sábado, 5 de febrero de 2011

¿Revolucionarios o dogmáticos?


El Socialista, Antofagasta 26/10/1919
¿REVOLUCIONARIOS O DOGMATICOS?
Ser revolucionario es ser partidario de toda idea que impulse el progreso, y es desarrollar ideas que perfeccionen todas las condiciones de la vida humana.
Ser dogmático es rechazar toda idea que modifique las costumbres existentes, manteniendo en pie todos los principios del pasado.
La lucha actual, es lucha entre esos dos principios: entre dogmáticos y revolucionarios.
Los dogmáticos quieren mantener el presente y el porvenir en las mismas condiciones que le hemos heredado del pasado.
Los revolucionarios queremos corregir los errores del pasado en el presente para vivir mejor la vida.
El pasado creó y estableció el régimen de esclavitud y de miseria en que vivimos.
Los dogmáticos quieren mantenerlo igual.
Los revolucionarios queremos corregirlo y perfeccionarlo de manera de acabar con la esclavi­tud y la miseria.
Y así está la lucha entre estas dos fuerzas.
Revolucionarias son todas las organizaciones obreras que aceptan la teoría de la práctica de introducir la perfección a todas las condiciones de la vida, en el sentido que podamos vivir cada día en mejores condiciones de libertad y de comodidad.
Los dogmáticos se dividen en dos clases: los que mantienen los dogmas por egoísmo, para mantener todos los privilegios que estableció el error en el pasado, y los que por ignorancia siguen arrastrados por el ambiente.
En el seno de las organizaciones obreras, que creen ser revolucionarios, tenemos todavía una cantidad de dogmáticos, como diríamos a fardo cerrado...
Y tratar de mantener íntegro el dogmatismo, cerrando las puertas a toda discusión sobre métodos a emplear para obtener mejor resultado de nuestra organización.
Los obreros y las organizaciones que temen este temperamento, no hacen otra cosa que mantenerse estagnados y renunciar al progreso, lo cual resulta impropio de la etiqueta que se dan los revolucionarios.
Esto nos viene a demostrar que el revolucionarismo no es más que de nombre, puesto que se mantienen aferrados al pasado.
Hoy que tenemos planteada la discusión, sobre principios revolucionarios en el seno de la organización obrera, es cuando con más discreción debemos proceder para no incurrir en los mismos errores de la burguesía.
Si somos revolucionarios no detengamos el progreso, ni pongamos trabas a nuestros pasos. Dejemos libre la discusión y conformémonos con el resultado que arroje la discusión.
Política y religión han sido los elementos de esclavitud que han mantenido al pueblo en la ignorancia y la miseria;
Política y religión deben ser los temas de libre discusión entre los trabajadores, para reempla­zar la religión por principios paternales y para utilizar la política, como fuerza social en bene­ficio del progreso y bienestar del pueblo.
El dilema es claro;
O somos dogmáticos;
O somos revolucionarios.
SREL

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