El Socialista, Antofagasta
26/10/1919
¿REVOLUCIONARIOS O DOGMATICOS?
Ser revolucionario es ser
partidario de toda idea que impulse el progreso, y es desarrollar ideas que
perfeccionen todas las condiciones de la vida humana.
Ser dogmático es rechazar toda
idea que modifique las costumbres existentes, manteniendo en pie todos los
principios del pasado.
La lucha actual, es lucha entre
esos dos principios: entre dogmáticos y revolucionarios.
Los dogmáticos quieren mantener
el presente y el porvenir en las mismas condiciones que le hemos heredado del
pasado.
Los revolucionarios queremos
corregir los errores del pasado en el presente para vivir mejor la vida.
El pasado creó y estableció el
régimen de esclavitud y de miseria en que vivimos.
Los dogmáticos quieren
mantenerlo igual.
Los revolucionarios queremos
corregirlo y perfeccionarlo de manera de acabar con la esclavitud y la
miseria.
Y así está la lucha entre estas
dos fuerzas.
Revolucionarias son todas las
organizaciones obreras que aceptan la teoría de la práctica de introducir la
perfección a todas las condiciones de la vida, en el sentido que podamos vivir
cada día en mejores condiciones de libertad y de comodidad.
Los dogmáticos se dividen en dos
clases: los que mantienen los dogmas por egoísmo, para mantener todos los
privilegios que estableció el error en el pasado, y los que por ignorancia
siguen arrastrados por el ambiente.
En el seno de las organizaciones
obreras, que creen ser revolucionarios, tenemos todavía una cantidad de
dogmáticos, como diríamos a fardo cerrado...
Y tratar de mantener íntegro el
dogmatismo, cerrando las puertas a toda discusión sobre métodos a emplear para
obtener mejor resultado de nuestra organización.
Los obreros y las organizaciones
que temen este temperamento, no hacen otra cosa que mantenerse estagnados y
renunciar al progreso, lo cual resulta impropio de la etiqueta que se dan los
revolucionarios.
Esto nos viene a demostrar que
el revolucionarismo no es más que de nombre, puesto que se mantienen aferrados
al pasado.
Hoy que tenemos planteada la
discusión, sobre principios revolucionarios en el seno de la organización
obrera, es cuando con más discreción debemos proceder para no incurrir en los
mismos errores de la burguesía.
Si somos revolucionarios no
detengamos el progreso, ni pongamos trabas a nuestros pasos. Dejemos libre la
discusión y conformémonos con el resultado que arroje la discusión.
Política y religión han sido los
elementos de esclavitud que han mantenido al pueblo en la ignorancia y la
miseria;
Política y religión deben ser
los temas de libre discusión entre los trabajadores, para reemplazar la
religión por principios paternales y para utilizar la política, como fuerza
social en beneficio del progreso y bienestar del pueblo.
El dilema es claro;
O somos dogmáticos;
O somos revolucionarios.
SREL
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