El Socialista, Antofagasta
19/07/1919
EL VALOR DE LA FUERZA COLECTIVA
Cuánto vale el obrero...
Cuando esta clase de sindicato
empeñe una reclamación, si es parcial, el patrón afectado, informado del estado
del sindicato, verá frente a él, por pequeño que sea el número de obreros que
reclama, verá, decimos, a todo un poder organizado, capaz para la huelga, para
el boycot y para la perfecta solidaridad: si el acto toma el aspecto de una
huelga general, la influencia será siempre poderosa. Esto en cuanto al efecto
para la clase patronal; y la clase obrera, a su vez, evidentemente convencida
de su capacidad moral y material, sabe que va a una lucha sostenida por una
fuerza irresistible.
Eso es lo que queremos.
Ahora veamos; ¿qué efecto
producirá a la clase patronal la fuerza de un sindicato que sobre ocho mil
obreros, apenas cuenta con mil quinientos cotizantes, y de éstos, apenas el
diez por ciento forman la asistencia ordinaria de las reuniones y toda su
marcha no es tan atrayente?; y ¿qué efecto producirá para los
mismos componentes de este sindicato?
Cada uno de los afiliados no
reconocerá que tenga una fuerza valiosa, y esta verdad influye en su moral.
Repetimos: solamente la capacidad
intelectual, la cultura, la moral, son condiciones “generadoras” de fuerzas
reales, progresivas, capaces de existir mientras existan los medios que las
generan.
No vivamos de ilusiones, de “por
si acaso”. No pretendemos generar fuerzas útiles, para la acción de los
sindicatos, de elementos incompetentes.
Organicemos todo lo que podamos
organizar, pero demos a cada organismo todos los medios para él desarrollo de
la capacidad personal.
Así el valor de la fuerza
colectiva será el resultado del progreso de cada individuo, y ésta será, a
nuestro juicio, la única fuerza que tenga la virtud de realizar la perfección
de toda la sociedad humana.
Luis E. Recabarren S.
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