabajador produce al fisco solamente, la enorme suma de dos
mil quinientos pesos anuales. Si esta suma le da al fisco como
contribución, si el obrero no recoge arriba de dos mil pesos por salarios al
año, si el capital se lleva otro producto grande, ¿cuánto es lo que produce
cada obrero y cuanto le toca a él?
El Trabajo.— La fuerza del hombre empleada
para producir y transformar la producción es lo que llamamos trabajo.
El trabajo ha sido el primer
acto del hombre que ha iniciado la vida del progreso.
Cuando empezó el trabajo, no
existía aún ni la remota idea del capital, ni del dinero, ni cosa parecida.
Trabajo amontonado durante
siglos ha venido a motivar, en una época donde la inteligencia no estaba aún
desarrollada, la creación de un signo para cambiar un objeto por otro, signo
que hoy se llama dinero.
En los tiempos primitivos se
cambiaba trigo por bueyes, o bueyes por armas. Es decir, una especie por su
equivalente.
Hoy se cambia trigo por dinero y
dinero por pan.
El trabajo es, pues, el primer
esfuerzo de los hombres y después de muchos siglos de trabajo ha venido a
organizarse el capital del trabajo ya realizado.
Si todas las cosas tienen un
autor, el autor del capital es el trabajo.
El trabajo, es, entonces, la
fuerza creadora de todas las cosas; al trabajo se debe todo; al trabajo debe su
existencia el capital y todo cuanto exista que se llame riqueza.
Entonces no hay razón de ninguna
clase para decir que el capital es quien produce el trabajo.
Los patrones han creado una
expresión que han vulgarizado para hacer creer a los obreros que sin patrones
no habría trabajo.
Pero esto es un error.
En siglos anteriores, la audacia
de algunos individuos permitió que amontonaran abundancia de producción de la
que fueran constituyéndose en propietarios y legándola a su posteridad en forma
de herencias.
Pero esa producción abundante
había sido fruto del trabajo de muchos.
Todo el mundo sabe que durante
el período de la esclavitud; los hombres más fuertes, dominando a
los más débiles, les explotaron su trabajo y se adueñaron de las riquezas
producidas por el trabajo de millares de esclavos.
Después de la esclavitud ha
venido el salario, que es solamente una transformación de la esclavitud.
Pagando bajos salarios a miles
de trabajadores, unos pocos individuos amontonan en poco tiempo fortunas
fabulosas.
El salario es la forma de la
esclavitud presente.
Si diez hombres trabajando en
una mina sacan cada día —término medio— 500 pesos de metal, cambiable
inmediatamente por dinero, y en cambio de ese trabajo se le da a cada uno, con
el nombre de salario, diez pesos, demuestra que sólo se le da la quinta parte
de lo que produce.
Del resto se apodera el
capitalista.
El capitalista alega como razón
justa para apoderarse de esa parte de la producción, que él invierte capital en
salarios, y en herramientas, maquinarias y todo lo que origine una industria.
En el capítulo que tratamos de
la maquinaria se verá el valor de ese aporte.
Por ahora, dejamos establecido
aquí que el trabajo es el factor principal de toda producción, de toda riqueza,
de todo capital.
Si en la producción de la
riqueza entran como factores el capital, el trabajo y la máquina, todo queda
reducido y derivado del trabajo, porque ya lo hemos probado que sin trabajo no
hay ni capital ni máquina.
El trabajo ha dado vida a la
máquina y al capital.
La Maquinaria.— El progreso de la maquinaria
en todas las industrias es un factor de gran importancia, que, si por ahora
constituye un medio de mayor explotación para los obreros, un cambio para el
porvenir, más largo que el presente, significará la verdadera felicidad de los
pueblos.
La maquinaria es hecha por los
trabajadores y no puede funcionar sin el concurso de los trabajadores.
Los capitalistas alegan hoy día,
como un motivo para apropiarse de la mayor parte del producto, que ellos
aportan la maquinaria, que significa un capital en movimiento.
Pero esto es un argumento sin
razón.
Si la máquina produce es por
obra del obrero que la conduce y procesa.
En la producción, la maquinaria
no aumenta el valor del producto, no puede aumentarlo, ni tiene por qué.
La maquinaria traspasa su valor
y nada más.
Así, por ejemplo, si una máquina
de coser dura mil días y cuesta cien pesos, resulta que se gasta a razón de
diez centavos al día y que esta cantidad es la que traspasa al producto.
Por una costura que se realice
en el espacio de un día, por la máquina no puede agregarse mayor valor que el
que corresponda, más al interés equivalente.
La máquina aporta, pues, sólo un
valor fijo.
La máquina aporta un movimiento
mecánico inconciente.
El obrero aporta cuidado,
inteligencia, interés, arte.
El obrero tiene que ser el
compañero inseparable de la máquina.
El obrero es el creador y
constructor de la máquina.
Por ejemplo, si un par de
zapatos tiene como precio corriente de venta 30 pesos*
y su valor se descompone como sigue:
Materiales (cuero, suela, etc.) $ 10.00
Uso de las máquinas “ 4.00
Administración gastos generales “ 4.00
Salario del obrero “ 4.00
Precio neto $
22.00
Y si se vende a 30 pesos, ¿quién
le da ese valor?
Ese valor no puede salir sino de
quien lo construye.
Los materiales no aumentan su
valor.
El uso de las máquinas tampoco,
sólo descuentan su amortización incluyendo intereses.
Administración y gastos
generales están en el mismo caso de máquinas y materiales.
Siendo el obrero el factor
indispensable de la producción, resulta el único agente que produce valores en
todos los objetos de la producción.
Así, pues, esos 8 pesos que
exceden del valor neto de los zapatos, es valor producido por el obrero.
Sobre esta materia se publicará,
dentro de poco, un folleto que contendrá explicaciones más amplias y más
completas.
Las necesidades individuales.— El hombre primitivo sólo
necesitaba comer. Durante muchos siglos han vivido los hombres primitivos, sin
otra necesidad que la comida.
Comían lo que estaba a su mano:
frutas, raíces, yerbas, pájaros,
El primer trabajo ha consistido
en buscarse el alimento.
Las necesidades de los hombres
han variado y aumentado tanto que para señalarlas en un orden progresivo,
tomando en cuenta cada época de la vida, no bastaría un gran libro y aquí no
podemos disponer sino de un breve capítulo para ello.
Contemplemos al hombre
primitivo, viviendo en un mundo vacío, sin casas, sin obras de ninguna clase,
sin más trabajo que buscarse el alimento.
Contemplemos al hombre de hoy
rodeado de millones y millones de objetos diferentes que se han fabricado en el
transcurso del tiempo.
¡Cuan enormemente diferente son
las necesidades presentes del hombre de las necesidades pasadas!
Cada objeto, o cada instrumento
o cosa que existe significa el desarrollo de las necesidades del hombre.
El hombre en la época presente
no puede vivir como al principio de la humanidad.
Sus necesidades de hoy son mil
veces más numerosas que antes.
La lucha que el proletariado
desarrolla en el presente es empujada por las necesidades morales y materiales,
creadas ya por la humanidad, y esta lucha no cesará hasta que el hombre pueda
satisfacer sus necesidades sin más limitación que la razón.
La transformación sucesiva de
las necesidades.—
A medida que se han ido creando nuevos objetos, instrumentos o cosas, las
necesidades han ido aumentando y transformándose.
El hombre, que primero sólo
necesitó comer, después necesitó vestir y cubrirse bajo techo. Para vestirse y
cubrirse bajo techo tuvo que inventar.
Sus inventos han sido cada día
más prodigiosos hasta producir el asombro.
Ojala cada uno de nuestros
lectores se detuviera algunos momentos para pensar en todo aquello que no nos
es posible escribir, referente a los intentos que ha tenido que hacer el hombre
al frente de cada necesidad creada.
Cuando se le ocurrió al hombre
vestirse, no existían géneros ni herramientas.
Cuando se le ocurrió al hombre
vivir en casas no había nada para construirlas.
Entonces apareció el trabajo en
forma más variada y desde aquel momento el trabajo ha sido el poder más grande
que ha convertido en realidad todas las caprichosas pero justificadas ilusiones
del hombre.
¡Qué hermosa, qué sublime y, qué
inmensa es la historia del trabajo!
Pero, qué triste es contemplar
el producto del trabajo con los conductores del trabajo, o sea, los
trabajadores.
Legiones innumerables de seres
abyectos han sido los que con su fuerza y su mediana inteligencia individual
han creado y dado forma a todo lo grandioso que hoy podamos admirar y que es en
parte propiedad colectiva.
Llegamos a la época presente,
donde se han reunido ya millares de necesidades, que el individuo las siente
según sea el grado de conocimientos que haya alcanzado o el ambiente en que
viva.
Las necesidades que siente un
campesino que no sale de su terruño, son bien diferentes a las necesidades de
ese mismo campesino transformado en trabajador residente en una ciudad.
Dentro del justo concepto del
derecho no es posible poner prohibiciones al derecho de satisfacer las
necesidades.
El hombre necesita vestirse y
cada día mejor, según vaya viendo el perfeccionamiento de los vestidos.
El hombre necesita vivir con
comodidad, a medida que vaya apreciando las ventajas de una cómoda habitación.
El hombre necesita satisfacer
otras mil necesidades que hoy forman parte de la vida y que nadie tiene derecho
a prohibir que sienta el deseo de satisfacer esas necesidades.
Una enfermedad aquejará a un
hombre y necesitará medicamentos caros y cambiar de ciudad para aspirar a su
mejoramiento, pero tendrá que consultar su salario para ver si puede satisfacer
aquellas necesidades.
Y aquí es cuando aparece el
salario como una ley infame y los creadores del salario como unos criminales y
los que lo aceptan como unos idiotas e incapaces.
Aquí es donde surge espléndido
el pensamiento de reformar y de perfeccionar la costumbre del salario para
sacar al hombre de esa esclavitud que lo asesina.
Y es el socialismo únicamente
quien impulsa este pensamiento de destruir la esclavitud del salario.
A los trabajadores les dice:
sois víctimas y sufrís porque toleráis el salario.
A los ricos les dicen: aparecéis
como verdugos de vuestros semejantes porque mantenéis la infame costumbre del
salario.
¿Qué vendrá entonces en vez del
salario?; ¿cómo viviremos sin salario o en otra forma?
La acción perfeccionadora del
socialismo no tiene límites. De manera que nadie puede precisar cuándo se habrá
llegado al estado de completa perfección.
Por esta razón no se podrá
asegurar cómo y cuándo vendrá cada época de perfeccionamiento.
Hemos dicho antes que el salario
es una esclavitud y que está llamado a desaparecer.
Pero, ¿con qué se reemplazará el
salario?
No podemos precisarlo.
Puede ser que durante mucho
tiempo exista un signo de cambio, como la moneda. Bien puede ser también que
algún día desaparezca, porque la organización social se hará de tal manera que
no se necesitará signo alguno.
Habrá para esto una razón de
alta moralidad.
Si el alimento no se puede
privar a nadie, justo es que no se exija dinero por él. En las mismas
condiciones están todas las cosas necesarias para la vida.
Pero cuando se habla de vivir en
una sociedad sin dinero, se piensa en que eso sería imposible y se olvida que
el mundo ha vivido, en épocas en que había menos inteligencia, más tiempo sin
dinero que con
dinero.
No se tratará de volver al
pasado, sino de aceptar un modo de vivir más justo y sin enredos.
No se podrá alegar de que haya
cosas imposibles de realizar, porque después de haber descubierto la telegrafía
sin hilos y las máquinas que hablan, llamadas fonógrafos o gramófonos, y que ya
son verdades, todo lo que quiera el hombre arreglar lo arreglará, con sólo
tener inteligencia y amor por el prójimo.
Como el socialismo es la
abolición de la propiedad privada y único medio de perfeccionar la vida, las
circunstancias ya expuestas de lo que son el capital, el trabajo y la
maquinaria, dan por sí solas pruebas suficientes en abono de la razón que guía
al socialismo para establecer una sociedad sobre la base de la propiedad común.
Los medios que más adelante se
exponen darán a conocer la facilidad con que se llegará al estado de la
propiedad común.
RAZONES MORALES
El socialismo no sólo acude a la
ciencia, sino también al sentimiento.
La ciencia es la comprobación
matemática de nuestra razón, de la razón de ser de la doctrina socialista.
El sentimiento es la razón
moral.
Si la rigidez de la ciencia
pudiera ser incomprensible para los cerebros menos cultivados, o para los que
han vivido acostumbrados a los viejos moldes de las costumbres antiguas, el
sentimiento sano y puro no puede cerrar los ojos a la verdad.
¿Será justo que un trabajador
que trabaja los seis días de la semana con honradez, sin vicios, reciba un
salario que apenas le alcanza para comer él con su compañera y sus hijos?
La mujer trabaja en la casa,
puesto que una familia de tres niños ya absorbe todo el tiempo de la mujer, a
menos que se deje abandonados a esos niños, como ocurre en muchos casos.
Si el salario apenas alcanza
para mal vivir, ese mismo salario será más insignificante en cada ocasión que
un accidente, común en la vida, perturbe ese hogar.
Una enfermedad en cualquiera de
los miembros de esa familia, aumenta enormemente la miseria.
Pues, este es un caso muy común.
¿Es justo eso? ¿Es justo que el
patrón de ese obrero aumente diariamente, multiplicando sus goces, su fortuna
de reserva, sus comodidades, mientras sus obreros perecen de miserias?
Si desde el punto de vista del
sentimiento constatamos las injusticias de la organización social, la lógica de
ese sentimiento nos dice que debemos poner nuestra inteligencia al servicio del
perfeccionamiento de la sociedad, para que poco a poco vayamos haciendo
desaparecer todas las causas que producen la infelicidad humana.
Si la aspiración socialista puede
resumirse en que todos los seres humanos tienen derecho a ser felices y a gozar
de todos los productos del trabajo humano en combinación con la naturaleza, dos
fuerzas formidables acuden a dar razón a la doctrina socialista.
La ciencia, que prueba matemáticamente que
el dueño del producto es el productor;
El sentimiento, que demuestra la justicia y la
razón de la ciencia.
El sentimiento de justicia.— Sólo en los seres
refinadamente groseros, degenerados y depravados, puede no aparecer jamás el
sentimiento de justicia, pero en las personas llamadas buenas, con o sin
educación, el sentimiento de justicia se revela, aparece y señala las cosas
como son.
La educación influye
poderosamente para localizar el sentimiento de justicia y para hacer concebir
en sus detalles y amplitudes ese sentimiento.
La doctrina socialista y el
sentimiento de justicia son una misma cosa.
Muchas personas de nuestro mundo
actual logran concebir el sentimiento de justicia en el momento presente, pero
sin enlazarlo con el pasado, y se encuentran con obstáculos y dudas
insuperables debido a la falta de análisis histórico retrospectivo hacia el
pasado.
Una persona de muy buenos
sentimientos se encuentra en presencia del siguiente caso. Es un ejemplo:
Don Juan ha heredado de su señor
padre un gran establecimiento minero que en la actualidad está avaluado en 500
mil pesos y produce una renta de 50 mil pesos anuales.
Además, el padre de don Juan
dejó al morir en el Banco 500 mil pesos, varias casas y sus respectivos
mobiliarios.
Don Juan sigue trabajando en la
industria, y toma posesión de su herencia, considerándose propietario legítimo
y sobre todo considerando esa fortuna en su poder de procedencia honrada.
Don Juan, joven, en posesión de
ese capital sigue trabajando y multiplicando su fortuna.
¿Cómo se resuelve la honradez o
falta de honradez en este caso?
Muy sencillo.
El padre de don Juan tenía 300
trabajadores en las minas.
La fortuna que el padre de don
Juan acumuló fue trabajando en las minas. El padre de don Juan era obrero
minero. Se descubrió y pidió una mina, la trabajó solo primero, acompañado,
después, hasta llegar a tener 300 trabajadores.
La venta del metal producía para
pagar los salarios y para dejar un saldo en el Banco.
Después de 20 años de trabajo en
las minas, muere el padre de don Juan legando esa fortuna como la hemos
descrito.
¿Cómo se acumuló esa fortuna?
Trabajando solo el padre de don Juan, ¿habría logrado formar esa fortuna?
No, eso es imposible.
El trabajo honrado de un hombre
solo, no permitirá jamás acumular fortuna.
Esa fortuna se formó debido al
trabajo de esos 300 trabajadores. Cada uno de esos 300 trabajadores han
contribuido con una cuota en esa fortuna.
¿Cómo va apareciendo ahora el
concepto de lo que es el sentimiento de justicia?
Mientras don Juan, a la muerte
de su padre hereda esa fortuna, ese capital, los hijos de los trabajadores de
esas minas no han heredado nada, aún cuando sus padres fueran honrados y sin
vicios.
Analicemos un poquito cómo se ha
formado esa fortuna.
Con el trabajo colectivo de esos
muchos trabajadores; por pequeña que se considere la utilidad que cada
trabajador aporta, entre muchos trabajadores forman la gran utilidad. Después
de esto, el salario mezquino y bajo, explotado en 20 años.
¿Qué resulta, entonces, de esta
gran herencia que hereda don Juan?
¡Explotación a los trabajadores!
Salarios no pagados a los
trabajadores.
Si 300 trabajadores producían 10
pesos diarios de metal cada uno y el salario de cada cual no llegaba a 5 pesos
diarios, y el resto, salarios no pagados, pasaba poco a poco, día a día, a
engrosar la fortuna del patrón.
Así queda explicada la
procedencia de esa gran fortuna.
Podríamos no calificarla de
falta de honradez por haberse acumulado en una forma ya establecida por las
costumbres, pero si su procedencia pudiera calificarse de honrada, entonces
preguntaríamos:
¿Hay justicia en la procedencia
de esa fortuna?
Constatada su procedencia, ¿a
quién le corresponde esa fortuna?
La respuesta es fácil: a la
colectividad de trabajadores que la produjo.
Se dirá que al morir el padre de
don Juan la mayor parte de los trabajadores se hallan dispersos, unos; muertos,
otros.
Pues bien, por eso la doctrina
socialista aspira a que el trabajador disfrute del fruto íntegro de su trabajo,
porque esto es justicia y es razón.
Trabajando todos, cada cual
según sus aptitudes y gustos, todos disfrutarán de bienestar y felicidad.
Si los socialistas decretaran
que todas las fortunas privadas actuales pasarán a ser fiscales y municipales,
no cometerían ninguna injusticia, porque ese acto sólo sería hacer volver a la
colectividad para el beneficio común, lo que la avaricia capitalista arrancó a
la colectividad de trabajadores.
Sin embargo, parece que el
socialismo no recurrirá a ese medio, pues habrá medios para evitar la
explotación en el porvenir y las grandes fortunas ya creadas irán poco a poco
entrando al servicio de la colectividad.
Muy a menudo la burguesía nos
condena diciendo que queremos destruir el pasado. Pero eso no es sino una
expresión. El pasado no se destruye, ya se fue, ya paso. Lo que existe en el
presente como obra del pasado no lo destruye el socialismo, es el progreso
quien lo modifica y lo perfecciona.
La obra del socialismo es
empujar al progreso.
La acusación de los
conservadores del pasado es una queja infantil.
Lo mismo que ha pasado con el
ferrocarril y el automóvil; que ha reemplazado todos los viejos y molestos
vehículos de transporte, eso mismo pasará con el socialismo.
El conservador preferirá hacer
un paseo en un automóvil y no en una carreta o a lomo de burro.
Igualmente le ocurrirá más
tarde, cuando haya conocido las ventajas del socialismo.
Si el automóvil o el ferrocarril
son una ventaja sobre la carreta, así el socialismo es una ventaja incomparable
sobre el presente.
La necesidad del amor.— Bajo el sentimiento del amor
toda empresa pequeña se vuelve gigantesca.
El amor mutuo es una ley de la
naturaleza y de la razón, porque no tendría razón de ser la existencia de la
humanidad sin amor.
El amor es la única base moral y
justa en que descansa la vida de la humanidad.
La humanidad sirve y se
multiplica por obra de la procreación, que sólo se realiza por la unión del
hombre y la mujer.
Si el acto de la procreación se
realiza sin amor, resulta un acto simplemente animal.
Si el amor es un sentimiento que
debe estar internamente mezclado en el acto de la procreación y en el cuidado
de su fruto, es muy natural que el amor sea el sentimiento que domina hoy sobre
el mundo entero, puesto que la procreación que es a la vez un motivo de goces
superiores, es el acto frecuente de todos los días.
Hemos llegado en el presente a
un estado en que sin amor no hay moral y en que se estima grosera una sociedad
que vive sin moral.
Pues bien, en el momento
presente no hay amor en la sociedad, puesto que la vida está organizada sobre
la base del egoísmo que es la negación del amor.
No puede haber amor donde hay
explotación.
No puede haber amor donde hay
opresión y tiranía.
No puede haber amor donde hay
ignorancia.
Los que hoy viven bien estiman
muy difícil organizar la sociedad sin explotación, sin opresión y sin
ignorancia. Pero el socialismo lo estima muy fácil y realizable en corto
tiempo. Más adelante explicaremos esto.
Las desigualdades actuales.— Los hombres han creado mayor
número de desigualdades que las que crea la Naturaleza.
Las desigualdades son de dos
clases:
Unas creadas por la Naturaleza.
Otras creadas por los hombres.
Las desigualdades creadas por la
Naturaleza no afectan sino excepcionalmente al bienestar.
Las desigualdades creadas por
los hombres afectan íntima y directamente a la felicidad humana.
El socialismo quiere borrar esta
clase de desigualdades, para aumentar el bienestar, y quiere dulcificar en lo
posible las desigualdades de la Naturaleza, cuando ellas afecten a la felicidad
de los humanos.
La mayor y más cruel desigualdad
que hoy afecta a los hombres, es la desigualdad social y sus consecuencias: la
desigualdad política y económica.
En el presente y en vista del
estado actual de la educación y de la cultura de los pueblos puede justificarse
la desigualdad social.
Pero desde el punto de vista
moral y humano, como desde el punto de vista del sentimiento de justicia es
inaceptable que exista la desigualdad social.
Si las circunstancias actuales
en que está organizada la vida, presentan obstáculos para borrar esa desigualdad,
esos obstáculos no son ni pueden ser permanentes ni durables. Se pueden
destruir. Se pueden hacer desaparecer.
El mayor obstáculo para la
igualdad social es hoy la diferencia de cultura y de educación de los hombres,
junto con la diferencia de costumbres.
Pues bien, todo esto puede
desaparecer con sólo facilitar los medios de educación y de cultura y de
multiplicarlos de modo que con pocos años de activa labor desaparecería toda la
incultura y grosería de la sociedad.*
Pero cualquiera que sean las
desigualdades, todos son iguales en sus necesidades. Todos necesitamos comer y
vivir.
Y es de suponer que todos
necesitan satisfacer la necesidad de comer y vivir con más o menos placer.
Por eso todas las circunstancias
que miden la ración de comer y vivir deben modificarse, porque en el presente
constituyen una tiranía cruel.
La ración de comer y vivir no
puede ser medida sino por cada individuo.
"Sólo yo siento cuando cesa
mi hambre".
El que me mira comer no puede
determinar cuando habrá cesado mi necesidad.
Pero en la vida presente esta
necesidad está limitada bajo el régimen del salario.
Cada individuo y su familia
viven del salario y como el salario es una cantidad variable y escasa, resulta
que la mayor parte de los hombres tienen medida, por mano ajena, la ración de
hambre.
Esto es inaceptable y por eso la
doctrina socialista aduce y aporta todas las pruebas necesarias para demostrar
que todo puede corregirse y perfeccionarse hasta hacer desaparecer todas las
causas humanas de la desgracia.
Las desigualdades en el futuro.— A medida que la humanidad
avance impregnándose de las doctrinas socialistas, irán desapareciendo todas
las desigualdades creadas por los hombres y dejando subsistentes sólo las
desigualdades de la Naturaleza, porque la mayor parte de ellas son grandes,
sublimes y hermosas.
La desigualdad de los hombres en
el futuro no afectará gran cosa en la felicidad.
Muchas desigualdades que hoy
parecen naturales desaparecerán cuando ellas dependan de la acción de los
hombres.
La diferencia en la forma de los
individuos que unos se clasifican de feos y otros hermosos, que parece obra de
la Naturaleza, es seguro que podrá modificarse y sujetarse a la acción y
voluntad del hombre.
Puede decirse que está probado
por la ciencia que si una pareja llena de salud procrea y vive en un ambiente
dichoso y puro, donde todo contribuya a vivir bien, los hijos de esa pareja
llevarán una vida natural superior a los que no puedan vivir y desarrollarse en
iguales condiciones.
Si todos contribuimos a mejorar
cada día las condiciones de la vida, llegará el momento en que no habrá otras
desigualdades que aquellas que la Naturaleza ha creado.
Lo que debe ser la humanidad.— Debido a las desigualdades
presentes, el mundo no es feliz. El pobre sufre revolcándose en su miseria o en
sus dolores; conspirando por hambre y por envidia, fruto de su ignorancia,
contra los poderosos que a su vez sufren al sentir las maldiciones de los de
abajo.
Así, en el estado actual de la
organización social, la humanidad se asesina en una guerra permanente que en
distintas formas produce malestar.
El socialismo aspira a que la
humanidad sea un hogar feliz y dichoso, donde todo sea amor, arte, justicia,
libertad, porque sólo así habrá vida.
El socialismo quiere que la
humanidad sea una colectividad de hombres buenos que vivan como hermanos
amantes, donde todos trabajan para aumentar siempre las comodidades y los goces
de todos.
Este hermoso pensamiento
socialista se realizará por los medios que detallaré en otros capítulos.
RAZONES DE DERECHO
No podemos hablar aquí del
derecho concebida por los hombres del pasado o del presente y escrito en sus
códigos, porque ese derecho está concebido defectuosamente y basado sobre
teorías inaceptables.
Hablaremos del Derecho natural,
aceptable por toda persona que no tenga maleados sus sentimientos.
El hombre nace por obra ajena a
su voluntad y desde ese momento nace con un derecho: el de vivir.
El hombre viene al seno de la
sociedad, y es la sociedad la llamada a no destruirle ni impedirle sus medios
para vivir.
El modo como la Naturaleza hace
nacer al hombre o a la mujer, nos está demostrando que es una obligación social
hacer vivir al nuevo individuo que nace, por dos razones:
Primero: Porque el nacimiento no
es obra voluntaria del que nace;
Segundo: Porque cada ser que
nace viene destinado a perpetuar la vida de la especie y es espíritu de
conservación de su propia especie el que nos debe guiar a cuidar de la vida del
que nace.
Si esta circunstancia nos
presenta la Naturaleza, nuestros actos deben obedecer sus leyes.
Pero los hombres de hoy, con la
excepción de los socialistas, violan las leyes de la Naturaleza, y ponen al que
nace en el peligro de la muerte.
¿Cómo?
Habiéndose apropiado de los
medios de vida y comerciando con ellos, vendiéndolos al que tiene dinero para
comprarlos.
Dinero no tiene sino el que
puede trabajar y todavía con un salario medido.
Todo eso es inicuo.
Todo eso debe desaparecer.
Hay derechos indiscutibles, que
como el derecho a la vida y a sus goces, no pueden limitarse ni suprimirse y
sobre esos derechos es que el socialismo se basa reclamándoles.
Donde nace el producto.— Si el producto nace por la
obra del trabajador, a él le pertenece.
Si el trabajador recibiera
íntegro el producto del trabajo no existiría ningún trabajador miserable, ni habría
miserias en el mundo.
Se ha constatado en páginas
anteriores que el producto es sólo obra del trabajador.
En un mundo bien organizado, y
con los progresos de la maquinaria ya existentes, trabajarían todos los seres
aptos para el trabajo, y trabajando todos, bastaría el trabajo de 3 ó 4 horas
al día, en vez de las brutales jornadas que hoy se realizan.
Si cada trabajador recibe el
producto íntegro de su producción, podría fácilmente contribuir a atender todos
los gastos generales de la colectividad o pueblo donde viva.
Si también es efectivo que
trabajando todos bastaría con 3 ó 4 horas de trabajo diario, nos parece muy
razonable que si en todos los pueblos llegan a vivir los hombres
fraternalmente, los trabajos generales para el perfeccionamiento de las
comodidades se harían con todo gusto, con parte del tiempo libre restante,
después de cumplir con su trabajo obligatorio, o con cuotas impuestas sobre su
producto, puesto que lo recibiría íntegro.
Si el producto nace del trabajo
del trabajador a él le pertenece.
Si el trabajador trabaja con una
máquina ajena, el producto debe repartirse como justamente corresponda entre el
valor del trabajo aportado por el hombre y el desgaste de la máquina que
corresponda.
Donde nace la utilidad.— Como en la actualidad el
capitalista es quien avalúa el valor del trabajo de cada obrero, resulta que
realizada la producción en todas las industrias, queda un sobrante que el
capitalista llama utilidad y se la guarda.
Pero como ya hemos demostrado en
capítulos anteriores, esa utilidad no es otra cosa que la merma en el salario
realizada en cada obrero, no necesitamos en este capítulo sino recordar ese
hecho.
La utilidad nace del saldo del
salario que no se paga al trabajador. Podríamos aceptar ese procedimiento si
esa utilidad fuera destinada a obras de utilidad general para las
colectividades que la producen, pero como actualmente se la guarda el patrón en
beneficio individual, resulta una usurpación.
Pero aceptaríamos eso, siempre
que primero se cubran las inmediatas necesidades del obrero.
Queda constancia, pues, que las
llamadas utilidades se forman de una manera indigna.
El reparto presente.— En el presente el reparto de
la producción se hace injustamente.
Fruto de ese mal reparto es la
miseria del mayor número y la abundancia para unos pocos.
El reparto de la producción toma
generalmente dos nombres: utilidad y salario.
La utilidad la aprovechan los
que no trabajan.
El salario es una miserable
ración de hambre para el mayor número.
En estas condiciones inicuas se
hace el reparto de la riqueza social que la Naturaleza da como patrimonio a
todos, con la única condición de trabajar.
El reparto futuro.— Cuando la humanidad se vaya
encaminando a vivir conforme a la doctrina socialista, el reparto de la riqueza
social aprovechará a todos, porque como lo acabamos de manifestar poco antes,
todos trabajarán y todos usufructuarán del producto de su trabajo.
El reparto se realizará conforme
a los medios que se vayan empleando en cada país por medio de las leyes y de
las costumbres. Esto está más ampliamente explicado en los capítulos que tratan
sobre los medios de realizar el socialismo, pero no cerraremos este párrafo sin
darle más amplitud.
La acción socialista en la
actualidad, ha modificado la forma del reparto de la riqueza social, cuando por
medio de su organización ha contribuido a elevar los salarios y a bajar el
precio de la vida, a la vez que va conquistando seguros contra accidentes,
protecciones contra el hambre, pensiones a la vejez.
Todo esto, que ya es una
realidad en algunos países, no lo ha dado la burguesía capitalista, sino que se
lo ha arrancado a viva fuerza la organización y la conciencia de los
socialistas organizados.
Y sobre todo eso que ya es un
principio de mejor reparto de la riqueza social, irá mejorándose cada momento
más, a medida que crezca la fuerza socialista organizada, porque sin
organización nada se consigue.
En el futuro la organización
socialista conquistará menos horas de trabajo, más salario y vida más barata
por medio de sus cooperativas y será de esta manera cómo el reparto de la
riqueza social irá cumpliéndose, en beneficio de los que ahora sufren
privaciones.
Las inmensas riquezas que hoy
están en manos de los grandes hacendados irán pasando, poco a poco, a servir en
beneficio de todos, por medio de impuestos progresivos sobre las rentas, sobre
las herencias y de otras maneras justas sin que por estos procedimientos se
empobrezcan ni disminuyan sus placeres los señores de hoy.
RESUMEN Y CONSECUENCIAS
Terminaremos esta parte creyendo
haber dejado expuesto en las páginas anteriores, lo que es el socialismo, es
decir, hemos explicado que el socialismo es un sentimiento de justicia y de
amor que va en busca de la felicidad para todos.
Hemos presentado a medias los
defectos de la vida presente para convencer que es necesario perfeccionar esa
vida que así resulta indigna tanto para los que viven bien como para los que
viven mal.
Después de haber expresado lo
que es el socialismo, procurando convencer a nuestros lectores de que el
socialismo es en verdad un refinado sentimiento de amor y justicia luchando
contra la maldad y el egoísmo organizado y que impera en el mundo actual,
queremos ahora explicar por qué medios se realizará el socialismo.
Esto es muy importante decirlo,
porque nuestra firme propaganda logra convencer a muchos de que son
inmejorables nuestras ideas y de que ellas harían realmente la felicidad
verdadera, pero en cambio se ha hecho más difícil convencer de que el
socialismo no necesita muchos años para ser costumbre universal de la sociedad.
Por eso, las páginas que siguen
están destinadas a presentar y analizar los medios por los cuales el socialismo
se realizará.
El socialismo es, pues, lo
opuesto a todos los defectos sociales y por lo cual aparece como el
perfeccionamiento mismo.
II
¿COMO SE REALIZARA EL
SOCIALISMO?
¿Cuáles serán sus medios?
Los enemigos del socialismo lo
desfiguran y presentan su doctrina muy distinta de lo que es en realidad para,
de ese modo, atacarlo más fácilmente y hacer creer a las gentes que el
socialismo es imposible.
A la vez que así calumnian la
doctrina, cuando hablan sobre los medios que se ponen o se pondrían en práctica
para realizar el socialismo, nuestros enemigos hablan mil barbaridades,
presentándonos a los socialistas como unos bandidos sanguinarios, a pesar de
que la acción socialista se encauza, en lo posible, dentro de un espíritu de
justicia, equidad y amor.
El socialismo se realizará
usando dos circunstancias predilectas:
La táctica, y
Los medios.
La táctica se desarrollará en
cada país, según su ambiente atávico, y según las modalidades de cada pueblo y
las conveniencias locales.
Los medios, generalmente, son
iguales en todos los países, pero se destacan dos medios predilectos: la
organización de los trabajadores y su educación en la doctrina.
En consecuencia, el socialismo
usará para realizarse como armas de combate: la educación doctrinaria y moral
del pueblo por medio del libro, del folleto, del periódico, del diario, de la
tribuna, de la conferencia, del teatro, del arte; la organización de toda clase
de asociaciones que concurran al mismo fin; de la acción política para la
conquista de los poderes públicos; de la acción gremial para la lucha de
clases; de la organización cooperativa para ir monopolizando los actuales
negocios del mundo, hasta que el poder de la cooperativa sea una verdadera
fuerza de socialización de todos los medios de producción y de cambio.
Toda esta acción la realiza
actualmente el socialismo usando para ello los medios legales que cada nación
franquea, esto cuando las naciones tienen organización constitucional. En los
países despóticos como Rusia, los socialistas se han visto forzados a una obra
violenta para poder conquistar libertades democráticas que franqueen el
progreso de las ideas.
El socialismo se realizará por
esos medios ya dichos, en forma metódica y poco a poco, realizándose hoy una
medida y mañana otra.
Los detalles de ese "cómo
se realizará" es lo que empezamos a explicar.
Fundamentos históricos de los
medios cómo llegará a la realidad el socialismo.— La evolución natural que se opera en las
sociedades es un medio fundamental histórico indestructible, inevitable, porque
el progreso, como el movimiento, son leyes de la vida, contra las cuales nadie
ni nada se puede oponer.
La humanidad marcha
progresivamente a su perfección. Esto es un hecho histórico innegable porque
desde que hay historia, desde que se puede advertir su rasgo de la vida humana,
desde ese pasado tan remoto, hasta el momento presente, la vida de la humanidad
ha sido una carrera no detenida jamás de progreso y de perfección y ese mismo
hecho histórico visto y probado, es la seguridad de que la humanidad seguirá
marchando en busca de más perfección y el porvenir que ya se divisa para la
humanidad no es otra cosa que el socialismo.
Para algunos está muy lejos.
Para nosotros los socialistas
está muy cerca.
Convencidos de que el porvenir
es el socialismo, queremos apresurar la llegada de ese porvenir adelantando la
cultura y la educación de los pueblos.
Mientras más rápidamente
avancemos en la cultura y la educación junto con la organización de los
trabajadores, más cerca, mucho más cerca estamos del porvenir y, por lo tanto,
del socialismo.
No somos nosotros los que
aseguramos nuestro próximo triunfo, es la historia de hechos consumados quien
se encarga de garantirnos de ese éxito.
La historia estricta de los
hechos no engaña.
Como lo hemos dicho ya, la
Humanidad es una cadena sin interrupción de progresos, con la hermosa
particularidad de que un progreso alcanzado ha sido base indestructible para
cimentar nuevos progresos, cada día más grandes, y como el socialismo no es
otra cosa que el progreso maravilloso, llegará a ser cúspide cuando la
Humanidad ofrezca por todas sus partes progresos y progresos.
MEDIOS ECONOMICOS
Para el socialismo, posiblemente
los medios de carácter económico que adopta y que adoptará serán los de mayor
potencia para llegar a la realización de los ideales.
La acción económica del
proletariado, es el poder de más potencia y quizás superior al medio político.
Por eso le dedicamos mayor
atención a la organización económica que a la organización política.
La lucha de clases.— Las clases existen en la
sociedad muy marcadamente divididas; unas muy opulentas, muy aristocráticas y
otras muy infelices y pobres.
Las clases existen. Son un hecho.
Desde que existen clases, existe
lucha entre ellas.
Esta lucha se ha hecho
inevitable ya y más intensa cada día que transcurre.
Para el socialismo no puede
pasar desapercibida la lucha de clases, porque es un factor de la
transformación social.
El socialismo, propiamente
dicho, no quiere hacer odiosa la lucha de clases, sino que, reconociendo su
existencia, trata de encauzar la lucha de clases, para evitar sus desastrosas
acciones y para llegar hacia la armonía social, consiguiendo la desaparición de
las clases motivada por el antagonismo social, hasta que la Humanidad sólo se
componga de hermanos trabajadores todos, dueños de su trabajo libre, trabajando
amorosamente para el bien de todos, utilizando para su comodidad de todas las
invenciones de la mecánica y de la química.
La organización del trabajo.— Para suavizar las asperezas
de la lucha de clases y para extinguirla, los socialistas se ocupan con
actividad de organizar debidamente el trabajo y los trabajadores.
De la mayor organización que
realicemos los socialistas dependerán los resultados más felices.
La organización ha dado ya
excelentes frutos, que continúan aprovechando aquellos países, que han tenido
la suerte de experimentar ya los buenos resultados de la organización.
Es necesario convencer a los
trabajadores de que son un gran poder, como no hay otro, pero la fuerza de su
poder sólo reside en la organización.
El gremio.— El gremio es el primer
escalón de la organización.
Cada trabajador se agrupa,
asociándose, con los demás de su oficio o clase de trabajo.
Cada gremio reúne así en su seno
las fuerzas productivas de una misma profesión y puede ejercer influencias
sobre la industria.
Después de la organización
gremial, los trabajadores forman otras clases de organizaciones combinadas que
reúnen mayor fuerza y superior acción.
Los trabajadores de un mismo
oficio en distintos pueblos de un país forman después del gremio, lo que se
llama una federación nacional.
También se forma la federación
internacional de un mismo oficio, estrechando sus relaciones los trabajadores
de una nación a otra con el propósito de defender sus intereses.
En un mismo pueblo, existiendo
organizados distintos gremios, se forma lo que se llama una federación local,
para combinar las fuerzas obreras de un pueblo y hacerlas servir en beneficio
de los intereses obreros.
En una nación que tenga muchas
organizaciones en distintos pueblos, se forma la Confederación del Trabajo que
reúne en un solo seno todas las fuerzas organizadas de un país para hacerlas
servir en su propio bien.
Esta forma de organización de lo
simple a lo compuesto, no es una ilusión ni un proyecto, es una realidad viva y
poderosa en muchas naciones ya.
En Europa están muy bien
organizados los obreros de todas sus naciones, sin excluir ninguna.
Las demás partes del mundo
cuentan con buenas organizaciones, aunque no en el pie de los europeos.
En Sudamérica, el país que
cuenta con mejor organización es la República Argentina.
Esta forma de organización
llevada cada día a mayor perfección y encaminada a servir las doctrinas del
socialismo, será uno de los medios más poderosos para efectuar la realización
de la doctrina, porque el trabajador organizado así luchará con más éxito para
disminuir la explotación y la opresión que actualmente soporta.
La huelga.— Los trabajadores han tenido y
tienen que luchar con la clase capitalista organizada, rica, poderosa y en el
Gobierno y todos sus medios a su disposición, de manera que la lucha entre
estas dos clases es muy desigual. Sin embargo los trabajadores tienen a su
disposición un arma formidable de un poder casi siempre invencible y esa arma
es la huelga, es decir la paralización colectiva del trabajo.
Pero la huelga no puede hacerla
el trabajador con seguridades de éxito sino cuando es organizada.
Por eso después de la organización
gremial de los trabajadores, es cuando se puede emplear la huelga como un
instrumento favorable a los intereses del trabajador.
Es verdad que la huelga, aunque
sea pacífica, es en sí misma un acto de presión o de violencia, pero, es
necesario reconocer que no hay otro medio que resulte eficaz a los intereses de
los trabajadores.
La clase capitalista, en 90
casos sobre 100 ha
demostrado no tener conciencia ni corazón y a las peticiones razonables de los
trabajadores les ha contestado negativamente.
Hasta el momento presente la
huelga ha desempeñado el papel salvador de los trabajadores y gracias a la
huelga los trabajadores disfrutan de algunas ventajas.
A medida que los trabajadores
van perfeccionando su organización, la huelga va resultando más perfecta y más
eficaz y se va empleando para la conquista de mejores libertades.
Con la huelga el trabajador ha
conseguido mejor salario: menos horas de trabajo; descanso de un día por
semana; abolición de trabajos nocturnos que pueden hacerse en el día; reglamentación
nacional de las condiciones del trabajo; modificación del carácter de los jefes
o capataces; perfeccionamiento de los instrumentos de trabajo para evitar
desgracias; indemnizaciones en los accidentes; con la huelga se ha conseguido,
en algunas partes, hasta el abaratamiento de los arriendos de habitaciones.
La huelga ha sido un medio de
mejoramiento de los trabajadores siempre que se haya sabido emplearla.
La huelga ha obtenido hasta la
modificación de las leyes y reglamentos.
Con la huelga, en Austria, se
consiguió la ley del sufragio universal que dio a los trabajadores la
representación que les correspondía.
Con la amenaza de la huelga, en
Chile se consiguió la supresión de los impuestos al ganado argentino.
Con la huelga, en Rosario de
Santa Fe, los trabajadores obligaron al municipio a derogar la ordenanza que
exigía las impresiones digitales y el registro policial de los operarios de los
vehículos.
En fin, la huelga es el gran
medio, porque los trabajadores y los socialistas se ayudarán a ganar conquistas
cada vez más grandes, a medida que crezca la capacidad de la organización de
los trabajadores.
La huelga será, por fin, el arma
formidable con que los trabajadores pondrán fin a la guerra y a la paz armada
de las naciones, que es la ruina económica de los pueblos.
Este es el medio más eficaz de
acción y de lucha y con este medio los trabajadores arrancarán hoy una mejora y
mañana otra y sin detenerse jamás en el camino de su lucha por la verdadera
emancipación los trabajadores podrán llegar a realizar completamente todas sus
grandes aspiraciones de justicia social.
Sin embargo, a pesar de que la
huelga es de por sí un medio eficaz, los trabajadores tienen todavía varios
otros medios poderosos de que están usando y que se explican en seguida.
La cooperativa y su gran fuerza
de acción y de transformación.— Si la huelga es un medio de lucha ya conocido universalmente, la
cooperativa es otro medio aunque no muy conocido todavía y menos experimentado
que la huelga, pero es un medio eficaz y en el porvenir será un gran poder de
transformación y de verdadera socialización colectiva que absorberá por
completo toda la vida económica y financiera del mundo.
La cooperativa es un medio que
se desarrolla más silenciosamente, con más inconvenientes, pero es más revolucionaria,
más poderosa, más eficaz para la transformación que persigue el socialismo.
Podemos decir, que solo en los
últimos diez años, los socialistas principian a tomar verdadero interés y
actividad por la cooperativa.
Parece más fácil organizar un
gremio con su federación que una cooperativa.
El gremio se organiza y vive con
pocos socios que paguen sus cuotas.
Mientras que la cooperativa
necesita de más capital, de más cuidado, de más inteligencia. Pero en cambio la
cooperativa hace efectiva las reivindicaciones o mejoras que conquista el
gremio.
Sin la cooperativa, cuando un
gremio conquista alza del salario, el comercio sube más el precio de la vida.
Con la cooperativa, cuando un
gremio conquista alza del salario, se evita el encarecimiento de la vida,
porque la cooperativa continúa vendiendo al precio justo, salvo que las
producciones que ingresen de afuera a la cooperativa obliguen un alza.
La cooperativa venderá siempre
más barato que cualquier comercio, puesto que la misión de la cooperativa no es
para lucrar sino para cooperar al abaratamiento de la vida y a la vez
independizarnos del comercio burgués.
La cooperativa es de dos clases
generales: de consumo y de producción. A medida que se ensanche la acción de la
cooperativa se independizará cada vez más del contacto con la burguesía.
Si la cooperativa es de consumo
tiene que surtirse de todo lo que necesite en el comercio por mayor o en las
fábricas.
Si la cooperativa es de
producción vivirá más independiente si la materia prima la fabrica o la produce
ella misma.
Para realizar la producción del
pan, completamente independiente de la clase capitalista sería menester que la
cooperativa socialista sea dueña del suelo, que coseche trigo, que tenga
molinos y panaderías.
Las cooperativas de Manchester,
en Inglaterra, han alcanzado ya ese grado de independencia.
La formación de muchas
cooperativas aunque sean sólo de consumo, contribuirá mucho al abaratamiento de
la vida.
A medida que la cooperativa vaya
abarcando más el campo de la producción propia, más barata se irá haciendo la
vida.
La cooperativa, mediante la
cooperación de los gremios, realizará progresos increíbles. A medida que se
agrande la acción de la organización gremial, más vastas serán las cooperativas
y más pronto realizarán su obra emancipadora.
El 80 por ciento, a lo menos, de
los consumidores pertenecen a la clase proletaria. De manera que todas las
cooperativas, si logran reunir el capital necesario para desarrollarse tendrán
clientela suficiente.
La cooperativa extenderá su
acción a todos los ramos de la industria.
Fundará fábricas de tejidos de
todas clases, para fabricar telas necesarias para todos los usos.
Tendrá fábricas de ropa que
consuman los productos de las fábricas de tejidos, aparte del consumo de los
particulares.
Podrán alimentar la fábrica de
telas, cooperativas agrícolas que produzcan la materia prima: algodón o lanas,
etc.
Los gremios extenderán su acción
para fundar el trabajo cooperativo como lo realizan los albañiles de Bahía
Blanca con todo éxito.
Desarrollándose sin límites la
acción de la cooperativa llegará a fabricar todo cuanto necesita el mundo,
puesto que la mayor parte de los consumidores del mundo irán engrosando el
ejército de la organización obrera.
Las cooperativas agrícolas
producirán muchas materias primas, que utilizarán las cooperativas de
producción, aparte de que producirán todos los artículos agrícolas destinados a
la alimentación.
Las cooperativas de producción
fabricarán todo cuanto sea necesario.
Las cooperativas de consumo
venderán a los consumidores los productos de las otras cooperativas.
Las cooperativas de trabajo
suprimirán los intermediarios llamados contratistas, lo que significará trabajo
más barato y salario más alto.
Una vez que el socialismo domine
sobre el comercio y las industrias, impondrá sus leyes; leyes que serán siempre
en beneficio creciente para todos, y que en el caso más desfavorable será su
acción superior a lo que actualmente se llama legal.
Hoy se establece una fábrica y
funciona conforme a las leyes lanzando al mercado sus productos.
Al día siguiente se instala otra
fábrica de igual producto, pero con más capital y procedimientos más modernos,
que le permite vender más barato su producto, por lo cual la fábrica anterior
fracasa sin que nadie indemnice al fracasado, cualquiera que fuese la cantidad
perdida.
Si la acción de una cooperativa
obliga el cierre de un establecimiento burgués análogo, no habrá hecho ningún
acto ilegal ni condenable bajo el concepto de la vida actual.
Si los que fracasan por efectos
de la competencia capitalista quedan en la miseria, la sociedad actual los deja
abandonados a su propia suerte.
Posiblemente durante los
primeros éxitos de la cooperativa ocurran estos mismos hechos sin otros
remedios que los que tienen actualmente, pero a medida que el poder de la
cooperativa avance, los individuos de los establecimientos burgueses que
fracasen pasarán a ocupar empleos dentro de las cooperativas, para que ganen el
sustento necesario.
Cuando el progreso de las
cooperativas llegue al mayor grado de riqueza y de poder, ira motivando la
clausura de las industrias y del comercio burgués y de esta manera se habrá
reemplazado el actual régimen industrial burgués, por el régimen industrial
socialista en el cual, progresando también por grados, irá desapareciendo toda
forma o vestigio de explotación hasta que llegue el momento en que cada
trabajador reciba el fruto íntegro de su trabajo.
La acción de la cooperativa a
medida que vaya creciendo irá recibiendo apoyos por dos fuerzas separadas
dependientes del mismo proletariado y esas fuerzas son la organización gremial
y la acción política encaminada a obtener del Estado algunas ventajas que la
posición política del socialismo pueda determinar en su favor.
Considerando así las cosas la
cooperativa será el arma más formidable de la gran revolución que el socialismo
opera para la felicidad humana.
¡Qué hermoso será ver en el
mundo, dentro de un porvenir cercano, el comercio y la industria en manos de la
cooperativa socialista, fabricando todo lo que es bueno y útil, y excluyendo,
con su poder y con su bondad, para siempre, la fabricación de falsificaciones y
venenos que se venden hoy al público por alimentos!
¡Qué hermoso y qué grande será
ver en el mundo a la Humanidad trabajando, unida, como una familia amante donde
no haya más que ternura!
¡Qué sublime aparecerá entonces
la obra del socialismo, tan ofendida y tan calumniada en el presente!
MEDIOS POLITICOS
Los medios económicos de lucha
que usa el socialismo le son propios, no existen de su género en la sociedad
burguesa.
Creemos que el socialismo podrá
triunfar con solo su acción económica. Quizás bastaría para su triunfo la
acción del gremio y sus federaciones y la acción de la cooperativa.
Se entiende que a la acción
gremial y cooperativa, va agregada la acción educativa, moral y de cultura, que
elevará grado a grado el valor y la capacidad de los trabajadores.
Sin embargo de pensar así,
estimamos que usar los medios políticos no estará de más. Mientras más armas se
usan en una lucha, más seguridades habrá de llegar más luego a la victoria.
El proletariado socialista usa
también los medios políticos para poner las fuerzas del estado al servicio del
progreso de su doctrina.
Al usar el medio político podría
guiarnos el criterio de que lo que por la ley se construye por la ley se
perfecciona o modifica.
Todos los días los poderes
legislativos derogan leyes y crean nuevas, según van apareciendo las
necesidades conforme a los progresos de la vida moderna.
Es una medida de previsión usar
el medio político y obtener la representación que se pueda; porque la clase
capitalista al encontrarse sola en el poder legislativo dictaría leyes que
detuvieran o prohibieran el desarrollo de la organización de los gremios y de
las cooperativas, lo cual haría más difícil la lucha emancipadora del pueblo y
produciría más víctimas puesto que los convencidos no detendremos jamás nuestra
acción.
Veamos entonces cómo usaríamos
los medios políticos para apoyar la acción gremial y cooperativa, que ha de
llevarnos al triunfo de la doctrina socialista.
La conquista de los poderes
políticos.— La
vida económica y social está en íntimo contacto con la acción política en la
actual sociedad. Los poderes políticos son instrumentos de servicio público que
dispensan sus favores a quien los maneja.
Actualmente, la clase
capitalista tiene en sus manos el poder político en todos los países.
Los industriales para asegurar
la fácil colocación de sus productos hacen servir los poderes del Estado en su
beneficio individual dictando leyes protectoras de dos maneras: dentro del país
influyendo sobre las tarifas de fletes de transportes y sobre las
contribuciones e impuestos y para barajarse de la competencia extranjera con
las tarifas aduaneras.
Esas leyes llamadas de
protección a la industria nacional se han presentado como una esperanza para el
pueblo, pero en realidad sólo en beneficio de los capitalistas.
Cuando vemos que de los poderes
políticos, la clase capitalista hace un poder de opresión para el pueblo y de
beneficio para ella, comprendemos la necesidad de que nosotros recurramos a
usar los poderes políticos para hacerlos servir nuestra doctrina y para eso es
preciso conquistarlos.
Tal como el progreso de la
maquinaria ha producido un malestar para los trabajadores y éstos en vez de
pensar en destruirla trabajan por conquistarla para someterla a su servicio
dentro de la doctrina socialista, así también los poderes políticos en vez de
repudiarlos debemos conquistarlos, porque por ahora no podemos destruirlos.
Entonces el deber del
proletariado organizado es conquistar los poderes políticos, y cuando la
burguesía recurra a fraudes, cohecho y otras indecencias para burlar la ley,
entonces el proletariado debe recurrir a supremas acciones para impedir que se
burlen sus derechos y sus conquistas.
Misión de la minoría socialista
en el Congreso.—
Mientras los socialistas están en minoría en el Congreso su acción más
importante será la fiscalización a los actos incorrectos y la crítica a los
defectos de la organización presente.
En la creación de las leyes, los
socialistas gastarán todos los empeños posibles por introducir todo aquello que
concurra a salvar al proletariado de la rapacidad burguesa.
Si la minoría socialista puede,
introducirá sus leyes propias y librará la batalla para convertirlas en leyes
efectivas.
Dentro de esta acción la minoría
socialista va obteniendo ventajas. Las primeras leyes conquistadas servirán de
base y apoyo para sobre ellas conquistar otras.
Las leyes que ya en algunos
países se han arrancado, son un principio de la doctrina socialista.
La obstrucción será otro medio
con que la minoría socialista podría detener las picardías burguesas.
Misión de la minoría socialista
en el municipio.—
Los socialistas realizan ya muy importantes labores en los municipios donde
tienen influencia, aunque ella sea en minoría.
Las minorías socialistas en
Bélgica y en otros países han realizado una obra inmensamente grandiosa y
sublime, que no podrá ser destruida, y que es ya el cimiento de la obra
superior del socialismo que seguirá constituyéndose sobre ese principio.
Sin apartar su acción de crítica
y fiscalización, los socialistas procuran aprovechar toda ocasión para empujar
la acción municipal en servicio de la doctrina.
La acción legal e ilegal del
socialismo.— En
buenas cuentas el socialismo sólo realiza acciones legales, puesto que su
marcha va siempre encaminada a perfeccionar.
Cualquiera que sea la opinión de
los impugnadores del socialismo, la verdad aparecerá siempre constatando que
nuestra acción marcha hacia la perfección y por eso jamás podrá ser ilegal.
La modificación de las
costumbres sociales por medio de la ley.— Como ya lo hemos dicho, una ley modifica
otra ley. Así la acción legisladora del socialismo en minoría o mayoría será
para modificar lo que está imperfecto.
El código civil en muchos países
establece responsabilidades para los patrones que tuvieran culpa en las
desgracias que en el trabajo ocurran a los obreros, pero en forma tan
deficiente que casi siempre resulta nula. En algunos países los socialistas han
logrado introducir no sólo modificaciones sino leyes nuevas dentro de ese
pensamiento.
La ley modifica en algunos casos
las costumbres y en otros las leyes son un resultado de las costumbres.
La pena de muerte es una
costumbre social que la ley modificará aboliéndola.
El salario es costumbre social
que esclaviza a los obreros a una ración de hambre, pero el salario dejará de
ser una esclavitud a medida que la ley, empujada por los socialistas, vaya
creándoles continuas garantías.
Así por ese camino es como
avanzará el socialismo, y no se crea que será marcha larga, podríamos comparar
el progreso del socialismo con los progresos de los medios de locomoción y de
transporte.
De la vieja carreta que
costosamente acarreaba unos cuantos bultos y pasajeros, pasamos al coche más
perfecto y después al ferrocarril y al vapor que multiplicó poderosamente la
capacidad del transporte y como aún se abrigan esperanzas de más perfectos
medios de transportes, así el socialismo día por día es más fácil su camino y
día por día se multiplican sus medios de propaganda y de convicción, de tal
modo que la fuerza modificadora es cada día más poderosa.
En Buenos Aires había 1.200
socialistas el año 1904 y en 1912 hubo más de 20 mil, de lo cual resulta que en
9 años 18 mil individuos transformaron su criterio.
Y queda bien definido, porque no
habiendo sido socialistas antes, lo eran ahora.
La transformación del
pensamiento en Alemania es más rápida y sorprendente aún.
El año 1871 los socialistas eran
100 mil. Diez años después, en 1881, eran 300 mil. Doce años más tarde en 1893
eran ya un millón 700 mil, y 11 años más adelante, en 1912, son ya 4 millones.
¿Qué significa todo este inmenso
progreso?
Que la costumbre se modifica a
impulsos de la propaganda.
Solamente en Alemania, más de 2
millones de electores transformaron su modo de pensar en el espacio de 19 años.
Esto es una prueba evidente en
beneficio de todas nuestras afirmaciones. Como estos hechos nadie puede
negarlos, porque existen, son nuestra mejor prueba.
De este modo es como el
socialismo ganará su victoria y como se acercará cada día mas a ella.
Se comprenderá fácilmente que
cada día el socialismo dispone de más elementos de progreso.
Tomemos Alemania como ejemplo.
En 1871 sólo eran 100 mil electores que hacían propaganda socialista. Ahora en
1912 son 4 millones de electores que hacen propaganda socialista. Por estos
hechos se comprenderá que la acción de nuestra propaganda se multiplica
infinitamente cada año.
En 1900, los socialistas
alemanes no tenían 50 diarios y hoy tienen más de 120 diarios sin tomar en
cuenta los periódicos.
En distintas proporciones la
propaganda socialista avanza en todos los países del mundo.
Cuando se comprueban estos
hechos se verá que el triunfo del socialismo no esta a siglos de distancia y
aunque lo estuviera si se considera indispensable, debe aportársele el mayor
concurso para que se acerque más pronto.
La influencia socialista en la
legislación nacional.- En todos los países donde haya diputados socialistas, la mayor
parte de las leyes llevarán algo del socialismo y dentro de la legislación irán
introduciéndose, poco a poco, los pensamientos del socialismo.
En la legislación de casi todos
los países europeos hay ya bastante principiado en materia de legislación
socialista. Esto es también un medio práctico usado actualmente por el socialismo
para ir avanzando en el perfeccionamiento de la sociedad.
Las últimas huelgas mineras y
ferrocarrileras de Inglaterra han hecho que la legislación se preocupara
inmediatamente de perfeccionar las relaciones económicas entre patrones y
obreros.
La influencia socialista en el
municipio.—
Siendo mayor la representación municipal socialista que la legislativa, es
evidente que todo aquello que pueda resolverse dentro de la acción municipal
será aprovechado, como lo es ya, por los socialistas.
A medida que avancemos en este
trabajo vamos constatando que el socialismo lucha por todos los medios sin
descuidar nada para aprovechar bien el tiempo.
Para detallar los resultados de
la influencia ejercida por el socialismo hasta hoy en los distintos municipios
sería necesario varios libros voluminosos.
La acción municipal socialista
tiende a perfeccionar todo lo que esté a su alcance, pero muy especialmente
tiende a abaratar la vida, haciendo que el municipio influya en el abasto de
los alimentos y ha llegado a monopolizar algunos servicios como el de la leche,
la luz, el agua, la locomoción urbana, etc.
No ha descuidado la instrucción,
fomentando las escuelas municipales para llenar los vacíos que deja el descuido
del Estado.
La acción burguesa para detener
el socialismo.—
La burguesía opone distintas acciones para detener el avance del socialismo,
pero todas desgraciadas.
Si opone la violencia, el número
de los abnegados para hacer frente o burlar la violencia aumenta.
Si opone una acción de
mejoramientos a medias, el socialismo los aprovecha.
La mayor parte del proletariado
va reconociendo que la acción de la burguesía, cuando se inclina en sentido
favorable al pueblo, no lleva nunca un sentimiento completamente noble.
Parece que en la actualidad la
acción anti-socialista de la burguesía no influye casi nada para detener el
progreso del socialismo, que se opera aún en las naciones más atrasadas.
La política internacional.— El sentimiento llamado
patriotismo es creación burguesa para distanciar a los trabajadores de
distintas naciones.
En presencia de esa acción
burguesa el socialismo va realizando en cada nación una política de carácter
internacional que día por día va borrando las fronteras creadas por la
burguesía y haciendo efectiva la fraternidad de los trabajadores a través de
las naciones.
La clase capitalista para
aumentar sus riquezas, no se preocupa de nacionalidades y son muchas las
empresas en que hay comprometidos capitales de distintas naciones.
La clase obrera también, como lo
probaremos más adelante, realiza su política de acercamiento internacional.
Misión de la mayoría socialista
en el Congreso y municipios.— Algún día los socialistas llegarán a disponer de mayorías en
Congresos y municipios. Esto no significará de ninguna manera un triunfo final
del socialismo. Pero sí una mayoría trabajará más rápidamente dentro de su
radio de acción.
Hay ya mayorías en algunos
municipios y su labor toda tiende a facilitar el camino para mayores progresos.
Las mayorías socialistas en
cualquier Congreso, contarán durante muchos años con la oposición terrible de
las minorías burguesas.
Sin embargo, uniendo la acción
de la mayoría socialista en un Congreso, con la acción gremial, cooperativa y
educativa, su poder revolucionario será incontenible y no será obra de muchos años
la realización completa de una vida socialista.
Cualquier nación nos dará el día
menos pensado un supremo ejemplo.
La idea de la república surgió
esplendorosa y triunfó en algunas partes, pero la vida monárquica continúa su
camino, procurando mantener su régimen.
En los últimos años hemos visto
transformarse tres grandes e históricos imperios: Rusia y Turquía se
transformaron en monarquías constitucionales; China se transformó en República,
y el Portugal lo mismo.
Sin embargo todavía siguen
altivos muchos imperios.
Así el socialismo logrará
triunfar en toda una nación, y tal como hoy ha alcanzado gran dominio en
algunos municipios, lo conseguirá en alguna nación.
La obra del socialismo es hoy
más fácil que lo que fue en sus comienzos la obra de la República.
A medida que se acerquen las
transformaciones más grandes, las responsabilidades socialistas serán
superiores y la misión de las mayorías consistirá en cuidar que nada
se desvíe de su propio camino. Cuando llegue el momento en que aparezcan
mayorías socialistas en algunos Congresos, la opinión pública de esos países ya
estará altamente preparada por la propaganda que el socialismo haya realizado
con los gremios, con las cooperativas, con la prensa, con las conferencias y
con el teatro mismo, aparte de todo el camino de propaganda que se haya
recorrido con las minorías socialistas en Congresos y municipios.
La Internacional de los
Trabajadores.—
En el presente momento es ya un hecho la existencia perfectamente organizada de
la Internacional de los Trabajadores. Su fuerza de acción se afirma día
por día. La influencia en marcha de la vida humana se deja sentir bien
claramente.
En pocos años más la
Internacional de los Trabajadores será un poder legislativo cuyas leyes se
cumplirán con superior perfección a las leyes burguesas del presente.
La vida económica industrial
será legislada por la Internacional sin que el poder del oro burgués pueda
eludir sus sabios fallos, ni torcer el rumbo de sus acciones.
Pero ¿quiénes forman la
Internacional de los Trabajadores que tanto poder desarrollara?
Forman parte de la Internacional
la mayor parte de las grandes federaciones gremiales de los trabajadores;
forman parte casi todos los partidos socialistas del mundo, con sus respectivos
representantes y su ya poderosa prensa obrera y socialista; forman parte
también las poderosas cooperativas.
En muy poco tiempo más, el gran
mundo industrial irá sintiendo muy adentro la gran influencia de las leyes que
dicta la Internacional de los Trabajadores que es dirigida por todos los
trabajadores inteligentes y pensadores que hay en el mundo.
En la Internacional están
reunidas todas las nacionalidades del mundo. La inteligencia obrera y
socialista de todos los países se reúne y se refunde en la acción de la
Internacional, Allí están unidos europeos con asiáticos, africanos, americanos
y oceánicos.
MEDIOS SOCIALES Y MORALES
A todos los medios de acción
transformadora que utiliza el socialismo y que hemos detallado anteriormente,
debemos de agregar los medios sociales que en cada círculo de la sociedad
desarrolla el socialismo y que hace destacar en primer lugar la conducta y la
moralidad.
Los socialistas actúan en todos
los círculos de la sociedad y en cada uno de ellos van dejando la semilla, ya
sea con el ejemplo de sus actos, ya sea con su propaganda desde la tribuna
pública o parlamentaria, por la prensa o la conversación.
Toda persona que contemple un
momento el radio de acción que abarca la propaganda socialista, se convencerá
que no hay ya un rincón de la sociedad burguesa donde no penetre por lo menos
un débil rayo de la luz de la doctrina socialista.
La influencia del socialismo en
la educación.—
Los socialistas influyen ya no sólo sobre la educación de la infancia sino que
también en la de los adultos.
En las clases intelectuales el
socialismo ha logrado captarse muchos adeptos, muy especialmente entre el
profesorado, por lo cual no es raro que en las escuelas mismas del Estado
algunos profesores van ofreciendo en su enseñanza y en su conducta algunas
modalidades de la doctrina socialista.
La prensa es un arma de
educación. Y la prensa socialista se multiplica incesantemente esparciendo su
obra instructora y educadora en todas las esferas donde dicha prensa penetre.
Aparte de esto el socialismo va
creando sus universidades superiores y populares y sus escuelas propias
elementales y superiores, donde la enseñanza es tan segura como incomparable a
la enseñanza burguesa.
A medida que los socialistas
aumenten su representación congresal o municipal aumentará su influencia sobre
la educación nacional.
Según sea la doctrina que
inspire a una mayoría de gobierno, será el progreso de enseñanza que se adopte
en las escuelas del Estado,
Por ejemplo, el clero que tiene
muchos establecimientos propios de enseñanza desde la elemental a la superior y
profesional, no deja por eso de batallar para que en las escuelas del Estado se
enseñe conforme al programa que a ellos les conviene.
Con ese mismo derecho el
socialismo, aparte de que cuando pueda funde sus escuelas, donde su acción
política sea poderosa, impondrá su voluntad para reglamentar el programa que
deba regir en las escuelas del Estado, ya sean fiscales o municipales.
La educación socialista
realizada desde la más pequeña edad en el hombre, irá modificando más
profundamente los cimientos de la sociedad capitalista.
La educación cada vez más
desarrollada y más completa que irá elevando la cultura de los individuos y de
la sociedad, contribuirá mientras más avancemos hacía el porvenir a dotar a
cada individuo y a cada sociedad de una perfecta noción del derecho y de la
libertad.
La educación tan firmemente
introducida en el hombre futuro obrará para que, en ningún caso, ningún
individuo viole el derecho ni la libertad ajenos.
Actualmente ocurre que los
hombres más cultos y con mejores nociones del derecho y de la libertad ajenos
que la multitud, saben hacer uso de sus acciones y jamás violan el derecho de
los demás.
Por la acción natural del
progreso y del socialismo cada día aumenta el número de los que saben respetar
el derecho ajeno.
Progresando por grados en ese
terreno, tiene que llegar un momento en que los jueces verán disminuir poco a
poco su clientela. La disminución de los trabajos de los jueces será, también,
la disminución de los medios lucrativos de la sociedad, (policías, receptores,
tinterillos, ejército).
La escuela socialista.— Bajo este título podemos
apreciar toda la acción de la propaganda socialista pero, sin embargo, a pesar
de eso, los grupos socialistas batallan por ir multiplicando sus propias
escuelas.
La conferencia.— Es el medio popular de más
vasta educación socialista.
En el presente se realiza con
una profusión asombrosa y se considera que la acción de la conferencia, ayudada
por la prensa, produce muy rápidas transformaciones en el modo de pensar de los
seres humanos.
Tan importante es este medio de
propaganda que Alemania ha fundado una escuela con sección exclusiva para la
preparación de sus conferencistas y periodistas. Esta acción está en vías de
imitarse por varias otras naciones.
Además en varias naciones se han
editado libros especiales para que sirvan de guía a los conferencistas en la
construcción de sus conferencias.
Nos empeñamos en señalar los
muchos medios de acción que utiliza el socialismo porque ello es necesario al
prestigio de nuestra grandiosa obra, y para llevar convicción a los que dudan
de los resultados de nuestra propaganda.
La prensa y su gran influencia.— La prensa es un arma poderosa
y los socialistas tienen un gran cariño por la prensa y gastan gran actividad
para su progreso.
Desde las columnas de la prensa
el socialismo hace notar gráficamente los absurdos y los defectos monstruosos
que existen todavía en el día de hoy amparados por la sociedad burguesa y
adoptados como costumbres sociales.
La prensa socialista es
actualmente una gran fuerza en todo el mundo, pero de un poder muy superior en
algunos países del norte de Europa.
Es un medio más de lucha, de
acción, de crítica, de propaganda, de discusión.
La prensa socialista surge
poderosamente cada día más esplendorosa, revelándose en sus columnas la
capacidad proletaria y la fuerza intelectual socialista.
Influencia de la cultura
socialista en todas las clases sociales.— La cultura socialista toma una modalidad
propia del socialismo que aparece altamente delicada y sensible.
El socialismo verdadero será
siempre descubierto por sus modales exquisitamente cultos.
Muchos de los que hablan de
socialismo poseídos aún de distintas clases de vicios, no son sino aspirantes a
socialistas.
La cultura de los socialistas,
en las sociedades que actúen será, por si sola, un medio de propaganda de la
doctrina.
Si las cosas todas progresan y
se transforman por la voluntad e inteligencia del hombre, es justo creer que el
hombre mismo se perfeccionará por la acción de los hombres que luchan por la
perfección de la humanidad toda.
Se ha perfeccionado el sistema
de alumbrado, pasando de la oscuridad a la luz maravillosa; se han
perfeccionado los sistemas de locomoción, (transporte), comunicación de todo
género.
Lo que hoy existe no ha existido
antes. Y hoy no existe lo que nacerá mañana.
La mayoría de los hombres de hoy
no son capaces ni aptos para realizar el socialismo, pero hoy los socialistas
sembramos la doctrina para preparar a los niños de hoy a vivir en el socialismo
futuro.
El concepto que de la vida y de
las cosas tienen hoy los hombres, no lo tuvieron los hombres de otras épocas.
Las cosas que hoy existen han modificado los modos de vivir y de pensar de los
seres humanos.
Muchas personas juzgan hoy
imposibles las ideas socialistas, y eso es porque juzgan las cosas bajo el modo
de vivir actual y con la cultura actual.
Pero hay que pensar que la
inteligencia también progresa como todas las cosas y con mayor rapidez y más
razón.
Los hombres del futuro, más
inteligentes que los de hoy, salvarán todos los obstáculos y peligros con más
seguridad.
Actualmente muchos hombres se
preocupan de perfeccionar todo lo que existe, así las cosas como los seres.
Muchos se preocupan hoy de perfeccionar los medios de instrucción. En varios
países de Europa se disputan la instrucción el estado, el clero y el
socialismo. Si esto pasa hoy, en el futuro el deseo de perfeccionar las cosas y
los seres ocupará mucho mayor número de personas y esta labor hará que el
socialismo sea una práctica hermosa y sea la doctrina que presida los destinos
de la vida futura.
RESUMEN Y CONSECUENCIAS
Hemos hecho desfilar
innumerables medios de propaganda y de acción socialista. Todos esos medios
están en permanente acción y todos producen buenos resultados.
Como ya hemos dicho antes,
muchos consideran magnífica la doctrina socialista, pero dudan que surja
pronto. Esta duda es producida porque ignoran que el socialismo usa tantos
medios de acción que se multiplican sin cesar.
Hoy se organiza un gremio,
mañana una federación, después un diario, a continuación una cooperativa, etc.
Es la acción incesante de los socialistas de todos los países. A medida que se
vayan haciendo muy conocidos todos los medios de lucha del socialismo y que se
aprecien sus acciones irán aumentando los convencidos de la bondad de la
doctrina y convencidos además de que la victoria ya ha principiado un camino
ascendente.
Los actos del socialismo,
téngase bien presente, no producirán nunca miseria para nadie, porque entonces
desaparecería la inteligencia y la justicia que lo guían.
El más ordenado reparto de la
producción y de la riqueza que la producción significa, disminuirá lo que en
exceso sin beneficio toma la clase capitalista y lo que guarda y lo que queda
sobrante sin colocaciones en los almacenes actuales, para aumentar el reparto a
los que carecen de lo necesario en la vida presente.
Este procedimiento hará que en
el futuro todos tengan de todo lo que necesitan, no pudiendo limitarse al libre
reparto sino que en caso de escasez de ciertos artículos de la producción, que
suceda por causas naturales.
La marcha majestuosa y tranquila
del socialismo hacia la victoria final será sin interrupción y la inteligencia
que se use en la dirección de esta marcha hará que ningún acto del socialismo
aparezca produciendo víctimas ni injusticias, porque su marcha es la marcha del
progreso perfecto.
Los borrachos, los jugadores,
los viciosos de todo género que hoy existen, desaparecerán por la acción del
socialismo. Esto no es una ilusión, porque los millones de hombres que hoy
viven dentro de la acción socialista, están probando que son capaces de dominar
todos los vicios y malas pasiones.
Los enfermos y degenerados a
consecuencia de los vicios también desaparecerán por la misma acción.
Así es como se seleccionará el
mundo. Así es como los hombres llegarán a vivir bien.
El atraso de algunos países
frente al progreso socialista de otros pueblos.— Eso será una circunstancia inevitable
durante muchos años. Inevitable ha sido hasta el presente la desigualdad de
educación y de cultura; y este hecho de la vida repercutirá durante algún
tiempo después de iniciarse una verdadera vida socialista en algunos países.
Por mucho tiempo habrá algunos
países más tardíos que otros en entrar a la verdadera civilización, pero la
acción socialista será más potente entonces y apresurará la regeneración mental
de los pueblos atrasados.
III
EL PRESENTE HISTORICO FRENTE AL
SOCIALISMO
Dos causas poderosamente
ficticias oponen actualmente formidable barrera al socialismo:
El egoísmo y la ignorancia.— Los que momentáneamente se
consideran felices y rodeados de petulancia creen que el porvenir siempre los
ayudará.
Los ignorantes que no alcanzan a
comprender los encantos de una vida mejor.
Ambas circunstancias juntas, en
todas las clases de la sociedad, se conciertan hoy contra el socialismo, y
logran formar pasajeramente un obstáculo.
Las grandes tormentas de la
Naturaleza logran formar montañas de nieve que por algunos momentos detienen la
circulación de algunas actividades de la vida humana, hasta que aparece el sol,
que parecía momentáneamente vencido, y con su inmenso poder convierte las
montañas de nieve en agua cristalina que baja a las llanuras a hermosear los
campos de la producción y a aumentar los elementos de la vida.
Eso es lo que ocurre en el
presente histórico. El egoísmo y la ignorancia aliados forman una inmensa
montaña de indiferencia a los dolores humanos.
Pero el Sol del socialismo
destruirá todo eso, transformando en amor el egoísmo; en luz, la ignorancia y,
entonces, todos los hombres se encontrarán en la llanura de una vida
encantadora, donde la doctrina socialista habrá multiplicado hasta lo infinito
los deleites del placer noble y artístico.
El socialismo no es el despojo,
sino la gran balanza de la justicia.
El socialismo no es el odio,
sino el verdadero amor.
Cuando de esto se haya
convencido la mayoría, la desgracia humana empezará a desaparecer.
Hemos probado con hechos
históricos conocidos del mundo civilizado que la sociedad humana ha pasado por
diversas transformaciones en sus costumbres y modos de vivir, lo cual es un
argumento poderoso de que también la sociedad humana soportará la
transformación al socialismo.
Hemos probado que todos los
medios que utiliza el socialismo son eficaces y que operando primero la
transformación del modo de pensar de los individuos, lo que por consecuencia
modifica sus costumbres, alcanzará en seguida a modificar la sociedad.
Llegamos casi al fin de nuestro
trabajo, después de una serie sin interrupción de pruebas.
Ahora bastará que el lector sepa
comprender todo lo escrito y que analice detenidamente el problema
desarrollado, tomando en cuenta que al socialismo se llegará por una serie
sucesiva de transformaciones que ocurrirán tanto en las costumbres sociales
como individuales.
Lo mismo que para trepar un
cerro es menester preparar un camino, así el socialismo que es la forma más
elevada de la perfección, necesita un camino y ese es la instrucción y el
progreso de la inteligencia y de la moral.
DIVERSAS CONSIDERACIONES MAS
Siempre después de todo lo leído
anteriormente quedará un pero.
Pero... ¿y la iglesia? Pero...
¿y el ejército? Pero... ¿etc.?
Vamos a dedicar unas cuantas
líneas a cada pero.
Declaramos ante todo que si al
lector le queda algún pero
que aducir, será sólo por falta de reflexión en lo que haya leído.
Para definir algunas de las
dudas que queden será menester repetir algo de lo ya dicho o bosquejado.
El dinero.— Mientras subsista el dinero
en un régimen socialista, no desempeñará otra función que ser signo de cambio.
Si no desaparece inmediatamente
será porque diversas circunstancias de la vida influirán para retardar esa
modificación.
Cuando desaparezca el dinero
será el momento en que la vida industrial habrá alcanzado el grado de
perfección a que hoy la empujan los socialistas.
Las federaciones obreras locales,
en relaciones las unas con las otras, reglamentarán la vida industrial y
posiblemente llegaran a reemplazar a los municipios porque su mecanismo
orgánico resultará mejor.
Trabajarían todos los individuos
de ambos sexos aptos para trabajar. En ese futuro no habrá motivos para que
nadie repudie el trabajo.
Las federaciones locales de los
gremios tendrán sus almacenes y a ellos acudirán, sin necesidad de dinero, a
recoger las mercaderías que necesitan.
Nadie necesitará llevar mayor
cantidad de lo que necesita, porque sabrá que siempre habrá de todo lo
necesario.
Esta perfección se realizará
cuando el estado de perfección social demuestre la completa inutilidad del
dinero.
Actualmente se atreven a decir
muchos que en un régimen socialista, abundarían más que hoy los ociosos.
Eso no es otra cosa que una
suposición infundada.
El grado de conciencia y de
educación alcanzado ya en un régimen socialista hará que cada individuo sea más
conocedor de todos sus deberes y será entonces una nobleza cumplir con esos deberes,
de manera que nadie pensará dejar de trabajar, porque además el trabajo será
una agradable entretención debido a los progresos de la maquinaria.
El ejército.— Los fanáticos patrioteros,
cometen la inocencia de declararse enemigos del socialismo, sólo porque en su
doctrina establece la desaparición de los ejércitos.
Pero es que esos pobres no saben
pensar.
Hay un hecho innegable que ha
quedado probado en las páginas anteriores y ese hecho es que la Humanidad ha
venido progresando en forma que parece no haberse detenido un minuto y parece
también por todas las pruebas rendidas hasta la fecha que la humanidad
continuará su marcha sin término hacia mayores progresos.
Uno de sus más grandes progresos
de orden moral será la superior cultura elevada día a día, junto con su
inteligencia y grado por grado.
Cuando la humanidad haya llegado
a uno de sus grados más altos en materia de cultura, por esa misma acción verá
desaparecer unos tras otros sus ejércitos.
Si los hombres son buenos y no
pelean ¿para qué habrá ejércitos?
Si en la conciencia de cada
hombre penetra el sentimiento de hacer sólo el bien ¿quién irá a ser soldado?
Si este mismo sentimiento se
apodera de los hombres que dirijan las naciones ¿para qué habrían ejércitos?
El barómetro que marcará el progreso
de la cultura y de la verdadera moral en los pueblos será la disminución de los
elementos de guerra de las naciones.
Por otro lado, los progresos
mecánicos de la ciencia van haciendo cada día más imposibles las guerras.
Repetimos: el progreso del buen
sentido será quien desarme los ejércitos, que ninguna misión tendrán que
desempeñar en vista del progreso alcanzado por la humanidad.
Igual cosa pasará con las
policías, jueces y armas de instrumentos de opresión.
No es el socialismo el que los
va a destruir, es el amor que crece y que dominando al individuo, dominará a la
sociedad.
Si la mayoría de los hombres,
cuando tienen una dificultad van donde el juez para que arregle el asunto, y
ambas partes quedan al fin y al cabo conformes con lo que falla el juez, así
esperamos que en el futuro procedan también las naciones, que cuando dos
naciones tengan disputas vayan donde un juez que será otra nación.
Cuando esto sea una costumbre,
el ejército y la marina no tendrán ninguna misión y por sí solos irán desapareciendo.
Las iglesias y sus religiones.— Si el socialismo es una
ciencia económica, por su misma perfección, lleva en sí misma el sentimiento
más puro de la justicia.
Cuando cada ser humano, desde el
nacer, llegue a un ambiente donde sólo se respire justicia y perfección, ese
ser crecerá perfeccionándose más, puesto que todas las cosas que le rodean le
serán propicias a la perfección.
Cuando la humanidad llegue a esa
edad, veremos qué misión desempeñarán las iglesias y sus religiones. En nuestro
concepto habrán desaparecido como instrumentos del pasado cuya utilidad cesó.
El futuro conservará del pasado
el principio histórico de todas sus ciencias y sus artes, pero borrará todo
aquello que haya resultado inútil.
El mundo actual está lleno de
iglesias y de religiones y cada una de ellas se atribuye el privilegio de ser
la verdadera. Todas ellas hablan del bien humano.
Pero el hecho es que ninguna
religión ha producido la felicidad de la humanidad, ninguna. Esto sería una
prueba suficiente para asegurar que no se alcanzará ningún bienestar con las
religiones. Mientras tanto, el socialismo perfecciona a los hombres y produce
la verdadera felicidad.
El matrimonio en el futuro
socialista y los hijos.— Toda persona tiene derecho a expresar como quiera sus sentimientos.
Debido a esto se han predicado atinados y disparatados pensamientos respecto al
matrimonio futuro y a la suerte de los hijos.
El matrimonio, en el presente,
es un producto de la sociedad que rige hasta hoy, y como todo en esta sociedad
es defectuoso, el matrimonio tiene mil defectos.
Si como se ha expresado ya en
las páginas anteriores, el socialismo es una doctrina de perfeccionamiento sin
interrupción, dentro de ese mismo concepto, a la par que todo se perfeccione
por la acción socialista, el matrimonio también recibirá las modificaciones que
le correspondan.
Pensemos en la sociedad feliz
del futuro. Feliz, porque habrá cesado la explotación y con ella el hambre, el
delito y demás desgracias que nos afligen. Feliz, porque habrán progresado el
arte, la cultura, la ilustración y todos los medios de dicha.
Dentro de esa sociedad futura el
matrimonio será la verdadera fuente de la dicha donde nazca el germen que
asegure la prolongación de la vida de la especie junto con su perfección más
grande aún.
No es necesario que hagamos un
detalle de la forma matrimonial del futuro socialista. Baste saber que la
inteligencia obrará en cada época de la vida conforme al grado de progreso
alcanzado. Creyendo en esto podemos asegurar que todos los horribles martirios
que encierra el matrimonio presente, desaparecerán junto con las causas que hoy
engendran más desgracias.
El amor libre es sólo una
expresión digna del presente. En el futuro no existirá esta expresión que hace
revivir en la actualidad los actos de la hipocresía.
Como hoy no hay libertad ni en
el matrimonio ni en el amor, porque la tiranía del régimen presente la entraba,
es la causa de que exista esa expresión.
Repetimos: la mayor perfección a
que se llegue en el futuro perfeccionará la base de la Humanidad que reside en
la unión de la pareja.
DIFERENCIAS
entre la doctrina socialista y
otras doctrinas que pretenden resolver la armonía social
Ninguna doctrina existente en el
mundo puede por sí misma resolver el problema de la felicidad.
Sólo le está reservada esta
virtud al socialismo.
No se tome esta afirmación por
fanatismo o petulancia, pues, probaremos que esta afirmación es exacta.
Si son las doctrinas religiosas,
muchas dejan el problema de la felicidad para alcanzarlo en una segunda vida y
procurar que en el mundo se renuncie a los placeres humanos.
Si son las doctrinas de la
democracia moderna cifran la felicidad en el mediocre progreso que puedan
ofrecer las democracias.
Todas esas doctrinas carecen de
base efectiva para producir el perfeccionamiento.
Si todas conservan la propiedad
individual con el derecho a su progreso y al egoísmo que ese sistema encierra,
es inútil que aspiren sinceramente a ningún mejoramiento ni perfeccionamiento
efectivo.
Porque, precisamente, el
socialismo transforma la propiedad individual perfeccionándola en colectiva o
común, es que adquiere su fuerza poderosa de verdadero progreso del cual no
puede nacer sino felicidad.
La propiedad individual será
siempre motivo de egoísmos.
La propiedad colectiva será
siempre base de progresos, porque el espíritu se ensanchará para producir
mayores comodidades colectivas.
No existiendo el egoísmo de la
propiedad privada, del progreso para mí, se abrirá por sí solo el espíritu a
superiores invenciones.
Lo que nos pertenece a todos
merecerá el amor de todos.
Mientras hayan propietarios y
hayan quienes nada posean, no podrá evitarse la explotación y la opresión.
No podría objetarse de que cada
individuo debiera tener entonces una propiedad, porque tampoco un sistema así
produciría nada útil.
Cuando no haya propietarios, no
habrán desposeídos. Todo lo que haya sobre el mundo pertenecerá a todos, porque
será el resultado del trabajo anterior de todos.
La hermosa, como perfecta y
admirable organización económica que ya han principiado los trabajadores, y que
avanzará creciendo y perfeccionándose, será el instrumento administrativo de
todas las cosas que requieran administración.
Pero lo que es el gobierno habrá
desaparecido por innoble a los destinos del hombre.
Todas las invenciones nuevas han
producido siempre admiración y desconfianza. Una anciana creerá que viaja mejor
en un coche que en un automóvil y sin embargo, ambos vehículos tienen los
mismos peligros.
No se ha vivido nunca en un
régimen socialista. Nadie tiene razón experimental para declarar que una vida
en régimen socialista sea buena o mala.
Nosotros pedimos que se ensaye,
que se ponga a prueba.
Convencidos como estamos de que
el régimen socialista es muy superior y de que ninguna doctrina le es
comparable, pedimos a todos que estudien y comparen.
Para todos los progresos de la
vida que hoy constituyen parte de la comodidad humana, ha habido graves
obstáculos e inconvenientes que han sido vencidos a fuerza de perseverancia y
de experiencia.
A medida que se haga experiencia
sobre la doctrina socialista y sus modos, se irá obteniendo el convencimiento
de su superioridad.
Muchos viven bien hoy pero a
fuerza de actos bajos e innobles. En el futuro socialista todos vivirán bien
por medios nobles y dignos, lo que enaltecerá más la personalidad humana.
Lector:
Si la doctrina socialista la
encontráis justa en su hermosura, grande en su nobleza, y digna de conducir la
vida humana, no miréis los inconvenientes que se presentan para su realización.
Si tenéis inteligencia o si
aspiráis a inteligencia, agregad vuestro individual concurso solamente a la
obra propia del progreso y con eso sólo contribuiréis poderosamente a
establecer la vida socialista.
La inteligencia progresando
sobre el futuro salvará todos los obstáculos y los imposibles que hoy se imaginan
los temerosos de la vida nueva.
Lector:
Si sentís en vuestra persona
íntima la nobleza y la moral para proceder conforme a un criterio de verdadero
amor y justicia, podéis decir que ha penetrado en vos el noble ideal
socialista.
Socialismo es moral y es amor.
Socialismo es justicia y es
libertad.
Socialismo es progreso,
progresando.
Porque todo esto, existirá
abundante en el mundo futuro, es que el socialismo asegura su triunfo y la
felicidad completa de los seres.
PROGRAMA Y REGLAMENTO DEL
PARTIDO OBRERO SOCIALISTA
Exposición de Principios
Socialismo es una doctrina por
la cual se aspira a transformar la constitución de la sociedad actual, por otra
más justa e igualitaria.
Consideramos que esta sociedad
es injusta desde el momento que está dividida en dos clases; una capitalista
que posee las tierras, las minas, las fábricas, las máquinas, las herramientas
de labor, la moneda y en fin, posee todos los medios de producción; otra, la
clase trabajadora, que no posee otra cosa, más que su fuerza muscular y
cerebral, la cual se ve obligada a poner al servicio de la clase capitalista
para asegurar su vida, mediante el pago de una cantidad, denominada salario.
Que este salario no corresponde
al producto total del trabajo corporal o mental que el obrero realiza, sino que
es una ínfima parte de este producto y que este obedece únicamente a la
necesidad de dotar de alimento al hombre y cuya cantidad está sujeta a
alteraciones según las necesidades de la industria o la afluencia de
productores.
Considerando, además, que esta
supremacía no proviene de ningún efecto natural, sino del acaparamiento
violento llevado a cabo por la clase capitalista.
Considerando, también, que el
ambiente de vida actual, es defectuoso, corrompido, mísero y lleno de
ignorancia para aquellos que no forman parte de la clase privilegiada.
Que los privilegios de la
burguesía están garantizados por el poder político, el que tiene en sus manos y
con el cual dispone de las fuerzas opresoras: ejércitos, policías, justicia,
legislatura, etc.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad,
la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y
otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social que los
produce.
El Partido Obrero Socialista
expone que el fin de sus aspiraciones es la emancipación total de la Humanidad,
aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una sola clase de
trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes, y la implantación de un régimen en que la producción sea un
factor común y común también el goce de los productos. Esto es, la
transformación de la propiedad individual en propiedad colectiva o común.
Exponemos, también, que para
realizar estos fines transformaremos en lo posible el medio ambiente social
salvándole de ignorancia, vicios y prejuicios.
Realizaremos lucha política,
para arrebatar a la burguesía el poder político dominante en el actual estado
de cosas; realizaremos obra de saneamiento político, llevando a las
diputaciones representantes de nuestra clase que impongan nuestro programa;
invadiremos las municipalidades para hacer obra de higienización en las
poblaciones, abolir los impuestos a los artículos de primera necesidad para la
vida y haciendo que los servicios de utilidad pública general estén en manos de
las mismas municipalidades y no sirvan como objeto de lucro de particulares.
Crearemos, fábricas y almacenes
cooperativos de orden general, para evitar la carestía que los comerciantes
particulares tratan de imponer.
Organizaremos a los trabajadores
de todos los gremios y oficios en federaciones de defensa con cajas de fondos
dedicadas esencialmente al sostén de las luchas entre el capital y el trabajo.
Todos estos actos se realizarán
ciñéndose al siguiente programa mínimo, que servirá para que, dando mayor
facilidad a los explotados para instruirse, regenerarse, dándoles mayor
libertad, más comodidad, mejor alimento, más salud, en fin, vida más humana,
transforme su medio de vida y se capacite para lograr el fin de nuestras
aspiraciones.
PROGRAMA MINIMO DE MEJORAMIENTO
SOCIAL
Medidas de orden político
Para obtener la conquista del
poder político, el Partido Obrero Socialista procurará aplicar las siguientes
medidas:
Perfeccionamiento de nuestro
sistema político y administrativo, reformando o creando leyes que garanticen el
derecho electoral, de asociación, de reunión, de prensa, de fiscalización, de
seguridad y toda clase de garantías.
Supresión de los ejércitos
permanentes.
Supresión del presupuesto del
culto y clero y nacionalización de sus bienes.
Reforma del código civil
reconociendo la igualdad de los sexos. Sumarios públicos y jurados populares
para cada clase de delitos.
Abolición de la pena de muerte.
Abolición de la Cámara de
Senadores y Consejo de Estado.
Sustitución del cargo de
Presidente de la República, por una comisión ejecutiva elegida directamente por
el pueblo.
MEDIDAS DE ORDEN ECONOMICO
Creación de una moneda cupón oro
y de valor estable. Abolición de los impuestos que encarecen la vida de los
pueblos. Abolición de los impuestos y patentes que gravan la industria y las
profesiones útiles. Impuestos directos y progresivos a la renta y a las
propiedades de inmuebles y terrenos. Impuestos a los legados o donaciones.
Creación de una Cámara del
Trabajo en la que estén representados los trabajadores, con oficinas en toda la
República, que estudien las necesidades de la industria y de los productores y
se encarguen de resolver los conflictos suscitados entre el capital y el
trabajo. Reglamentación y fiscalización del trabajo, por obreros nombrados por
los distintos gremios. Fijación de la jornada máxima del trabajo y el salario
mínimo.
Responsabilidades de los
patrones, garantizadas por el Estado, en los accidentes del trabajo. Pensión a
los ancianos o inválidos.
Supresión de todo trabajo a
trato o pieza.
Supresión del trabajo de la
mujer durante la noche o en los meses de embarazo, y del niño analfabeto.
Fundación de barrios obreros con
medios de transportes cómodos y económicos.
Creación de casa de maternidad
para los niños que tengan que dejarse en abandono por las madres ya durante las
horas del trabajo, o por desgracia.
MEDIDAS ESPECIALES PARA LOS
TRABAJADORES DE LAS FAENAS SALITRERAS O MINERAS
Pago de salarios en moneda
nacional y abolición del sistema de fichas o vales. Supresión total de las
pulperías de orden obligatorio. Fiscalización de los objetos de consumo y de
las pesas y medidas.
Medición y examen del caliche
por técnicos nombrados de acuerdo con los trabajadores salitreros. Seguridad en
la ejecución de las faenas, adoptando sistemas especiales para evitar los
accidentes del trabajo.
Urbanización de los campamentos.
Higienización de las casas de
los trabajadores adoptando mejores materiales, elevando sus techos,
pavimentando sus pisos y ventilando convenientemente las piezas.
Higienización de los pueblos de
la pampa.
REFORMA DE LA ENSEÑANZA
La instrucción será laica
obligatoria y gratuita para todos los niños hasta los 14 años.
Aplicación preferente de los
recursos del Estado a la enseñanza primaria.
Suministro de alimento gratuito
a los niños durante el día, como asimismo, de ropas, libros y útiles escolares.
Fomento de escuelas nocturnas y
de profesionales.
Creación de colonias escolares.
Exposiciones frecuentes de
labores, productos agrícolas, industriales y de arte.
Y por fin:
El Partido Obrero Socialista
realizará todas aquellas medidas de orden político o económico que la necesidad
y la experiencia aconsejen, mejorando siempre la condición moral y material del
proletariado, elevando su intelectualidad, su nivel moral, corrigiendo sus
vicios y aboliendo las fuentes que se lo proporcionan, organizando
especialmente en sociedades de oficio a todos, para que sean capaces de influir
en la evolución del medio ambiente que ha de transformar el actual orden de cosas,
en sociedad de beneficio común.
REGLAMENTO
Objeto de la organización
Art. 1º.— El Partido Obrero Socialista
es fundado con el objeto de reunir todas las fuerzas proletarias del país, a
fin de mejorar de común acuerdo, la suerte del proletariado.
Art. 2º.— Para cumplir esta tarea y
para realizar en seguida su objeto más elevado: la emancipación completa de los
trabajadores, el partido se organizará sobre el terreno económico y político.
FORMA DE LA ORGANIZACION
Art. 3°.— Compondrán el partido
el conjunto de agrupaciones seccionales que se organicen.
Art. 4º.— Se organizarán agrupaciones
seccionales donde haya a lo menos siete personas que acepten todos los
principios y Reglamentos de está organización.
Art. 5º.— El conjunto de estas
secciones se federarán por comunas, departamentos, provincias o regiones según
lo requieran las necesidades del partido.
DE LAS SECCIONES
Art. 6º.— La agrupación seccional se
constituye en cada pueblo o faena donde puedan agruparse a lo menos siete
personas.
Art. 7º.— Cada sección tiene su
administración propia y regla sus asuntos internos, sin poder imponer sus
decisiones a otras secciones.
Art. 8º.— Todas las secciones son
iguales y dependerán de un Consejo Federal, cuyo domicilio lo
determinará el Congreso del partido.
Art. 9º.— Cada sección elegirá un
Comité Administrativo compuesto de dos secretarios, un tesorero, un
bibliotecario y un vocal.
Art. 10º.— Cada sección designará un
delegado para constituir el Consejo Federal, cuyas atribuciones se expresan más
adelante. El delegado de cada sección debe residir en el punto fijado para
residencia del Consejo Federal.
DE LOS ASOCIADOS
Art. 11º.— Para ser miembro de una
sección se solicitará la afiliación al Comité Administrativo, patrocinando un
socio la solicitud de ingreso.
Art. 12º.— Cada miembro pagará las
cuotas que acuerde la sección, no pudiendo en ningún caso bajar esta cuota de
un peso mensual. En ningún caso se cobrará cuota de incorporación.
Art. 13°.— Cada sección enviará
al Consejo Federal, el 20 por ciento de sus cuotas, cada mes, para los gastos
de correspondencia y propaganda general.
Art. 14º.— Cada sección debe ocuparse de
su progreso moral y material y del progreso de sus afiliados, mediante la
acción combinada de todos sus asociados.
Art. 15º.— Los asociados deben reunirse
lo más a menudo posible.
Todos los asociados deben
observar tanto en su vida privada como pública una conducta ejemplar,
alejándose de los vicios y corrupciones de que está invadida la actual
sociedad, como medio de cambiar el medio ambiente social.
DEL CONSEJO FEDERAL
Art. 16º.— El Consejo Federal se forma
de un delegado nombrado por cada sección y formará su mesa directiva igual que
las secciones.
Arfe. 17º.— Este Consejo tendrá a cargo
la dirección general de la educación en la idea Socialista y velará por la
uniformidad de la propaganda.
Art. 18º.— Habrá un Consejo Federal en
cada región donde se estime necesaria la Federación de Secciones.
Art. 19º.— Según las necesidades
electorales, para la lucha política, o según las necesidades económicas para la
lucha social, será la forma de las Federaciones.
Art. 20º.— Para armonizar la propaganda
y uniformar la acción, habrá un Consejo Nacional que tendrá a su cargo todo lo
relacionado a la acción obrera del país.
DE LOS CONGRESOS REGIONALES
Art. 21º.— Se celebrará un Congreso
regional o provincial cada año, en el punto señalado por la mayoría.
En estos Congresos estarán
representadas todas las secciones por dos delegados cada una.
En estos Congresos se discutirá
la actuación de las secciones durante el tiempo pasado y se señalarán los
rumbos que conviene adoptar en el futuro.
Habrá Congresos extraordinarios
cuando las necesidades lo requieran.
Se celebrarán Congresos
Nacionales cuando fuere conveniente a las necesidades del Partido, conforme lo
establezcan los mismos Congresos.
DE LA ADMINISTRACION
Art. 22º.— Cada sección o Federación
debe llevar sus libros de tesorería al día y presentará un balance cada mes, el
que será revisado e informado por la comisión respectiva.
Art. 23º.— Los fondos del partido sólo
se invertirán en lo que lo acuerden las respectivas corporaciones.
Art. 24º.— Los miembros del partido que
desempeñen comisiones que los obliguen a abandonar su trabajo, ganarán su
salario según la tasa corriente, que pagará la caja respectiva.
EDUCACION, PRENSA Y PROPAGANDA
Art. 25º.— El partido mantendrá su prensa
propia para realizar su misión de educar y de propagar la doctrina.
Art. 26º.— El rumbo del diario o
periódico será dirigido por el Consejo Federal.
Todos los afiliados al partido
tienen la obligación de ser suscriptores del periódico, pagando estas
suscripciones a la caja de la agrupación a que pertenezcan la cual se entenderá
con la administración de la Imprenta.
Art. 27º.— El partido realizará cuantas
conferencias sean posibles y no escatimará los medios de propaganda.
Art. 28º.— El Partido Obrero Socialista:
Propenderá por todos los medios
a su alcance a la organización de sociedades gremiales y a la creación de
Federaciones de oficio para su mejoramiento moral y material y cooperará con
sus fuerzas al triunfo de las luchas entre el capital y el trabajo.
Art. 29º.— Los afiliados al partido
socialista, están obligados a pertenecer a las sociedades gremiales, si están
constituidas, y a constituir las no existentes.
Art. 30º.— Pueden formar parte
integrante del partido las sociedades gremiales, federaciones de oficio,
cooperativas y todas las demás que acaten nuestros estatutos y principios. Esas
secciones tendrán su movimiento independiente para los asuntos económicos pero
en los movimientos políticos y en los generales obrarán de acuerdo con el
partido.
EN LAS LUCHAS POLITICAS
Art. 31º.— La elección de candidatos se
hará por las agrupaciones seccionales, en las fechas que de antemano fije el
Consejo Federal, de acuerdo con todas las agrupaciones.
Cada agrupación hará su propio
escrutinio y lo transcribirá al Consejo Federal.
La elección sólo debe recaer en
miembros del partido.
Con la anticipación necesaria el
partido se preocupará de cada campaña electoral.
Ninguno de los miembros del
partido puede excusarse de cumplir con sus deberes electorales, para afianzar
el poder del partido.
La proclamación de candidatos
debe hacerse en convención regional o provincial y haciendo escrutar los votos
individuales de las secciones, haciéndolo constar en las actas de las asambleas
seccionales.
Las resoluciones de estos
Congresos no son válidos sino después de 20 días durante los cuales pueden
hacerse los reclamos a que haya lugar por las secciones.
Al Consejo Federal le
corresponde declarar en vigencia estas resoluciones al terminar ese plazo,
después de solucionados los reclamos.
El partido no podrá hacer pactos
con ningún otro partido político, pero en caso de que hubiera proposición en
este sentido se discutirá en las secciones primero, después en congresos
regionales y por último en un Congreso Nacional si este existiese.
Las secciones que no acaten
estos acuerdos o pacten sin previo acuerdo del partido, quedan excluidas del
seno del mismo.
DISPOSICIONES GENERALES
Art. 32º.— Los acuerdos de las convenciones
formarán parte complementaria de los Reglamentos y Programa.
Los miembros del partido que se
radiquen en sitios donde no haya organización deberán pagar sus cuotas al
Consejo Federal.
Todo asociado debe saber que con
sus cuotas contribuirá a la grandeza del partido y a la mayor propaganda de la
doctrina.
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