[Digitalización: Archivo de Historia Social. Chile,
noviembre, 2010. Fuente: Contribuciones Científicas y Tecnológicas, Universidad de Santiago de Chile, Mayo 2001,
nº 127, págs. 12-16.]
Luis
Emilio Recabarren
CHILE
INFORME SOBRE EL MOVIMIENTO OBRERO[1]
(1907)
En Chile, el
partido de los obreros fue creado el 20 de marzo de 1887 bajo el nombre de Partido
Demócrata, pero la existencia del Bureau Socialista Internacional fue
ignorada hasta hace pocos años y por diversas razones no se establecieron
relaciones con el mismo. Sin embargo, hoy en día resulta conveniente que el Partido
Demócrata de Chile ingrese al concierto del socialismo internacional.
El programa
del Partido ha sido publicado en el número del periódico El Proletario, y
enviado con destino a la biblioteca del Bureau. Si la redacción de dichos
estatutos no es más clara en lo que se refiere a la lucha de clases y no es
suficientemente moderna, ello se debe a que el Partido ha sido fundado por
proletarios chilenos en un medio ambiente conservador y a que la capacidad
intelectual de esos proletarios, precisamente a causa del medio en que viven,
no les ha permitido elaborar algo mejor. Junto a este hecho, hay que tener en
cuenta que Chile posee una constitución democrática que proclama:
La
libertad de prensa: los delitos de prensa no son juzgados sino por un
tribunal designado por sorteo por las partes.
La
libertad de asociación y de reunión, sin comunicación previa.
La
elección directa de diputados, senadores y miembros de las municipalidades. Además,
el voto de los presupuestos de ingresos y gastos de las municipalidades y otras
cuestiones que interesan al conjunto de la población esta sometido a asambleas
de electores.
Todos estos
factores tienen por efecto el retardar un poco la difusión de la verdadera
concepción de la lucha de clases.
El Partido
Demócrata tiene su secretario general en Santiago de Chile, en la Casa del
Pueblo, calle Prat 485, donde se encuentra igualmente la sede de su periódico
oficial, La Reforma, del cual he sido el fundador. He debido abandonar
Chile, para refugiarme en la República Argentina, a causa de una condena a 18
meses de prisión por "delito político", puesto que se consideró
inoportuno, por el momento, el sacrificio de mi libertad. Algunos detalles
retrospectivos que se refieren a la democracia en ese país no resultarán
inútiles.
Francisco
Bilbao fue el primero que propagó a través de la prensa y la tribuna, hacia el
año 1850, las ideas igualitarias y que postuló reformas sociales tan liberales
como podían serlo teniendo en cuenta el ambiente de la época. Bilbao, para
difundir sus principios, creó una sociedad denominada Sociedad de la
Igualdad. Fue perseguido, anatemizado, condenado a multas como blasfemador
–sin embargo, ¡creía en Dios!– y finalmente exiliado. Pero antes el tribunal lo
había condenado a una multa de 1.000 pesos (un poco más de 5000 francos de esa
época) que fueron pagados por el pueblo, mediante erogaciones recolectadas en
las calles.
Treinta años
más tarde, la semilla esparcida por Bilbao fue cosechada por algunos obreros
manuales e intelectuales los cuales, a fin de continuar la lucha por reformas
sociales, se agruparon bajo el nombre de Escuela Republicana y fundaron
una publicación denominada La Razón.
En 1887 se
fundó en la capital el Partido Demócrata. Contaba entonces con 60
adherentes... Ya al día siguiente la prensa burguesa calificaba a los
fundadores de este Partido como criminales anarquistas.
Este pequeño
grupo de hombres emprendió, con decisión, grandes campañas a fin de conmover a
la opinión pública y presentó ante asambleas populares las cuestiones sociales
relacionadas con las necesidades del pueblo.
Gracias a sus
esfuerzos se reformó la ley sobre la guardia nacional en un sentido más democrático.
Poco tiempo
después, las compañías de tranvías subieron la tarifa de segunda clase de 2,5
centavos a 3. El Partido consideró su deber combatir este aumento de precios
del transporte de los trabajadores. Agitó la opinión pública y el pueblo
respondió a su llamado. Se realizaron grandes mítines de protesta. Se hicieron
presentes Comités ciudadanos ante la Dirección de la empresa y la Municipalidad
demandando de que la tarifa fuera rebajada a su nivel primitivo.
La demanda
fue inútil. El 29 de abril de 1888, el Partido organizó un nuevo mitin de
protesta, pero el pueblo no supo contener más su cólera y se movilizó en todos
los barrios de la capital, incendiando casi una cuarta parte de los tranvías, a
lo largo de sus recorridos. Pocos días después, la Compañía acordó otorgar la
rebaja solicitada. Los 15 miembros del Comité Director del Partido fueron
encarcelados y 7 permanecieron en prisión durante 43 días; más tarde se los
liberó, dejándose de lado las acciones judiciales.
Durante el
incendio de los tranvías hubo enfrentamientos entre el pueblo y el ejército
junto a la policía; hubo un gran número de personas heridas.
El Partido
prosiguió con más ardor que nunca su obra de propaganda y se halló con
centenares de proletarios que vinieron a reforzar su organización.
El Partido
sufrió su primer fracaso durante la revolución de 1891: se dividió en dos
fracciones, una de las cuales apoyó al gobierno y la otra, sólo por espíritu
revolucionario, se declaró por la revolución, si bien ésta fuese esencialmente
burguesa. La revolución le costó la vida a más de 10.000 ciudadanos y el
Partido fue disuelto. Pero, poco después, se lanzó la organización del trabajo,
que continúa constante y enérgicamente.
En 1894, el
Partido obtuvo un primer éxito político con la elección, en Valparaíso, del
abogado Angel Guarello, un excelente socialista, que fue el primero que propuso
que se cambiara el nombre del Partido, substituyendo la calificación de demócrata
por la de socialista. Fue reelegido en 1897. El mismo año, el
Partido obrero obtuvo una magnífica victoria, al hacer triunfar el nombre de
Artemio Gutiérrez en las urnas, el cual desde esa vez fue reelegido en diversas
oportunidades y ocupó su banca en la Cámara durante 9 años.
El Partido
tenía entonces 2 diputados.
En el mismo
período obtuvo 5 bancas en el Consejo Municipal de Valparaíso, lo que le dio la
mayoría en el mismo. Mantuvo ese poder durante 3 años y fundó 5 escuelas
democráticas, que se convirtieron en centros activos de propaganda.
Artemio
Gutiérrez fue reelegido en Santiago en 1900, pero Guarello fracasó en Valparaíso
a causa de una disensión en el seno del Partido. Sin embargo, en la ciudad de
Concepción, al sur de Chile, el Partido hizo triunfar al ciudadano Malaquías
Concha, que combatió con ardor el proyecto de servicio militar obligatorio y
casi logra su fracaso. El Partido tenía, por lo tanto, siempre dos diputados.
En 1901, como
resultado de una elección complementaria, tuvimos un tercer diputado, el doctor
Francisco Landa, elegido en Santiago.
En 1903, el
electorado envío nuevamente a la Cámara a Artemio Gutiérrez por Santiago, a
Malaquías Concha por Concepción y a Angel Guarello, quien reconquistó su
diputación en Valparaíso, donde los demócratas obtuvieron de nuevo la mayoría
en el Consejo Municipal, al elegir 5 consejeros.
En 1906, el
Partido logró el triunfo de 6 candidatos a diputados: en Antofagasta,
Valparaíso, Concepción, Malleco, Cautín y Valdivia. Pero los electos de
Antofagasta, Malleco y Cautín fueron invalidados y reemplazados por candidatos
burgueses a causa de las intrigas y la corrupción de la burguesía.
El número de
consejeros municipales electos se elevó esta vez a 80; en 5 o 6 ciudades los
demócratas, habiendo obtenido la mayoría absoluta, pudieron gobernar sin
alianza con otros partidos.
En las
elecciones de 1903 obtuvimos alrededor de 12.000 votos y 18.000 en 1906. Chile
tiene cerca de 4 millones de habitantes.
El Partido
cuenta con más de 100 agrupamientos repartidos en otras tantas localidades y
diseminadas a lo largo de todo el país.
Posee los
siguientes periódicos, diarios y semanales, de los cuales envió algunos
ejemplares, que desearía que figuraran en la exposición de periódicos de
Stuttgart:
Diarios: La
Reforma, en Santiago; La Vanguardia, en Antofagasta; La
Industria, en Concepción y La Voz del Obrero, en Taltal. Aparece
cada 2 días: El Pueblo Obrero, en Iquique.
Bisemanarios:
La Justicia, en Talcahuano y El Proletario, en Tocopilla.
Semanarios: La Razón, en Ovalle; La
Libertad Social, en Antofagasta; La Alborada, órgano feminista, en
Santiago; El Trabajo, en Coquimbo; La Defensa en Viña del Mar y El
Deber, en Chañaral.
La redacción
de estos periódicos, en general, refleja fielmente la cultura intelectual de la
masa obrera. Las imprentas pertenecen a asociaciones obreras.
Además de los
periódicos mencionados más arriba, poseemos las siguientes revistas periódicas:
Tierra y
Libertad, Casablanca.
El
Trabajo, Iquique, 188 páginas.
El
Defensor, Taltal, 45 páginas.
La
Defensa, Coronel, 32 páginas.
Democracia,
Nueva Imperial.
La
Estrella, San Javier.
La
Rejeneración, Rengo.
La
Discusión, Chillán.
En el Partido
se ha formado, 6 a
8 años atrás, un grupo que lucha por un cambio en su denominación y por la
adopción oficial de la táctica y los principios socialistas. Este grupo gana
importancia día a día y todo indica que impondrá sus puntos de vista en breve
plazo.
En cuanto a
los anarquistas, progresan poco entre nosotros. No han logrado editar una
publicación permanente, ni crear una agrupación viable.
Desearía que
el Bureau Internacional envíe al secretario del Partido en Chile las bases y
condiciones que se requieren para afiliarse al Partido Socialista
Internacional. Es probable que el Partido Demócrata chileno esté representado
en el Congreso Internacional posterior al de Stuttgart.
La cuestión
de la emigración y de la inmigración figuran en el orden del día del Congreso
de Stuttgart, por lo cual no creo inútil exponer ciertos detalles sobre el
tema. Por mi parte, les confirmo totalmente lo que les escribía Fariña, de
Punta Arenas, en su carta del 8 de enero próximo pasado, publicada en el Informe
del secretariado de Bureau de febrero-marzo.
He recorrido
casi toda la República de septiembre a abril de 1906 y constaté que había
abundancia de brazos, especialmente en la región del norte (pueblos mineros,
dedicados al salitre) y en las grandes ciudades del centro. Por otro lado, buen
número de obreros emigran espontáneamente de la República Argentina, de Bolivia
y del Perú, especialmente en los períodos de trabajo más abundante.
Los
capitalistas chilenos no emprenden trabajos que requieran mano de obra. La
burguesía nacional no quiere exponerse directamente en el terreno de la
industria o el comercio y prefiere librarse a especulaciones bursátiles y a
operaciones usurarias.
Los trabajos
públicos son poco numerosos y no reclaman mano de obra extranjera.
En este
momento, el Congreso obrero se ocupa de establecer una estadística del
movimiento obrero en cada localidad, estableciendo, para cada oficio, si hay
abundancia o carencia de mano de obra, a fin de facilitar y de regularizar la
movilización de los obreros.
El valor de
la moneda está actualmente muy depreciado en Chile. El peso vale habitualmente
13 peniques (1.30 a
1.25 francos), de tal manera que el obrero que gana 3 pesos diarios no reúne
más que el valor de 39 peniques (de 3.90 a 4.00 francos). El salario medio varía
entre 3 y 5 pesos diarios, suma insuficiente para hacer frente a las
necesidades vitales.
Es real que
el obrero chileno es aficionado al alcohol, pero el progreso de las
organizaciones obreras tiene como efecto la disminución de este vicio de manera
notable. Este resultado se hace sentir especialmente en aquellos centros donde
la acción de las agrupaciones obreras es más intensa.
Estimo que es
un deber de la Internacional emprender una acción de propaganda contra las
tentativas del gobierno por atraer al país mano de obra extranjera.
Hay que tener
en cuenta otro factor importante: la falta de hombres para el servicio
policial, del ejército y de la marina. Desde hace 4 a 5 años es prácticamente
imposible completar la conscripción del ejército y de la marina por falta de
hombres. Numerosos los obreros que se niegan a integrarse a los cuarteles
porque son antimilitaristas conscientes; otros lo hacen por razones económicas:
el soldado no recibe más que 25 pesos chilenos mensuales.[2]
Aún peor es
la situación de la policía en todas las localidades y sobre todo en aquéllas en
las cuales la agitación obrera es más fuerte. Hay ciudades como Antofagasta,
Tocopilla, etc., donde he podido comprobar que es imposible llegar al tercio
del número de agentes necesarios para el servicio de policía. Los jefes envían
continuamente comisarios para que empleen ignorantes en el servicio policial,
pero apenas consiguen reunir unos pocos hombres cuando ya se producen
deserciones, produciéndose vacíos que nunca se alcanzan a llenar.
En Chile, la
abundancia de mano de obra sólo será útil para la formación de reservas para
los capitalistas y para suministrar soldados a la burguesía.
La población
obrera, atraviesa actualmente un período de organización y educación, se preocupa
de formar sus organizaciones políticas y sindicales y su abundante prensa sobre
bases sólidas; lo puede hacer ahora sin enfrentar demasiados obstáculos, debido
a que la burguesía se ve privada, en este período, de medios eficaces para
explotarla aún más.
Es fácil
comprende que la llegada de mano de obra extranjera al mercado detendría y
paralizaría esta acción emancipadora, otorgándole a la burguesía medios de
explotación.
Es entonces
un deber de la Internacional apoyar la obra de emancipación de los obreros
chilenos, colocando todos los obstáculos posibles a la emigración hacia Chile
fomentada por el gobierno.
Es necesario
que toda la prensa obrera de Europa y Asia conozca estos hechos. El gobierno
intenta contratar mano de obra sobre todo en Asia y ha declarado abiertamente
que prefiere la inmigración china y japonesa, puesto que esos obreros son más
sumisos y más baratos.
LUIS E.
RECABARREN S.
Defensa
888, Buenos Aires
Mayo
de 1907
[1] Traducido
por Manuel Castro, de L'Internationale Ouvriére et Socialiste, Rapports
soumis au Congrès Socialiste Internationale de Stuttgart (18-24 août 1907) par
les organizations socialistes d'Europe, d' Australie et d'Amérique sur leur
activité pendant les années 1904-1907. Edition francaise publié par le Bureau Socialiste
International. Maison du Peuple. Bruxelles, 1907. Escrito en Buenos Aires y enviado a Bruselas.
[2] En La
Vanguardia de Buenos Aires, del 20 de marzo de este año, se puede leer el
siguiente telegrama: Santiago de Chile 14 de marzo “La última incorporación de
conscriptos de 20 años es considerada como un verdadero desastre. Apenas un 20%
del contingente total se presentó a los cuarteles”.
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