El Socialista, Antofagasta
15/08/1919
A LOS FEDERADOS DE CHUQUICAMATA
No estará demás terciar en un
debate como el que tendréis el domingo, para resolver en la discusión de
vuestros estatutos lo que respecta a auxilios en caso de enfermedad.
Ante todo debemos aclarar
nuestros conceptos y definir el objetivo que nos une dentro de la organización
obrera.
En mi concepto, debemos unirnos
principalmente para defendernos de la explotación y de la tiranía con que nos
esclaviza la clase capitalista y gobernante. Este pensamiento debe estar por
encima de toda otra mira mezquina y egoísta.
Unirnos, formar nuestra
Federación, considerarnos hermanos todos los grupos de esta región, sin
perjuicio de nuestra solidaridad para con el resto del mundo, formar nuestra
caja para defen-dernos por medio de la huelga, contra el bajo salario y la
carestía de los consumos, tiene y debe ser nuestro pensamiento principal.
El socorro mutuo, la protección
en caso de enfermedad es algo que queda fuera de todo valor en el estatuto de
una organización como la nuestra.
Pregúntese cada obrero:
¿Qué vale más?
¿Formarse una organización cuya
caja tenga por principal objeto asegurar el triunfo de nuestra aspiración a
tener mejor salario, menos horas de trabajo, y precios más baratos en los consumos,
o dedicar estos esfuerzos para los casos de enfermedad?
Sepan valorizar los obreros lo
que necesitan más.
Hoy por hoy lo que necesitamos
son fuerzas unidas y dinero para sostener las huelgas que se produzcan para
alcanzar el mejoramiento que es indispensable para nuestra mejor vida.
Vosotros los obreros de
Chuquicamata sois considerados por vuestros demócratas patrones, como viles
esclavos productores de oro para Estados Unidos, no para vuestra patria.
Vuestros esclavizadores
no os conceden ninguna
libertad. La Constitución chilena os garantiza el derecho de reunión y de
asociación, el derecho de leer sin permiso y sin censura previa. Eso os
garantiza en la letra la Constitución Nacional Chilena.
Pero los déspotas que gobiernan
ese mineral han metido nuestra ley en las letrinas y se burlan de nuestro
pueblo productor con la venia de las autoridades.
El derecho a leer, a reunión y a
asociación, habrá que conquistarlo en lucha franca y resuelta, y para eso es
preciso robustecer la caja social, y ocuparnos de eso por encima de las
enfermedades que puedan sobrevenirnos.
Ninguna enfermedad puede
dañarnos tanto como la falta de libertad para vivir, a que quieren someternos,
los yanquis, los demócratas; los hijos de la gran República, que en su patria
serían escupidos por los obreros si implantaran el infame régimen de brutal
opresión que rige en el mineral de Chuquicamata.
¿Qué no es la más brutal
opresión, prohibir leer y asociarse y reunirse con absoluta libertad?
Para los yanquis los obreros chilenos
no son hombres.
Ahora, ustedes, obreros chilenos
tienen la palabra, para demostrar si se conforman con esa tiranía desenfrenada.
Pensad, juiciosamente, que
nuestro principal objetivo de organización debe ser para conquistar la
libertad y la dignidad que os han quitado los que explotan nuestra patria.
Después, nunca, ningún compañero
enfermo quedará abandonado.
Luis E. Recabarren S.
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