APRETEMOS FILAS
RECA
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La situación por demás
angustiosa porque atraviesa esta provincia, a consecuencia de la carencia de
trabajos, obstaculiza en parte, los deseos que sienten los trabajadores por organizarse
y sacudir el yugo de tan inicua explotación, que los capitalistas aprovechan en
estos momentos de crisis, la plétora de brazos existentes que la paralización
de oficinas ha creado, para pagar irrisorios jornales que de ningún modo
compensan con las largas jornadas de trabajo y la carestía de la vida.
Por otra parte, la cobardía
engendrada por las últimas represiones, no extinguidas aún del todo, tiene
también su influencia poderosa en la vacilación que se deja ver en el
proletariado de esta región, que oscila entre los deseos de organizarse, la
cobardía y la indiferencia que existe, causales que aumentan la avaricia
capitalista y la tiranía estatal.
Pero ni lo uno ni lo otro puede
servir de excusa a todos aquellos que se sientan hombres, hambrientos de pan,
sedientos de justicia y ávidos de libertad, para no organizarse y luchar por su
mejoramiento económico, moral e intelectual.
Ni la falta de trabajo, ni las
represiones ejercidas hace poco, son fundamentos poderosos para que los
trabajadores no se organicen o rehuyan su concurso de las organizaciones. Hoy,
más que nunca, la organización se impone como medida salvadora de los intereses
de la clase asalariada, como dique a la desenfrenada explotación de
comerciantes y capitalistas, y como freno a las brutalidades gubernativas.
Está completamente comprobado,
porque así lo han demostrado nuestras pasadas luchas, que los obreros sin
organización son algo así como frágiles barquillas que se vuelcan al más leve
soplo de viento o se hunden al menor oleaje; y está igualmente comprobado que
los obreros organizados tienen una similitud con esos block de roca que no
ceden ante la fuerza salvaje del huracán, ni por recia que sea la tempestad. Y
la organización tiene ese objetivo: hacer de los trabajadores un block, capaz
de resistir la fuerza salvaje del poder y de terminar con la explotación y
tiranía imperante.
Es menester, pues, que cada
obrero ocupe su puesto en su respectiva organización. Llegado es el momento que
apretemos nuestras filas.
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